10. Questions
Los días nublados nunca eran una buena opción para salir, a menos de que quisieras mojarte y terminar con un resfriado por al menos una semana o más. Pero para algunas personas, los días nublados eran de esa clase de días en los que sentías paz con solo ver el cielo semi gris, la húmedad de las calles, el sonido de la lluvia y lo increíblemente hermoso que era verla caer desde una ventana o de donde sea que estuvieras.
Pero para Jeno, ese día había sido la razón para salir de su casa luego de volver a discutir con su padre y dejando con una angustia en el pecho a Seulgi.
Ahora mismo vagaba por las calles de Gangnam en su auto. No tenía muchos ánimos de pasar en casa de uno de sus amigos o siquiera ir a un club nocturno donde seguramente, nadie se preguntaría en donde estaba si aparecía al día siguiente, ni siquiera su negligente padre.
Se detuvo cerca del centro, bajó de su auto y con las manos en los bolsillos de su parka grisáceo, debido al clima frío que hacía rondar por su cara hasta quemarla, se dispuso a caminar a donde sea que fuese. Habían tiendas, bares, centros comerciales abiertos, pero nada llamaba la atención del castaño. Hasta notar un medio circulo frente a uno de los puestos de comida ambulantes que había en la calle, y una figura que apesar de darle la espalda pudo reconocer inmediatamente quien era.
— ¿Yeji? — Jeno preguntó acercandose dudoso para ver como ella se volteaba mirandolo casi sorprendida con los brazos cruzados.
— Jeno. — Yeji dijo y aunque sin mucha emoción en su voz puesto que seguía molesta con él por lo que pasó días anteriores en la escuela.
Y aunque no quisiera admitirlo al menos no frente a ella se había puesto un poco nervioso, sin contar que pasó saliva antes de volver a hablar.
— ¿Qué haces aquí?
— Vine a comprar. — Yeji le mostró una bolsa con el logotipo de una marca, que según él, era de ropa, pero no estaba muy seguro de cual marca era ya que no le era muy reconocida — Aunque la pregunta aquí es... ¿qué haces tú? — dijo dándole una mirada de pies a cabeza confusa.
— Yo... am, salí a pasear. — se excusó acariciando su nuca un poco nervioso.
— ¿Lee Jeno paseando por las calles menos prestigiosas de la cuidad? Eso si es nuevo. — Yeji soltó con sarcásmo a lo que Jeno tensó su mandíbula y se puso serio. Yeji soltó una risa sin gracia, entre dientes, sin dejar de ver a Jeno.
Este ya tenía las manos metidas en el abrigo mientras paseaba la mirada por todo su alrededor, excepto a Yeji, en busca de una respuesta.
— Bueno, la verdad quería distraerme un rato. — admitió.
— Si, se nota. — Yeji respondió sarcástica y dandole una mirada de la arriba para abajo antes de darse la vuelta hacia el puesto de hamburguesas.
— En realidad, yo... quería disculparme por lo del viernes. — Jeno dijo con la cabeza abajo. Pedir disculpas no era lo de él, pero al menos tenía que hacerlo si quería continuar con la apuesta de Jaemin.
Yeji se dio la vuelta mirandolo extraña antes de poder emitir una palabra.
— ¿Qué?
— Dije que lo siento. No debí tratarte así, no era mi intención, yo solo... me molesté por algo más. —emitió sincero, mostrandole sus ojos y ella los de ella, sin apartar la mirada. —Discúlpame.
— De acuerdo, acepto tus disculpas. —Yeji asintió con una leve sonrisa.
— ¿Cómo? ¿E- es enserio? —Jeno se confundió por lo que Yeji asintió de nuevo.
— No hay problema.
— Gracias. — Jeno le dio una pequeña sonrisa y ella igual. Luego Yeji miró rápido al puesto de hamburguesas y después a Jeno.
— ¿Quieres una?
— No, está bien. Gracias. — Jeno rechazó moviendo su mano cautelosamente
— ¿Seguro? ¿O es que acaso no comes comida de ambulantes? —Yeji rió con burla y se cruzó de brazos mientras veía a Jeno ponerse serio.
— No es eso.
— Entonces no veo ningún problema. — Yeji le dio la espalda y para cuando acordó, ya se había volteado hacia él mientras sostenía una bolsa con comida.
— Yeji, no tie-
— Vamos. — la chica lo ignoró yendo a una mesa dentro de los portales del parque, Jeno inclinó la cabeza hacia atrás para después seguirla.
