𓍢ִ໋🌷͙֒ 02

Jungkook disfrutaba de un rico sándwich que ese chico llamado Jimin le ofreció, además de la bebida la cual era de fresa y estaba deliciosa. Habían llegado y en lo que lo esperaba para su entrevista, le preparó la especialidad de la casa.

Lo admitía, era un buen lugar. El ambiente de ese pequeño local era agradable, moderno, pero el toque estético de madera y hojas verdes. El logo del local de sandwiches era un perrito amarillo comiendo un sándwich, era adorable.

Todo en el lugar tenía esencia de ese chico rubio.

Cuando Jimin terminó de hacer sus cosas volvió con el rudo tatuado, quién ya había terminado de almorzar. Dejó salir un suspiro, a un estaba nervioso con su presencia, no porque salió de prisión, sino más bien porque se veía intimidante y casi no va con su ambiente de amor y paz. Pero va a juzgarlo, bueno, lo hizo un poquito, pero no tanto.

Se acerca a él con una hoja de papel para comenzar la entrevista que es sumamente importante.

—Volvi, espero que te haya gustado nuestro sandwich con queso y salami. Es el que más piden aquí. —le dice Jimin con una sonrisa.

—Esta delicioso. Pero lo que más me gustó fue el agua de fresa natural, es deliciosa. —Bebió todo el líquido dejando solo los hielos.

Jimin sonrió contento de saber aquello.

—Hace poco integramos eso al menú. Me alegro que te haya gustado mucho, yo mismo lo prepare.

—¿También la haces de chef? Creí que tenías uno.

—No, no tengo tanto personal. Mi abuela me heredó esto hace poco e hice algunos cambios que me costaron dinero. Ahora estamos más actuales, pero conservando lo que un día fue. Abrimos hace poco, como dos meses y hemos tenido mucho incremento de clientes.

—Bueno teniendo en cuenta que está acerca de la preparatoria de Busan fue buena idea. —comenta Jungkook, ya que se percató de lo cerca que están del instituto.

—Mi abuela fue una genia en comprar este lugar. Y si, por eso requiero un repartidor, ya que los jóvenes a veces no tienen tiempo para sus clases y me piden comida, al igual que algunas personas en las zonas de pesca o las típicas casas familiares.

—Ya veo... Me interesa el trabajo.

Jimin sonrió contento.

—¡Perfecto! —se emocionó un poco— comencemos con la entrevista. —Carraspea y tomó su bolígrafo— ¿Qué edad tienes?

—27 años.

—Ok... ¿Dónde naciste?

—Mandeok- dong Busan. —responde Jungkook.

—Yo también nací ahí. —Le dice Jimin.

—Vaya, qué coincidencia.

—Si verdad —Se sonroja levemente— Continuó. ¿Tienes novia o esposa?

Jungkook negó.

—No tengo, no me gustan las mujeres. Tampoco tengo novio o esposo por si lo vas a preguntar.

—Es bueno saberlo —susurró.

—¿Dijiste algo?

Jimin elevó la cabeza y negó rápidamente.

—No dije nada. ¿A qué te dedicabas antes de entrar a prisión?

Jungkook dudo de responder, no tenía que decirle eso a ese chico rubio. No recuerda cuándo fue que se empezó a meter en esa mierda llamada pandillas en especial las peleas clandestinas en las que estaba involucrado. Mierda, era un bueno para nada, qué podría decirle, seguro le dará esa mirada que todos le daban cuando se enteran que su vida prácticamente era solo problemas ilegales.

Jimin notó su silencio, no quería incomodar, no quería hacerlo sentir mal por lo que estuviera pasando. Cambió la pregunta mejor.

—Olvida esa pregunta, no es necesaria. ¿Qué es lo que sabes hacer? Esta pregunta puede ser respondida por lo que sepas.

Jungkook agradeció que entendiera.

—Bueno... En prisión era bueno en carpintería. Digamos que soy bueno en eso.

—Wao... Eso es genial. —le sonrió sincero— Ya solo faltan dos preguntas más y estarás contratado. ¿Eres alérgico a algo?

—No.

—¿Tienes problema con venir los domingos? A veces tenemos muchos clientes ese día.

—No tengo problema. ¿Será extra verdad?

—Sí, efectivamente. Tu pago será el día viernes, serán 70 dólares y dependiendo de las propinas será un poco más, pero varían entre los tres.

—¿Tres? ¿Hay otro trabajando aquí?

—Mi mejor amigo, él vendrá mañana para que yo pueda presentarte con él. Me ayuda en la cocina y atender a los clientes o viceversa. Otra cosa que debes hacer es ponerte el uniforme, el cual consiste en esta camisa —le muestra la camisa color amarilla con ese perrito aún lado— Es obligatorio. También debes llegar a tiempo, abrimos a las 8 de la mañana, se puntual por favor.

—Estaré puntual, no te preocupes.

