08

Durante la entrada de la escuela las miradas se posaron sobre ella. Era inexplicable y un poco temeroso a la vez saber el propósito que le daban con los susurros y los señalamientos sorprendidos, y aunque Minjeong tratara de ignorarlas era inevitable por más que quisiera. Entonces, una chica se paró en seco frente a ella.

— Disculpa ¿puedo hacerte una pregunta? — dijo con voz monótona, podía jurar que estaba usando un poco de labia con ella, pero era lo de menos, aún así asintió no muy convencida — ¿Es cierto que tú y Haechan están saliendo? —de repente los ojos se le abrieron mucho, sus labios quedaron separados y sintió una corriente fría recorriendo su espalda.

¿Estaba escuchando bien?

¿Haechan y ella... saliendo?

— Creo que te equivocaste.

— Debes estar bromeando, ya admite que sales con él, todos lo sabemos — Minjeong agitó sus manos con negación.

— N-no... no sé... no sé de qué me hablas — respondió nerviosa y pasó por un lado de la chica a irse. Sus pasos estaban siendo apresurados por la falta de ruido echa por los mismos alumnos, estaba segura de que todo podía ser una mala broma de él o de sus amigos. Justamente, apareció caminando a hacia ella, su semblante estaba serio, por lo que supuso que estaba molesto. Minjeong iba a abrir la boca para decirle algo pero Haechan la tomó de la muñeca llevándola con él. Estaba realmente confundida; primero por la pregunta que hace rato recibió de esa chica y segundo, por la actitud extraña de Haechan.

El chico abrió la puerta de un salón al que casi nadie acudía y cerró ésta al mismo tiempo que soltó a Minjeong. Mientras ella analizaba su rostro Haechan miraba de un lado a otro, cómo desesperado, pensando en que decir.

— ¿Qué te pasa?

— ¡¿Qué me pasa?! — exclamó — ¡¿Quieres saber realmente que pasa?! ¡¿Acaso no te das cuenta de lo que están hablando de nosotros?!

— ¿De qué? — preguntó sin entender. Haechan tomó aire y sacó del bolsillo de su pantalón su teléfono, mostrando una foto que dejó a la chica helada — ¿Qué demonios...

— Estoy seguro que alguien supo que íbamos a detención, debió quedarse para ver qué hacíamos y cuando salimos tal vez aprovechó para esto — soltó con furia, señalando la imagen donde él y Minjeong tenían las manos entrelazadas, justamente cuando él iba a acompañarla a su casa.

— ¿Tienes idea de quién pudo ser?

— No, pero pudo haber sido cualquiera con tal de dejarme mal.

— Ahora ya entiendo todo.

— ¿Qué cosa?

— Una chica me preguntó hace rato si era cierto que tú y yo estamos saliendo.

— ¿Y qué le dijiste?

— Que no — subió los hombros con obviedad.

— ¡¿Cómo se te ocurre decir eso?!

— ¿Qué esperabas, que dijera que sí? — exaltó mirándolo mal. Haechan se tapó la cara echando la cabeza hacia atrás con frustración. Minjeong permaneció en silencio, cruzada de brazos.

— Esto no puede ser — desvío la mirada, poniendo las manos sobre la cadera.

— Tienes que hacer algo.

— ¿Yo? — volteó mirándola con sorpresa— ¿Y según tú, que esperas que yo haga?

— No sé, tú eres el popular — alzó los hombros con enfado — ¿No puedes simplemente decirles que no es verdad y ya?

— ¿Crees que son estúpidos después de lo que vieron? — Minjeong frunció el ceño sin entender mucho lo que hablaba, el chico por su parte rodó los ojos y tecleando en su móvil le mostró a Minjeong una página de chismes de la escuela. En ella estaba la foto de los dos publicada y un montón de diversas reacciones — Nadie creerá lo que diga o digas, Minjeong — ella miró a la pantalla perpleja y luego a Haechan. Esto la estaba espantando mucho.

— ¿Y que se supone que hay que hacer?

— ¿Qué más? decir que estamos saliendo.

— Alto espera, ¿tú y yo? ¿Qué te hace pensar que yo haré eso?

— Pues hazlo cómo quieras, pero es tu única opción.

— ¿Qué quieres decir?

— Si dices que no, toda la escuela estallará en un escándalo, las chicas se irán contra ti y nadie te dejará en paz ni un sólo instante.

— ¿Me estás chantajeando para que acepte, verdad?

— Escúchame bien, si quieres arriesgarte a qué todos estén encima de ti, hazlo, nada más no me pidas ayuda o no me digas que cuando te estés llendo abajo por llamadas de día y noche, cuando entres al baño, cuando vayas por la calle caminando o incluso cuando duermas porque hasta en eso no sentirás que es una pesadilla, vivirás un verdadero infierno mucho peor del que yo te daba —todas las cosas que Haechan le decía retumbaban en su cabeza y subconsciente de la chica. El simple hecho de pensar cómo sería su vida a partir de una palabra hacia que su estómago se retorciera de horror. No quería a Haechan a su lado y mucho menos a una multitud detrás de ella, suficiente era con las cosas que estaba pasando con él y con la prepotente de Yuna en clase. Pero tampoco quería que su vida social fuera basada en un tormento psicológico y físico, donde nadie la dejaría tranquila ni estando dormida.

Echó la cabeza hacia atrás y respiró profundo antes de mirar con pereza al chico quién cruzaba los brazos todo el tiempo en que ella había callado.

— Bien, lo haré.

— Entonces ya está echo — contestó con una sonrisita y caminó hacia la puerta.

