🏠 ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮6 」
«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗌𝖾𝗂𝗌»... [𝖮6]
❝𝗥𝗲𝘂𝗻𝗶𝗼́𝗻 𝗳𝗮𝗺𝗶𝗹𝗶𝗮𝗿❞
El día amaneció con un brillo especial en la escuela de Song, donde se respiraba una mezcla de entusiasmo y competitividad entre los padres y los niños que iban llegando poco a poco. Kim estaba allí, como siempre, dispuesto a apoyar a su hijo en cada actividad que implicara una conexión familiar. Sin embargo, aquella mañana se había topado con una situación inesperada: Song, con su típica mirada esquiva y sus palabras medidas, le había sugerido, de manera casi imperceptible, que prefería que Jeon lo acompañara al evento.
Fue una indirecta sutil, pero en sus ojos Kim pudo percibir algo más, una extraña preferencia que parecía haber germinado en el pequeño durante las últimas semanas.
━ ¿Quieres que Jeon venga? ━ preguntó Kim, sin lograr ocultar del todo la ligera sorpresa que le causaba la petición.
Song simplemente se encogió de hombros, desviando la mirada y jugando con las mangas de su camisa, como si el tema no le importara realmente. Pero, al observar más de cerca, Kim notó el leve rubor en las mejillas de su hijo y la forma en que sus labios intentaban contener una sonrisa. Aquello era suficiente para que Kim comprendiera lo que deseaba, así que no se lo pensó mucho antes de llamar a Jeon e invitarlo a unirse a ellos.
No pasó mucho tiempo antes de que Jeon llegara a la escuela. Cuando Song lo vio, intentó, como siempre, mantener su expresión de desinterés, pero sus ojos delataban la felicidad que sentía. La presencia de Jeon parecía tener un efecto especial en él, como si con su cercanía lograra romper esa coraza que se había construido, dándole la libertad de comportarse como un niño sin sentir la necesidad de mantenerse a la defensiva.
Kim, observando desde un lado, no pudo evitar sonreír al notar esa diferencia, sintiendo una mezcla de gratitud y algo más difícil de definir.
Los juegos comenzaron poco después, y la dinámica del evento giraba en torno a actividades en las que padres e hijos competían juntos. La primera prueba fue una carrera de sacos, y Song, que al principio parecía reservado, empezó a involucrarse más al ver a Jeon a su lado, animándolo con entusiasmo y compartiendo risas con él. Kim observaba la escena, incapaz de ignorar cómo la sonrisa de su hijo se hacía cada vez más genuina, cómo se iba borrando aquel aire de indiferencia que solía llevar encima.
━ ¡Vamos, Song! ¡Podemos ganar esto! ━ exclamó Jeon, dándole una palmadita en la espalda antes de tomar posición junto a él.
Song asintió, mirando de reojo a Jeon con una mezcla de admiración y diversión, y cuando dieron la señal, ambos comenzaron a saltar, avanzando con sorprendente coordinación. Kim los miraba desde la línea de llegada, y aunque una parte de él intentaba concentrarse en la emoción de la competencia, otra se encontraba absorbida por la imagen que formaban juntos, casi como si fueran una familia, como si aquel momento de felicidad compartida perteneciera a otro tiempo, a otra realidad.
━ ¡Gané! ━ exclamó Song al cruzar la línea de llegada, con una sonrisa de triunfo en su rostro.
Jeon lo felicitó efusivamente, y la expresión de orgullo en su cara resultaba tan natural que, por un instante, Kim sintió un leve nudo en el pecho. La idea lo asaltó de manera inesperada, una imagen que apenas había permitido en su mente, pero que ahora parecía plantarse con fuerza: la de Jeon como el padre de su hijo. La noción lo descolocó, lo dejó suspendido en una mezcla de incredulidad e incomodidad que no sabía cómo procesar.
