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La sala era total silencio, la tensión rondaba en las 4 paredes de la cocina del piso en el que habitaba la azabache.

—¿Te estas escuchando? ¡es una completa locura!—opinó el hombre al ser enterado del plan que idearon.

—¡Es mi hija! ¡necesita conocer a su familia!—repitió, tomo aire para calmarse y seguir hablando a continuación— Y si George se ha ofrecido y le ha dado esa oportunidad a mi hija, no seré yo quien se lo impida.—

El hombre suspiró, el no podía hacer nada. No era que la idea lo desagradara, pero sabía que no saldría bien.

—Si esa es tu decisión, te apoyaré.—comenta más calmado— debes saber que si en algún momento dañan a Hirateh yo mismo los mataré.—

Su sonrisa aumentó al ver la preocupación del hombre por su hija, podríamos decir que Oliver e Hiraeth eran muy apegados.

—Hay algo más que debes saber...—murmuró nervioso tomando asiento en la mesa de la cocina. No sabía como lo iba a tomar— Dentro de una semana me tengo que ir..—

—¿Ir?—repitió extrañada — ¿A dónde?.—

—Tenemos unos partidos lejos de aquí..— suspiró y agarró las manos de la chica— No se cuando le diréis la verdad a Hiraeth, sinceramente espero poder estar en ese momento. Pero si no, cuidarla mucho, no quiero que sufra, no me lo permitiría.—

—Tranquilo Oliver.., ella estará bien—le dedica una tierna sonrisa.

Claramente ella no lo sabía. La idea de estar separada de Oliver en estos momentos no le agradaba  , sentía que lo iba a necesitar más que nada y estaría sola de nuevo.

●●●

Minutos antes de que el resto de su familia llegara la mujer leyó de nuevo la carta, intentando buscar pistas para descubrir el misterio que estaba tras de ella.

—¿Qué le corre tanta urgencia a George?— preguntó Ginny apoyada en la encimera de la cocina.

—A saber, debe de ser urgente si mandó a reunir a todos y cada uno de los miembros de la familia—murmuró Ron llevándose a la boca una galleta recién horneada por su madre.

—¡Ronald Weasley!, ¿¡Qué te he dicho sobre las galletas?!— regañó Molly, pues eran para la reunión que organizó uno de sus hijos mayores.

Ron y Ginny aún no se habían independizado, seguían viviendo ambos con sus patriarcas. A pesar de ambos tener parejas, no habían dado el paso de ni siquiera vivir juntos, aún asín Harry y Hermione siempre eran bien recibidos en la familia.

El pelirrojo iba a reprochar, pero el sonido de la puerta lo interrumpió, su madre salió rápidamente al encuentro con su hijo y su nuera.

—¡George, Angelina bienvenidos!—les sonrió a ambos—¡ Pasad por favor pasad!—

La pareja obedeció y se dirigió a la cocina dónde saludaron a los dos pelirrojos que seguían allí.

—¿Quereis té? ¿Galletas?—ofreció Molly tomando asiento.

—No mamá,gracias—agradeció

—¿Qué era tan urgente que no podías esperar? —inquirió Ginny mirando a su hermano con complicidad.

—Se supone que primero hablaría con mamá y papá solo, pero ya veo que ustedes dos vienen en el pack—añadió con cierta burla.

Ginny lo fulminó con la mirada, mientras que Ron se llevaba una galleta a la boca contemplando la mirada furiosa de su madre. La puerta trasera fue abierta, dejando a la vista a el patriarca Weasley, quién entró y tomó asiento junto a sus hijos.

—Bien, ¿qué pasó?— preguntó desorientado el hombre mayor.

Angelina apretó la mano de su marido por debajo de la mesa, mostrándole apoyo, dedicándole una radiante sonrisa.

—Esto no es una noticia que se da todos los días..., necesito que seáis comprensibles— comenzó en tono serio, la familia lo escuchó con severa intrigación. — Soy padre.—

Dijo sin más, fue a continuar la historia, pero su familia lo interrumpió.

—¡Oh Merlín!, ¡Estas embarazada!— anunció una Molly feliz por tener un heredero más en la familia Weasley.

Ginny corrió a abrazar a Angelina, Ron intentaba decir algo pero su asombro fue tan grande que no consiguió formular palabra alguna, Arthur le dedicó una sonrisa orgullosa a su hijo.

La morena sintió un sentimiento extraño, no sabía si era tristeza, pena, añoranza , o dolor, pero algo relacionado.


—No, Angelina no está embarazada— murmuró George viendo las caras de asombro de su familia.— Dejarme continuar, por favor.—

Los miembros Weasleys, quienes se encontraban desorientados volvieron a tomar asiento sin entender la extraña conversación.

—Tengo una hija, de 5 años— informó con un tono serio, indicando que no era una de las bromas que solía hacer.—Y no, no es una broma.—

La matriarca Weasley fué la primera en hablar, al no encontrarle sentido ninguno a las palabras de su hijo.

—¿cinco años? Hace cinco años de la guerra, tu no estabas con nadie?— cruzó sus brazos, enfureciendose a más según su hijo seguía relatando la historia.

—Exactamente— asintió— cinco años hace del accidente de Fred, cinco años desde que dejó a Elizabeth por Jessica, cinco años desde que vino esa noche llorando a mi casa y acabamos ebrios..— relató, esperándose las reacciones de su familia.

El silencio y tensión en la sala predominaba entre todo, las palabras luchaban por salir de las bocas de los patriarcas Weasleys, quienes estaban muy impresionados ante la nueva noticia.

—Eso es patético—murmuró Ron—menuda broma.—

—No es una broma Ron—suspiró George.

—Entonces...—comenzó Molly— Elizabeth y tu tienen una hija...— dijo procurando asumir sus propias palabras—¿Por qué no dijo nada?.—

—Estaba asustada, no tenía a nadie, su novio la dejó por otra y quedó embarazada de su hermano.— habló por primera vez Angelina— creo que tenemos suficientes explicaciones como para comprenderla.—

Molly sabía que en cierta parte su nuera tenía razón, pero no podía aceptar el hecho de que se fué y alejó a su hijo de la infancia de la nieta que recién se enteraba que tenía.

—Exactamente—dice George— Ella aún no lo sabe, estamos buscando el momento justo.— informa— Por eso, quería decíroslo antes, junto a toda la familia menos Fred, después vendrán Bill y Fleur junto a Charlie y se lo explicaré.—

La familia asintió, comprendiendolo todo

—¿Significa que Elizabeth volverá a ver a Fred?— inquirió Ginny horrorizada al ponerse en el lugar de la mujer.

—Y más estando con ella...— corroboró Molly, a quien no le agradaba su nuera en todo lo posible.

—Será difícil, para todos lo es—asintio Angelina agarrando la mano de su esposo— Pero más para Hiraeth, la niña. Debemos de colaborar entre todos como la familia que somos, para que se sienta una más de esta.—

George le sonrió a su esposa y depositó un beso en su mano.

—Lo haremos—sonrió Arthur, poniendo ambas manos en los hombros de su esposa.

—Bien, ¿cuando conoceré a mi nieta?— inquirió Molly con amplia sonrisa que derrochaba de felicidad.

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