11
— A ti te estaba buscando — dijo él. Había entrado a su salón aprovechando que estaba sola, y ahora estaba parado frente a su pupitre mientras ella seguía cabizbaja. — Ya déjate de juegos Minjeong, tienes suerte de que Yuna no te haya reportado sólo porque estuve allí.
— ¿Para defenderla o para evitarme más problemas? — levantó la mirada, algo molesta.
— No digas estúpideces, sabes que eso no es verdad, no después de lo que me dijiste.
— Entonces, ¿a qué vienes?
— ¿Cómo a qué? tienes que salir, tu trabajo aún no termina. — la cogió de la muñeca para hacerla levantar, sin embargo, ella no dio un paso con él aún estando de pie. — ¿Ya vas a empezar?—volteó a verla ya irritado.
— ¿No era que estabas muy enojado conmigo por lo de tus amigos?
— Lo estoy, pero eso no quiere decir que hayas terminado lo que empezaste.
— ¿Disculpa? ¿dices que yo empecé esto? — esperaba una respuesta de su parte, pero Haechan la ignoró por completo y la jaloneó hacia la puerta. Mientras era casi arrastrada, Minjeong intentó zafarse de su agarre, hasta que lo logró.
— Suéltame.
— No entiendo cuál es tu problema. — se volteó lentamente a ella.
— ¿Quieres saberlo? no puedo simplemente llevarme bien contigo. ¿estás satisfecho?
— ¿Y tú crees que quiero llevarme bien contigo? tampoco quiero estar junto a ti ¿estás satisfecha?
— Ahora que el sentimiento es mutuo. — contestó con sarcasmo.
— Deja de ser ridícula.
— ¿Todavía tienes el descaro de hablarme así después de cómo me has tratado ayer?
— ¿Y cómo querías que te tratara después de ayer? arruinaste mi amistad con ellos, tú también eres una descarada.
— No era mi intención que eso pasara y lo sabes, nunca pensé que Yangyang se molestaría por Ningning.
— Lo que tengan que ver esos dos, no te interesa.
— Seguramente a ti, sí.
— ¡Bueno ya basta! eso no implica nada en cómo te portaste, ¿Tienes una idea de lo que significa qué alguien qué está conmigo tenga esas actitudes? sólo me perjudicas.
— ¿Es qué sólo te importa eso? — preguntó con la voz entrecortada y con algunas lágrimas al borde. — ¿Sólo te importa tu estúpida popularidad?
—¡No grites!— regañó entre dientes. — Si empiezas con tus escandálos te irá peor.
—¡No me importa, si yo quiero gritar lo haré, no te soporto más! — entonces fue allí cuando Haechan estuvo apunto de cometer un error con sólo alzar su mano. — ¿Qué, me golpearás? ¿eso vas a hacer? ¡Pues bien quiero verlo, vamos hazlo! — una lágrima ya bajaba por su mejilla, seguida de otra y otras más. Haechan no se había movido en absoluto, pero poco a poco fue bajando la mano, sin dejar de ver cómo Minjeong lloraba. — Es increíble hasta donde puede llegar tu altanería. — y con eso, pasó de largo chocando su hombro, y a medida que se alejaba disminuan más los sollozos por el pasillo. Haechan se quedó allí donde mismo, llevándose las manos a la cara con frustación y a la vez queriéndo tranquilizarse. Caminó hacia su casillero para sacar de este una cajita de goma de mascar y olvidar el momento que lo puso de cabeza. Pero al abrirlo, miró extrañamente una nota que había caído al suelo. La recogió y empezó a leerla.
—"Si quieres conservar tu plan, tienes que tratarla mejor"
Haechan fruncío el ceño después de leer aquello. Él no estaba entendiendo nada, supuso que alguno de los chicos había visto todo y le dejó esa nota. Pero eso sería imposible, los tres estaban molestos con Haechan, así que no pudo saber quién más haya sido la persona que escribió eso. Al escuchar el timbre de la tercera clase cerró su casilla y fue directo a su salón. La hora se le estaba haciendo eterna, y justamente después de un rato miró su reloj de mano, faltaban muy pocos minutos para el descanso, así que inventó una excusa para salir de clase. Una excusa para ir a buscar a Minjeong. Después de mucho rato la encontró sentada sobre los escalones que daban a los salones de arriba.
