16. Thinking about her

Apenas había comenzado la clase, los alumnos empezaron a departir entre ellos, mientras que el profesor revisaba en su escritorio los proyectos que había encargado durante las últimas semanas.

Jeno dejó de conversar con Haechan cuando escuchó la voz del profesor llamarlo, se giró para ver al hombre y se levantó hasta quedar frente el escritorio.

- Felicidades Lee. Usted y la señorita Hwang tienen el promedio más alto de la clase. - el profesor soltó con comedimiento, y de pronto una sonrisa expectante se formó sobre los labios del castaño, pero inmediatamente la sustituyó por una de seriedad.

Recibió el libro y regresó a su lugar.

- ¿Y bien? - Haechan alzó las cejas con curiosidad cuando Jeno se sentó en su lugar. Sin dejar de soltar el libro.

- Tengo la mejor calificación de la clase. - sonrió con arrogancia estrechando con infantilismo el cuaderno sobre su pecho.

- Dirás... tú y Yeji tienen la mejor calificación. - rectificó su amigo en un tono sarcástico, arqueando una ceja. Jeno borró su sonrisa y después de unos segundos, un puchero se formó sobre sus labios mientras asentía como reconociendo que era así.

- Es cierto. Ella tuvo mucho que ver en esto. - sonrió mirando al cuaderno, estaba apunto de llamar a la chica cuando se dio cuenta de que ella no estaba en su lugar. Entonces su sonrisa se borró. - ¿A dónde fue Yeji?

- Jeno... - el chico se volteó para ver a su amigo sonreír con incrédulidad. - Yeji no vino hoy. - tanto la sonrisa de ambos se borró en segundos como Jeno se dio cuenta que ni siquiera ella estaba allí. ¿Por qué habría faltado? Yeji no se perdía ninguna clase, a menos que estuviera enferma o tuviera un problema.

Y entonces su cabeza hizo click.

Un problema...

(...)

Pasaron las horas hasta que el trío se reencontró en la cafetería. Mientras Mark y Haechan conversaban, Jeno estaba fuera del mundo, en su propio mundo. No sabía que pasaba con él, de pronto comenzó a pensar en ella y todo lo que había pasado en la noche del sábado. Cuando la invitó a ir casi obligadamente al Club, cuando dejó que se fuera sola, y cuando la encontró en esa escena tan horrible, de pronto los sentimientos de culpabilidad volvieron a entrar en él. Pero eso no era lo que le preocupaba ahora, o mejor dicho, empezaba a creer que se estaba preocupando mucho por ella.

Flashback

- Vamos. - Jeno salió del auto y abrió la puerta para que Yeji pudiera bajarse. Solo eran unos cuantos pasos que debían dar para estar frente a la puerta de su casa. Durante el pequeño camino, él se había mantenido a centimetros cerca de ella. Como darle a saber que estaba allí y que no se iría hasta que entrara a la casa.

De pronto la luz se encendió por una ventana en el segundo piso. Seguramente era la madre de Yeji.

Jeno comenzó a sentirse extraño y nervioso. En primer lugar, porque no conocía a la madre de Yeji, y temía por cual fuera su reacción cuando la viera en el estado que había llegado. En segundo lugar... simplemente no tenía algo en mente con lo que pudiera decir en caso de que la mujer les preguntara algo que no pudieran contestar. Jeno sabía como eran las madres, y la de Yeji no sería una excepción. O eso pensaba.

Cuando la puerta se abrió dejó ver a una mujer en bata azul, pantalones rosas y un moño malhecho, cruzada de brazos. Jeno tragó saliva rápidamente.

- ¡Qué bueno que has llegado, cariño!. - el dulce tono de la mujer hizo a Jeno tranquilizarse un poco, eliminando todas sus espectativas imaginarias al instante. Pero el temor volvió a invadirlo cuando la madre de Yeji se giró a verlo.

- Nos vemos el lunes, Jeno. - Yeji interrumpió el trance del chico para que se girara a verla. Aclaró su garganta antes de hablar y sonreírle un poco.

