⸙ 𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗼𝗻𝗲
PARTE UNO| CAPÍTULO UNO
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El aire frío de Seattle azotaba fuertemente contra el vehículo que viajaba a una velocidad considerable, provocando escalofríos a la niña que iba sentada en el asiento del copiloto. Aún medio dormida, Claire, no lograba comprender del todo el motivo de ese viaje tan improvisado que su madre había organizado en plena madrugada. Solo sabía que ella había guardado ropa de abrigo, algunas pertenencias de ambas y bastante comida enlatada.
La niña de doce años miró de manera somnolienta a la mujer que manejaba frenéticamente el auto, esa vieja carcacha que a duras penas aún funcionaba. La expresión en el rostro de la mujer rubia gritaba cualquier signo de estrés y pánico, provocando que la niña a su lado no entendiera el estado en el que se encontraba. Lo último que su cabecilla dormida recordaba es que sus padres habían discutido, enviando a la niña a su cuarto, y lo siguiente que supo es que estaba siendo despertada por su madre con toda prisa y ser metida al auto con rapidez, para salir de manera rápida de su ciudad natal.
Lo que nos lleva hasta aquí, en la carretera a las afueras de Seattle, en una brisa fría y con el sol saliendo en el horizonte. Quiso preguntar, claro que sí, pero su aún dormida cabeza no le permitía formar una oración coherente.
Fueron horas de viaje, en las cuales Claire se volvió a dormir, y no fue hasta que se detuvieron en una gasolinera que despertó completamente. Abrió sus ojos lentamente, para evitar encandilarse con la luz del sol, y vio a su madre salir de la tienda del lugar, cargando varias bolsas. Esperó pacientemente a que subiera al auto, y fue cuando al fin pudo hablar.
━ ¿Donde estamos, mamá? ━ preguntó la niña, con la voz ronca.
La mujer se volteó a verla unos segundos, antes de voltearse en su asiento y dejar las compras en el asiento trasero, y volver su vista hacia su hija. Su cabeza intentaba buscar las palabras apropiadas para darle una respuesta tranquilizadora a su hija, y lo único que se le ocurrió fue una mentira.
━ Tu tía Jenna llamó ━ murmuró, mientras se colocaba el cinturón de seguridad y encendía el auto ━. Tu abuelo sufrió un percance en el geriátrico, y quiero ir a verlo.
La niña, con cierta preocupación por su abuelo, entrecerró los ojos y volteó a ver al asiento trasero, viendo las frazadas dobladas sobre el asiento, dos mochilas, una caja de cartón mediana y una riñonera. Frunció el ceño a ver sus pertenencias y ninguna que sea de su padre. Volvió su mirada hacia su madre.
━ ¿Y papá? ━ preguntó Claire ━. ¿Por qué no vino con nosotras? ━ agregó, con cierta curiosidad.
Madelaine soltó una risita nerviosa y miró a su hija brevemente, mientras salían de la estación de servicio, y devolver su vista a la carretera.
━ Ya conoces como es tu padre, cielo ━ dijo Madelaine, con tono burlón ━. No le gusta viajar en coche, mucho menos ir a visitar un geriátrico. ¿Olvidas que no le gustan las agujas?
Claire soltó una risita al recordar, y asintió con la cabeza mientras suspiraba, mostrándose más tranquila al saber porque su padre no había ido con ellas. Su mente mal intencionada había pensado que estaban huyendo, por la forma en que su madre se comportaba, pero ahora con lo aclarado, sabía que era por esa razón y no lo que ella había creído.
El resto del viaje continuo en silencio, de vez en cuando con paradas para estirar las piernas y respirar aire fresco. ¿Qué podría decir?, era un largo viaje de Seattle a Atlanta.
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Fue un día entero lo que tardaron para llegar a la carretera que las llevaría a Atlanta, estando a casi 13 horas más de viaje, para visitar al anciano padre de Madelaine y abuelo de Claire, cuando su auto comenzó a fallar desgraciadamente. Era de esperarse, pues ese maldito trasto era tan viejo que le sonaba la pintura. Madelaine se mostró molesta, mientras bajaba del auto para buscar la caja de herramientas en el baúl y ponerse a repararlo, con el sol casi poniéndose y la noche llegando.
Para su mala suerte, lo que se había roto no podía ser arreglado tan fácilmente y llevaría horas repararlo. Madelaine comenzaba a ponerse nerviosa al pensar que debían pasar la noche allí, en medio de la nada y estar expuestas a que algún delincuente pudiera hacerles algo a ella y a su hija. No fue antes de que caiga el sol que una caravana blanca se detuvo a unos metros del cacharro de Madelaine.
