Guarda Bragas-Kim Seok Jin (𝘗𝘖𝘝)

El imperio que había creado  mi madre a costa de esfuerzo y desilusiones amorosas era algo que admiraba de ella, junto con el hecho de que usara el dinero del divorcio con mi padre para construir este hotel a las afueras de la cuidad y se burlara de cada hombre con dinero. 

Excepto de mi, su único hijo.

En ocasiones pienso que hay una leve desconfianza solo por el hecho de que soy hombre pero recuerdo el favoritismo que me tiene y se me olvidan mis problemas.

Tome su té, SeokJin ssi— la muchacha que atendía a mi madre no tardó con mi pedido y había y traído consigo uno de mis postres favoritos, un trozo de brownie de chocolate amargo con mermelada de fresa chorreante sobre el  —La Sra. Dang no tarda en llegar—.

No tengo problema con esperarla— miré la hora —¿Cómo haz estado?— le sonreí al ver que ella permanecía quieta a unos pasos de mi observándome con asombro.

Bien—  miró hacia el frente a lo que sintió los tacones entrando a la habitación. 

Buenos días SeokJin— mamá entregó con los brazos extendidos para abrazarme —. Creí que llegarías de tu viaje directo a tu casa ¿Qué haces aquí?— me estrechó entre sus brazos y me miró detenidamente —. ¿Te cortaste el cabello? Te queda hermoso— tomó asiento en su sillón de terciopelo y yo hice el mismo ejercicio.

Vine a pedirte algo en especifico— el té estaba a la temperatura ideal y lo bebí sin apuro, no sabía si debía quedarme por más tiempo conversando con ella para convencerla de lo que quería hacer —. Quiero a DeJi esta noche—.

¿DeJi la chica del piso 7?— alzó una ceja pero no parecía del todo asombrada por mi decisión y me miró con una sonrisa —. ¿Qué pretendes Jin?—.

¿Realmente debo decirte lo que quiero hacer con ella tras cuatro paredes?— acerqué la taza a mis labios sin quitarle la vista —. Pero no quiero hacerlo aquí, claro— miré hacia la ventana —. Me la llevaré una noche a otro hotel en donde no sienta que está trabajando y yo tampoco me sienta como un sucio que contrata un servicio—.

¿Pretendes tener una cita con ella? Por favor Jin esto no es un reality donde eliges a alguien y pruebas suerte— parecía burlarse de mi ante mi propuesta —. Piensa bien en lo que haces

Lo vengo pensando desde que tomé el vuelo de Paris hasta acá— no le diría que le tenia hasta un regalo preparado o me tacharía de idiota.

Bien, sabes que no sé decirte que no— suspiró puso sus ojos en mi a modo de advertencia —. La necesito mañana sana y salva para el trabajo— tomó su tableta y comenzó a registrar cosas en ella —. ¡Hey tu!— llamó a la muchacha que estaba parada escuchando todo —. Busca a DeJi y dile que se aliste para esta noche— mamá me miró fijamente como queriendo reprenderme por lo que estaba haciendo pero sabía que yo no le tomaría la palabra.

Esperé fuera del hotel a eso de las 20:00 hrs luciendo elegante, usando mi mejor perfume junto a mi auto deportivo. En el lobby habían hombres conversando con otros mirando los cuadros en las paredes bajo la luz cálida del ambiente mientras yo buscaba con la mirada a DeJi entre el tumulto de chicas que se paseaban con copas de champaña por los pasillos.

Hasta que la divisé saliendo del ascensor luciendo unos jeans oscuros y una chaqueta de cuero ocultando una blusa ajustada al cuerpo, usaba sandalias de tacón regular luciendo más baja que yo y su cabello estaba ondulado solo en las puntas, finalmente suelto y no en una apretada coleta como la que llevaban todas. Ella me divisó junto a la puerta y caminó hacia mi ; mientras se acercaba su marcaba mi mandíbula tensándola, era mi primera vez saliendo con una chica después de mucho tiempo, esto no era algo totalmente casual para mi, quizás me estaba tomando muchas atribuciones respecto a esto pero DeJi me resultaba una mujer interesante en todos sus sentidos.