- Nos vemos, Yeji. - ella pasó a su casa sin dedicarle una sonrisa o de menos un asentimiento, lo cual le había dolido un poco.

- Muchas gracias por traerla. - la mujer agradeció con una pequeña sonrisa en su rostto, con el mismo dulve tono de antes haciendo a Jeno sonreír con cortesía.

- No es ningún problema, señora. - su tono se volvió más bajo de lo normal, la mujer asintió y cerró la puerta. Jeno se dio la vuelta caminando de regreso a su auto. Aunque ahora llevaba un pequeño vació dentro de su pecho.

Eran muchas cosas lo que movían de manera extraña sus sentidos, pero todo lo que quería hacer era llegar a casa y meterse en su cama.

Por primera vez llegaría cansado y solo estaba dispuesto a envolverse en el calor de sus sábanas.

Fin de flashback.

- Jeno... Jeno... ¡Jeno!. - de pronto el llamado de alguien lo regresó a la tierra. Sin exaltarse movió la cabeza lentamente para ver a Mark y a Haechan mirarlos expectantes.

- ¿En qué demonios estás pensando? - soltó Mark con furor, Jeno ni siquiera se atrevió a mirarlo mal como siempre lo hacía cada que sus amigos se enojaban con el por equis razón. Estaba vez estaba extraño, que hasta ellos sentían miedo de su conducta "anormal".

- ¿Hum? - Jeno estaba tan distraído se olvidó de la pregunta que le había hecho Mark. El rubio soltó un suspiro pasando las manos por su cabello. - ¿Qué pasa?

- Más bien, ¡¿Qué pasa contigó? Has estado toda la mañana extraño y ni siquiera nos prestas atención!. - Mark parecía estar enfadado pero al mismo tiempo confundido porque de hecho Jeno no les decía absolutamente nada. Ni él mismo sabía donde tenía la cabeza puesta.

- ¿Es por Yeji? - Haechan preguntó arrebatadamente que Mark frunció las cejas desconcertado hacia él. Y luego a Jeno.

- ¿Qué tiene que ver Yeji en esto? - Mark le preguntó pero ni él ni Jeno respondieron, lo que desesperó más por saber una respuesta congruente. Golpeó la mesa con su puño haciendo un ruido seco. - ¡Con una mierda, Jeno, responde!

- ¿Qué quieres que te diga? - el chico se volteó hacia ellos con furor.

- ¿Estás pensando en Yeji? - Mark volvió a insistir, Jeno se pasó una mano por el cabello como si estuviera hartando.

- ¿Por qué estaría pensando en ella?

- Sino es Yeji ¿entonces qué es? - Mark lo miraba con severidad, y sabía que una de las cosas que más le molestaban era verlo de esa forma. Normalmente Mark no era una person fácil de enojarse, pero cuando lo estaba era mejor ir con cuidado.

Jeno quería inventarse una buena excusa para no mencionarla y que ellos no comenzaran a pensar en cosas como si a él le estaba empezando a gustar o algo por el estilo.

Porque no, a él no podía gustarle Yeji, ella solo era su amiga y punto. O eso quería pensar.

- Jeno, sabes que puedes confiarnos lo que quieras, sea cual sea el caso. - Mark le dijo en un tono más tranquilo. Al igual que él Haechan también se mostró de acuerdo con el rubio.

Jeno no quería que lo supieran por temor a que se burlaran de él. Pero sabiendo que siempre había contado con ellos para todo, y que por ende, eran sus únicos amigos en el mundo que lo soportaban, decidió abrirse.

- Es solo que me extraña que Yeji no haya venido. - confesó con difícultad, juntando sus manos las cuales empezaban a sudar.

- Hasta donde yo sé nunca te ha importado eso. - Mark soltó descuidadamente encogiendose de hombros.

- Lo sé pero, después de lo que pasó...

- ¿Qué pasó? - Haechan preguntó con más confusión. El castaño cerró la boca sin saber como explicar lo que sucedió esa noche. Tragó duro antes de poder hablar.