— No tenías que hacerlo. — Jeno se sentó frente a ella viendo como sacaba la comida de la bolsa.
— No me cuesta hacerlo, Jeno. — Yeji le miró antes de que él ya tuviera la comida envuelta de papel aluminio en sus manos. - Come.
— Yeji, enserio...
— No es necesario que digas nada. Yo te invite, así que come. — Yeji le dio un mordisco a su comida mientras Jeno batallaba en desenvolver su comida envuelta con papel aluminio. Yeji se dio cuenta y dejó su hamburguesa en la mesa mientras le quitaba al castaño la suya para ayudarlo y que comiera de una vez.
— Gracias. — susurró y acercó poco a poco la comida hasta su boca y por fin le dio un mordisco. Sus ojos se agrandaron mucho y volvió a darle una modida tras otra.
Yeji rió por gracia ante eso.
— ¿Qué? — Jeno se detuvo y alzó los ojos hacia ella mientras dejaba de masticar.
— Pensé que no te gustaba la comida ambulante.
— Bueno, tampoco está tan mal. — justificó, pero en el fondo ella sabía que le había gustado.
— Me alegra saber eso. — Yeji sonrió por debajo y un colorido rosa se impregnó en sus mejillas. Pronto su sonrisa se borró antes de que Jeno pudiera verla. — Aunque todavía no me has dicho el porque estás aquí.
— La verdad no quiero decirtelo. — Jeno admitió mientras se limpiaba las comisuras con una servilleta.
— ¿Y si jugamos a las preguntas?
— ¿Quieres que juguemos a eso? — preguntó en un tono burlista con incrédulidad, pero aún así Yeji asintió. — ¿Y qué gano yo?
— No lo sé. Tal vez puedas hacerme una pregunta después de que yo te haga una, y así saber más del otro. — Jeno no lo pensó por mucho tiempo y asintió convencido.
— Está bien, tú primero.
— Okey, veamos. — Yeji se acomodó mejor en su lugar para comenzar. — ¿Por qué eres tan popular? — a Jeno le sorprendió su pregunta que hasta él mismo se tardó unos segundos en responder.
— Bueno... la verdad no lo sé.
— ¿Cómo que no sabes? — Yeji frunció el ceño mirandolo confundida.
— Quiero decir, no sé como. Cuando llegué capté la atención de todos, tanto que hasta hombres y mujeres querían estar cerca de mí. Recuerdo que esa vez fuí con mi padre para que me presentara con el director y al entrar nadie me quitaba la mirada de encima. Supongo que mi apariencia es lo que les agradó.
— Ya veo. Entonces no existe un por que.
— No. Creo que solo fue eso, y desde entonces soy lo que ves. — Jeno se encogió con indiferencia mientras Yeji dejó salir una risa por debajo tanto así que ni Jeno la notó. — Bueno, ahora me toca a mí. ¿Por qué te vistes así?
— Bueno, supongo que es porque me gusta. — se encogió de hombros mientras que Jeno la miraba con cara de que no había entendido nada.
— ¿Pero sigues alguna moda o algo?
— La verdad es que no. Me gusta por que me siento cómoda así, además así puedo expresar quien soy.
— Ya veo. Entonces te gusta expresar quien eres atravéz de la ropa sin importar que otros piensen. — Jeno contestó casi en forma de duda.
— Lo que digan otros de mí no me interesa, mientras yo me sienta bien conmigo eso es lo que importa. — Jeno volvió a mirarla pero esta vez con asombro. Por alguna razón le gustaba su forma de ser al hablar, que aunque fuera muy arrebatadora seguía siendo sincera.
— Qué claridosa. — rió en broma. — Bueno, tu turno.
— ¿Qué estudias?
— Modelaje. — Yeji alzó las cejas de sorpresa y Jeno solo rió al ver su expresión.
— ¿Hablas enserio? — él asintió. — Pensé que estudiabas otra cosa.
— ¿Cómo qué?
— No lo sé, como negocios o algo así.
— No. ¿Por qué estudiaría algo así? — Jeno frunció su ceño con disgusto.
— Tal vez porque eres elegante. — Jeno sonrió mirando hacia abajo. — Y rico, y mimado...
— Hey, no te pases. — volvió se volvió serio mientras Yeji no paraba de reírse. — Y luego yo soy el que juzga ¿no?
