10

La directora entrelazó sus manos poniéndolas sobre el escritorio, mirando con seriedad a la chica quién sólo permanecía callada, mirando hacia el suelo. — ¿Quieres decirme que pasó, Minjeong? —la serenidad en la mujer le hizo creer que estaba dándole la oportunidad de testificar por ella misma y decir su versión. Minjeong alzó un poco la vista, pero sin decir nada. Su conciencia no la dejaba hablar mucho menos pensar, solo se pasaba quitando el sudor de las palmas de las manos. — Kim, ¿quieres explicarme?

— ¿Qué más lo explica? —intervino Yuna.— Es obvio que su comportamiento y su actitud se deben a Haechan —Minjeong le fulminó confundida. ¿Yuna qué sabía?, no era mas que una mentirosa que no podía comprobar tal cosa a la directora. A no ser, que ella le conociera mejor de lo que podía estar pensando. Como aquella vez que fueron llamados a su despacho y el chico estuvo apunto de decirle algo de su padre, lo cual la directora lo interrumpió, diciéndole que ya sabía quien era él. No podía haber ninguna prueba de que Yuna le mostrara que el incidente con Ningning y su comportamiento se debieran a él. Pero si lo llegaba a comprobar de algún modo, conociendo lo cizaña que era, también lo metería en problemas y no quería que Haechan estuviera en problemas por ella. Ya tenía muchos de esos como para sumar uno más a su lista.

— Ah, con que tú eres la nueva novia de Donghyuck.

— ¿De quién?

— Así se llama —Yuna intervino de nuevo, pero esta vez Minjeong no le prestó atención.

— ¿Y qué va a pedirme, qué termine con él? — soltó alterada, cruzando los brazos. Se golpeó mentalmente por haber reaccionado de esa forma, pero sobre todo por haber dicho semejante estúpidez.

— No, pero si quiero que trabajes en tu comportamiento.

— ¿Es todo? —Yuna reaccionó de tal manera que se llevó una mala mirada de ambas, cosa que no le impidió seguir hablando — Señora Park, usted debería hacer algo, no puede dejar esto así — miró hacia Ningning y apoyó las palmas sobre sus hombros. — Quiero decir, solo mire a Ningning, ¿va a dejar que sufra otra vez? ¡perdedoras como tú no deberían estar aquí!

— ¡Oye calla-

— ¡A mí no me callas...

— ¡Minjeong, siéntate! —la chica obedeció pero no apartó la vista sobre de Yuna. — Yuna, estoy hablando con Minjeong, no contigo. Lo que tenga que hacer con ella o Donghyuck a ti no te importa. Además, tú estás aquí por voluntad propia, así que tanto tú cómo Ningning ya pueden irse — rodó los ojos y se adelantó en caminar a la puerta antes que la pelirroja, la abrió y cerró luego de que esta también saliera.

— Ahora Minjeong, ¿me dirás que pasó?

— ¿No se supone que Ningning ya le dijo todo?

— Sí, pero ahora quiero escucharlo de ti, y veremos si ambas versiones coinciden, ¿qué te parece? —alzó los hombros, torciendo un poco la boca y desviando la mirada. — Déjame ver si entiendo, te enojaste con Ningning por haberlos delatado a ti y a Donghyuck. ¿cierto? — asintió cabizbaja — Sabes que no existe razón para haberle agredido ¿verdad? Ain así, creo que ella hizo algo bueno por ti.

— Sí, claro — respondió irónica, y su sonrisa se desvaneció rápidamente — ¿Usted creé que soy tonta? Ningning lo único que ha echo es fastidiarme desde que tengo uso de razón.

— ¿Fastidiando? ¿te parece que ayudarte es modo de estarte fastidiando?

— Se mete en lo que no le importa, siempre. ¿cómo quería que reaccionara? — la mujer ya no dijo nada y eso hizo que Minjeong se pusiera a pensar sobre lo que dijo.

— Eres de las pocas alumnas que no causan problemas... hasta hoy. Eres una buena alumna y sé que te gusta hacer las cosas bien, pero por este incidente te voy a poner un castigo Minjeong, y tú lo sabes — ella sólo asintió cabizbaja en forma de respuesta — Irás a detención después de que acaben las clases, claro, esta vez sin tu novio — aquello le causó tanta gracia que quiso reírse en ese mismo instante, sin embargo, no era el momento adecuado, ya que la directora podía malinterpretarlo — Minjeong, esta es la segunda vez que vas a detención por mala conducta, a la tercera te voy a suspender dos semanas — le miró de reojo, pero prefirió sólo asentir con una pequeña y débil sonrisa — Esta vez no te molestes por llamar a tu hermano, ya lo hice antes de que vinieras, y le expliqué todo — frunció el ceño un poco confundida, quería saber que quería decir con eso de que ya le había explicado.

