Los días trabajando como repartidor a Jungkook se le ha hecho un trabajo fácil, no cambiaría nada porque le gustaba demasiado como lo trataba su jefe. Pues siempre tenía un delicioso almuerzo, comida y cena cuando llegaba de repartir.

Jimin tenía un toque especial para ello, no por nada el negocio se le llena todos los días de clientes. Era un chico peculiar, tenía carisma para tratar a las personas a su alrededor, incluso con él. A pesar de quién es no desconfía cuando se acerca a la caja del dinero o cuando va al baño.

Es un chico confiable y amable.

Ya casi era viernes, día se su paga y con lo que le dará esperaba encontrar otro lugar donde quedarse porque el apartamento en donde vive está de la mierda. Pero eso lo vería cuando termina su turno laboral, ya viene de su pedido ya casi anochece, solo quiere tomar un baño y después a dormir.

Estaciona la motocicleta en el pequeño garaje, deja el casco y la mochila aún lado. Su estómago gruñe ante lo delicioso que huele en la pequeña cocina. Seguro que Jimin ya tiene su cena. Sale y ve al pequeño rubio limpiar las mesas mientras que Taehyung barre la entrada listos para cerrar.

Jimin ve a Jungkook acercarse y sonríe como siempre, solo que hoy un poco diferente.

¿Siempre luce tan bonito?

—Jungkook, no me di cuenta de que llegaste. ¿Cómo te fue? —le pregunta.

—Bien, un poco lejos, pero nada del otro mundo.

—Que bueno. Ven ya tengo tu cena lista. —lo toma de la mano inconscientemente, aunque sus mejillas se tornaron carmín ante el tacto de su mano grande contra la suya más pequeña. Lo suelta al llegar a la cocina— Hoy hice un nuevo Sandwich que quiero integrar al menú. Por favor, pruébalo y dime qué te parece.

Jungkook mira el sándwich, no se veía mal.

—¿De que es? —pregunta.

—Tiene huevo revuelto con trozos de tocino, un poco de aguacate y queso derretido.

—Wao… Se ve delicioso. —toca su estómago ante el hambre.

—Prueba y dame tu opinión.

—Vale.

Jimin se mordía las uñas esperando la aprobación de Jungkook, esperaba que le gustará. Le dio un mordisco e hizo gestos de aprobación.

—Está bueno, es muy rico. —dice comiendo un poco más— El tocino le da el toque, debes vender esto.

A Jimin se le ilumina el rostro ante su respuesta.

—Genial, es que no estaba muy seguro de ello. Lo mire en un Tiktok y dudaba que me quedara como la chica del vídeo.

—Pues no te quedó nada mal. —lo halaga.— Eres maravilloso haciendo esto, me encanta.

Las sensaciones que Jimin tiene por Jungkook eran nuevas y jamás comparadas como antes, ni siquiera por su ex novio. Tal vez era demasiado pronto para hacerse ilusiones con alguien que no conoce de nada, pero es que Jungkook le daba aquel presentimiento que siempre le contaba su madre cuando pequeño.

Cuando sientas que es el correcto, sentirás ese click en tu corazón cuando lo veas. Jimin siente que ese click ya le llegó a él, pero debe asegurarse primero antes de lastimarse.

—Te traeré algo para beber. —Jimin fue por la bebida de fresa que le gusta al pelinegro, se la deja y este la bebé rápidamente.

—Haces todo delicioso Jimin. —el rubio mal pensó eso y Jungkook se rió de él— Me refiero a la comida.

—Y-ya lo sé.

Ambos sueltan una carcajada, fue divertido.

—Pero hablo enserio, cocinas muy bien.

Lo elogió y Jimin gritó internamente. Otro consejo de su madre es: conquistarlo con la comida. Eso eran puntos extra y quería lograrlo con Jungkook.

—Gracias, Jungkook. ¿Quieres otro? Puedes llevártelo por si más tarde te da hambre.

—Sí, gracias.

Jimin corre a la cocina a prepararle otro sandwich, Jungkook por lo tanto empieza a ver opciones de apartamentos en el periódico. Nada se ajustaba a lo que tenía o hubiera ganado, odiaba demasiado no tener nada. Leyó algunos lugares, pero eran incluso peores que donde vive actualmente.

A este paso no encontrará nada y su espalda y cuello lo estaban matando, le dolían de dormir mal.

Jimin llega y se fija que está en la sección de apartamentos, ¿Jungkook busca apartamentos?, eso le dio una gran idea que de seguro cuando se lo diga a Taehyung lo mata, pero tenía que intentar ¿no? En la guerra y el amor todo se vale.

—¿Qué buscas en el periódico? —como si no lo hubiera visto pregunta.