Algo dentro de él se removía, un sentimiento extraño y profundo que había estado escondido bajo capas de formalidad y costumbre, y que ahora se agitaba ante aquella posibilidad, como si la presencia de Jeon tuviera el poder de desafiar sus propias certezas.
━ ¿Estás bien, Kim? ━ preguntó Jeon, acercándose con una ligera sonrisa. ━ Pareces... distraído.
Kim se sobresaltó, sacudido por el tono cálido de Jeon, que parecía acortar la distancia que había intentado mantener. Parpadeó, intentando ordenar sus pensamientos, pero entonces notó algo que no había percibido antes: sus ojos se habían posado en los labios de Jeon, sin darse cuenta. La atracción era sutil, como un imán invisible que tiraba de él en esa dirección, y aunque intentó desviar la mirada, la cercanía de Jeon hacía que fuera imposible ignorarlo.
━ Eh... sí, estoy bien ━ murmuró Kim, tratando de sonreír, aunque sintió cómo un ligero calor subía a sus mejillas.
Pero Jeon, con una percepción que Kim había llegado a encontrar fascinante, alzó una ceja, observándolo con una mirada curiosa y divertida. Parecía haber notado el pequeño detalle que Kim intentaba ocultar, y en vez de dejarlo pasar, decidió provocarlo, acercándose un poco más y manteniendo su voz en un tono bajo, casi cómplice.
━ ¿Por qué me miras tanto los labios, Kim? ━ preguntó, sin perder esa sonrisa que parecía llevar la situación al borde de algo más, algo que ambos evitaban nombrar, pero que flotaba en el aire entre ellos.
La pregunta cayó como una piedra en el estómago de Kim, quien sintió cómo su respiración se aceleraba al escuchar esas palabras. Intentó responder, pensar en alguna excusa que le permitiera salir de aquella situación sin perder la compostura, pero su mente estaba nublada, incapaz de escapar del magnetismo de la mirada de Jeon. Era como si, en aquel momento, todas las barreras que había construido se desvanecieran, dejándolo expuesto, vulnerable ante la presencia de aquel hombre que había logrado llegar a su vida de una manera tan inesperada.
━ Yo... sólo... ━ comenzó a decir, pero las palabras se le atascaban en la garganta, y antes de que pudiera articular una respuesta coherente, notó cómo Jeon mantenía su sonrisa, como si disfrutara de su nerviosismo, de aquella tensión que había surgido entre ambos de una forma tan natural y espontánea.
Alrededor de ellos, el bullicio de los otros padres y niños se sentía lejano, casi irreal, como si el mundo entero se hubiera desvanecido y sólo quedaran ellos dos en medio de aquella multitud. Jeon mantenía su mirada fija en él, y Kim sintió cómo su corazón palpitaba con fuerza, como si algo en su interior estuviera a punto de romperse, de ceder ante la intensidad de aquel momento. No sabía si era miedo, nerviosismo o deseo lo que lo mantenía ahí, incapaz de apartarse, pero en sus ojos veía algo que iba más allá de la simple curiosidad.
━ Kim... ━ susurró Jeon, suavizando su tono, como si quisiera disipar aquella incomodidad. ━ No tienes que decir nada, ¿sabes? A veces las cosas simplemente... se sienten.
Las palabras de Jeon resonaron en su mente, como un eco que se mezclaba con el sonido de su respiración agitada. Kim sentía que estaba parado al borde de algo desconocido, algo que lo llamaba a abandonar el control que siempre había ejercido sobre sí mismo. Por primera vez en mucho tiempo, no sabía qué hacer ni cómo responder, y aunque intentó mantener la compostura, su mirada seguía fija en los labios de Jeon, en la tentación que representaban.
━ Sigamos con los juegos, ¿sí? ━ dijo finalmente, con una sonrisa forzada y el rostro encendido, intentando escapar de aquella tensión.
