🏠 ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮4 」
«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝖼𝗎𝖺𝗍𝗋𝗈»... [𝖮4]
❝𝗘𝗹 𝘀𝗮𝗹𝘃𝗮𝗱𝗼𝗿 𝗱𝗲 𝗺𝗶𝘀 𝗽𝗲𝘀𝗮𝗱𝗶𝗹𝗹𝗮𝘀❞
El día había comenzado como cualquiera en la casa de los Kim: una atmósfera cargada de rutinas y responsabilidades, donde las sombras del pasado y las tensiones del presente se entrelazaban en cada rincón. Jo-Dae, como era habitual, se estaba preparando para un nuevo viaje de negocios, una de esas ocasiones en las que su presencia en el hogar se desvanecía como una brisa fría.
El hecho de que su partida ya no causara impacto en Kim Taehyung era algo que él mismo había comenzado a aceptar, aunque siempre quedaba en su corazón una pequeña parte que deseaba que las cosas fueran diferentes, que la distancia no fuera tan definitiva ni tan dolorosa.
Dong-Sul, como siempre, observaba a su padre con una mirada distante. Había algo en él, algo que parecía haber cambiado con el tiempo. El niño, que cuando era más pequeño solía ser juguetón y lleno de vida, ahora parecía una sombra de sí mismo: distante, frío, y a menudo indiferente a los intentos de Taehyung por acercarse. Pero esa tarde, mientras Jo-Dae recogía sus maletas, Dong-Sul parecía tener un deseo distinto en su corazón.
━ ¿Puedo ir contigo, papá? ━ preguntó el niño, sus ojos brillando con una mezcla de esperanza y algo más, algo que Taehyung no alcanzaba a entender.
Había algo en la forma en que Dong-Sul lo decía que le parecía extraño, como si no fuera completamente sincero, pero no quiso interrogarlo más, temeroso de desgarrar aún más la frágil máscara que el niño había comenzado a construir alrededor de su corazón.
Jo-Dae lo miró de reojo, levantando una ceja con desdén, como si la petición de su hijo fuera una molestia. No respondió inmediatamente, dejando que el silencio llenara el aire entre ellos.
━ No, no es posible ━ dijo Jo-Dae finalmente, su tono corto y autoritario, como si ya no tuviera energía para lidiar con los caprichos de su hijo. ━ Tienes que quedarte aquí con tu madre. Es más conveniente.
Dong-Sul no dijo nada más, pero su expresión se oscureció por un momento. La frustración y la incomodidad eran palpables en el pequeño rostro del niño, pero no hizo más preguntas. En cambio, se cruzó de brazos y se apartó, mirando hacia el suelo, como si hubiera asumido que no había forma de cambiar la situación. La relación entre ellos había sido siempre complicada, pero ahora parecía haberse endurecido aún más. El niño, que antes solía buscar a su padre con cariño, ahora parecía un extraño.
Jeon Jungkook, que se encontraba cerca, observaba la escena con una mezcla de comprensión y una sutil preocupación. Sabía que el ambiente en la casa era tenso, y aunque trataba de no involucrarse demasiado en los conflictos familiares, no podía evitar sentirse preocupado por Dong-Sul. En ese instante, decidió acercarse al niño para tratar de ofrecerle un poco de consuelo, aunque fuera de una manera indirecta.
━ ¿Sabes qué? ━ dijo Jeon con una sonrisa amable, intentando suavizar el ambiente. ━ Aunque tu papá no pueda ir contigo, hay muchas cosas divertidas que podemos hacer juntos. Podemos jugar a juegos, hacer manualidades, o incluso salir al jardín y ver cómo crecen las flores. Sé que te gustan las aventuras, ¿verdad?
Dong-Sul lo miró con desconfianza, como si no estuviera seguro de si debía creerle. Era evidente que el niño no estaba acostumbrado a este tipo de acercamientos, y la desconfianza era una barrera difícil de atravesar. Sin embargo, algo en el tono cálido de Jeon parecía calmarlo, aunque fuera un poco.
━ ¿De verdad? ━ preguntó Dong-Sul, su voz cargada de escepticismo. ━ ¿Qué tipo de cosas divertidas?
Jeon, notando la duda en los ojos del niño, decidió reforzar su propuesta con una sonrisa aún más amplia, intentando ganar su confianza.
━ Pues, podríamos hacer todo tipo de cosas, como explorar el jardín, ver cómo crecen las plantas, o incluso hacer un pequeño picnic. Te prometo que será muy divertido, y estarás a salvo aquí. No tienes que preocuparte por nada. Estaré aquí para cuidarte, como un buen amigo.
Dong-Sul lo miró por un momento largo, como si estuviera evaluando la sinceridad de las palabras de Jeon. Había algo en él, algo diferente a las personas que había conocido antes. Su forma tranquila y comprensiva parecía contrastar con la rigidez de los adultos en su vida, especialmente su padre, que rara vez mostraba una sonrisa genuina. Después de unos segundos, el niño finalmente asintió, aunque de manera cautelosa.
