04. Coworkers

Los ojos de Jeno se abrieron rotundamente y su boca quedó tan abierta mirando con incrédulidad al profesor.

El hecho de que Yeji iba a ser su compañera de trabajo le era difícil de creer que hasta indignación sentía por ello. Después de todo estaba seguro que pasaría más tiempo con la castaña ahora que tenía que hacer el estúpido trabajo de Mercadotecnia.

Jeno se volteó hacia Haechan apunto de decirle algo cuando su amigo ya se estaba riendose de él en silencio, con un dedo apuntando hacia su dirección. Sabía que se la regresaría en el momento que mencionaron a Yeji, así que también era justo que Haechan se estuviera burlando de él, aunque Jeno no lo admitiera.

Ya que todos estaban organizando sus respectivos equipos, Jeno se levantó y pasó por algunos asientos vacios hasta llegar a Yeji.

— Parece que nos volvemos a ver. — sonrió con pícardia. — Sabes, Yeji...

— Yo haré el trabajo y pondré tu nombre al final. Puedes irte. — soltó directa mirando a sus ojos con una dureza que Jeno no entendía, pero que al final desató una risa entre dientes y se sentó en la banca de adelante de ella.

— Te sientes culpable por rechazarme ¿que ahora quieres hacer todo el trabajo por mí? Mira que linda. — sonrió ampliamente, mostrando su perfecta y blanca dentadura.

— No seas idiota, ni te sientas tan importante que no lo eres. — remarcó duramente. Si no fuera porque Jeno sabía que estaba sonando molesta, hasta él mismo no se la creería. — Y si lo hago es porque sé que te importa un carajo mover un dedo para esforzarte en hacer un trabajo.

— ¿Me crees tan inútil?

— ¿Tengo que preguntármelo? — arqueó una ceja y Jeno cerró su boca quedandose a media palabra. Claramente esta chica no era tonta, y eso que ni la conocía del todo.

Soltó una risa entre dientes por debajo.

— Tú te crees muy lista ¿no?

— ¿Tanto como para dejarte sin calificación? — Yeji se puso seria con sus brazos sobre la mesa, estirando su cuello hacia él con una ceja arqueada. Jeno desvaneció su sonrisa quedándose soprendido que casi tragaba saliva. Nunca se dejaría intimidar por una mujer por más dura que fuera o se creyera que lo era, con Yeji no se sentía intimidado, pero su actitud le sorprendía demasiado.

— No harías eso, el trabajo es de los dos.

— Sin contar tu falta de voluntad. — ella sonrió con falsedad y Jeno frunció sus ojos aun más.

Esta chica en sí no era nada normal.

— Clase, el trabajo será entregado para dentro de tres semanas, así que tienen suficiente tiempo para hacerlo. Incluso si lo terminan antes de la fecha requerida pueden presentarlo.— comentó el profesor.

— Supongo que tendrás tiempo suficiente para hacerlo. — Jeno se volteó hacia Yeji con una sonrisa burlona, mientras que ella rodaba los ojos.

Tenía que admitir que sus ojos de gato le daban una aspecto más dominante. Aunque para él, de dominante nada tenían.

— Y no pueden hacerlo solos. Si me entero que solo uno de los dos hizo el trabajo, ambos están reprobados.

Para ellos eso no había sonado nada bien. Yeji suspiró mirando hacia el techo y dejó caer sus ojos en Jeno.

— Supongo que ambos estamos jodidos. — una sonrisa falsa se dibujó en sus labios y dejó caer esta enseguida.

— Es una lástima que pienses de ese modo. — Jeno apoyó su cabeza en su mano con pícaduria.

— ¿Por qué?

— Yo si quería verte. — sonrió ante sus intentos de coquetería, lo que solo hicieron rodar a Yeji los ojos.

— ¿Y quién dice que yo si quiero? — espetó, y luego negó con la cabeza mirando a otro lado. — El destino es una mierda.

— ¿Seguirás maldiciendo o vas a aceptar tu realidad?

— ¿Mi realidad? — frunció el ceño con incrédulidad hacia él. — Tú eres el que debería ver la realidad.

(...)

— Así que trabajarás con Yeji. — Mark preguntó a su lado mientras ambos caminaban directo a la salida de la Universidad.

Jeno se encogió de hombros dejando salir un profundo suspiro.

— Sí, supongo que sí — contestó con indiferencia. — Pero no quiero hacer el trabajo con ella.