No entiendo el porque de esta situación pero no me veo en la necesidad de negarme— reverenció ante mi y le abrí la puerta para salir al estacionamiento.

Espero que tengan una noche de ensueño Kim DeJi— le hablé cerca del rostro mientras ella seguía frente a mi parada viendo el auto lujo que la esperaba —Toma el asiento del copiloto— bajó las escaleras acercándose al auto y espero a que yo le abriera la puerta.

Una vez en el camino permaneció atenta al marcador de ruta que se proyectaba en la pantalla. Sabía nuestro destino y lo mencionó muchas veces para cerciorarse de que era real.

—No vengo elegante como tu— me miró de costado —. Podrías haberme advertido de ello, quizás me deba quitar mi chaqueta— se inclinó hacia el frente pero el cinturón la mantuvo en su lugar forzando a que se apoyara contra el asiento.

Te llevaré al hotel y luego vamos al restaurant a cenar. No te preocupes por tu atuendo, te espera una sorpresa— sonreí al idealizar el momento.


Siempre he querido tener este tipo de compañía, tratar a una mujer como se merece para luego llevarla a un lugar privado y hacerle el amor.  DeJi poco debe ser de ello ya que trabaja atendiendo hombres de forma pasajera de los cuales quizás el mínimo a logrado darle placer. Su rostro mirando de costado por la ventana  e pareció angelical, era hermosa y seguramente no necesitaba recordársela porque debía saberlo de antemano.

A llegar al hotel la llevé a una suits privada con buena vista donde las luces de la cuidad parecían miles de estrellas, era una habitación casi en el ultimo piso que incluía jaccuzzi y sauna privado.

DeJi ingresó al lugar mirando todo con asombro aunque no tenia nada que envidiarle este lugar al hotel de mi madre. Tomé la caja que estaba cerca del recibido y se la entregué.

—Aquí tienes algo para ti, te esperaré en el restauran, mesa 07— recibió la caja con cierto recelo y yo me retiré directo hacia el restorán para beber un poco.

 Un vestido color crema con efecto satín, ligero para una noche de verano amarrado en la espalda por un nudo muy fácil de quitar con el cual era imposible llevar sujetador, acompañado con una ropa interior de algodón y tiras con cristales que se marcaban solo para llamar mi atención y de quien la viera entrar con elegancia al restaurant.

Quizás sería algo superficial pero el uniforme del hotel no le hacia justicia a lo hermosa que era y lo elegante que la hacia lucir ese vestido ceñido al busto, sabía caminar en tacones y llevar joyas como las que le había regalado; me arrepentía mucho al no haberme quedado para colocárselas en la habitación del hotel pero la tentación de quitarle la ropa era mucha en ese momento.

Cuando estuvo cerca de la mesa me levanté para ayudarla con la silla sin dejar de la do la misión de esta noche la cual era ser un galán y un caballero para hacerla sentir especial.

—Me siento extraña— sus labios se entreabrieron y finalizaron la frase con una sonrisa que alcancé a notar a pesar de que la ocultara con su mano —. ¿Me dirás por qué me trajiste hasta aquí?— cuando tomé asiento nuevamente en mi lugar le estreché la mano sobre la mesa y le mostré una afectuosa sonrisa.

—¿Hay algo de malo con invitar a una hermosa mujer a una cita?— fijé la mirada en la copa de champaña que había servido para ella.

No me invitaste, le ordenaste a tu madre que cerrara mis servicios esta noche para venir hasta acá conmigo— quitó su mano suavemente de abajo de la mía para tomar la carta en sus manos y revisar lo que había de cenar —. ¿Debería pedir cualquier cosa del menú?— examinó la carta pero me dedicaba miradas fortuitas que aceptaba con coquetería.

—Pide lo que desees— miré el menú pero yo de la espera había elegido lo que necesitaba esta noche..

No beberé ninguna gota del alcohol esta noche así que puedes beberla por mi— me entregó su copa —. Comprenderás que estoy lejos de mi casa y de mi trabajo, no tengo idea en que terminará esta noche y prefiero estar lo más lucida posible— sus manos tocaban el suave cuero negro y sintético de la carta del restaurant.