━ Está bien ━ dijo Dong-Sul, su voz un poco más suave, pero aún con una nota de desconfianza. ━ Lo haré.
Jeon le sonrió de nuevo, satisfecho por haber logrado convencerlo, aunque sabía que aún quedaba un largo camino por recorrer. La relación entre él y Dong-Sul no sería fácil, pero al menos ese pequeño paso había sido un avance.
Mientras tanto, en el jardín, Taehyung estaba absorto en sus pensamientos. Había pasado un día agotador en el trabajo, y el cansancio le pesaba en los hombros como una carga invisible. La presión de ser el pilar de su familia, de lidiar con los problemas de su hijo y la indiferencia de su esposo, se había vuelto una rutina que lo desgastaba cada vez más. Se había retirado al jardín en busca de un respiro, un momento de paz en medio del caos de su vida cotidiana.
Fue en ese instante cuando Jeon apareció detrás de él, su figura destacando entre las sombras de la tarde. En sus manos llevaba un pequeño ramo de flores, con colores vivos que parecían contrastar con la tristeza que Taehyung sentía en su interior. Jeon se acercó a él con una calma que parecía capaz de aliviar cualquier carga.
━ Estas flores son para ti ━ dijo Jeon, extendiendo el ramo hacia Taehyung con una sonrisa suave. ━ Pensé que te harían sentir mejor después de un día tan difícil.
Taehyung lo miró, sorprendido por el gesto. No esperaba algo tan simple, pero tan significativo al mismo tiempo. La sensación de estar rodeado de personas que realmente se preocupaban por él era algo raro en su vida. Había sido tan fácil sentirse invisible, pero ahí estaba Jeon, ofreciéndole algo tan genuino, tan desinteresado, que lo dejó sin palabras por un momento.
━ Gracias ━ murmuró Taehyung, tomando las flores entre sus manos, sintiendo la suavidad de los pétalos como si fueran una caricia. ━ No sé qué decir. Es un detalle muy amable de tu parte.
━ No tienes que decir nada ━ respondió Jeon, su voz tranquila. ━ Solo quiero que sepas que, aunque las cosas parezcan difíciles, siempre hay algo bonito que puede hacerte sentir mejor. Espero que estas flores te ayuden a encontrar un poco de paz.
Taehyung, con los ojos ligeramente cristalizados por la emoción, miró a Jeon por un momento. Algo en su gesto lo había tocado profundamente, como si, por un instante, hubiera encontrado un refugio en alguien que no lo veía solo como el esposo o el padre, sino como una persona que también necesitaba ser cuidada.
━ Gracias ━ repitió Taehyung, esta vez con una sonrisa más sincera, mientras sus ojos brillaban de agradecimiento.
Se sintió, por un breve segundo, menos solo, menos atrapado en su mundo de responsabilidades y frustraciones. Tal vez, después de todo, las pequeñas cosas eran las que realmente importaban.
La noche había caído sobre la casa de los Kim como una capa de silencio espeso. El hogar, usualmente tan lleno de tensiones, parecía estar momentáneamente libre de los ecos de los conflictos que siempre lo azotaban. Sin embargo, esa quietud no duraría mucho. A lo lejos, en el pasillo, se empezó a escuchar el inconfundible llanto de Song. Era algo que ocurría con frecuencia, especialmente cuando las pesadillas se apoderaban de su mente.
El sonido de su llanto, mezclado con sus sollozos apagados, se colaba por debajo de la puerta de su habitación, como un murmullo que parecía no dejar de crecer.
Kim Taehyung, acostado en su cama, cerró los ojos por un momento, intentando ignorar el sonido, pero sabía que no podía. Aunque había pasado años tratando de lidiar con la angustia de su hijo, cada vez que Song lloraba, algo dentro de él se rompía. El dolor del niño parecía abrirle una herida en el pecho, una herida que no podía sanar, no importa cuánto lo intentara. Como padre, siempre se sentía impotente, incapaz de protegerlo del terror que lo acosaba mientras dormía.
Decidió levantarse con una pesadez que no era solo física, sino emocional, y se dirigió hacia la habitación de Song. Cuando llegó, se detuvo en la puerta, observando con una mezcla de sorpresa y gratitud lo que veía. Jeon, el niñero contratado por su madre, estaba allí, sentado junto a la cama de Song, su mano acariciando suavemente el cabello del niño.
Jeon, con su expresión tranquila y serena, no parecía molesto ni incómodo por la situación, sino que estaba completamente inmerso en su tarea, como si fuera algo natural para él, como si hubiera hecho esto toda su vida. Song, por su parte, parecía haberse calmado, y su respiración, aunque agitada, ya no estaba tan entrecortada.
Kim, al ver la escena, sintió una mezcla de alivio y culpa. Su hijo, tan pequeño y vulnerable, ya no estaba llorando, y la razón era el esfuerzo de alguien más, alguien que ni siquiera formaba parte de su familia, alguien que apenas conocían. Algo dentro de él se removió, pero la emoción se vio acompañada por una sensación incómoda, como si la amabilidad de Jeon tuviera un propósito que iba más allá de la simple bondad humana.