— Sin embargo tendrás que hacerlo o reprobarás, y eso no le agradará mucho a tu padre. — Jeno suspiró de nuevo, dejando caer sus hombros y asintiendo con resignación.

— Sí, tienes razón. Si no apruebo quizá no me deje entrar a concursar en Wilhelmina Model's, y probablemente mi carrera esté arruinada por el resto de mi vida.

— Lo bueno es que tienes talento y potencial para el modelaje. - una sonrisa satisfacctoria se dibujó en el rostro del castaño — Lo malo es que si repruebas trabajarás de impresario como dueño de una compañía de automóviles por el resto de tu vida. - y su sonrisa se desvaneció mirando a Mark con ímpetu.

— Agradece que eres mi amigo, Makku. — Jeno bromeó mientras el rubio sonrió negando divertido.

— Hablando de amistades... — Mark vio de lejos a Yeji salir del baño de chicas, y en cuanto ella se volteó hacia ellos se fue acercando con severidad, hasta estar frente a Jeno.

— ¿Podemos hablar? — Yeji preguntó seriamente sin quitarle los ojos de su vista.

— ¿A poco ya me extrañabas? — Jeno le lanzó una mirada burlona que esta vez Yeji se resistió a voltear los ojos y solo permaneció mirandolo fijamente, molesta por su arrogancia.

— Jeno, creo que habla enserio. — Mark le hizo un hincapié susurrando.

— ¿Podemos hablar sobre el trabajo? — preguntó una vez más la castaña alzando un poco la voz, con impaciencia. Jeno sonrió mirandola con autosuficiencia cruzando los brazos.

— Te veo luego. — Mark se despidió y se fue. Luego su mirada paró en Yeji quien yacía con los brazos cruzados.

— Está bien, nada más te digo que no será en mi casa.

— ¿Por qué, tendrás una clase de fiesta exótica o algo parecido? — rió con sarcásmo, aunque no estaba algo fuera de la verdad. A Jeno le gustaban las fiestas, incluso si estas tuviesen un poco de diversión.

— No, pero si fuera así ¿qué? ¿te gustaría venir? — rió burlandose, cruzando los brazos.

— ¿Qué? ¡Claro que no!. — respondió con repugnancia.

— ¿No me digas que nunca has ido a una fiesta, criatura?

— No tengo que ir a una para saberlo. Además, las fiestas no me gustan. — dijo con determinación. — Y no me digas así.

— ¿Por qué? Te queda bien, ya que eres un poquito extraña.

— Ash. — Yeji hizo énfasis en la "sh", volteando a mirar a otro lado.

Eso me pasa por abrir la boca. — pensó ella.

— Pero en fin, hablemos del tema de Mercadotecnia.

— Vaya, hasta que te interesa. — volteó hacia él con íronia.

— Aun así el trabajo no será en mi casa.

— ¿Crees qué voy a estar esperando a que tú elijas un lugar? Yo también tengo uno en donde para trabajar.

— ¿Así? — arqueó una ceja con burla. -¿Y según tú, dónde?

— En el parque.

— ¿Qué? — preguntó incrédulo. — Estás loca, yo no voy a ir allá.

— No creo que tengas opción, si no es en tu casa, será en el parque. Tú decides. — Yeji se cruzó de brazos con una pequeña sonrisa de satisfacción. Jeno cerró sus labios para retener una queja, pero al final se resignó y soltó un profundo suspiro.

— De acuerdo. Pero no hoy, estoy muy cansado.

— Como quieras. — Yeji se encogió de hombros. — Pero será mañana a las 4, sin falta. En Yongsan Park

— ¿Qué? — Jeno frunció su ceño con una sonrisa de extrañeza. — ¿Dónde queda eso?

Yeji quedó boquiabierta mirandolo con incredulidad mientras se llevaba una mano a su frente y la otra a la cadera negando la cabeza con los ojos cerrados.

— Vives en Gangnam, Seul, Corea del Sur. ¿Y no tienes idea de que es el Yongsan Park? — levantó la mirada con desconcierto hacia él. — ¿Es enserio, Jeno?

— Yo no salgo a parques.

— Se te nota. — dijo con ironía. — ¿Nunca tuviste infancia o algo así?

— Si la tuve. Solo que no recuerdo haber estado en un parque en el que yo jugara de niño. — justificó.

