Con la gran sorpresa que Jungkook le tenía a Jimin era más que suficiente para poder tener una vida juntos. Una familia. Había pasado esos años pensando en esa posibilidad que ahora se hará realidad. Con el anillo de su madre que su hermano le dio, todo sería más romántico porque su madre siempre le dijo que le diera su anillo para esa persona especial y Jimin es esa persona especial.

Todo sería perfecto para ese bello novio que tiene.

Cuando llegó a casa Jimin ya lo esperaba con comida deliciosa para ver la televisión. Verlo con su ropa puesta le era tan sexy.

—¿Sabias que te ves jodidamente sensual con solo mi camisa puesta?

Jimin se dio la vuelta para ver a su amado Jungkook llegar, corrió a sus brazos besando sus labios.

—Sé que me veo sexy con tu camisa, por eso me la puse. —le contesta coqueto.

Jungkook lo abrazó comiendo sus dulces labios a los que tanto amaba besar. De verdad está enamorado de su rubio bonito, es todo para el que no puede dejar de pensar en su Jimim ni un segundo.

—Eres tan descarado.

—Pero así me quieres.

—Si, así te quiero mucho. —lo suelta yendo juntos al sofá a comer algo— Todo se mira delicioso, nene.

—Hice muchas cosas porque no sabía qué podría prepararte.

—Lo que hagas para mí está bien, precioso. —lo acuesta entre sus brazos disfrutando mando de su acaramelado amor. Es que no puede estar sin besarlo y tocarlo.

—Estas muy empalagoso hoy Jungkookie, ¿Pasó algo? —le pregunta Jimin sonrojado.

—No debe pasar nada para tomarte y darte amor. Pero respondiendo tu pregunta, si, pasó algo.

—¿Y qué es?

—Aún no te puedo decir, aunque es una sorpresa que te daré más adelante.

—¿Tiene que ver con tu hermano?

—Algo así. Es que Seo-joon me propuso trabajar en la compañía y aún no se que decirle. —le dice al fin.

Jimin se sorprendió aunque no para mal.

—¡Oye eso es genial! Aunque no te veo de traje y todo fifi como esos hombres importantes.

—Tampoco yo. Pero no me veo mal de traje, me veo muy guapo.

—Pues entonces no lo uses. No quiero que otras te miren y quieran llevarte de mi lado. —protesta aunque de manera tierna ante sus celos.

Jungkook besa sus mofletes rojos y su respingona nariz.

—Nene, no tienes porque, yo solo tengo ojos para ti nada más. Jamás me atrevería a ver a otra persona que no seas tú.

—Lo sé, pero ¿de verdad piensas trabajar con tu hermano? No suena mal, pero ¿es lo que tú quieres?

—Mmm… cuando iba a la escuela no era tan malo para los negocios. Seo-joon lo noto porque empecé a tener mucho dinero vendiendo dulces de otros países que mi abuelo me traía para mí. Era muy bueno en matemáticas y otras cosas más.

—Sabía que eras inteligente, me ayudas mucho con las cuentas. Pero volviendo a la pregunta ¿Irás?

—¿Te molesta si me voy con él a trabajar? Lo digo porque soy tu repartidor y estaré mayormente en oficinas y esas cosas. —le pregunta ya que eso conlleva a estar lejos de su lindo rubio y era algo que no quería.

Debió pensarlo mejor. Estar en oficinas le hará ver menos a Jimin, con el trabajo de repartidor gana menos, pero al menos está junto con Jimin y se van juntos a casa. Era una decisión difícil y quiere saber qué piensa Jimin al respecto.

—Bueno… no sé. Supongo que si tú quieres estar con tu hermano en los negocios no me voy a oponer a apoyarte. Quiero lo mejor para ti y si eso es lo que te hace feliz y quieres hacerlo, está bien para mí. Puedo conseguir otro repartidor.

—¿De verdad amor?

—Claro que si. Soy tu novio y no quiero detenerte en tus metas.

Por supuesto que Jimin le decía la verdad, si Jungkook quiere trabajar en algo que le dé más dinero y experiencia para Jimin  estaba más que bien. No negara que se sentirá triste porque no lo verá en el trabajo, pero todo sea para ayudarle en sus metas. Lo apoyara en todo lo que él quiera.

—Gracias por entenderlo mi amor.

—Cualquiera que sea tu decisión, sabes que te voy a apoyar siempre.

—Lo sé. Solo quiero ser un hombre importante para ti. —le susurra con cariño acaricia su mejilla.

—Tú ya eres un hombre importante para mí Jungkook.

Se abrazan con el gran que sienten el uno por el otro. Jimin solo quiere que Jungkook cumpla sus objetivos y con ese trabajo lo logrará, si es lo que él desea.

Después de eso pasaron varios días. Jungkook había estado pesado en la propuesta. Estaba decidido a poder darle una mejor calidad de vida a su novio, un trabajo en un puesto que debió tomar, pero lamentablemente él tomó malas decisiones, las cuales va a corregir.

Jimin había puesto el cartel de “se busca repartidor” ya que Jungkook irá pronto a la oficina con su hermano. Hoy fue para ver qué tal se acostumbra al trabajo en oficinas. Jimin lo vio de traje y casi se le cae la baba al verlo. Dios, se veía sexy e importante. Cómo si fuera multimillonario.

Le dieron celos el pensar que otras mujeres le echarán la mirada a ese hombre que es suyo. Jungkook le dijo que no debería tener celos, que él lo quiere solo a él y jamás lo engañaría. Jimin por supuesto que confía en su hombre, aunque sus celos seguían ahí.