━ Jeon ━ susurró Kim con voz baja, no queriendo interrumpir el momento, pero sintiendo que debía agradecerle. ━ Gracias... no sé qué habría hecho sin ti.
Jeon, al escuchar la voz de Kim, levantó la mirada hacia él, sus ojos reflejando una calma que parecía imperturbable. No dijo nada de inmediato, solo asintió con la cabeza y continuó acariciando el cabello de Song con la misma suavidad que antes, como si no fuera una tarea, sino un acto reflejo, algo que hacía con facilidad. Finalmente, habló, su voz baja y serena, como si hubiera comprendido que no había necesidad de dar grandes explicaciones.
━ No es molestia ━ dijo Jeon, su tono amable y profesional. ━ Es parte de mi trabajo.
Kim parpadeó, sorprendido por la respuesta. Algo en esas palabras le hizo sentir una punzada en el pecho, como si la gratitud que sentía por Jeon fuera innecesaria, como si todo lo que él hacía por Song, todo lo que hacía por él mismo, no fuera más que una obligación, algo que debía hacer sin esperar nada a cambio. Y aunque Kim entendía que Jeon estaba trabajando, el simple hecho de que su amabilidad viniera de un lugar de profesionalismo le resultó doloroso. De alguna manera, había esperado algo más, algo que no estuviera ligado a una tarea que él debía cumplir, algo que no fuera solo el cumplimiento de su deber.
━ Yo... ━ comenzó Kim, pero se detuvo, no sabiendo bien cómo expresar lo que sentía. Se sentó en una silla cerca de la cama, mirando a Jeon y luego a su hijo, que ya parecía estar profundamente dormido de nuevo. ━ Perdona si te molesté. No era mi intención interrumpir.
Jeon lo miró sin cambiar su expresión, sus ojos oscuros y penetrantes reflejando una comprensión que Kim no alcanzaba a entender completamente. Había algo en su mirada que parecía decir que no había necesidad de disculparse, que no había nada de malo en lo que estaba haciendo. Pero, a pesar de la amabilidad que Jeon le ofrecía, Kim no pudo evitar sentirse distante, como si hubiera sido testigo de algo que no le pertenecía.
━ No tienes que disculparte ━ replicó Jeon suavemente. ━ Este es mi trabajo. Es lo que vine a hacer aquí. Si en algún momento necesitas algo más, no dudes en decírmelo.
Kim asintió lentamente, pero por dentro se sentía cada vez más incómodo. La voz de Jeon, tan serena y tan firme, le recordaba lo lejos que estaba de las relaciones que había tenido en su vida. Lo había contratado para cuidar a su hijo, sí, pero había algo en él, algo en su forma de ser tan equilibrada y constante, que lo hacía sentir como si no fuera parte del mundo al que Kim había sido arrastrado. En su mente, comenzó a cuestionarse si la amabilidad de Jeon, esa calma infinita, no era solo una fachada que él mostraba debido a su trabajo. Si su cercanía, su apoyo, no era más que una cortesía que Jeon había aprendido a ofrecer por obligación.
Jeon, al percatarse del silencio en la habitación, finalmente se levantó de la silla y se alejó un poco. Miró a Kim con una ligera inclinación de cabeza.
━ Si te sientes incómodo por lo que he hecho, no es necesario ━ añadió Jeon con una sonrisa leve. ━ Solo estaba intentando ayudar.
Kim, al oír esas palabras, sintió un nudo en el estómago. La amabilidad de Jeon le parecía más distante de lo que había pensado inicialmente. Tal vez no era el calor humano que había imaginado, sino solo una formalidad que él había aprendido a ofrecer a quienes lo contrataban. Una especie de distancia fría que venía con el trabajo. ¿Era posible que había interpretado mal las intenciones de Jeon? ¿Que su generosidad no era más que una obligación, un acto impersonal destinado a cumplir con su cometido?
━ No, no es eso ━ respondió Kim finalmente, aunque su voz sonó más apagada de lo que habría querido. ━ Es solo que... me hizo sentir que tal vez te estoy pidiendo mucho, y no quiero que eso te cause molestias.
Jeon lo miró por un momento más largo, como si intentara leer más allá de las palabras que Kim había dicho. Finalmente, asintió con calma.
━ Entiendo ━ dijo Jeon, su voz suave pero llena de una calma inquebrantable. ━ No te preocupes por eso. Estoy aquí para ayudar.
Kim asintió, pero en su interior, esa sensación de incomodidad seguía creciendo. La amabilidad de Jeon, tan estructurada y tan pensada, le dejaba una sensación extraña, como si en algún momento las líneas entre lo personal y lo profesional se hubieran desdibujado, y él se hubiera quedado atrapado en esa mezcla, incapaz de distinguir lo que realmente importaba.
█▓▒░░▒▓█
Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top