— Oye — emitió al quedar frente a ella. Pero ni siquiera contaba con el valor para verle a la cara. — Lo siento — soltó rápido. Minjeong levantó la mirada frunciendo el ceño.
— ¿Qué?
— Que yo... que lo siento. — respondió entre dientes. Las palabras de esa nota le estaban carcormiendo la cabeza, y quizá algo de razón tenía que darles. — No debí actuar de esa forma. — Minjeong seguía soprendida por esa repentina acción del mayor. Era muy extraño para ella ya que él no era así, es decir, jamás.
— Pero ¿Enserio querías golpearme? — la miró confundida y luego se sentó junto a ella, pero no muy cerca.
— No soy capaz de golpear a una mujer, es solo que a veces tengo arranques y no se como contrarlos.
— Entonces eres muy agresivo.
— Solo a veces — justificó, luego la miró y ambos se quedaron así por un rato sin decir nada.
— ¿Por qué me tratas tan mal? — soltó susurrando, Haechan le miró entre confundido y sorprendido. — En sí no entiendo porque lo haces.
— ¿No entiendes? — curvó una sonrisa mirando hacia otro lado.— Eres fastidiosa, solo eso.
— ¿Sólo eso?
— Ah, quieres que te lo explique, bien. Simplemente no me agradas, sobre todo ahora que tenemos que estar fingiendo ser novios.
— Y esa es una de tus razones. — sonrió irónica. — Y si no te agrado, ¿Por qué te disculpas conmigo? — notó que Haechan no decía nada y esa fue razón para sonreír victoriosa. Le había callado por primera vez. — ¿No vas a contestar?
— Cállate.
— ¿Por qué? ¿Porque tengo razón?
— ¿Razón en qué? — la miró entre confundido y burlandóse. — No por que haya callado significa que no tenga una respuesta.
— ¿Entonces por qué no contestas de una vez?
— Solo quería hacerte desesperar.
— Ajá — pudo ver cómo Haechan evitaba mirarla al mismo tiempo que formaba un risa. — Ua, contesta.
— ¿Ves a lo que me refería? — la miró de arriba a abajo y ella sólo le quedaba mirando de reojo. — Eres fastidiosa.
— Y tú un idiota. — formó un puchero y giró a otro lado molesta.
— ¿Vas a aceptar mi disculpa si o no?
— No.
— ¡Auch! eso dolió — fingió con una mano en su pecho. — ¿Enserio no vas a aceptarla?
— No quiero.
— Minjeong no tienes opción.
— Y tú ninguna prioridad. ¿O sí?
La verdad es que sí. — pensó él.
¿Cómo podría ser tan idiota? Si quería que su plan funcionara, tenía que cambiar algunas cosas. Sólo hasta que fuera necesario.
— De acuerdo, dime algo que quieras y lo haré, pero acepta mis disculpas. ¿Si? — fingió al final una voz tierna para convercerla creyendo que no caería ante "sus encantos".
— No quiero que vuelvas a gritarme.
— No gritarte más, eso está-
— No, mejor dicho: solo sé un poco más amable conmigo.
— ¿Amable? — hizo una cara de asco — ¿Por qué yo debería ser amable contigo?
— Hasta donde yo sé he tratado de ser amable contigo, independientemente de todas las cosas que me has dicho.
Ella tenía razón. Y rápidamente recordó la nota que encontró en su casillero. Mierda, ¿por qué todo tenía que ser así?
— Está bien, haré lo que pueda. Pero, ¿Ya vas a aceptar mi disculpa? — le señaló con un dedo, casi dudoso. Ella rodó los ojos y dejó escapar una risita.
(...)
— Ojála esto no estuviera pasando.
— ¿De que hablas? — se giró hacia ella mordiendo de su sandwich.
— De tus amigos.
— Ya deja de hablar de eso. — desvió la mirada un poco fastidiado por ese asunto. Minjeong tampoco dijo nada y continúo tomando un lápiz apoyándolo sobre su cuaderno. Haechan había estado observandóla sin ser visto desde que se sentaron en la mesa del patio, no entendía que tanto interés podría encontrar la chica haciendo con el lápiz y una hoja de papel.
— ¿Qué tanto haces?