Claire veía desde el espejo retrovisor al conductor bajar de la casa rodante, mientras que Madelaine apretaba una llave francesa en sus manos, lista para defenderse de un posible ataque. Las luces de la caravana iluminaban el camino casi oscuro, siendo como un rayo de sol en medio del atardecer.
Un hombre adulto, quizás de unos sesenta años, se acercó al auto averiado y busco a su respectivo conductor.
━ ¿Hola? ━ dijo el hombre, cuando estuvo a diez pasos del auto ━. ¿Necesitan ayuda? ━ preguntó.
Madelaine salió de detrás del auto, siendo iluminada por los faroles de la caravana.
━ Hola, sólo un problema con este tiesto ━ dijo Madelaine, mirando con los ojos entrecerrados al hombre, intentando verlo entre la luz que le encandilaba.
━ ¿Quieres una mano? ━ dijo el hombre ━. Soy un buen mecánico y no cobro nada ━ añadió, con una amable sonrisa.
Madelaine pareció pensarlo unos segundos, pero entre quedarse varada con su hija en la carretera o dejar que un extraño le diera una inspección a su auto, elegiría la segunda opción.
━ Por favor, si es tan amable ━ murmuró Madelaine, aún sosteniendo la llave francesa en su mano.
━ Por supuesto, no hay problema ━ respondió el anciano, asintiendo ━. Iré por una linterna y algunas herramientas, ya regreso.
Y con eso, en anciano salió disparado hacia su caravana para buscar lo mencionado. Madelaine soltó un suspiro, volteando a ver su auto con cansancio, hasta que escuchó una pequeña voz hablarle.
━ Mamá, ¿qué ocurre? ━ preguntó Claire, desde el asiento del copiloto.
Madelaine caminó hasta la ventanilla del lado del conductor y se agachó un poco para poder mirarle entre la oscuridad a su hija.
━ Un señor me ayudará con el auto, hija ━ dijo Madelaine━. Solo espero que esta cosa funcione otra vez, porque si no tendremos que llamar a tu tía y esperarla aquí.
Claire asintió brevemente, rezando que la carcacha esta pudiera funcionar otra vez, ya que no queria esperar en medio de la carretera y mucho menos viajar con su tía Jenna, quien para su gusto conducía demasiado rápido.
Cuando el anciano regresó, Madelaine se paró a su lado en la parte delantera del auto. El anciano, cuyo nombre era Dale, le pidió a la mujer que sostuviera la linterna en lo que el intentaba reparar el auto. Fueron treinta minutos desperdiciados, ya que nada parecía querer funcionar y cuando una válvula comenzó a lanzar humo, fue cuando se detuvo Dale de su intento en repararlo.
━ Aparentemente, este auto, decidió dejar este mundo ━ dijo Dale, como una especie de broma agridulce ━. Ni el mejor mecánico podría repararlo, y si encuentra uno que pueda hacerlo, le cobrará una fortuna.
Madelaine soltó una exhalación profunda, mientras cerraba los ojos con rabia, para luego patear el guardabarro del auto.
━ ¡Maldito traste! ━ exclamó Madelaine.
El golpe hizo que Claire diera un salto en su asiento, asustandola, por lo que abrió la puerta y bajó del auto, encaminándose hacia su madre y el anciano.
━ ¿Qué pasa, mamá? ━ preguntó Claire, un poco confundida.
Dale abrió los ojos sorprendido al ver a la pequeña figura que apareció a su lado, un poco impresionado de que una mujer tan joven como Madelaine tuviera una hija.
━ Tendremos que esperar a tu tía, cariño ━ murmuró Madelaine, frustrada ━. El cacharro no quiso ser reparado.
Dale, ahora más preocupado por la seguridad de la mujer y la niña, tuvo una idea.
━ ¿Para donde se dirigían? ━ preguntó Dale, mirando a la mayor.
Madelaine miró a Dale antes de responder.
━ Atlanta, vamos a visitar a mi padre al geriátrico ━ dijo Madelaine ━. Tuvo un accidente.
Dale soltó una risita, haciendo que ambas Queen se vieran momentáneamente confundidas.
━ ¿Le es gracioso? ━ preguntó Claire, ciertamente ofendida.
Dale negó con su cabeza mientras elevaba sus manos.
━ No, por supuesto que no ━ murmuró Dale, apenado ━. Es sólo que, yo también me dirigía a Atlanta.