— Y la rara soy yo ¿no? — Jeno sonrió sin gracia hacia ella.

— Aun así no sé por donde queda ese parque.

— Bien, tienes Maps Google ¿no? Úsalo y dile que te ayude a encontrarlo. Y de paso sirve que así no te pierdes en tu propia cuidad. — Yeji sonrió con sarcásmo antes de pasar por su lado a irse.

— Si, como digas.

(...)

— No creo poder aguantar tres semanas estando al lado de la friki. — Jeno le comentó a Mark mientras veía hacia la ventana del aula sentado en su asiento, con los brazos pegados a su dorso.

— ¿Por qué? ¿Te cae mal? — Mark preguntó volteando hacia él mientras comía unos snacks.

— No como tal, pero su actitud es algo... — se puso a pensar en una palabra que pudiera describir a la chica, sin tener en cuenta que ya la había llamado friki mucho antes.

— ¿Impulsiva?

— Pesada. — dijo para que luego Mark soltara una carcajada. Luego de unos pocos segundos este se tranquilizó reincorporando la espalda en la pared y miró hacia abajo.

— Tal vez solo es muy directa.

— No tienes idea. — Jeno volteó mirando hacia la ventana. — Me obligó a ir a un parque para hacer el estúpido trabajo ¿puedes creerlo? — de pronto Mark frunció el ceño sonriendole con extrañeza.

— Pero tú no vas a parques.

— Exacto. — alzó los brazos al aire para después volver a cruzarlos en su pecho.

— Sabes, deberías aprovechar el tiempo que ahora vas a pasar con ella haciendo el trabajo.

— ¿Por qué? — lo miró confundido y Mark rodó los ojos con obviedad.

— ¿Por qué será? Necesitas una cita para antes del baile.

— Si estás pensado que iré con ella estás muy equivocado. No lo haré.

— ¿Entonces no quieres recuperar tu popularidad? — el chico le sonrió divertido a su amigo y este ya tenía los ojos muy abiertos.

— ¡Diablos! — se llevó las manos al cabello con frustración. Había olvidado por completo la apuesta con Jaemin. — Sí, si quiero, pero no quiero estar con Yeji.

— No veo que tengas opción. Además de ella ninguna otra chica querrá ir contigo.

— Tampoco ella, ¿lo recuerdas?

— Ya lo sé. Pero si lo intentas...

— No, Mark. No quiero que me vean con ella, sería ridículo. — Jeno llevó una de sus manos a su barbilla pensando. — Le diré a Jaemin que ya tengo una cita, aunque no sea cierto, solo para quitarmelo de encima.

— Yo no te recomiendo que hagas eso. Tú mejor que nadie sabes como es Jaemin y tiene oídos por todos lados. No creo que sea tan idiota para no darse cuenta de que le mientes, y solo así vas a arruinar tu oportunidad. — Jeno se puso a pensar por un momento mirando hacia abajo.

Al final Mark tenía razón, y si le mentía a Jaemin no tendría otra oportunidad como la que le había ofrecido a buena gana y todo estaría perdido.

Solo había un problema: Nadie quería hablar con él, ninguna chica le miraba o se alejaba. Y la única que iba a estar a su lado durante las próximas tres semanas, era Yeji.

— Tal vez tenga que aprovechar ahora que haré el trabajo con ella ¿no? — miró a su amigo y este asintió. — ¿Pero cómo lo voy a hacer? Ella es muy difícil, para ser una chica.

— Todas son así al principio, Jeno.

— Pero ella no. Ella prácticamente no anda lamiendo mis talones como las otras. ¿Qué hago, Mark? — formó un puchero ganandose una risa de su amigo.

— Para empezar, debes aceptar que no tienes de otra opción.

— Eso ya está por hecho. — Jeno se quejó haciendo los ojos rodar. — ¿Pero y se niega? Ya me rechazó antes.

— Solo intenta ser más amable con ella. Yo creo que las acciones son más importantes para ella que ni las palabras.

– Que poeta me saliste. —dijo irónicamente.

— Y si tienes oportunidad, pídele su número. Ya sabes, un pretexto o algo te inventas, y si te lo dá, pues ya la hiciste. — Jeno asintió varias veces sonriendo de emoción.

— Bueno, pues ya está.

Solo recuerda que haces esto para recuperar tu popularidad y eso es todo. - se dijo en sus adentros.

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