──¿QUÉ?

El de ojos burdeos y el de ojos arcoiris miraron hacia la puerta de la oficina impactados, separándose rápidamente de esa posición tan comprometedora.

──KAIGAKU, CUÁNTAS VECES TENGO QUE DECIRTE QUE TOQUES ANTES DE ENTRAR. ──El rostro de Douma estaba completamente rojo por la vergüenza y no dudó ni un segundo en empujar al de ojos color turquesa fuera de ahí.

──¡Esperen, esperen! ¿¡Son novios!?

──¿QUIÉNES SON NOVIOS? ──Preguntó en un grito una chica de cabellos rosas con las puntas de color verde, igual que sus ojos, mirando expectante la escena junto a su novio con heterocromia y cabellos negros.

──¡WOAAAH! ¿NUESTRO JEFECITO YA TIENE NOVIO? ──Preguntó Daki mientras chillaba de la emoción a lado de su hermano Gyutaro.

──Al fin, ya le hacía falta una buena cogid- ──Sanemi fue callado con un leve golpe en su cabeza, el cual fue proporcionado por Kanae.

──Era obvio que serían pareja, Douma ni siquiera apartaba la mirada de él. ──Comentó Karaku con un toque de diversión.

──Si no es muy entrometido de mi parte, ¿podría preguntar cuánto tiempo llevan juntos? ──Preguntó con una voz suave y tímida Aizetsu, un chico que parecía siempre tener una expresión triste en su rostro.

──¡Oigan! ──El rubio solo hacía movimientos muy torpes tratando de calmar la situación, sentía su rostro caliente debido al sonrojo, el cual se expandió hasta sus orejas y no le permitía decir una frase coherente, únicamente salían bajos balbuceos de sus labios.

──El tonto de su jefe no es mi novio y parece que mi trabajo del día de hoy ha terminado, nos vemos. ──Kokushibo aprovechó que todos estaban distraídos murmurando cosas y salió de aquel establecimiento para regresar a su casa.

En el camino no pudo evitar pensar en la reacción que tuvieron todos los empleados, lo cual le pareció muy gracioso, en especial la respuesta tonta de Douma.

Se detuvo un momento para sentir el viento frío chocar contra su rostro mientras admiraba los pétalos de los cerezos caer poco a poco de los árboles, era sin duda una vista espectacular.

Ese chico de ojos arcoiris había logrado cambiarlo tanto en tan solo tres semanas, aunque no fue solo él, fueron también los demás empleados, los cuales lo ayudaron con las labores que su jefe le asignaba y debía admitir que ellos hacían que su trabajo no fuese tan pesado.

Suspiró con algo de nostalgia, le quedaban solo cuatro días para trabajar ahí y honestamente extrañaría a todos, aunque sea un poco... Sí, solo un poquito.

Volvió a retomar su caminata con dirección a su casa mientras varias preguntas sin respuesta se hacían presentes en su mente; “¿por qué odio las cosas dulces?”, “¿tanto he perdido por cerrarme a la posibilidad de probar cosas nuevas?”, “¿cuáles serán las verdaderas intenciones de Douma conmigo?”.

Esta última pregunta era la que más malestar le causaba, pues había escuchado de Gyokko, el mejor amigo de Douma, que él era alguien difícil de enamorar, mejor dicho, nunca se había enamorado de verdad. Entonces, ¿por qué lo había besado y reaccionaba tan torpemente ante él? ¿Solo lo quería para divertirse un rato?

Y tal vez, solo tal vez... El odio de Kokushibo hacia las cosas dulces se originó gracias a su gran temor de sentir; tenía temor a encariñarse y que después de un tiempo lo abandonaran, sentía miedo a que le arrebataran su felicidad y obviamente esto lo llevó a aterrarse ante la idea de sentir amor hacia alguien que no le correspondiese.

Él escondía su miedo al abandono a través de una máscara de odio hacia lo dulce... Y Yoriichi lo sabía aunque Kokushibo no lo creyera.