ᵎᵎ ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮4 」

«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝖼𝗎𝖺𝗍𝗋𝗈»... [𝖮4]

❝𝗘𝗹 𝗱𝗶𝗮𝗿𝗶𝗼❞

El silencio de la biblioteca era casi palpable, roto únicamente por el ocasional pasar de páginas o el leve chasquido de los teclados de los pocos estudiantes que estaban allí. Jungkook se encontraba en una esquina apartada, revisando un estante polvoriento en busca de un libro para un proyecto que apenas le interesaba. Era su forma de distraerse, de escapar por unos momentos de la tensión que se respiraba en el instituto desde la muerte de Minho.

Mientras sus dedos recorrían los lomos de los libros, algo llamó su atención: un cuaderno negro, desgastado en las esquinas, colocado de forma descuidada entre los volúmenes perfectamente alineados. No tenía título ni marcas en la portada, pero parecía fuera de lugar, como si alguien lo hubiera escondido ahí deliberadamente.

Movido por la curiosidad, Jungkook lo tomó y lo abrió. Las primeras páginas estaban llenas de notas desordenadas, garabatos y dibujos que no parecían tener ningún sentido. Pero a medida que pasaba las hojas, el contenido se volvía más específico, más perturbador. Había listas de nombres, horarios detallados de los movimientos de varios estudiantes y observaciones escritas en letra apretada y precisa.

━ "Minho: siempre va al gimnasio después de la última clase. Suele quedarse hasta tarde."

Jungkook sintió un escalofrío recorrerle la espalda al leer esa línea. El nombre de Minho, acompañado de una descripción tan precisa de sus hábitos, no podía ser una coincidencia. Siguió hojeando el cuaderno con creciente ansiedad, encontrando más nombres, más detalles inquietantes. Aunque no había nada que señalara directamente a un culpable, el nivel de información recopilada era suficiente para inquietar a cualquiera.

Miró a su alrededor, asegurándose de que nadie lo estuviera observando, y cerró el cuaderno con cuidado antes de llevárselo. Algo en su interior le decía que debía averiguar a quién pertenecía ese objeto, y aunque una parte de él quería ignorarlo, sabía que no podría descansar hasta resolver el misterio.

Horas después, con el cuaderno aún en su mochila, Jungkook se dirigió al patio trasero del instituto. Era el lugar donde siempre encontraba a Taehyung, y esta vez no fue la excepción. Estaba sentado en el mismo lugar de antes, su postura relajada y su expresión tranquila, como si el caos que lo rodeaba no tuviera nada que ver con él.

Jungkook se acercó con pasos firmes, su corazón latiendo con fuerza. No podía ignorar la sensación de que el cuaderno tenía algo que ver con Taehyung, aunque no tuviera pruebas concretas.

━ Necesito hablar contigo ━ dijo, su voz más fuerte de lo habitual.

Taehyung levantó la mirada, arqueando una ceja con curiosidad.

━ ¿Sobre qué?

Jungkook sacó el cuaderno de su mochila y se lo mostró.

━ Encontré esto en la biblioteca.

Por un breve momento, algo pasó por los ojos de Taehyung, una chispa de reconocimiento quizás, pero fue tan rápido que Jungkook no pudo estar seguro.

━ ¿Y qué tiene que ver conmigo? ━ preguntó Taehyung, su tono completamente neutral.

━ Hay nombres aquí ━ dijo Jungkook, abriendo el cuaderno y señalando las listas. ━ Nombres de estudiantes, horarios… el de Minho está incluido. ¿No te parece extraño?

Taehyung lo miró con una calma desconcertante, como si las palabras de Jungkook no tuvieran peso alguno.

━ Es solo un cuaderno ━ respondió, encogiéndose de hombros. ━ Podría pertenecerle a cualquiera.

━ Pero lo encontré en un lugar donde nadie más va. Y la letra… parece la tuya.