— ¿Qué le dijo?

(...)

Nadie estaba en las afueras de la cancha de fútbol, lo suficientemente bueno como para ir a sentarse en las bancas y querer tener un poco de paz consigo misma. Minjeong tenía los codos en las rodilla mientras sus manos sostenían su rostro. Había pasado casi toda la mañana mientras sus demás compañeros salían por los alrededores de la escuela, aprovechando que el profesor no había asistido.

— Por como veo tu cara se que no estás feliz —alzó la vista para mirar a Haechan sentándose a su lado. Muy cerquita. 

— ¿Cómo supiste que estaría aquí?

— Bueno, eres mi novia, tengo que estar contigo ¿no? —respondió sin mucha importancia, a lo que ella alzó los hombros indiferente.

— Qué absurdo.

— Es más absurdo de lo que deberías creer —frunció el ceño mirándolo confundida — Aún así, ¿qué te dijeron?

— Pues prácticamente fuí a detención. — él asintió, mostrando desinterés.— Y después de eso llegué a casa sólo para escuchar los escandalosos y estruendosos regaños de mi hermano. — soltó abrumada, mientras que Haechan se echó a reír. Minjeong le miró de reojo confundida, no entendía su reacción y eso le comenzó a molestar. — ¿Qué te da tanta risa? —Haechan negó cabizbajo, aún riendo.

— Nada, sólo qué... — giró su cara, con una sonrisa muy amplia y las lágrimas al borde de los ojos —Te dije que tenías un hermano dramático. — y soltó una fuerte carcajada.

— Cállate, no le veo gracia.

— No te lo tomes tan enserio, además, sabes que no miento. — aclaró defendiéndose con una mano en el pecho, pero ella negó mirándole mal.

— Eres horrible.

— Sabes que mientes. —Minjeong sabía a que se refería, y no pudo evitar formar una diminuta sonrisa mientras negaba. A veces creía que Haechan no era tan pesado como pensaba, es decir, era divertido, y su personalidad podía ser diferente si no fuese porque él era un chico egocéntrico. Volviendo a lo anterior, Haechan se percató de su expresión y simplemente sonrío orgulloso para si mismo. Después de unos pocos minutos, ninguno de los dos retomó la palabra, en sí, no deberían puesto que los dos no se llevaban bien, y ninguno daría el primer paso. O eso creyó el chico, cuando miró fijamente a Minjeong que llevaba minutos permaneciendo callada, cabizbaja y como su vista estaba detenida en sus dedos, escarbando las uñas.

— ¿Por qué de repente estás tan callada? — preguntó curioso, ella alzó la vista para después volver a bajarla.

— Así soy.

— No es cierto.

— Que sí. —quiso sonar segura, pero Haechan no era ningún tonto.

— No, a ti te pasa algo. — aseguró.— Y no es que sea adivino, pero sé que hay algo que no quieres decirme.

— ¿Qué te hace pensar eso?

— Sé cuando las personas mienten, Minjeong. — respondió desapacible, ella se giró a verlo, con incredulidad. —Si tienes algo que decirme, dilo ya.

Minjeong desvío la mirada por un momento, soltó un suspiro y tragó saliva antes de querer hablar.

— Cuando la directora me llamó no solo Ningning estaba allí cuando llegué — volvió a pausar — También estaba Yuna. —Haechan se giró hacia ella con el ceño fruncido de solo haber escuchado aquel nombre.

— ¿Yuna? — preguntó aún confundido y ella asintió. — ¿Qué tenía ella que hacer allí?

— Quizá sólo dejarte en mal.

— ¿Por qué? ¿dijo algo?

— Quiso convencer a la directora de que mis acciones por las cuales utilicé con Ningning fueron a causa tuya. 

— Minjeong, se más específica.

— Intentó ponerte en mal para hacerle creer que mis acciones y comportamiento se deben a ti, ¿no entiendes? —Minjeong miraba a Haechan turbio, negando la cabeza. No era para menos creer lo que estaba escuchando, sobre todo de la chica que no soportaba.

— Esa Yuna es una... perra.

— No de ahora.

— De todos modos no pienso quedarme callado.

— Si me metes en problemas será peor.

— Claro que no. — se volteó frunciendo el ceño, mirándola. — Ella no hará eso.

— Pareces muy seguro.

— Lo soy. — nuevamente la altanería en su rostro se hizo notar, y Minjeong rodó los ojos. — Aún así... te agradezco por decírmelo. — habló por debajo evitando cualquier clase de contacto visual. Minjeong pudo sentir aquello como una muestra de agradecimiento del chico, una muestra sincera si se podía ver de esa manera. Sonrío a medias sin mostrar dientes y sin quitarle la vista.

— De nada.