—Perfecto. El día de descanso serán los días jueves que son los días que menos tenemos gente, y ya para terminar, vamos a presentarte la motocicleta que usaras, sígueme.

Ambos se levantan, Jungkook lo sigue detrás. Van a la parte de atrás donde le muestra una motoneta de esas de repartidor, no estaba mal, era color negra lo cual se veía bien.

—Esta será tu mejor amiga mientras trabajes aquí. La compré hace poco por un buen precio, por favor cuida de ella, me esforcé en pagarla al contado.

—La cuidaré bien, te doy mi palabra.

Lo mira a los ojos, Jimin se sonroja otra vez. Dios, cada que miraba el pelinegro su corazón se acelera, ¿qué rayos le pasaba? Aunque él tenía la culpa, no pudo evitar sentirse atraído por él cuando lo vio entrar a la tienda de Kang. Fue otro de sus impulsos, de esos que odiaba tener porque sabe que se puede equivocar, pero realmente Jungkook le daba buen presentimiento.

—Ya que todo está claro, es todo. Por favor firma este contrato, tomate el tiempo de leerlo y...

Jungkook lo firma de una vez.

—No hace falta, confío en ti. Me diste el trabajo sabiendo quién soy, así que está bien.

Jimin sonrió conmovido.

—Esto sería todo, mañana no llegues tarde.

—Nos vemos y gracias por el empleo. De verdad te lo agradezco mucho, Jimin.

Jungkook estira su mano para tomar la de Jimin, esas sensaciones que siente Jimin no se las quitará nadie su mano era grande y medio rasposa. Lo suelta para acompañarlo a la salida.

Tal vez estaba un poco cegado por lo atractivo que es ese chico de tatuajes, pero realmente quiere darle una oportunidad, así como se la dieron a su padre cuando salió de prisión y una buena persona que fue su madre, le dio la oportunidad de trabajar aquí mismo en su restaurante.

Entró contento esperando que fuera el día de mañana para verlo.

︶꒦꒷♡꒷꒦︶

—¿Que contrataste a un ex prisionero para repartidor? —le pregunta Taehyung a su mejor amigo un tanto confundido.

Este asintió mientras cortaba la verdura.

—Ajam... Lo conocerás en unos minutos, ya no debe tardar. —comenta emocionado.

—Es que no lo puedo creer, entiendo que nos falta una mano extra con los pedidos, pero ¿un prisionero? ¿y si nos roba? Por dios Jimin, no podemos confiar en personas así, no sabes si pasará algo o peor.

A Jimin le molestó eso.

—Oye no digas esas cosas tan feas. Las personas que salen de esas prisiones la tienen difícil cuando nadie les quiere dar trabajo por los errores del pasado. Además, se ve una buena persona, estuvo buscando trabajo todo el día de ayer y yo le ofrecí algo. Recuerda que mi mamá hizo lo mismo con mi papá, no tiene nada de malo brindar un poco de ayuda.

—Entiendo eso, pero tu papá era una buena persona. No conoces a ese tipo del todo.

—Mi madre se dio cuenta por instinto que papá era buena gente, de no ser así jamás le habría dado empleo. Escucha, yo sentí lo mismo con él, créeme que es buena persona, no nos robara.

Defiende Jimin a su empleado pues odiaba que juzgarán antes de conocerlo, bueno, no lo conoce bien del todo, pero de verdad no sintió malicia en él cuánto lo vio.

Taehyung comenzó a lavar la verdura.

—A veces tu corazón de pollo me asusta. No todos son buenas personas, no es que quiera echarle pestes a ese chico, pero temo que pase algo malo. No lo tomes a mal, Jimin, pero sabes que tengo razón. Solo me preocupo.

—Se que te preocupas Tae, pero te aseguro que Jungkook es buena persona. Además hay cámaras en todo el lugar, las instalaron ayer que no viniste, lo mantendremos vigilado al igual que todo el que entra aquí. —le asegura, solamente así su mejor amigo se quedará mejor.

Taehyung se conforma con eso.

—Eso espero. Lo mantendré vigilado.

La capilla de la entrada suena, eso alerta a Jimin.

—Llego. —Se paró rápidamente a atenderlo y Taehyung arqueo una ceja.

Camina hacia fuera para ver al repartidor y para su sorpresa casi se le cae la mandíbula al suelo a ver semejante... hombre. Sabía que en las prisiones salen hechos unos musculosos y tatuados, y este tipo era uno de ellos.

Ahora entiende porque Jimin está embobado con él.

—Jungkook, llegaste. —la voz de emoción al verlo le hizo sonrojar.

—Dije que vendría.

Le consta, había dormido un poco mal debido al colchón viejo de ese apartamento feo. Jimin nota como soba su cuello.

—¿Estás bien?

—Descuida, solo domi mal. Me duele un poco el cuello.