Jeon asintió, soltando una ligera risa que pareció disipar, al menos por un instante, la carga del ambiente. Pero en su mirada quedaba algo, una promesa tácita de que aquella conversación no había terminado, de que, en algún momento, la tensión entre ellos hallaría un desenlace. Y Kim, aunque se alejaba con paso inseguro, supo que aquella posibilidad lo perseguiría en cada instante, como una chispa encendida en el fondo de su ser.
La atmósfera en la escuela seguía siendo ruidosa y bulliciosa, pero algo dentro de Jeon se sentía descolocado. Había sentido una tensión extraña entre él y Kim durante los juegos, una sensación que lo había dejado pensando demasiado. Decidió apartarse un momento, buscando algo de claridad en la quietud del baño. Entró y cerró la puerta tras de sí, respirando profundamente, intentando ordenar las emociones que habían surgido sin previo aviso.
La imagen de Kim mirándolo, el leve sonrojo en su rostro, todo parecía haber dejado una huella en él, como una pregunta sin respuesta que latía en su mente. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que su tranquilidad se viera interrumpida.
A través de la puerta entreabierta del baño, escuchó unas voces que le hicieron fruncir el ceño. La voz de Song se mezclaba con las de otros niños, aunque el tono era diferente al que había escuchado antes. Al acercarse, sus palabras llegaron nítidas, ásperas, llenas de un veneno que no solía esperarse en voces tan jóvenes.
━ ¿Y qué? ¿Vas a llorar? ━ la voz de uno de los niños resonaba burlona y cruel.
━ ¡Seguro que sí! Todos saben que eres un maricón, igual que tu padre, un puto que sólo quiere llamar la atención ━ añadió otro, riéndose de manera que retumbaba en el espacio vacío del baño.
Jeon sintió cómo la furia comenzaba a arder en su pecho, intensificándose a cada palabra hiriente que los niños le lanzaban a Song. Su respiración se tornó pesada, y sus manos se cerraron en puños mientras avanzaba hacia donde se encontraba el pequeño grupo, sin poder concebir que esas palabras fueran pronunciadas por niños tan pequeños.
Cuando llegó al lugar, la escena que presenció le desgarró el alma: Song, encogido y luchando por contener las lágrimas, intentaba sostener su compostura, aunque sus ojos reflejaban una mezcla de dolor y humillación que no podía esconder.
━ ¿Qué están haciendo aquí? ━ preguntó Jeon con un tono que resonaba firme y autoritario. Su voz fue suficiente para hacer que los otros niños retrocedieran, sorprendidos por la repentina aparición de un adulto. ━ ¿De verdad creen que está bien decir cosas así?
Los niños, al notar la intensidad en los ojos de Jeon, se quedaron en silencio, sin saber cómo reaccionar. No necesitó alzar la voz más de lo necesario; su presencia y el evidente enfado en su rostro bastaron para hacerles entender que habían cruzado una línea. Sin embargo, él no les permitió salir tan fácilmente.
━ La crueldad no es algo que puedan justificar por su edad ━ continuó, su tono severo y controlado. ━ Decir esas cosas sólo muestra que ustedes no comprenden nada de lo que significa respeto o empatía.
Los niños intercambiaron miradas nerviosas antes de salir del baño, murmurando entre ellos, mientras Jeon permanecía inmóvil hasta que se aseguraron de que se habían ido. Sólo entonces se volvió hacia Song, quien seguía allí, con la cabeza baja y los ojos nublados por lágrimas que no había dejado caer. Al ver su fragilidad, Jeon sintió un impulso protector y, sin pensarlo dos veces, se arrodilló junto a él, envolviéndolo en un abrazo reconfortante.
La pequeña figura de Song temblaba ligeramente entre sus brazos, y en ese momento, Jeon comprendió la magnitud de las palabras que el niño había escuchado.
━ Song... ━ murmuró suavemente, acariciando su cabello con delicadeza, esperando darle algún tipo de consuelo en medio de la tormenta emocional en la que se encontraba. ━ No tienes que escuchar esas cosas. No tienen ningún derecho a hablarte así.
