Yoriichi optó por tirar un balde de agua fría sobre su hermano, ya que llevaba aproximadamente quince minutos intentando despertarlo y este no daba ni una señal de vida.

──¡YORIICHI! ──Gritó Kokushibo, despertando abruptamente mientras se retorcía sobre su cama como un gusano, pues el clima estaba helado y el agua estaba peor.

──Luego me agradeces, ahora levántate, hermanito, recuerda que tienes un nuevo trabajo. ──Buscó en todo el armario hasta encontrar ropa decente para que su mayor diera una buena impresión en su primer día de trabajo, una vez que encontró las prendas perfectas, las sacó y las dejó sobre su cama. ──Y mira el lado bueno, ya no tendrás que ducharte.

──... ──Kokushibo se deshizo de las mantas que lo cubrían dejando a la vista su cuerpo únicamente cubierto por un bóxer, ya que siempre dormía así. ──Eres... ──Se levantó rápidamente de la cama y Yoriichi supo que era hora de correr. ──Un grandísimo hijo de-

──Hey, hey, no ofendas a nuestra madre. ──Dió un delicado beso en la mejilla de su gemelo y salió corriendo de la habitación, siendo perseguido por un Kokushibo semidesnudo. ──PROTEGEME SEÑOR CON TU ESPÍRITU.

──IDIOTA, TE VOY A MATAR.

──¡Si es que puedes, hermanito! ──Se moría de miedo en ese momento, sin embargo solo soltó una risita, era realmente divertido hacer enojar a su hermano mayor.

Seguramente Kokushibo lo hubiese alcanzado en algún momento y Yoriichi ahora mismo estaría inconsciente por la putiza que hubiese recibido, pero el menor es más inteligente, por lo que salió corriendo de la casa para refugiarse en su auto.

──¡Apúrate, Koko! Tienes que estar en la cafetería a las siete, recuerda que debes llegar antes de tu turno para que tomen tus medidas. ──Sonrió divertido mientras veía a su hermano asomándose por una ventana de la casa, era obvio que no saldría en bóxers a la calle, si lo hacía jamás podría volver a salir por la vergüenza.

──Estúpido. ──Fue de regreso a su habitación y miró el reloj. ──Seis y media. ──Soltó un suspiro de cansancio, odiaba demasiado tener que levantarse temprano, le gustaría patear a su hermano con todas sus fuerzas por no haber elegido el turno de la noche. Se estiró mientras soltaba un gran bostezo y fue a darse una rápida ducha, después se secó y se vistió a toda velocidad, pues ya eran las seis con cuarenta y cinco minutos.

──¿Dónde estás? Llevas medio siglo arreglandote. ──Habló Yoriichi mientras entraba en la habitación del pelinegro mayor. ──Siéntate en la cama, nos iremos en mi auto para llegar más rápido, no te preocupes.

──Mientras más tarde llegue es mejor, tendré que pasar menos tiempo trabajando. ──Comentó para después sentarse en su cama, tal y como le había ordenado Yoriichi.

──Mmhp. ──Dejó un leve golpe en la cabeza de su gemelo para después subirse a la cama, poniéndose de rodillas detrás de él para comenzar a peinarlo. Después de un par de minutos, terminó de hacerle una perfecta coleta alta. ──Tienes que comenzar a ser más trabajador, no podré cuidar de ti toda la vida. ──Rió levemente para después salir de la habitación.

──Odio mi vida. ──Musitó mientras se miraba al espejo. En realidad no odiaba su vida, era feliz con solo tener a su hermano aunque no quisiera admitirlo, pero odiaba tener que trabajar y lo odiaba muchísimo más si tenía que madrugar por ello.

Le hubiese gustado permanecer en su habitación aunque sean cinco minutos más, pero cuando miró su reloj se dió cuenta de que eran las siete en punto, por lo que bajó corriendo las escaleras para salir de la casa y subir al auto, pues su hermano ya estaba esperándolo ahí.

──CÓRRELE, VOY A LLEGAR TARDE POR TU CULPA.

──¿POR MI CULPA? TÚ ERES QUIÉN SE DESPERTÓ TARDE.

──DEJA DE HABLAR Y MUÉVETE.

El fuerte ruido del motor se hizo presente y Yoriichi comenzó a manejar a toda velocidad. ──No por nada me ví todas las películas del Rayo McQueen.

──NOS VAMOS A MORIR, IDIOTA.

──Antes muertos que impuntuales.