— Nada — luego ella intentó tapar con sus brazos lo que estaba dibujando, pero el chico le arrebató el cuaderno y empezó a hojearlo. Minjeong se llevó las manos tapandosé la cara, mientras observaba entre temerosa y molesta a Haechan mirar todo el contenido de su cuaderno.
— Te gusta dibujar mucho ¿no? — emitió después de todo el rato que ambos estaban en silencio, Minjeong no dijo nada, sólo quería que Haechan le devolviera su cuaderno. — Deberías estar en el grupo de arte de la escuela. — esas palabras no las esperaba venir de él, por un momento estaba entre confundida y asombrada.
— ¿En-s-serio?
— Si, unas buenas clases no te vendrían nada mal. — por un momento captó la ironía, y su cara se transformó a una de tristeza y casi decepción.
— ¿Estás diciendo que dibujo mal?
— No, estoy diciendo que tal vez podrías mejorar — eso la hizo enojar más. ¿por qué tenía que ser tan malo?
— Eres un idiota.
— ¿Por qué? sólo te estaba aconsejando. No me digas que por un momento creíste que yo... — dejó de hablar y se centró en ella, viendóla toda molesta.
— Dámelo — se atravesó para quitarsélo y guardarlo en su mochila. Haechan empezó a reír.
— Vamos, no estaría nada mal que te inscribieras, claro, sin la autorización de tus padres no creo que puedas ¿O sí? — volvió a reír, pero luego su sonrisa se desvaneció al notar a Minjeong algo cabizbaja, algo melancólica.
¿se habría pasado de nuevo?
— ¿Qué tienes? — preguntó acercandóse para ver su rostro, pero ella seguía cabizbaja. — ¿Dije algo que no debía? — volvió a insistir. — Si fue por lo del dibujo...
— No, no fue por eso.
— ¿Entonces? — frunció el ceño sin seguir entendiendo.
— No, nada. — terminó de meter sus cosas en la mochila y cerrar de esta.
— ¿Segura que no es nada? — volvió a insistirle con más intriga — Minjeong, ya dímelo.
La chica abrió la boca para decir algo, pero volvió a cerrarla para pensar y dejar salir un suspiro.
— Es sólo que... yo no tengo padres. — Haechan no supo cómo interpretar aquello. Se esperaba todo menos eso, oír a alguien decir que no tiene padres le causaba una extraña pero terrible sensación en el estómago. No iba a mentir que sintió algo de pena por ella. ¿pero por qué debería? no era su asunto — Soy patética, ¿no? — oyó preguntar a Minjeong después de todo el rato que había callado, aún cabizbaja y con una diminuta sonrisa débil.
— No, no lo eres. Pero, cómo es que...
— Mejor llevame a mi clase, falta poco para entrar — él, sin mirarla asintió sin reprochar y ambos empezaron a andar por el patio hasta entrar al edificio.
Nuevamente, Haechan iba a su aula por ella para irse juntos cómo siempre. Aún no lograba quitar de su cabeza lo que le había dicho la chica. Por una parte estaba curioso, pero por otra su altanería le decía que no se metiera. En cuanto sonó la campana todos los alumnos salían de sus aulas a empujones, logró ver a Minjeong caminar hacía él. Iba acercandóse cuando alguien accidentalmente la empujó hacia atrás y casi la hacía caer al suelo si no fuera por que Haechan logró cogerla del brazo.
— Llegaste más temprano.
— Tengo que llegar a casa temprano. — dijo eso y empezaron a caminar. Mientras caminaban, ambos miraron de lejos a los chicos caminar en dirección a la cancha del patio. Minjeong no iba a negar que sentía culpa por que ellos ya no le hablaban a Haechan. Ella seguía sin moverse de donde estaba, mientras Haechan seguía caminando. Luego giró hacia él y corrió détras suyo.
— Oye, espera. — él se detuvo y volteó a hacia ella — ¿Puedes irte sin mi hoy?
— ¿Estás loca? — alzó una ceja confunfido. — ¿Por qué?
— Es... que... tengo que hacer algo. — Haechan cruzó los brazos dudoso, pero esperando a que le respondiera. — No te puedo decir, anda ¿si?
— Me llamas cuando llegues. — de inmediato se dio la vuelta caminando hasta desaparecer del pasillo y Minjeong sonrió corriendo en dirección contraria.
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