Claire me miró aún ofendida, sin poder creerle que no se estaba burlando de su abuelo.
━ Lo que quiero decir, ━ dijo Dale, apresurándose antes de caer en un silencio incómodo ━ es que puedo llevarlas hasta donde quieran, asi no pasan la noche aquí, con el riesgo de cualquier peligro, y podemos llamar una grúa para que vengan por el auto.
La oferta fue tentadora, Claire habría aceptado de una sin pensarlo tanto, pero Madelaine se vio reacia rápidamente.
━ No, por favor, no se tome la molestia ━ dijo Madelaine, haciendo que Claire le viera con el ceño fruncido ━. Ya suficiente con que haya detenido e intentado ayudarme, creo que desde aquí puedo hacerme cargo de esto.
Claire se sintió decepcionada, pues lo menos que queria era pasar la noche en medio de una carretera, con que sabe dios acechando por ahí. Pero aunque Madelaine se negara, Dale insistió nuevamente.
━ No es un problema ━ dijo Dale ━. Además, aquí en las noches baja mucho la temperatura y no creo que quieras que tu niña pesque un resfriado. Por favor, insisto, puedo llevarlas.
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No fueron muchos minutos de insistencia hasta que Madelaine aceptara. Cargaron todas sus cosas del auto a la caravana, sin dejar nada de valor en el cacharro, y se subieron a la casa rodante.
Madelaine se sentó en el asiento del copiloto, mientras que Claire aprovechó que había una cama al final del vehículo. Dale soltó una risa al ver lo entusiasmada que estaba la niña pelinegra por ver una cama otra vez y le permitió ir a recostarse, en lo que él las llevaba a casa de su tía.
Claro, la niña no durmió las trece horas de viaje que les faltaba para llegar a Atlanta, pero en cuanto despertó se sentó en la cabina comedor, comiendo unas galletas de zanahoria que su madre había preparado.
Veinte kilómetros después, pasaron el cartel que decía "Bienvenidos a Atlanta. 5 kilómetros". Madelaine fue hablando con Dale todo el camino sobre su padre, sus vidas y cosas aleatorias, haciendo que el ambiente sea ameno.
━ ¿Y qué te trae a Atlanta, Dale?━ preguntó Madelaine, tomando de su taza de café que había podido hacer en la cafetera que tenía la casa rodante.
━ Bueno, hace no muy poco me jubilé, ━ mencionó con una sonrisa pequeña ━ y decidí viajar por algunos Estados, salir un poco de la rutina, antes de que llegue mi hora de partir.
━ ¿Y por qué hacerlo solo? ━ preguntó Madelaine, un poco intrigada ━. Creí haberte oído decir hace unos minutos que tenías esposa.
El semblante sonriente de Dale se agrió un poco, más no dejó que su sonrisa decayera.
━ Si, tenía una ━ murmuró Dale ━. Falleció hace unos meses ━ dijo, volteando a ver a Madelaine y volver a mirar a la carretera ━. Cáncer.
Madelaine se sintió avergonzada por preguntar algo como eso, sonrojándose y pidiendo a la tierra que se la trague. Dale, sin embargo, sintió su bochorno y decidió seguir hablando.
━ No te preocupes, Madelaine ━ dijo el anciano ━. No es un tema que me entristece tanto ahora ━ agregó ━. Sé que ella ya no sufre más, y eso me da paz. Es por eso que también decidí viajar, conocer y salir. Quiero seguir teniendo buenos recuerdos, aunque ella ya no esté en ellos.
Madelaine le miró aún apenada, pero Dale le dio una sonrisa tranquilizadora, y la vergüenza lentamente abandonó su cuerpo. Tras varios minutos más de viaje, Dale decidió encender la radio, ya sea para escuchar música o aligerar el ambiente, pero lejos de escuchar una tonta canción de una mala estación, solo había ruido blanco. Dale frunció el ceño, aún con su vista en la carretera, y siguió cambiando de estación, encontrándose con el mismo ruido en todas.
━ Que raro ━ dijo Dale, desconcertado.
━ ¿Qué cosa? ━ preguntó Madelaine, girando su cabeza hacia el anciano.
━ ¿No oyes? ━ preguntó Dale, refiriéndose a la radio ━. No hay ninguna estación, como si no hubiera señal.
━ Pero estamos cerca de una ciudad, debería haber señal ━ dijo Madelaine, ahora también desconcertada por el descubrimiento del anciano.
