Jung Kook/ Big Ego
Entré a la habitación algo incrédula por esta noche tan intensa. El café que me había bebido en la cocina, mientras preparaban la nueva charola para el huésped de la habitación 702, me había traído el alma al cuerpo después de las ganas que tenía de dormir.
Revisé mi bolsillo donde conservaba la botella de etiqueta dorada y sonreí. El insaciable JungKook ni sabía que yo, después de sentir las grandes manos de NamJoon estrellarse en mis nalgas, tendría mi libido a mil y mi conciencia totalmente apagada.
Caminé con la carriola a cuestas por el pasillo y a lo lejos me percaté de la cabellera rubia de un chico que entraba a la habitación 703.
Él también notó mi presencia y sonrió antes de ingresar a la habitación con una maleta más pequeña que la última vez. JiMin estaba de regreso.
Sonrojada entré a la habitación y encontré a JungKook sentado en la sala mirando directo a la puerta, sus piernas abiertas casi recostado en el asiento mirándome como si fuera amo y señor del hotel.
—Tardaste — dijo mirando como dejaba todo al costado y la charola de plata en la mesa.
—Si, es que estábamos preparando esta cerveza y los cigarrillos únicamente para usted— dejé todo en la mesa y lo miré de reojo. Traía jeans holgados pero aún así se marcaba su erección que acaricio pensando que yo no lo veía.
—¿Una noche intensa?— preguntó fingiendo preocupación.
—¿Si te respondo con la verdad me dejarías ir a dormir en paz?— tomé la charola y la dejé en el carrito haciendo el menor ruido posible.
—No, yo vine por ti— contesto acomodándose el miembro bajo el pantalón.
—Vengo con altas expectativas— dije mirándolo con desdén. Su cara reflejó molestia y empujó su lengua contra la mejilla, me encantaba esta juego con él.
—¿Te besaron bonito, te hablaron acerca de lo hermosa que eres o algo así?— rió como si todo lo que acababa de decir fuera una mentira.
—Estuve con dos hombres que portaban un miembro increíble—abusé de mi confianza y no mentía, TaeHyung y NamJoon me dejaron impresionada esta noche.
—Cualquier miembro puede impresionarte si te toman desprevenida— se levantó de la silla y se acercó a mí. —Cualquier miembro se siente grande cuando no te dilatan bien— tomó mis mejillas con una mano apretando mis labios hacia adelante, la presión era placentera en todos sus sentidos pero él no era dominante, él no era NamJoon.
No podía hablar así que me dediqué a mirarlo. Examiné sus gestos y como me recorría el rostro con la mirada, estaba loco por besarme.
Me soltó de la nada y se dirigió a la cama donde se quitó los pantalones. Tomó asiento en la orilla y sacó su miembro con toda naturalidad.
—Ven a chuparmela— dijo fingiendo autoridad. No lo hacía mal pero no me calentaba en absoluto.
Este era el momento preciso para que mi plan iniciara y contenta me arrodillé en el piso y tomé su miembro con una mano.
—¿A esto le llamas estar erecto?— pasé la lengua por la palma de mi mano y acaricié su glande para seguir masturbandolo. —Está como aguado aún— aguanté la risa para evitar matar el momento. — Quieres que te la chupe pero esto está muy lejos de parecer un delicioso caramelo— lo miré a los ojos y pude notar que se mordía los labios, estaba nervioso.
Saqué con mi mano libre la botellita y de la entregué; él la miró extrañado envuelto en el placer que le provocaba mi forma de masturbarlo.
—Solo un sorbo, es para que te relajes— lo vi beber un poco y cerró la botella dejándola luego al costado de mis piernas.
Pude sentir como su cuerpo comenzaba a sudar un poco más y su miembro se endurecía, demasiado. Nunca había sentido algo tan duro como eso y me preocupé por mi misma luego de esto.
Yo me detuve un momento y le di masajes a mi mano para distraerlo. No le haría sexo oral a semejante cosa, menos ahora que había aumentado un poco de tamaño y estaba firme como para mantenerse urgido sobre su vientre.
— Aún no la chupas— me desafío.
—Se me cansó la mano— respondí sin mirarlo mientras frotaba mi mano.
—Necesito tu boca no tu mano DeJi, ahora ven y trágatelo— alzó mi mentón para mirarme y con su mano acercó su miembro frotándolo contra mis labios.
Sentí mi corazón latir rápidamente y pensé que definitivamente que este no era un gran plan como lo había pensado.
—Pídeme otra cosa—le dije mirándolo al rostro con ojitos tiernos. —Puedo hacer...
—Móntame— dijo y se recostó sobre la cama dejando su cuerpo a mi merced.
Cerré los ojos y di gracias al cielo por que no hablo de sexo anal o mañana mismo renuncio.
Se subí y coloqué mis piernas a sus costados. Alcé su camiseta para acariciarle el torso y disfruté mucho besándolo hasta que con su mano hizo a un lado mi ropa interior y metió su miembro duro en mi haciéndome chillar.
— ¿Uy así le hiciste a tus otros clientes?— pujó de nuevo en mi pero me mordí los labios para no gemir.
Tomó mi cabello desde la coleta baja que traía armada y jaló hacia atrás.
Con su otra mano abrió mi bata encontrándome desnuda y apretó uno de mis pechos al mismo tiempo que pujó dentro de mi nuevamente.
—¿Te parece que lo tengo aguado ahora?—se introdujo hondo en mi y gemí —¿Te gusta más ahora?
—Sí , porque ahora lo siento— solté una risita antes de que me penetrara con fuerza nuevamente.