Taehyung sonrió levemente, pero no era una sonrisa amistosa. Había algo en ella que hizo que Jungkook sintiera un nudo en el estómago.

━ ¿Estás acusándome de algo, Jungkook? ━ preguntó, su voz suave pero cargada de una tensión apenas perceptible.

━ Solo quiero respuestas ━ dijo Jungkook, apretando los puños. ━ ¿Es tuyo o no?

━ No ━ respondió Taehyung sin titubear. ━ Pero parece que tú ya decidiste que sí lo es.

El tono tranquilo de Taehyung hizo que Jungkook se sintiera inseguro. Había esperado una reacción más defensiva, quizás algo de nerviosismo, pero la compostura de Taehyung lo desarmaba.

━ Entonces, ¿no sabes nada sobre esto? ━ insistió, aunque su voz había perdido algo de su firmeza inicial.

━ Ya te lo dije ━ respondió Taehyung, volviendo a centrar su atención en el paisaje frente a ellos. ━ No es mío. Pero si quieres seguir investigando, hazlo. Sólo asegúrate de que no termines metiéndote en problemas.

La amenaza velada en sus palabras hizo que un escalofrío recorriera a Jungkook. Aunque no había levantado la voz ni cambiado su expresión tranquila, había algo en la forma en que lo dijo que dejó claro que no quería seguir hablando del tema.

Jungkook apretó los dientes, guardando el cuaderno de nuevo en su mochila.

━ No creo que seas tan inocente como aparentas ━ murmuró antes de darse la vuelta y marcharse.

Mientras se alejaba, podía sentir los ojos de Taehyung siguiéndolo, y aunque no quiso voltear, sabía que Taehyung lo estaba observando con esa mirada penetrante que parecía ver más de lo que debería.

Cuando llegó a casa, Jungkook se sentó en su escritorio, colocando el cuaderno frente a él. A pesar de las palabras de Taehyung, no podía quitarse de la cabeza la sensación de que había algo más detrás de todo esto, algo que todavía no lograba comprender.

Pero cuanto más miraba el cuaderno, más dudas tenía. ¿Y si estaba equivocado? ¿Y si realmente no tenía nada que ver con Taehyung? Pero entonces, ¿por qué Taehyung parecía tan despreocupado? ¿Era inocente, o simplemente estaba jugando con todos?

Esa noche, Jungkook apenas pudo dormir, su mente llena de preguntas sin respuesta y una sensación creciente de que estaba entrando en un terreno peligroso.

La cafetería del instituto, normalmente llena de bullicio y risas, tenía un aire diferente aquel día. Jungkook entró con su bandeja en mano, sus ojos recorriendo el espacio en busca de un lugar donde sentarse. Aunque aún no lo reconocía abiertamente, los últimos días habían sido extraños. Desde el momento en que se había involucrado con Taehyung, incluso de forma mínima, algo en la atmósfera del instituto había cambiado para él.

Caminó hacia una mesa en la que estaban sentados tres estudiantes que reconocía de algunas clases. No eran amigos cercanos, pero al menos no le eran desconocidos. Se aproximó, confiado en que sería recibido con indiferencia, pero al menos no con rechazo.

━ ¿Puedo sentarme aquí? ━ preguntó mientras dejaba la bandeja sobre la mesa.

Los tres lo miraron en silencio. Uno de ellos, un chico delgado con gafas, apenas contuvo una mueca antes de levantarse, arrastrando su mochila como si hubiera algo sucio en el aire. Los otros dos lo siguieron casi de inmediato, pero no sin antes dejar caer un comentario mordaz.

━ No quiero estar cerca de alguien que anda con ese tipo. Quién sabe, a lo mejor ya se le pegó eso de asesinar.

La frase golpeó a Jungkook como una bofetada. Intentó decir algo, protestar quizás, pero las palabras se le atoraron en la garganta. Para cuando logró reunir sus pensamientos, los tres ya se habían ido, dejándolo solo en la mesa con su bandeja intacta y un nudo creciente en el estómago.

