30

Minjeong estaba sentada en una de las mesas de la cafetería junto a Yeji, y aunque pareciera extraño ambas tenían clase libre en ese momento.

— Ese chico está completamente loco. — Yeji soltó con desdén mientras se llevaba un dulce a la boca, y Minjeong volteó hacia ella frunciendo el ceño.

— ¿Quién? ¿Xiaojun?

— ¿Quién más sino? — Yeji respondió entre una risa, con obviedad.— Ha pasado una semana desde que lo volvímos a ver.

— Supongo que le hizo caso a Jeno de no acercarse a ti.

— Tal vez. — se encogió de hombros con indiferencia.

— Incluso a mí tampoco se me ha acercado.

— No te hagas la interesante ahora — Yeji le fulminó con una sonrisa, hasta que ambas empezaron a reír y Minjeong negaba con la cabeza.

— Ya, pero enserio, no se me ha acercado desde ese día.

— Quizá esté tramando algo.

— ¿Así? — dijo con incredúlidad — ¿Cómo qué?

— No lo sé, pero se ve algo sospechoso. — se encogió de hombros.

— Ya hasta te pareces a Haechan. — replicó con gracia.

— ¿Yo qué? — su voz resonante hizo que Minjeong diera un salto en su lugar y formara una mueca aun con sus ojos cerrados.

— Bueno... yo los dejo solos. — Yeji se levantó sonriente y antes de que Minjeong pudiera reclamarle de que no se fuera, Yeji ya estaba bastante lejos de ellos.

— ¿Qué estabas hablando con Yeji?

— Nada en especial. — volteó hacia él sonriendo a medias, con una mano sobre su mejilla y el codo apoyado sobre la mesa.

— ¿Seguro qué no se trataba de Xiaojun? — Minjeong cambió de expresión, soltando un leve suspiro mientras rodaba los ojos.

— ¿Quién te lo dijo?

— Fue Jeno.

— Chismoso. — murmuró a un lado con fastidio.

— Ya me dijo lo que pasó con Yeji, y vengo a decírtelo a ti también.

— Aquí vamos — soltó con íronia,  rodando los ojos.

— Minjeong, si te digo que no te acerques a él no es para fastidiarte.

— ¿Y entonces? — volteó hacia él despegando la mano que antes tenía sobre su mejilla. — ¿Por qué tanta insistencia con lo mismo?

— Porque lo conozco mejor que tú, y eso no lo sabes.

— No puedes juzgar a las personas sólo por su apariencia. — se levantó quedando frente a él de brazos cruzados.

— ¿O sea qué crees qué Xiaojun no es apariencia? — la miró con incredúlidad y se cruzó de brazos de la misma manera que ella.

— Ya está muy grandecito para saber lo que hace ¿no crees? Ya perdónalo de una vez.

— Lo voy a perdonar el día que se largue de esta escuela. — sonrió falsamente, cerca de su rostro.

— Si, como no — rodó los ojos.

— Minjeong, no quiero que pienses que te estoy prohibiendo algo.

— Pues lo parece, porque a estas alturas ya pareces mi novio. — soltó abriendo los brazos par en par. Haechan soltó suavemente una risa mirando al suelo. — Enserio, creo que estás exagerando un poco las cosas.

— Mira, tú piensa lo que quieras, ¿bien? yo solo te lo advertí. — volvió a mirar hacia ella — y hasta que no te des cuenta de quien es en realidad, no te lo voy a dejar de recordar.

— Haechan, tú y yo solo somos amigos, no es para tanto. — contestó con suavidad, aunque sus palabras fueran tan duras y ella sintió como un nudo se formaba en su garganta. — Tengo que irme.

— Precisamente es por eso. — tomó su muñeca antes de que se fuera y que ella pudiese voltear para verle. — Porque...

— ¿Qué?

— Porque eres mi amiga, y no quiero que te pase nada. — murmuró mirando al suelo. Minjeong no sabía como tomar aquello, pero lo que sentía en ese momento era nostalgia y un poco de conmoción. 

— No tienes porque preocuparte, Haechan. — Minjeong le regaló una pequeña sonrisa y le dio un leve apretón en su antebrazo antes de irse a su clase.

(...)

— Sabes, ese trabajo no me gustó para nada. — Ningning replicó aferrando los libros que llevaba en sus brazos hacia su pecho.

Ella y Minjeong iban por el pasillo de camino hacia su aula.

— No te sientas mal, sacaste 9, es lo que importa. — sonrió para consolarle.

— Si, pero aun así me hizo pasar una crisis existencial y de ansiedad. — renegó de todos modos.

— Ya, lo bueno es que podrás pasar el fin de semana con Yangyang antes de la siguiente semana de exámenes.

— Si... debido a eso, él no podrá.

— ¿Por qué no? — volteó frunciendo el ceño.

— Él y los chicos tienen práctica de beisbol toda la semana, así que no podré verlo todo el tiempo. — contestó triste formando un leve puchero.

— ¿Eso incluye a Haechan? — preguntó de repente, Ningning la miró de reojo y asintió con una sonrisa diminuta.

— No podrás verlo por casi una semana, así que no tendrán tiempo de verse — dijo y Minjeong asintió — No te sientas triste.

— ¿Quién dijo qué lo iba a estar? — respondió confundida viendo como Ningning soltaba otra risa y ella negó moviendo la cabeza — En fin, tengo que entregar esto a la biblioteca.

— ¿Te acompaño?

— No, si quieres mejor ve a clases, yo voy en un momento.— Ningning asintió y le entregó con cuidado los libros de que no fueran a caerse.

Minjeong fue hacia la biblioteca teniendo cuidado de que ningún libro se le cayera. Dio vuelta a la derecha y pegó un salto de susto al encontrarse con alguien parado justo frente ella, sin soltar los libros de sus brazos.