Taehyung se acercó a él mirándolo con curiosidad.

—Podría decir que estás feliz por tu novio, pero también triste. ¿Pasa algo malo?

Jimin niega inmediatamente.

—No pasa nada. Es solo que… lo voy a extrañar. No podré verlo hasta más tarde. —hizo un puchero adorable, le causó gracia a Taehyung.

—Por dios, Jimin. Pareces un omega dependiente de su alfa. Solo serán unas horas, además viven juntos, lo verás al llegar a casa.

—Ya sé. Lamentó exagerar. Es solo que siento algo extraño.

—Tranquilo. Sé cómo te sientes, me ha pasado lo mismo con Hoseok. Él está la mayor parte del día trabajando como mecánico y a veces no lo veo. Pero se que es porque está ocupado y cuando llega ese momento de verle, mi estómago hace que nazcan bonitas mariposas. Eso recompensa no verlo a veces.

Comenta todo enamorado.

—Creo que tienes razón. Tal vez estoy siendo exagerado. Esperar por Jungkook cuando llegue del trabajo, me pone feliz. Puedo cocinarle algo rico para que cene. Cómo si ya estuviéramos casados.

Imaginar eso le emociona.

—Vez. No tiene nada de malo. Verás que le irá bien y que todo saldrá genial para ambos. Ahora, hay que abrir porque tenemos muchas órdenes.

—Ok. Pero ahora que ya no tenemos repartidor, haré las órdenes yo.

—No, yo iré. Eres malo con las direcciones.

Ambos abren el local y las personas entran ansiosas de poder comer algo rico. Jimin se puso a trabajar con su bonita sonrisa, pues quiere que termine el día rápido para poder prepararle algo rico de su hombre y besarlo mucho.

Solo esperaba que ese sentimiento malo desaparecerá, porque no ha dejado de tenerlo.

ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ ♡ ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ

Jungkook sintió extraño estar en un edificio elegante donde todos los trabajadores se le quedarían mirando con curiosidad. Estaba más que claro que no sabían de su existencia o más bien que su jefe tenía un hermano.

Sus nervios y su elegante traje, el cual tuvo que comprar porque Jimin le dijo que tenía que verse como un gran ejecutivo, no le ayudaba. Jamás se había puesto traje y la maldita corbata le asfixiaba. El trabajo que le dio su hermano no fue la gran cosa, hizo lo mejor que sabía hacer y fue felicitado por su buen trabajo.

Ya era un poco tarde. Moría de cansancio y también de hambre. Su hermano entra a su oficina y le sonríe.

—Vaya primer día ¿No?

—Si. Fue algo extraño estar en este entorno, pero nada mal.

—Vamos, eres un maldito genio. Hiciste un gran trabajo con los negocios y los números. Te dije que esto era lo tuyo. —le dice Seo-joon a su hermano.

—Gracias. La verdad no fue complicado. Aunque el traje me tiene harto.

Seo-joon se ríe.

—Es cuestión de que te acostumbres. ¿Oye quieres ir a comer algo yo te invito?

Jungkook negó tomando sus cosas.

—Lo siento, pero quiero llegar a casa con Jimin. Debe extrañarme.

—Está bien. Entonces vámonos. Yo también quiero llegar a casa con su esposo. ¿Quieres que te lleve?

Jeon negó.

—Me iré en autobús. Quiero comprar algunas cosas en la tienda para Jimin.

—¿Estás seguro?

—Si, ve con cuidado.

—Nos vemos, hermanito.

Ambos hermanos salen de la empresa. Seo-joon sube a su auto despidiéndose de Jungkook. Este aún no puede darse ese lujo, pero tal vez ahorrando compré uno para sí poder irse directo a casa. Se quitó la corbata y el saco, arremangado las mangas dejando ver sus tatuajes.

Sintió libertad y alivió.

Camina a la parada de autobús, en eso ve a unos tipos pelear lo que a Jungkook lo puso alerta, parecía un asalto porque el tipo ese tenía a un pobre hombre contra el sueño. Entonces cuando quería llamar a la policía, ve que ese tipo era Jay, quien golpeó al tipo para robarle su auto. Jungkook corrió en ayuda del señor, pero en eso Jay lo mira.

—¡Sube Jungkook, ya tenemos el auto!

—¡¿Qué?!

—¡Vamos sube maldita sea!.

Unos hombres que vieron aquello corrieron para ayudar al señor, solo que uno de ellos tackleo a Jungkook porque pensó que era cómplice de Jay, quien arrancó a toda velocidad.

—¡Ese también está involucrado! ¡No lo dejen escapar! —gritó una señora.

Jungkook intentó zafarse del agarre de  esos tipos.

—¡Yo no hice nada! ¡Sueltenme!

—¡Claro que sí! ¡Vimos como te llamo y corriste a él! Ahora vas a pagar las consecuencias de tus actos.

—¡Pero yo no hice nada! ¡Solo quería ayudar al señor!

—¡Callate! —el tipo le golpeó la cara con el pie. Jungkook se quedó desorientado por el fuerte golpe.

La policía venía y Jungkook no reaccionaba. Solo logró ver a alguien que le parecía conocido. Su entorno se miraba borroso.

—Te dije que te ibas a repetir Jungkook, ahora veré como Jimin te deja y vuelve conmigo. Porque solo eres un maldito criminal.

Todo fue una trampa. Una que traerá consecuencias a Jungkook.

Bueno las cosas se pondrán intensas. Pero nada que no se pueda resolver.

Subire los próximos pronto.