—Yo se en que terminará esto y no creo que deberías estar tan a la defensiva— bajé mi mano y la posé sobre su muslo dando una caricia suave sin ser vulgar —. No haré nada que no quieras—.

Será mejor que esos pensamientos y caricias las dejes para el privado porque muy elegante me puedo ver junto a ti, pero la gente de la mesa del costado creerá que soy una prostituta— tomó mi mano y la dejó sobre la mesa —. Demuestra modales, Kim SeokJin— sus labios parecían tensos pero sus ojos me sonreían, ella había comprendido el juego y eso lo hacia más excitante.

¿Esposa o amante?— le ofrecí elegir.

¿Cuál es la diferencia?—se cuestionó bajando la mirada a la carta.

A la esposa se la lleva a cenar y se le hace el amor al llegar a casa. A la amante se la lleva a cenar y se la cogen en un motel— aclaré mi garganta con la champaña que me ofreció.

—Creo que ya elegiste por mi antes— alzó la mirada hacia mi —Estamos en el restaurant de un hotel ¿No parece obvio que soy la prostituta? — se acomodó el tirante de su vestido y miró a su alrededor con una expresión distinta.

—Tengo un apartamento privado a unas calles de aquí. Mi verdadero hogar está en Seúl y eso nos tomaría más horas— me acerqué a hablarle al oído y acaricié su hombro —Después de cenar podemos ir por tus cosas a la habitación e irnos a casa, Amor— besé la piel expuesta que se había erizado ante la sensación de mi aliento.

—Eso me gusta más, esposo— me sonrió coqueta y algo en mi tembló.

La besé acorralándola contra el espejo del ascensor mientras subíamos a mi apartamento residencial en Ulsan. Algo lujoso pero vacío ya que nunca me quedaba más de una semana en este lugar cuando visitaba a mi madre y solo DeJi había sido la afortunada de conocerlo.

La cena estuvo increíble y terminamos conversando con la pareja de casados que comió junto a nosotros y compartimos experiencias de vacaciones. Mentir no era de mi agrado pero era algo en mi sangre ya que venia de progenitores que eran ideales en ello. DeJi se mostraba entretenida inventando que nos habíamos casado en Jeju a las orillas de la playa en una ceremonia poco tradicional y esa pareja le creyó cada una de sus palabras. Yo también comenzaba a sentirme de su propiedad cada vez que me acariciaba el brazo o se apoyaba contra él .

Subimos a buscar la ropa de DeJi y nos vinimos a mi apartamento a terminar lo que habíamos empezado.

—¿A las esposas se les coge con amor cierto?— susurró mientras la besaba en el cuello sus manos estaban aferradas a mi espalda.

—Y con todo el tiempo del mundo— subí a su oído le susurré de vuelta —. Se les hace el amor como a una reina—.

—Quiero que me cogías como una reina, Jin— sus ojos de cachorrito me miraron con una pasión única atravesando mi corazón y mi conciencia por completo.

Mientras caminaba tras ella hacia la puerta de mi apartamento me comencé a replantear la ida y me jodía la mente pensar que terminaría atrapado en este juego estúpido que había inventado para hacerla sentir cómoda. Yo venia a quitarme las ganas de un deseo caprichoso, no a hacer el amor en mi propia habitación.

—Bienvenida— la hice pasar y ella dejó sus cosas sobre el sillón mirando todo con curiosidad.

—Esto es tan tu— se giró a mirarme son una sonrisa —. No te pareces mucho a tu madre así que supongo que eres como tu papá—.

—Ni lo menciones. Mi padre es un ...— cerré los ojos olvidando lo que diría. No le diría nada privado por mucho deseo que tuviera de hacerlo —. Vamos a mi cuarto— le tomé la mano y la guié por el pasillo hasta la habitación que no había tocado en semanas.

La senté en la cama para quitarle los tacones y comencé a besarle desde los pies hasta su entrepierna la cual comencé a lamer por sobre la tela de sus bragas de algodón, misma que había comprado en Paris especialmente para ellas. Sus gemidos eran claros y la humedad que comenzaba que se traspasaba dejaba claro que lo estaba disfrutando tanto como yo.

Moví la tela hacia un lado para estimularla directo mientras le separaba las piernas y movía su vestido le dedicaba algunas miradas dándole a conocer que me encantaba su favor.