— Bueno, lo siento. — Yeji cesó su risa y juntó sus manos sobre la mesa. — Aun así, ¿no estás interesado?
— No. Me toca. ¿Cómo sabes que vivo en Gangnam?
— Porque toda la gente rica viene de allí. A ti se te nota a kilómetros. — Jeno rió por debajo. — Me toca.
— Espera, ¿puedo hacerte una pregunta ahora? — Yeji asintió sin rodeos. — ¿Qué estudias tú?
— Si te lo digo te burlarás de mí. — Yeji se encogió en su lugar mirando al suelo, dejando un poco confundido al castaño.
— ¿Por qué me burlaría de ti? Si no es algo malo entonces no deberías avergonzarte.
— Es solo que no me gusta hablar de ello. — se encogió mirando havia abajo.
— No entiendo para que estudias si lo vas a estar ocultando.
— Por la misma razón de que no quiero que se burlen de mí. — Yeji contestó con molestia, pero Jeno ni siquiera entendía porque se ponía así.
— Ya te dije que no me voy a burlar de ti. — volvió a recordarle pero está vez con menos paciencia. Su terquedad era lo que menos soportaba.
— Maquillista. —Jeno inmediatamente frunció el ceño con rareza, y aunque había algo que no le convencía del todo, no se dispuso a preguntar más sobre ello.
— Bueno. Te toca.
— ¿Qué música escuchas?
— Escucho variado, pero escucho a menudo a The Neighbourhood. — Yeji abrió los ojos sorprendida nuevamente.
— Espera... ¿es enserio? — una sonrisa se formó sobre su rostro tanto que Jeno comenzó a sentirse extraño.
— Sí. ¿Por?
— A mí también me gusta The Neighbourhood. — confesó alegre y ahora él que estaba sorprendido era Jeno.
— No te creo. — bromeó, pero sabía que ella estaba diciendo la verdad. La emoción los estaba colmando a ambos.
— ¿Quieres ver? I can taste it, my heart's breakin', please don't say — Jeno reconoció la canción y comenzó a cantar con ella. — That you know, when you know. I can't take it, I'm inpatient, tell me baby. Now I know, you should go.
— ¿Te gusta The Weeknd? — preguntó él a lo que Yeji asintió y comenzó a taradear una canción que luego Jeno reconoció y ambos comenzaron a cantar. — It ain't workin', cause you're perfect, and I know that you're worth it. I can't walk away.
Even though we're goin' through it and it makes you feel alone just know that I would die for you.
Baby, I would die for you.
Ambos azotaron a carcajadas hasta que sus rostros quedaron en el del otro y una simple sonrisa se formó en ambos.
— Al menos compartimos algo. — admitió Jeno y Yeji asintió feliz para después morder su hamburguesa.
— Creo que es lindo.
— ¿El qué? — Jeno frunció el ceño.
— Que compartamos un gusto en común .— Yeji posó su mentón sobre sus manos. — No tenía idea de que te gustara The Weeknd.
— Pues ya ves que sí. — Jeno volvió a sonreír provocando lo mismo en Yeji.
— Es una lástima que tengamos que seguir con el proyecto.
— Hablando de eso. — Jeno hizo una pausa para morder su hamburguesa y que la atención de Yeji estuviera expuesta en él. — Tengo algo para ti.
— ¿Para mí? — ella se confundió por un momento mientras él asentía. — ¿Qué es?
— Es una sorpresa.
— Jeno. —alargó su nombre en un dulce tono junto a un puchero que al chico no le disgustó, más bien, se rió aun más por verla desesperada.
— Te lo diré mañana, criatura. — Jeno se levantó de su lugar y luego de él Yeji.
— Al menos dame una pista. — Yeji se balanceó con los brazos pegados a la espalda, solo para hacer desesperar a Jeno. En cambio, él se acercó a su rostro lo suficiente para que Yeji detuviera su respiración, y la mano de Jeno sobre su mentón la hizo ponerse más nerviosa, tanto que la hizo tragar saliva.
— No. — con eso Jeno se retiró lentamente hasta que notó el rostro rojo de la chica, y como ella volvía a respirar pero con dificultad. — ¿Creíste que te besaría?
— N-no. — vaciló, pero Jeno empezó a reírse como un loco.
— Si lo quieres solo pídelo y ya está. — sonrió inocente, pero Yeji ya estaba de brazos cruzados y molesta.
— No seas un idiota, Lee.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top