Miró a su alrededor, sintiendo el peso de las miradas de los demás estudiantes. Algunos apenas disimulaban sus cuchicheos, otros evitaban mirarlo por completo, como si su sola presencia fuera contagiosa. No era difícil entender lo que estaba ocurriendo. Su cercanía, aunque superficial, con Taehyung lo había puesto en el centro de los rumores y las sospechas que giraban en torno a él.

Respiró hondo, intentando calmarse. No había hecho nada malo, se dijo. No tenía por qué sentirse culpable o avergonzado. Sin embargo, el aislamiento era palpable, y por primera vez en mucho tiempo, sintió lo que era estar verdaderamente solo.

Mientras intentaba obligarse a comer algo, levantó la vista y lo vio. Taehyung estaba en el otro extremo de la cafetería, sentado solo como de costumbre, con una bandeja casi vacía frente a él. Pero no estaba ignorando el mundo a su alrededor como solía hacer. Sus ojos estaban fijos en Jungkook, y su expresión era imposible de leer. No había burla ni desprecio en su mirada, pero tampoco simpatía. Era como si simplemente lo estuviera estudiando, evaluando sus reacciones desde la distancia.

Jungkook desvió la mirada, incómodo bajo aquella observación. Sabía que no podía culpar a Taehyung por lo que estaba ocurriendo. Él no había pedido que lo defendiera, ni que se sentara junto a él en clase, ni que encontrara aquel cuaderno en la biblioteca. Pero, al mismo tiempo, no podía evitar sentir que todo esto era consecuencia de su decisión de acercarse, aunque fuera mínimamente, a la persona más aislada del instituto.

El resto de su almuerzo transcurrió en silencio. Cada bocado se le hacía pesado, y cada minuto parecía alargarse eternamente. Cuando finalmente se levantó para dejar la bandeja, notó que Taehyung seguía mirándolo, pero esta vez su expresión había cambiado ligeramente. Había algo en sus ojos que parecía una mezcla de curiosidad y advertencia, como si le estuviera diciendo algo que no alcanzaba a comprender.

Mientras salía de la cafetería, el comentario del chico resonaba en su mente: "A lo mejor ya se le pegó eso de asesinar". Era absurdo, por supuesto. No había pruebas de que Taehyung tuviera algo que ver con la muerte de Minho, y mucho menos de que esa supuesta culpa pudiera transferirse a otra persona por simple asociación. Pero los rumores eran como una mancha de tinta en el agua, extendiéndose rápidamente y tiñendo todo a su paso.

Jungkook no estaba seguro de cómo manejarlo. Sabía que tenía dos opciones: distanciarse de Taehyung y esperar a que los rumores se disiparan, o aceptar las consecuencias de mantenerse cerca de él, incluso si eso significaba ser arrastrado al mismo aislamiento que lo rodeaba.

Cuando llegó a su siguiente clase, notó que varios de sus compañeros evitaban mirarlo, como si temieran que cruzar sus ojos con los de Jungkook pudiera implicarlos de alguna manera. Suspiró, sintiendo un cansancio que no tenía nada que ver con la falta de sueño o el esfuerzo físico.

A lo lejos, mientras se sentaba en su pupitre, alcanzó a ver a Taehyung entrar en el aula. Esta vez, no se sentó en su lugar habitual al fondo. En cambio, caminó hasta la fila donde estaba Jungkook y, para sorpresa de todos, ocupó el asiento vacío a su lado.

No dijo nada. Simplemente abrió su cuaderno y comenzó a escribir, ignorando las miradas de los demás estudiantes que parecían perforarlos desde todos los ángulos.

Jungkook no pudo evitar sentir un extraño alivio. Por primera vez en todo el día, no se sentía completamente solo. Pero al mismo tiempo, sabía que aquella decisión, tanto la de Taehyung como la suya de no apartarse, tendría consecuencias que aún no lograba anticipar.

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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09

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