—Lo haces tan bien, Amor— gimió y la miré sonreírme —Mi esposo— su guiño me sacó de orbita y me erecté aun más cuando llevó mi rostro con presión contra su clítoris mientras le saba atención.

Se volvió para que le desatara el vestido dejando este entre el limite de su vientre y sus caderas dejando su pecho descubierto; la abracé apegándola a mi mientras tocaba sus senos suaves y turgentes.

—Di que eres mía— le susurré al oído mientras acariciaba la piel de su vientre —. Mi mujer—

—Soy tuya Jin, tócame— su rostro se giró para que la besara y eso hice por instinto.

Tomó mi ropa y de se dedicó a desvestirme dejándome tendido en la cama a su merced.

—Al marido se le atiende bien— su mano abarcó la punta de mi pene y la acarició esparciendo el liquito preseminal que brotaba de él —. Lo mejor para él siempre— su besos fueron abriéndose camino hasta el y se lo metió a la boca con lujuria mientras yo me dedicaba a acariciarle el cabello dejándola saborearme a su antojo. Cerraba los ojos para no venirme fácil y pro primera vez me dedique a liberar mis gemidos sin vergüenza alguna.

En poco tiempo la teñí montándome, dando brinquitos que me hacían llegar a su tope excitándome aun más. La forma en la que sus paredes me contenían me volvía loco, el balanceo de sus senos y la fina capa de sudor que la cubría le hacían lucir tan sexy.

—Te gusta, Amor— se movía de atrás hacia adelante haciéndome perder la cabeza no tan solo física sino también en lo emocional.

—Me encantas, Amor— le respondí tomándole de la cintura para luego girar y dejarla bajó mi cuerpo —. Pero me gusta más esta posición— le sonreí al notarla intrigada respecto a lo que vendría.

Tomé una de sus piernas y la llevé hasta mi cadera sosteniéndola firme con mi mano mientras me dedicaba a moverme lento dentro de ella, tanto que me daba para besarla de forma apasionaba y a ella para acariciarme la espalda y el cabello mientras teníamos un suave vaivén.

—Se siente lindo— su voz sonaba profunda en mi oído —. Creo que puedo acabar si sigues a este ritmo— acaricié su muslo hasta meter mi mano a su centro y frotarle suave su clitoris —. Oh Jin!

Me separé de ella para mirarla mientras se entregaba al placer, sus mejillas se tornaban mas rojizas y entrecerraba los ojos aguantando la tensión que parecía nacer en su vientre e instalarse en sus paredes vaginales que me bombeaban más y más hasta apretarme rítmicamente. Su cuerpo se tensó por completo, su gemido fue más como un quejido doloroso, aferró sus usas en mi espalda y jaló algo mi cabello en algo que duró quizás mas de un minuto para luego moverme nuevamente entre lo sensible que estaba para hacerla acabar una siguiente vez.

—Gracias por la cena— se acomodó su chaqueta mirando de reojo la entrada del hotel tras de ella —. La verdad es que estoy agradecida de todo, incluso por el vestido— me mostró que lo llevaba dentro de su chaqueta algo enrollado —. Prometo guardarlo bien y usarlo para cosas importantes—.

—Ojalá que lo uses todos los días— bajé la mirada lamentando dentro de mi que la velada acabara. Yo no era este tipo de hombre que le daba importancia a las despedidas.

—¿Guardarás mis bragas entonces?— se lo cuestionó por tercera vez en la noche —Es algo psico pero no te juzgo ya que me regalaste cosas— yo permanecí con las manos en los bolsillos mirándola con un peso en el pecho —. Nunca me habían... ya sabes, así como lo hiciste hoy y me sentí muy cómoda en tu cama. Parecía una cita real dentro de lo falso que es todo esto— miró el hotel —. Debo descansar, mañana hay trabajo— subió los escalones y abrió la puerta, se giró a verme y me lanzó un beso .—Buenas noches, esposo de mentira—.

De aquello, me arrepentiría toda mi vida.

¿Nadie le explicó a Jin que no se juega con fuego? <3 Gracias a las personas que dejaron su preferencia en comentarios <3 ¿Quién debería venir ahora?

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