Mientras tanto, Claire, quien iba sentada en la cabina comedor dibujando en una libreta que Dale le dió cuando despertó, distraída de la conversación de los adultos, alejó su mirada del horrible paisaje que dibujaba y miró hacia la ventana que estaba a su lado, viendo algo que la hizo fruncir el ceño.
━ ¿Qué es eso? ━ preguntó Claire, llamando la atención de los adultos.
Dale seguía conduciendo mientras apagaba la radio, pero Madelaine se giró a ver a su hija.
━ ¿Qué cosa, cielo? ━ preguntó Madelaine.
━ Eso ━ respondió la niña, señalando por la ventana.
Madelaine desabrochó el cinturón de seguridad y se levantó del asiento del copiloto, caminando por el pequeño pasillo hasta llegar a donde estaba su hija. Una vez a su lado, se apoyó en la pequeña mesa con sus manos y dirigió su mirada hacia lo que su hija señalaba.
Los pastizales largos y secos eran aplanados por los pasos torpes de dos hombres, cuyos rostros estaban desfigurados y sus ropas estaban repletas de sangre y hecha girones.
━ Ah.. ¿Dale? ━ dijo Madelaine, ahora aterrorizada por lo que veía.
Pero antes de que el anciano respondiera, la caravana dio un fuerte zarandeo, como si hubieran esquivado algo. Madelaine cayó sobre su trasero, golpeando su cabeza con un mueble que había detrás de ella. Claire miró asustada a su madre para luego dirigir su mirada hacia el adulto.
━ ¡¿Qué rayos era eso?! ━ exclamó Dale, con cierto pánico en su voz.
Madelaine se levantó del suelo, un poco atontada por el golpe y caminó, tambaleándose, hacia los asientos delanteros, aferrándose a estos con sus manos y dirigir sus azulados ojos hacia él.
━ ¿Qué demonios pasó? ━ preguntó Madelaine.
━ Era un hombre ━ dijo Dale, mirando por los espejos retrovisores y a su vez a la carretera ━, oh, bueno, lo era. Estaba cubierto de sangre y le faltaba la mitad del rostro.
Claire se asustó al oír la descripción, aún así, su mirada fue hacia la ventana, viendo a muchos más de los que había visto antes. Antes fueron dos, pero a medida que avanzaban hacia la ciudad, eran cada vez más.
━ ¡Mamá, hay más! ━ chilló Claire, totalmente aterrada.
Madelaine se giró, mareandose, hacia su hija y fue hacia ella, sentándose a su lado en los asientos de la cabina comedor. La abrazó fuertemente mientras le hablaba a Dale.
━ ¡Debemos salir de aquí, Dale! ━ le gritó al anciano, quien conducía a toda velocidad ahora e iba esquivando algo en la carretera.
Fue entonces que Madelaine Queen comprendió que todo se estaba yendo al carajo. El mundo se iba por la borda y sólo rezaba que su hija pudiera salir viva de eso.
Fueron minutos, pero parecieron horas.
Llegar a Atlanta fue difícil, teniendo en cuenta de que Dale tuvo que hacer varias maniobras para esquivar lo que sea que sean esas cosas. Pero al llegar a la ciudad, rápidamente se arrepintieron.
No eran como los de la carretera, eran muchos más de hecho. Estaban atacando personas, mordiendolas, tirándolas al suelo en grupo y comerlas. Dale intentaba huir de ese infierno, cuando escuchó que golpeaban con fuerza la puerta del copiloto.
Claire lloraba en los brazos de su madre, mientras Madelaine intentaba contenerse para mantener tranquila a su hija.
Dale miró hacia la puerta, viendo a una mujer rubia de ojos azules, acompañada de otra chica rubia menor que ella. Golpeaban la puerta con desesperación.
━ ¡Ayúdenos, por favor! ━ suplicaba la rubia mayor.
Dale las vio tan asustadas, y al ver que no habían de esas cosas tan cerca, le gritó a Madelaine.
━ ¡Ábrele, ya! ━ le gritó a Madelaine.
Madelaine le miró llena de pánico, pero soltó a su hija rápidamente y abrió la puerta principal de la caravana. Las dos mujeres corrieron hacia ella y se metieron a la casa rodante de un solo salto, y una vez dentro, Madelaine cerró la puerta y se giró hacia Dale.
━ ¡Debemos irnos, Dale! ━ le gritó.
El hombre giró el volante con tanta fuerza que las ruedas traseras del gran vehículo chirriaron, y con solo pisar el acelerador, salieron a toda prisa de la ciudad, chocando a muchas de esas cosas.
CAPÍTULO UNO ✔️
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