—Agradece que me apiadé y no te tomé por el culo— besó mi mentón mientras se movía lento dentro de mi alzando levemente sus caderas.
—No aguantarías ni un segundo con lo apretado que está— le respondí porque no podía quedarme callada cuando se trataba de él.
—Con gusto te llenaría el culo— aumento sus embestidas afirmando mi cadera con sus manos a cada lado.
—¿Te calienta esto?— sentí que mi cuerpo respondía mejor a su sexo y me mojaba que me dijera esas cosas.
—Me calienta más ver como tus pecho se mueven— los acarició con la yema de los dedos mientras yo apoyaba el movimiento dando brincos.
Lo miré perdido en mis pechos como un niño viendo a su super héroe favorito. Alcé mis brazos acariciándome el pelo sintiéndome sexy, fogoza, segura. Pero Jung Kook tomó mis antebrazos llevando mis manos a su pecho frotándolas contra su piel y sudor de esta y luego las llevó contra mis senos y las dejó ahí.
—Tócate— dijo entre jadeos.
—Tócame tu— respondí de la misma forma tomando sus manos pero las jaló sacándolas de mi agarre.
Me molesté y le golpeé el brazo dejando de moverme sobre su miembro.
—¿Qué te pasa?— rió ante mi actitud.
—¡Eres un egoísta!— le volví a pegar.
—¿Egoísta?— se apoyó contra sus codos para alzar su pecho y rostro hacia mi.—Eres tu quien me dio ese liquido y ahora tengo una erección que no quiere ceder— su mirada intensa se hizo presente.
—¡Si quiero que me toques quiero que lo hagas!— fui mandona por milésima vez con él.
—¡Yo disfruto el sexo como yo quiera, DeJi!— se quejó dejándose caer sobre la cama.
—¡Malas noticias , estas en mi vagina así que también es mi momento!— me incliné sobre él y le tomé el rostro igual como lo hizo él hace un momento antes de esto.
—Eres tan gruñona y caliente, DeJi— tomó mi cuello con una de sus manos y rápidamente me volteó en la cama quedando sobre mi
— ¿A qué volviste?— le pregunté cuestionándome por primera vez en la noche su presencia.
— Porque se me antojó verte— sonrió y bajó su mano a su erección la cual pasó con suavidad por mi entrepierna. Abrí más las piernas para facilitar la acción. —Intenté tener sexo con otra chica y no fue lo mismo—.
—¿La otra chica se conformaba con que la desnudaras? — lo miré con una sonrisa de burla dibujada en mis labios.
—No gemía tan fuerte como tu ahora— miró hacia la unión de nuestros sexo y me penetró firme haciéndome gemir.
Acarició mi clitoris con su pulgar mientras solo mantenía su miembro dentro de mi haciéndome sentir atendida como debía. Mis piernas comenzaban a sacudirse sin control y mi pelvis se elevaba de vez en cuando cuando rozaba el lugar exacto.
—Quiero que me digas "Papi"— dijo mientras seguía frotándome.
—Estas... loco— no podía hablar con fluidez, mantenía mis ojos cerrados perdida en la sensación.
Él se detuvo de golpe dejándome camino al cielo. Abrí mis ojos de golpe y lo miré con frustración, él se mordía el labio inferior dejándome ver con claridad el lunar que tenia marcado bajo la piel de este.
—¿Decías?— su voz desafiante era mucho mejor que cuando intentaba ser dominante.
—¿Podrías seguir ..."Papi"?— bajé mi mano a mi zona V y con mis dedos separé mis labios exponiendo mi sensibilidad autocomplaciéndome.
JungKook sonrió y comenzó a frotar nuevamente pero esta vez me tenia envuelta en sensaciones con el vaivén de sus caderas. Su miembro comenzaba a tener la firmeza natural pero al no tener el condón puesto sabia que se retiraría cuando fuera el momento.
Nos vestimos luego de disfrutar complacernos entre nosotros lo cual fue maravilloso para terminar una noche como esta. JungKook anudó mi bata de seda a mi cintura y me acarició por sobre la suave tela blanca y delgada.
—No se si pueda verte otra vez— dijo como si esto le hiciera sentir apenado.
—¿Por qué? ¿Acaso te acabaste tu finiquito?— me burle como siempre mientras estiraba su camiseta tocándole el abdomen.
—Me enlistaré— respondía rozando mis manos.
—¿Sabes que los militares tienen un servicio especial aqui?— sonreí recordando a Tae.
—Eso cambia las cosas— rió —Te quieres quedar a dormir o ...— miró la cama y luego la cerveza en la mesa —Podemos compartirla.
—No hago eso con los huéspedes y tengo mi cama esperándome hace horas— apunté la puerta.
—Esta cama debe ser más cómoda que la que tienes en tu cuarto— miró la cama algo desordenada por nuestra aventura sexual.
—JungKook— le tomé el mentón para que me mirara —Yo te advertí que podrías enamorarte de mi ¿No?— sonreí.
—No creo, debiste recordármelo— intentó besarme pero me alejé.
—Te hará bien enlistarte, tu y tu gran ego deben trabajar bastante— le di unos golpecitos en el pecho —Que descanses— caminé hacia la carriola para llevarla fuera de la habitación pero JungKook era JungKook y no me dejaría salir de ese cuarto sin una despedida como merecía.
Me estrelló contra la pared y luego me estrechó contra sus brazos ajustando nuestros cuerpos mientras nuestras lenguas se buscaban de forma grotesca dentro y fuera de nuestras bocas. JungKook era de esos chicos que te hacia perder la coquetería y lo señorita definitivamente.
JungKook ha vuelto para despedirse de su molestosa DeJi...
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