໒꒰ ' ꒳ ' ꒱ა : twelve

Después de que ambos se volvieron una pareja oficializada recibieron varias felicitaciones por parte de sus amigos, y también por parte de todos los chismosos que se encontraban admirando la escena.

Aunque también recibieron varias quejas provenientes de todos aquellos que buscaban alguna oportunidad para poder conquistar al rubio o al pelirosa.

Pero, meh, todos esos idiotas podían irse al infierno. Ni en mil años serían capaces de llamar la atención de alguno de ellos dos, pues estuvieron completamente enamorados desde que eran tan solo unos pequeños e indefensos niños.

Luego de tanta celebración por la reciente parejita, estos últimos decidieron ir a la casa del poseedor de preciosísimos ojos idénticos al arcoiris.

Obviamente Akaza sufrió en todo el trayecto porque le tocó cargar el enorme peluche, aunque técnicamente este tendría que quedarse en casa del de ojos ámbares, pero bueno, su bebé dinosaurio también tenía el derecho de conocer la casa de su otro papi.

Soyama finalmente pudo descansar al estar frente a la puerta del hogar de su amado, dejó el peluche sobre el suelo mientras que Douma buscaba las llaves de la puerta principal, pero esta se abrió inesperadamente dejando a la vista a un alto pelinegro de ojos color sangre, el cual también poseía un aura aterradora.

El más bajito casi se escondía atrás del dinosaurio color azul pastel, hasta que escuchó a su acompañante hablar.

──¡Papá! ¿A dónde ibas? Perdón por llegar tarde, estab-

──¿Cuáles son tus intenciones con mi hijo? ──Preguntó sin desviar ni un solo segundo la vista del pelirosa, lo estaba analizando de pies a cabeza para ver si era un buen candidato para merecerse el corazón de su adorado descendiente.

──¡Ay! ¡Papá! ──Gritó avergonzado el rubio mientras empujaba a su padre hasta el interior de la casa, no pudo evitar que una risita suave escapara de sus labios al verlo tan sobreprotector como siempre. ──Él es Akaza, todos los días te hablo de él y hoy finalmente le pedí ser mi novio. Así que ahora es tu yerno, no lo llenes de preguntas innecesarias. ──Dió un saltito para subirse a la espalda de su progenitor, aferrándose a su cuello para evitar caer.

──Tsk, ni se te ocurra hacer sufrir a mi hijo porque yo mismo voy y te corto los huev-

──¡PAPÁ! ──Jaló uno de sus azabaches mechones de cabello para evitar que siguiese hablando y después se bajó de su espalda. ──¡Akazita! ¡Ven!

Y bueno, cabe recalcar que Soyama aún seguía fuera de la casa, pues le daba miedo entrar en aquella residencia sin el permiso de su aterrador suegro.

──Mi cielo, él es mi papi, Muzan. Papá, tú ya lo conoces pero igual tengo que presentarlos, ¡este es mi hermoso novio! ¡toda una obra de arte! ¡Akaza Soyama! ──Soltó un pequeño chillido de emoción mientras se abrazaba a su pareja, el cual solo movió su mano de un lado a otro con lentitud como seña de saludo.

Y Kibutsuji finalmente pudo relajar su rostro que solo irradiaba seriedad, ahora denotaba una calma infinita al ver la plena felicidad de su pequeñito.

──Entendido, igual aún no confío en ti, Soyama.

──¡Ya, papá! Verás que es un buen chico, además pronto llevaré su apellido, ¡Douma Soyama suena tan bien!

En esos momentos una mirada penetradora fue dirigida hasta Akaza, el cual no sabía qué decir ante las tonterías de su novio.

Así que solo atinó a dar un leve apretón en la mano del más alto, indicándole que cerrara el hocico.

──Uh~ lo olvidaba, ¿vas a salir, verdad? Y nosotros tenemos que hacer tarea para mañana, ¡nos vemos luego, papi! ──Se acercó a darle un cálido abrazo, el cual fue correspondido de inmediato y después jaló la mano de su querido pelirosa para guiarlo hasta su habitación. Pero, obviamente el de ojos color miel no se fue de ahí sin hacer una reverencia para el temible azabache.

──Mañana es sábado... ──Susurró con cierta duda el de cabellos negros, pero al final decidió no darle tantas vueltas y salió de casa, dispuesto a dar un largo paseo.

No confiaba lo suficiente en Akaza, pero sí que confiaba en la fuerza de su adorado hijo al utilizar sartenes para golpear gente si es que intentaban hacerle algo malo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top