Song sollozó, aferrándose a Jeon con más fuerza, como si en aquel abrazo encontrara la seguridad que le habían arrebatado. Las palabras tardaron en salir, ahogadas entre lágrimas y una respiración entrecortada.
━ ¿Por... por mi culpa es que molestan a mi papá? ━ preguntó, apenas en un susurro. La voz de Song se quebraba con el peso de la culpa, y en sus ojos Jeon vio una inocencia rota, una duda que no debería tener a su edad. El dolor en su expresión era desgarrador, y Jeon sintió cómo su propio corazón se encogía ante la fragilidad del niño, un dolor que él mismo hubiera querido cargar en su lugar, si eso fuera posible.
━ Song... ━ comenzó, intentando elegir sus palabras con cuidado. ━ No tienes la culpa de nada de lo que dicen esos niños. No entienden... ni conocen la verdad sobre tu papá. Ellos sólo repiten lo que escuchan, sin pensar en el daño que causan.
Song levantó la mirada, observando a Jeon con ojos llenos de confusión y un miedo apenas contenido. Era como si estuviera buscando una razón, algo a lo cual aferrarse para entender y aceptar lo que estaba sucediendo. Jeon, al notar esa vulnerabilidad, sonrió suavemente, tomando el rostro del niño entre sus manos.
━ Escúchame, Song. Tu papá es una buena persona, y él hace todo esto porque te quiere. Tú no eres la causa de que otros digan cosas malas; ellos sólo... no comprenden lo especial que eres, ni la bondad que tiene tu padre. ¿Entiendes?
El niño asintió lentamente, aunque una sombra de duda aún parecía colgar sobre su cabeza. Jeon continuó acariciando su cabello, esperando poder transmitirle alguna forma de tranquilidad. El silencio entre ambos era pesado, pero Jeon sabía que lo importante era que Song sintiera su presencia, que comprendiera que, sin importar lo que otros dijeran, siempre tendría a alguien dispuesto a protegerlo, a estar a su lado.
━ No escuches lo que ellos dicen ━ añadió Jeon con voz firme, pero amable. ━ Tu papá te ama, y yo estoy aquí para recordarte eso, siempre que lo necesites.
Song lo miró con una mezcla de gratitud y alivio, como si las palabras de Jeon hubieran comenzado a disipar las nubes de inseguridad que se cernían sobre él. Y, en un gesto inesperado, se lanzó hacia Jeon, abrazándolo con fuerza, como si en ese abrazo estuviera descargando todas las emociones contenidas, toda la tristeza y el miedo que no había podido expresar. Jeon lo sostuvo sin vacilar, permitiéndole refugiarse en sus brazos, y en ese instante se dio cuenta de la profundidad del vínculo que estaba comenzando a formar con el niño.
━ Gracias, Jeon... ━ murmuró Song, su voz aún temblorosa pero cargada de sinceridad. ━ Gracias por... defenderme.
━ No tienes que agradecerme ━ respondió Jeon, sonriendo con ternura. ━ Yo haría esto por ti las veces que sean necesarias. Eres alguien muy importante, y no voy a dejar que nadie te haga sentir lo contrario.
Song se separó ligeramente, mirando a Jeon con una expresión que mezclaba admiración y un cariño que comenzaba a florecer. En sus ojos aún había rastros de las lágrimas, pero también una chispa de confianza que no había estado ahí antes. A Jeon le conmovió ese cambio, y sintió una profunda satisfacción al saber que había logrado, aunque fuera momentáneamente, aliviar el dolor que cargaba el niño.
━ Vamos a buscar a tu papá, ¿sí? ━ sugirió Jeon, con voz suave, mientras se ponía de pie y le tendía la mano.
Song asintió, tomando la mano de Jeon con firmeza, como si en ese simple gesto encontrara el apoyo que necesitaba. A medida que caminaban juntos, Jeon no pudo evitar sentir que en algún nivel, él también estaba cambiando, descubriendo en sí mismo una capacidad de cuidado y ternura que nunca había explorado antes.
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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09
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