- Hubo un incidente del cual no prefiero hablar. - bajó la cabeza así como el tono de su voz se volvió más débil.

- Entiendo, le pasó algo. - Mark soltó como si se tratara de una predicción, lo que hizo a Jeno levantar la cara hacia él, pero al mismo tiempo asintió.

- ¿Qué fue lo qu-

- Haechan, cállate. - lo interrumpió el rubio sin girarse a verlo, evitando que lo que dijera pudiera incómodar a Jeno, o más de lo que ya lo estaba.

- El punto es... que desde ese día no paro de pensar en ella. - escondió los labios mientras miraba a otra parte que no fueran ellos. Por un momento creyó que se burlarían, pero al no escuchar nada provinente salir de sus bocas, volteó otra vez.

Mark tenía el fruncido su ceño como confundido, mientras que Haechan ya reprimía una risotada.

- ¿No van a decirme nada? - espetó como desesperado por saber su reacción u opinión.

- Puedo decirte algo, pero estoy seguro de que me matarías si te lo digo. - Haechan sonrió escondiendo los labios mientras que Jeno lo miraba arqueando una ceja, con reticencia.

- ¿Qué me quieres decir exactamente?

- Tengo la sospecha de que te estás interesando por Yeji. - y de pronto una sonrisa ladina se dibujó en su rostro, dejando a Jeno confundido. Le tomó unos segundos para darse cuenta de que no había respondido a lo que le dijo Haechan, ni siquiera para reaccionar con un simple gesto.

Movió su cabeza ligeramente para negar.

- No digas estúpideces.

- ¿Qué otra cosa podría ser entonces? De repente te preocupas y ni siquiera sabes el porque. Mejor hazme caso aunque te niegues admitirlo. - Haechan le apuntó con una papa frita antes de llevársela a la boca.

Jeno se quedó pensando por un momento hasta que oyó la voz de Mark.

- Sabes, deberías ir a verla. Y solo así dejarás de preocuparte por lo que sea que estés. - cuando lo escuchó su recomendación, sin una gota de ironia, sintió algo moverse dentro de él, como conmoción.

(...)

Sino fuera porque esa misma tarde, el viento soplaba con fuerza, diría que estaba tiritando a causa de ello. Pero la verdad, era otra. Apenas había llegado a la puerta de la casa y sus manos comenzaron a enfríarse, como si estuviera nervioso por lo que fuera a suceder. Como si tuviera miedo por encontrarse a la chica en el mismo estado como el sábado y él se quedara como un tonto sin saber que decir. Borró todos esos pensamientos que le atormentaban y armandose de valor, tocó a la puerta. Aunque después de hacerlo, su cuerpo ya estaba temblando.

La puerta se abrió dejando ver a Yeji, en ropa holgada, y su cabello estaba suelto aunque no arreglado. Cuando subió la vista hacia Jeno no dijo nada, solo se quedó mirando al chico, mientras él batallaba porque las palabras salieran de su boca sin sonar como un torpe.

- Hola. - soltó en un suave murmuro, viendo al suelo y después a ella, con tímidez. Para ser honesto, nunca se había puesto tan tímido como ahora, y sonaba absurdo ya que llevaba solo unas semanas conociéndola y nunca lo había demostrado con ella.

"Quizás porque ahora te importa lo suficiente como para sentirte preocupado". - oyó la voz de su cabeza y una imagen mental de él negando apareció sacando la lengua.

- Hola. - su voz salió frágil y pequeña. Y entonces Jeno supo que algo no andaba bien con ella. Que de sólo ver su rostro triste y abatido sintió unas inmensas ganas de abrazarla.

"No es el momento, Jeno" o mejor dicho "No es lo adecuado" hug "¡Cállate!". - su mente debatía con él que hasta se olvidó de que Yeji estaba allí. Mirándolo extraño.

Jeno tensó su mandíbula y tragó saliva antes de hablar.

- ¿Quieres salir un rato?

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