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Douma suspiró profundamente en un intento por calmar sus nervios y su pulso acelerado debido a la imagen tan tenebrosa que tenía delante de él; una enorme mansión rodeada por varios árboles secos, basura e insectos.

──Aquí nos separamos, suerte. ──Habló Akaza con burla mientras empujaba al rubio dentro de ese lugar, siendo seguido por Michikatsu.

──¡Buh! ──Enmu cerró la puerta rápidamente y la trabó con una tabla de madera que ya tenían preparada.

El de orbes arcoiris sintió su alma dejar su cuerpo.

La entrada estaba adornada por varios cuadros, jarrones y más cosas de porcelana antiguas; absolutamente todo estaba lleno de polvo y telarañas.

──B-bueno... Podemos dormir toda la noche y así se pasará más rápido el tiem- ¡AHHH! ¿¡QUÉ MIERDA FUE ESO!? ──Gritó Douma alarmado al escuchar algo romperse.

Michikatsu no pudo evitar soltar una carcajada pues fue él quien dejó caer un plato de porcelana al piso.

Ante eso, el rubio le dió un suave golpe en el hombro derecho y se adentró más en la mansión, sintiendo escalofríos con cada paso que daba.

──Al menos hay un poco de luz, eso me tranquiliza. ──Mencionó el menor, sintiéndose ansioso debido a que solo había unas cuantas lámparas alumbrando y estas parpadeaban de vez en cuando, indicando que cuando menos se lo esperen se apagarían.

──Había. ──Habló burlón el pelinegro al ver que todas las luces se habían apagado abruptamente.

Pero su sonrisa desapareció inmediatamente al sentir al contrario abrazándolo con todas sus fuerzas mientras su cuerpo temblaba notoriamente.

«Cierto... Douma le tiene fobia a la oscuridad.»

Michikatsu correspondió al abrazo de inmediato para después dar leves palmaditas en su espalda en un intento fallido por tranquilizarlo.

──Mantén tus ojos cerrados, yo te avisaré cuando regrese la luz.

Después de decir eso, tomó a la calabacita entre sus brazos para dirigirlo a una habitación que era alumbrada por aproximadamente seis velas, las cuales fueron acomodadas ahí gracias a una petición de Nakime. Ella sabía que el plan de apagar las luces podría resultar mal debido al miedo de Douma hacia la oscuridad, así que prefirió prevenir un ataque de pánico innecesario.

──Tranquilo, yo estoy aquí para protegerte.

El rubio se aferró más a su cuerpo y sonrió con alivio al escuchar esas palabras; jamás se imaginó que escucharía eso por parte de su crush, mucho menos esperaba estar tan cerca de él.

Muy dentro de su ser agradecía aquel reto proporcionado por Zohakuten.

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