—Mmm… bueno, busco algún lugar donde hospedarme.

—¿No tienes un apartamento?

—Me quedé en uno, pero esta del asco. Hay mucho ruido, huele mal y está oscuro por la calle. —comenta a lo que Jimin se sienta a su lado.

—¿Por qué calle vives?

—Itaewon.

—Oh, vaya. Si estás en un lugar peligroso.

—Lo sé, es por eso que quiero buscar otro lugar. Pero todos son demasiado caros y no creo que me alcance para algo así. —señala en el periódico— Necesito ahorrar un poco más.

Jimin dudaba un poco sobre decir esto, aunque si no lo hace se va a arrepentir.

—¿Sabes? Yo tengo una habitación extra en mi apartamento. Si quieres puedes quedarte ahí. —le ofrece a lo que Jungkook le mira con incrédulo.

—¿Enserio?

—Si, escucha. Puedes ayudarme a pagar la mitad de la renta así podemos gastar menos dinero en toda una renta.

—¿Estás seguro, Jimin? Es que no quiero ser una molestia, no me malentiendas, pero ya has hecho mucho por mi que siento que te debo todo.

Jimin niega rápidamente.

—No serás un problema. Sé que tal vez no es fácil salir de un lugar como prisión y no tener nada al salir. Solo quiero ayudarte un poco y cuando tengas un poco más de dinero puedes rentar algo e irte. Pero acepta mi ayuda, no lo tomes como caridad, para nada quiero que pienses eso, únicamente quiero darte la oportunidad que se que otros no te la darán. Pero tú decides, puedo incluso llevarte hoy o mañana para que veas mi apartamento y la habitación.

Jungkook no sabía qué decir, es que Jimin está siendo tan gentil. Bueno, no era una mala propuesta, puede ahorrar un dinero y rentar algo estable más adelante. Necesitaba dormir bien porque otra noche más en ese basurero lo haría enloquecer. Además no tenía nada malo con vivir con el rubio, era lindo.

—De acuerdo, iré contigo hoy.

Jimin sonrió internamente.

—¿De verdad aceptas?

—Si, gracias por ayudarme Jimin. Jamás voy a tener como agradecerte todo esto que haces por mi.

—Lo hago con gusto, se que no me conoces bien pero me gusta ayudar si puedo.

Jungkook pellizca su mejilla y Jimin tiembla ante el tacto.

—Eres un ángel.

Taehyung quien ya había terminado de limpiar escucho lo que temía, a Jimin le gusta el bandalo ese, joder como si no le conociera, esta que babea por el. Le gustaría advertirle un poco más sobre los hombres como ese, sin embargo sabe que nada de lo que le diga lo va a convencer.

Dios, este tonto cayendo en el amor otra vez.

—Solo terminó de limpiar la cocina y nos vamos.

—Amm… ¿Puedo mudarme hoy? —le pregunta— Ya no puedo pasar otro día más en ese lugar. Mi espalda te lo agradecería.

—¿Es tan malo? —pregunta.

—Creeme, las camas de prisión son un palacio a comparación de ese lugar.

Jimin se ríe.

—Por supuesto. Si quieres puedes ir por tus cosas y yo te espero aquí en la tienda.

—Vale, ya vuelvo.

Jeon se para por sus cosas, aprovechando la propuesta del rubio. Jimin limpio lo más rápido posible para irse a casa con el guapo pelinegro, en eso se acerca Taehyung con el ceño fruncido y de brazos cruzados.

—¿Enserio? ¿Primero le das trabajo y ahora piensas vivir con él? Joder, Jimin.

—Tae, por favor.

—Nada de Tae por favor. Entiende Minnie que no es que no piense que las personas como él no puedan cambiar, pero, una cosa es dejarlo trabajar aquí y otra muy distinta es vivir con él.

El rubio hizo un puchero.

—Confía en mi Tae, Jungkook es bueno. Además vive en un mal lugar y que me ayude con la renta no está nada mal.

—Mmm... Claro, la renta. ¿Jimin estás seguro de esto?

El rubio tomó las manos de su mejor amigo.

—Si. Vamos tampoco es que me vaya a robar. ¡Oh!, llegó. Iré con él, cierra por favor adiós.

Jimin salió disparado de la cocina yendo con Jungkook, Taehyung se quedó negando con la cabeza mirando a su amigo irse como tal enamorado.

—Tal vez no te robara lo material, pero si tú corazón. Aquí vamos otra vez.

Bueno, en el amor todo se vale.

Otro capítulo más de Mi lindo repartidor.
Subiré otro mañana o sino al rato. Lamento tardar pero he estado ocupada con varias cosas personales. Pero aquí está.

Denle mucho amor.