⪩⪨ : eleven







Yoriichi sabía cosas.

A pesar de lucir como un completo idiota, era más inteligente de lo que se podría esperar.

El hecho de que su hermano mayor se encontrara justo ahora trabajando en aquella cafetería fue gracias a su plan. Su novio, Muzan, frecuentaba muy a menudo ese lugar y le había contado sobre el dueño de ahí, el cual había sido compañero en la preparatoria del de ojos rojos.

Kibutsuji también era muy astuto, conocía a la perfección la personalidad de Douma y también sabía sobre la vida amorosa del rubio, pues él había sido una de las tantas ex-parejas de este... Pero eso quedó en el pasado, ahora mismo se encontraba completamente flechado por el menor de los gemelos Tsugikuni.

El pelinegro de ojos rojos y su novio hicieron un plan para tratar de ablandar, aunque sea solo un poquito, a Kokushibo, pues quién podría ser mejor candidato para esa tarea que Douma, un rubio al que era imposible callarle la boca y que además no conocía la definición de «espacio personal».

Al principio la idea era solamente intentar persuadir al mayor de los Tsugikuni para que pidiese trabajo en aquella cafetería, pero al final las cosas salieron mejor de lo esperado gracias a que el de ojos arcoiris se les adelantó y lo contrató sin pensarlo.

Yoriichi justo ahora se encontraba en la sala de su casa mirando una película con su pareja mientras comían algunos snacks, a decir verdad, el pelinegro de puntas rojizas se sentía feliz pero a la vez preocupado por su hermano mayor. Sabía que Douma podría ser capaz de cambiar a Kokushibo pero también temía que le hiciera daño... Y le horrorizaba la idea de que su gemelo se cerrara aún más.

Pero como dicen por ahí, el que no arriesga no gana.

La pareja volteó hacia la puerta principal de la casa al escuchar que esta fue abierta, dejando ver segundos después a Kokushibo.

──¡Hermanito! ¿Qué tal te fue ho-

──Yoriichi, Muzan, ¿Cómo se dieron cuenta de que estaban enamorados? ──Fue directo al punto haciendo que ambos se atragantaran con su comida.

Los mencionados tosieron por varios segundos hasta que finalmente lograron volver a la normalidad, una vez ya con la respiración estabilizada, se miraron confundidos entre sí.

──Bueno, pues es fácil darse cuenta de eso, simplemente lo sientes. ──Su gemelo fue el primero en hablar, ese era un tema difícil de explicar y aún más difícil para él pues no era tan expresivo. ──¿Por qué? ¿Te has enamorado de alguien?

En ese momento Kokushibo solo soltó un quejido leve para después intentar irse a su habitación, pero una mano del de ojos rojos sobre su hombro se lo impidió.

──Todo en esa persona te parece perfecto al comienzo, esa persona se vuelve especial para ti; sientes nervios al estar a su lado o los sientes solo con pensar en él. Sientes las típicas “mariposas en el estómago”, te sonrojas fácilmente por sus cumplidos, sientes la necesidad de estar todo el tiempo con él, tus acciones se vuelven torpes en su presencia e incluso se hacen presentes los celos... ¿Hay alguien que llame tu atención? ¿Es un chico o una chica? ──Explicó con tranquilidad y firmeza Kibutsuji, esperando expectante por una respuesta.

──Mhm, parece que me he equivocado, no estoy enamorado de nadie... Gracias. ──Esta vez sí se dirigió a su habitación y se tiró boca arriba sobre su cama para poder pensar mejor las cosas.

Quizás no estaba enamorándose de Douma, sino que solamente estaba agradecido con él por haber logrado que dejase un poco de lado su miedo a mostrar y recibir muestras de afecto de alguien más que no fuese su gemelo.

──¿Qué crees que le pase? ──Susurró muy bajo Yoriichi para que Kokushibo no fuese capaz de escucharlo.

──Es obvio que comenzó a sentir algo por Douma, no hay que presionarlo, simplemente debemos dejar que las cosas fluyan a su paso y esperar a que Kokushibo se dé cuenta de sus sentimientos por sí mismo. No podemos estar detrás de él como si fuera un bebé, sé que quieres cuidarlo y protegerlo de todo pero eso es imposible... Solo nos queda esperar que Douma no lo dañe, pero si lo hace, ten por seguro que yo mismo me encargaré de él. ──Respondió en voz baja Muzan, finalizando su explicación con un suave beso sobre los labios de su pareja para tranquilizarlo.

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