— Oye — volteó hacia Minjeong y soltó la perilla apunto de querer girarla — ¿Cuánto tiempo tardará esto? — Haechan hizo un gesto con la boca pensando.

— Tal vez unos meses.

— ¿Meses? ¿Estás-

— Si quieres que la gente lo haga creíble mejor que sea así por un buen tiempo, además, todos saben que he durado con alguien más de un año, así se hace creíble una relación.

(...)

Al terminar la clase de psicología lo único que Minjeong quería era salir y esconderse en el baño hasta que el receso acabara. Había sentido las miradas de todos posarse sobre la de ella desde que la clase inició, incluyendo la de Yuna, sabía que tarde o temprano vendría y le echaría en cara sobre lo que se hablaba de Haechan y ella.

Al terminar, salió de su aula con la comida empaquetada en sus manos, dispuesta a irse a su escondite de siempre.

— Oye — escuchó a Haechan a sus espaldas, volteó mirándolo a sólo dos metros de ella. Alzó sus hombros en forma de no entender nada — Te toca almorzar conmigo — echó la cabeza hacia atrás seguida de formar una mueca en su boca y de mala gana empezó a caminar con él.

Había entendido que Haechan no se sentaba en cualquier sitio cerca de los demás, eso porque llevaban caminando hacia el patio, y ella odiaba comer afuera. Ubicó a los amigos del chico en una banca más alejada de las otras, éstos les miraban con risa y humor.

— ¿De acuerdo? —musitó Jaemin con una ceja alzada — ¿Así será de ahora en adelante?

— ¿No deberías saberlo tú? —soltó Minjeong con enojo mientras dejaba su comida en la mesa. Jaemin frunció el ceño.

— ¿De qué hablas?

— ¿Cómo de qué? — puso las manos en la cintura — ¿Qué tienes tú qué pasarle información a Haechan sobre mí? — el chico quedó más confundido que antes y miró a Haechan.

— Lo que me dijiste, acuérdate — pronto Jaemin reaccionó soltando una risita por debajo.

— A eso, sólo era un pequeño detalle que...

— No entiendo por qué te importa — molesta se sentó al lado de Haechan pero sin estar muy cerca de él, y empezó a comer de su sandwich.

— ¿Piensas que es buena idea? — Jeno miró a Haechan no muy convencido.

— Es lo mejor, ella no se humilla y yo no tengo que explicar nada.

— No me lo imaginaba así cómo cuando dijiste que querías que ella... — Haechan miró con los ojos en blanco a Jeno, y puso un dedo en medio de los labios en forma de que se callara.

— ¿Yo qué? — cuestionó confundida, pero al ver qué nadie le respondía se sacó de quicio y miró a Haechan — ¿Qué dijiste sobre mí?

— Nada.

Rodó los ojos mordiendo su sandwich, entonces sólo a unos pocos metros de dónde estaban su mirada se clavó sobre la Ningning, no pudo evitar mirarle mal y la pelirroja le miraba agachas.

— ¡Ningning, ven! —Yangyang la llamó animadamente haciendo una seña con la mano, ella le sonrío caminando, pero extrañamente retrocedió después y se quedó quieta cabizbaja.

— Lo... lo siento —poco a poco miró a Yangyang — No puedo Yanggie, perdón —sonrío leve y se dio media vuelta dejándolo confuso.

— Que raro, siempre que la invitas viene y ahora se aleja — dijo Jaemin y desoués miró a Minjeong — Tal vez sea por como la miras — sonrió a la chica, ella por su parte, le miró mal. —¿Por qué pones esa cara?

— Por nada.

— ¿Entonces?

— Ella piensa que Ningning nos delató —Haechan se adelantó en hablar y nuevamente Minjeong le miró mal.

— ¿Por qué pensaría eso? — preguntó Jeno.

— Porque es una fastidiosa — la chica soltó de golpe.

— Mo te pongas a hablar así de Ningning —Yangyang contestó con el semblante serio, más bien, molesto.

— ¿Y tú qué traes? ¿acaso eres su amigo? — el chino calló unos segundos mirando a otro lado.

— Algo así — susurró.

— ¿Algo así?

— Es cosa que no te importa — le miró más molesto y ni siquiera Minjeong se explicaba porque reaccionaba así.

— Pues felicidades, no soy la única que tiene a alguien corriendo detrás suyo — soltó irónica.

— Sólo te digo que Ningning no lo hizo.

— ¿Y tú qué sabes?

— Más que tú, ni siquiera la conoces — con eso Yangyang tomó su postura y volvió vagamente a revisar su celular.

— Supongo que a partir de ahora serán sólo problemas — Jeno era el único que reía con humor, mientras que los demás no hacían mucho al caso.

La campana indicó fin del receso para que las clases continuaran. Para su sorpresa, Haechan tenía que acompañarla a su salón a partir de ahora.

— Esto es asfixiante.

— Ya deja de quejarte, me mareas.

— Que delicado.

— Cállate.

— Cállate tú.

— Oye, enserio — la regañó — Haz tu mejor papel de novia que todos nos ven — susurró. Minjeong miró a su alrededor cómo algunos alumnos les miraban. Todos sus compañeros corrían apresurados al aula antes que el profesor — ¿Quieres entrar de una vez, o estás esperando a que te dé un beso también? — Minjeong le miró muy mal y se adentró a su clase. Haechan se recargó en el marco de la puerta y una sonrisa se formó en su boca cuando tenía las miradas sobre él — Princesa, te espero afuera después de clases —se dio la media vuelta aguantando una carcajada. Todos comenzaron a cuchichear mientras que Minjeong intentaba ocultar su vergüenza y mejillas rojas tapándose la cara.

gracias por leer <3

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