— Hola, Minjeong. — Xiaojun tenía las manos escondidas en las bolsas de la chaqueta mientras la miraba con una sonrisa.

— X-Xiaojun... hola.

— ¿Te asusté? — preguntó preocupado.

— No... es solo que me tomaste por sorpresa. — sonrió, ocultando toda muestra de susto y nervios sobre su rostro.

Xiaojun se rió suavemente.

— De acuerdo, lo siento ¿Te ayudo? — señaló hacia los libros, pero ella negó amable.

— No, no te preocupes, está bien.

— Okey. Por cierto... te estaba buscando.

— ¿A-a mí? — preguntó sorprendida, y una ola de nerviosismo se instaló en su estómago.

— Sí, de hecho... quería disculparme contigo por lo que pasó con tu amiga.— él se encogió de hombros mirando hacia el suelo.

— Oh, eso... no te preocupes.

— Sé que debí verme como todo un mediocre allá, pero no era mi intención asustar a Yeji y que Jeno viniera en su rescate. No sabía que ella tenía novio y mucho menos uno sobreprotector.

— Sí... supongo.

— Lo siento por eso, me dejo llevar a veces pero suelo ser así con todas las personas que conozco. — apartó la mirada y luego la volvió hacia Minjeong, sonriendo. —  y más si son bonitas.

— ¿Yeji te parece bonita? — preguntó confundida.

— Mmm sí, pero no más que tú —sonrió al ver la expresión cambiada de Minjeong en su rostro. Toda perpleja y sonrojada, apenada mientras ocultaba su cara atravéz de los libros — Eres muy bonita, Minjeong.

— No sé que decirte...

— Solo espero que no te enojes por eso.

— Ah, no no, es que... me sorprendió. — sonrió con pena.

— Supongo que Haechan no te dice cosas como esas ¿o sí?

— Amm, la verdad llevamos una relación... algo extraña—  mitigó mirando a donde sea menos a la cara de Xiaojun.

— Osea que eso es un no.

— A-algo así.

— Pero me imagino que ya te ha besado antes ¿no?

— ¿Qué? — Minjeong exclamó y los libros resbalaron de sus brazos hacia el suelo. Rápido se puso de rodillas y empezó a rejuntarlos hasta ver a Xiaojun ayudándola.

— Lo siento, Minjeong, creo que estoy siendo muy metiche.

— Tal vez — rió. — La verdad, es que él es, mi primer novio... así que no se ha dado la oportunidad todavía. — ambos se levantaron quedando frente a frente.

— Lástima, tiene a una bella persona junto a él. — nuevamente un leve sonrojo se notó en las mejillas de la chica, acompañado de una leve sonrisa nerviosa.

— ¿Siempre eres así de alagador?

— A veces. — respondió encogiendose de hombros, con arrogancia — ¿Te puedo acompañar? — ella asintió y le entregó los libros a Xiaojun mientras ella solo cargaba sus cosas.

Después de salir de la biblioteca Xiaojun se ofreció en dejar a Minjeong hasta su clase. Ella accedió porque le había parecido un gesto amable y caballeroso de su parte.

Sólo bastaron tres días para que ambos se encontraran en las pocas veces inesperadas y pudiesen conversar un poco más.

Minjeong había ignorado por completo todas las advertencias que Haechan le había dado, y como era de esperarse él tampoco pudo verla debido a las prácticas de beisbol que lo mantenían muy ocupado.

Y aunque Minjeong no expresara nada delante de Xiaojun o hasta de sus amigas, en el fondo no podía olvidarse de Haechan.

Un jueves Minjeong estaba sentada sola en una banca del patio almorzando, hasta que Xiaojun llegó a sentarse con ella y conversar. Así duraron unos pocos minutos cuando Minjeong sintió que alguien estaba detrás de ella.

— Minjeong... ¿podemos hablar? — Ningning preguntó sin acercarse mucho a ellos, mientras miraba con severidad a Xiaojun y él a ella.

Ella asintió y antes de que dijera una palabra al chico él le dijo que estaba bien y se retiró. Rápido sintió como la tomaban de la mano y la llevaban consiho a arrastras hasta un rincón.

— ¿Estás demente? — Ningning espectó con las manos a la altura de su cabeza.

— ¿De qué hablas?

— ¿Es por eso qué dejaste de juntarte con nosotras? ¿Por él? — señaló hacia la nada, refiriendose a Xiaojun con desdén.

— Bueno, es que...

— Minjeong, no quiero sonar grosera. Pero te estás dejando llevar por él. — Ningning se cruzó de brazos, media molesta.

— Solo es un amigo. Además, no siento nada por él.

— De eso estoy segura, de lo que no estoy es que quiera algo contigo. ¿Qué pasó con Haechan?

— Él... está muy ocupado ahora. — murmuró con tristeza mirando al suelo.

— Por lo visto su ausencia te está afectando. — respondió suavemente y Minjeong asintió. — Mira, no soy quien para prohibirte nada, pero ten cuidado con Xiaojun Yangyang dice que no es una buena persona.

— Lo tomaré en cuenta.

(...)

Haechan salió del entrenamiento con las cosas en manos y las guardó en su casillero para irse a casa. Al terminar se fue por el pasillo y al dar vuelta a la izquierda se detuvo de golpe al ver una persona con la espalda en la pared y cruzada de brazos que le sonreía.

— Que gusto verte de nuevo, Haechan.

Todo muy raro con el Xiaojun, pero bueno jsjsjsjs. Por cierto, preparence porque se vienen cosas muy fuertes.
Eso sería todo por hoy, gracias por leerme. 💗💗💗

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