— Bueno, ya que estamos aquí, deberíamos irnos con los demás antes de que suene la campana. — Haechan se levantó con las manos en los bolsillos del pantalón, Minjeong se levantó quedando a su lado sin decir nada y sólo siguiéndole los pasos al mayor.

Ambos encontraron a los chicos hablando entre ellos muy sobrios, Haechan se extrañó de aquello pero siguió caminando hasta quedar frente a ellos. Cuando se percataron, lo miraron de una manera que el moreno no supo clasificar y que nunca había visto en sus rostros.

— ¿Puedo saber que les pasa? — preguntó exasperante. Yangyang dió un paso al frente con los brazos cruzados, expulsando aire.

— No podemos juntarnos más contigo. — soltó de golpe, haciendo la confusión de Haechan más notable.

— ¿Qué estás diciendo?

— No podemos juntarnos contigo si vas a dejar que Minjeong haga lo que quiera — habló Jeno esta vez y Haechan se giró a ver a la chica, ella por su parte estaba igual de confundida.

— Tenemos reputación también Haechan, ¿que van a pensar de nosotros al ver que nos juntamos contigo y una chica agresiva? —luego miró a Minjeong. — Lo que hiciste con Ningning no te lo pienso pasar. — Yangyang le apuntó en forma de amenaza, en cambio Minjeong ya sentía una mala sensación en el estómago y sólo miraba a los chicos con turbia. — Están hablando mal de nosotros, y si tú no puedes hacer algo realmente, no nos busques más. — Yangyang le dió la espalda, enseguida de él Jaemin y Jeno quienes lo empezaron a seguir. Haechan se quedó estático unos segundos, hasta que se giró hacia Minjeong.

— Espero y ahora estés contenta. — exaltó con enojo — ¿Ves lo que acabas de hacer? por tu culpa perdí a mis amigos —Minjeong no decía nada y solo permaneció mirando al suelo, hasta que unas pocas lágrimas bajaron de sus ojos. — ¿No me digas que te pondrás a llorar después de eso? — preguntó incrédulo e irritado. Ella pasó por su lado a pasos rápidos, dejándolo allí.

Caminó directo al aula aún limpiándose las lágrimas, cuando se percató con su siguiente obstáculo. Yuna estaba apoyando la espalda a la pared con los brazos cruzados, y miró a Minjeong con una sonrisa cínica.

— Debes sentirte muy mal por lo que le hiciste a Ningning.

— Tú ni siquiera eres su amiga, así que cállate.

— Es cierto, pero al menos no soy tan despreciable como tú. — caminó hacia ella, lentamente. — No debiste meterte en problemas, Minjeong.

— Espera... Y-Yangyang...

— ¿Yangyang? ¿él qué? —frunció el ceño soltando una risilla.— Deja de culpar a otros y acepta tu responsabilidad. Además, hay que admitir que fue lindo no ver tu rostro ayer después de clases. Por cierto, ¿cómo te fue en detención?

—¿Q-quién te dijo que yo...

— Ah, lo olvidé, resulta que un pájarito me lo contó. — volvió a reír, esta vez con cínismo. Minjeong sólo podía pensar en una cosa, y es que Yangyang podía haberla delatado, pero eso no sería posible, no era tan estúpido para arruinar su imagen. Sólo podía haber otra persona, y justamente Yuna se estaba riendo y sonríendo al mismo tiempo con sorna, cómo si acabase de escuchar un mal chiste. Minjeong no lo resistió. Sus manos tocaron el cabello de la más alta y empezó a tirar de el con mucha fuerza, tanto que hasta Yuna empezó a gritar exigiendo que la soltara, pero a Minjeong no le importaba, ella seguía jalando de su cabello hasta que unas manos pasaron por su cintura y la apartaron de Yuna. Cómo iba cabizbaja por el desequilibrio y la adrenalina que llevaba en su interior no pudo ver a la persona que la jalaba consigo del brazo. Hasta que la soltó bruscamente.

—¿Qué demonios te pasa? ¿acaso te volviste loca? ¡Pareces una salvaje! — Haechan empezó a regañarle a casi gritos.

— Oh my gosh! Don't you know i'm savage? —respondió con ironía.

— Entiendo inglés, niña. ¿no puedes actuar normal tan sólo un momento?

— Noticia de última hora, no soy normal.

— Eso explica por que nadie te soporta. No eres mas que un estorbo y si realmente quieres servir de algo, entonces comportate.

— ¡Ya estoy harta de ti! ¡estoy cansada de que me trates cómo quieras! ¿tú tampoco puedes comportarte? — las lágrimas amenzaron con salir, mientras pasaba por el lado de Haechan.

— Actuas como una niña, es increíble que me tocara conocer a alguien cómo tú. — después de escuchar eso, Minjeong se giró lentamente hacia él, con ojos llorosos.

— Tú no me conoces.

hasta aquí el reporte de hoy.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top