—Tengo medicamento para el dolor muscular, iré por una pastilla y un poco de agua. Iré por ello mientras te presentaré a mi amigo del que te hable —voltea a ver a Taehyung quien se acerca a él. Ambos se escanean el uno con el otro— Jungkook, quiero presentarte a mi mejor amigo Kim Taehyung, Tae el es Jeon Jungkook, nuestro nuevo repartidor.

Taehyung hizo una mini reverencia al igual que el pelinegro.

—Es un gusto conocerte, Jungkook. Espero que puedas hacer un gran trabajo.

—Igualmente. Daré lo mejor de mi. —le aseguro.

—Bueno los dejó, iré por el medicamento y algo para que te almuerces antes de que te vayas —le dice Jimin emocionado.

Corre por él almuerzo y el medicamento, Jungkook medio sonríe ante lo lindo que se le hizo cuando se emociona.

Taehyung carraspeó un poco.

—Bienvenido, espero que puedas hacer un buen trabajo. —le dice— Jimin me contó cómo pasaron las cosas. No me malentiendas por lo que diré, pero tienes la confianza de Jimin y desde ahora la mía, no nos falles por favor, en especial a Jimin. Es demasiado sensible e inocente, si te dio el trabajo es porque le diste buen presentimiento, así que confiaremos en ti.

—Gracias por la confianza, yo no pretendo hacer nada malo si es lo que piensas. Pague por mis errores y no se volverá a repetir, haré mi trabajo y será todo.

Taehyung se conformó con eso, ya que su mejor amigo le dio el empleo, al menos quería dejar eso claro. Jimin llega con la comida y el medicamento.

—Toma, puedes tomar asiento en lo que hacen los pedidos. —le sonríe tiernamente.

—Muchas gracias Jimin.

Jungkook tomó todo lo que el rubio de mejillas rojas le preparó, se sentó en una mesa para almorzar antes de irse. Comió un deliciosa tortilla de huevo con arroz y trocitos de carne dentro, joder era lo más delicioso que había probado en su vida.

Jimin sonrió satisfecho de que le gustará lo que preparó para él, amaba cocinar y si lo hace para un chico tan guapo como él, no tenía problema.

Abrieron el restaurante y la gente comenzó a llegar, Jimin preparó los pedidos y Taehyung atendió las mesas. Al pasar unos minutos al fin tenía pedido para Jungkook, Jimin empaco todo para que lleve los pedidos.

—Están todos los pedidos en esta libreta, pero creo que no tienes móvil ¿verdad?

Jeon niega.

—No tengo, pero soy bueno aprendiendo las calles. Solo dame eso.

Jimin se lo entrega, Jeon sube a la moto para irse.

—Muy bien, no hay minutitos de entrega, no somos como esos restaurantes. Así que tomate tu tiempo, más no tanto por favor.

—Descuida, no tardaré nada. 

Enciende la moto listo para irse.

—Mucha suerte, Jungkook.

—Gracias. Nos vemos en un rato.

Arranca y se marcha a hacer sus pedidos. Jimin agita su mano en despedida. Se sentía genial verlo, aunque las mariposas en su estómago no ayudaban.

—Recuerda Jimin, solo es un trabajador, nada de romance. Pero es que guapo, no puedo evitarlo.

Él mismo se ilusiona, aunque sabe que tal vez deba controlarse.

El día fue productivo, hubo muchos clientes y los pedidos también ayudaron bastante. Eran las nueve de la noche y ya tenían que cerrar, Jimin lavó los trastes y Taehyung limpió las mesas. Al salir Jimin fue a limpiar la ventanas por fuera, subió a las pequeñas escaleras y mientras lo hacía no se dio cuenta que venían unos chicos con bicicleta, pasaron a toda velocidad e hicieron tambalear al Jimin.

—¡Jimin! —grito Taehyung.

Jimin pensó que se iba a caer, cerró sus ojos esperando el golpe, solo que en vez de ese dolor, sintió unos brazos tomar su cuerpo, solo se escuchó el sonido de las escaleras caer.

Pareció en cámara lenta, Jimin abrió los ojos viendo a Jungkook quien fue quien lo sostuvo entre sus brazos.

—¿Estás bien? —le pregunta.

Jimin asistió con sus mejillas sonrojadas, el corazón le latía ante la cercanía con el pelinegro. Estar en sus brazos era como estar en una nube, aunque le duró porque porque lo bajo y Jimin salió de su trance.

—Yo limpio las ventanas, entra y haz lo que tengas que hacer.

Le dice Jungkook y Jimin estaba rojo del rostro.

—Gracias, Jungkook. Voy a darte tu cena, para que la lleves contigo. —a duras penas pudo decir aquello. Estaba muy nervioso.

—Vale, gracias.

Jungkook se puso a limpiar mientras Jimin entró con una boba sonrisa, la cual no pasó desapercibida por Taehyung preguntándose si su amigo le dio empleo por lo que pasó el pelinegro o por otra cosa.

Espero que les haya gustado este capítulo. Se pondrá mejor como avance la historia.

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