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16 DE FEBRERO- 2004

Dos menores corrían con alta efusión por los alrededores de la playa, sintiendo como la arena golpeaba sus zapatos, y su pelo se alborotaba a causa del viento. Escuchaban la brisa del mal al compás, como las olas venían del horizonte para romper en la orilla, mientras su hermano mayor corría sofocado tras ellos

—¡Hiraeth!, ¡Rem!— Jackson iba tras sus hermanos, intentando ir a su paso, pero la calor y la energía con la que constaban los cumpleañeros lo superaba

Ambos siguieron corriendo, sin ni siquiera darse la vuelta para mirar al mayor de los tres, hasta que este les cogió delantera y con sus dos brazos los atrapo.

—¡Os cogí enanos!— bromeó abrazandolos a la vez

Ambos niños se hundieron cada uno en un hueco de su cuello sonriendo emocionados, para separarse al segundo.

—Papá y mamá os buscan— informó mirandolos, y sacudiendoles algunos de los granos de arena que tenían por sus vestimentas.— Teneis que ir ya a arreglaros.

—Esta bien, vamos pecas — Hiraeth le hizo una seña a su mellizo para que ambos comenzaran a correr, esta vez en rumbo a la pequeña casa que sus padres alquilaron para la ocasión.

Jackson negó riendo al verlos correr sin pausa hacia su destino. Se acomodó su camisa blanca, desabotonando los primeros botones por el calor que hacía en la pequeña playa, aunque fuera principios de veranos. A paso lento, disfrutando del aroma,  la calma y tranquilidad del mar fue al reencuentro con sus progenitores y sus hermanos pequeños.

Parecía mentira que los mellizos Lupin-Weasley estuvieran por cumplir 6 años ya.

●●●

—¡Abuela!— ambos mellizos salieron a la carrera al ver a la Mckinnon llegar a la carpa que estaba colocado en la arena de la playa, donde se celebraría el cumpleaños de estos dos.

La Mckinnon giró viendo a sus bisnietos, a quienes los atrapo en un cálido abrazo, besando la cabeza de ambos con una gran felicidad dentro de su corazón.

Mes enfants— se separó para verlos y darle a ambos una vuelta con sus manos— Estais preciosos, los dos, y muy grandes

Ambos inflaron su pecho, victoriosos y orgullosos de finalemente poder decir que constaban de seis años.

Remus, iba vestido con una camisa de color blanca y unos pantalones negros, a conjunto con su hermano mayor y su padre. Hiraeth vestía un vestido de color blanco a su igual, que lo acompañaba con una cazadora de el mismo color de los pantalones de sus hermanos, para protegerse del viento que hacía.

—Gracias abuela.— ambos sonrieron dejando un beso en su mejilla y yendo sin mirar atrás hacia la mesa de dulces.

Jackson, bajó tras ellos con un aire extremadamente elegante. Sus manos escondidas en los bolsillos de sus pantalones, al ver a su abuela rápidamente las sacó para sumergirse en un cálido abrazo con la Mckinnon.

¡Oh ma vie!— lo estrechó en sus brazos con calidez— Estas tan guapo, y cada vez más grande

—¿Verdad que si? No deja de crecer— bromeó Lizzie, quien bajaba sonriente de la mano de su pareja—¡Niños! ¡Las gominolas para después!

Riñó al ver como ambos no paraban de atiborrarse de dulces ,  sin dejar nada para despues

●●●

Colocó las dos velas en la tarta de los niños. Como petición suya, querían únicamente una, para poder soplar las velas juntos, no le gustaba tener que hacerlo por separado. Sintió las finas manos de su novia alrededor de su cintura y sonrió inconscientemente al notarla.

—¿Esta lista?— preguntó haciéndose hueco para ver las dos velas finalmente colocadas en la tarta.

Este se giró para agarrar su mano y asentir.

—Si, lo está — besó su mano— No tuve ocasión de decírtelo,pero estas hermosa cielo.

Esta sonrio, acariciando su mejilla y dejando un corto beso en sus carnosos labios.

—Tu también estás muy guapo— aseguró cuando se separo del beso, mirandolo enternecida a los ojos

Jackson, fue a buscar a sus progenitores al ver que no daban señales de vida, caminando hacia la cocina viéndolos unidos  en un beso. Este rodó los ojos soltando una leve risa, amaba que sus padres fueran tan cariñosos, pero ellos no podían estar ni un segundo sin mostrarse su amor, lo que le hacía gracia.

Llamó a la puerta, causando que estos se voltearan a mirarle soltando una pequeña risa.

—¿Cuanto llevas ahí?— inquirió el hombre, alzando una ceja con una mueca de burla en su rostro.

—Suficiente tiempo— bromeó el menor, negando—¿Esta la tarta lista? Los enanos preguntan por ella.

Estos soltaron una leve risa. Elizabeth se giró para tomar en sus manos la tarta.

—¿Quieres llevarla tu, cielo?— le preguntó a su hijo mayor, quien la miró con sorpresa y confusión.

—¿Yo? ¿De veras?—sus ojos brillaban de emoción y felicidad

—Claro que si, cielo— le pasó la tarta en sus brazos y cuando se aseguró de que no la caería se separó.

Este, emocionado fue con la tarta hacia la carpa junto a sus padres, detrás suyo. Los pequeños, sentados en unas sillas frente a una mesa de madera, rodeados de todos sus familiares y seres queridos.

Por fin felices, y en paz..

Alzaron la cabeza al ver como su hermano venía con la tarta de chocolate que ambos deseaban, pero la vergüenza los inundó al ver como todos comenzaban a cantarles "Cumpleaños feliz" .

Era el primer cumpleaños de Hiraeth con su padre y la familia al completo, así como el de Remus  que fue el primer cumpleaños que celebró. Ambos irradiaban de felicidad en esos instantes, tal y como de vergüenza.

Sus dos padres se colocaron uno a cada lado del otro, y Jackson detrás de los pequeños quienes veían la tarta con emoción y entusiasmo al igual que la pequeña llama prendida en las velas.

—Soplar las velas y pedir un deseo— les dijo a ambos su madre con una sonrisa.

El deseo de Remus fue familiar y acojedor: "Que esta familia nunca lo dejara, pues el los amaba más que nada".

Mientras el de Hiraeth se basaba en una vida con tranquilidad plena: "Que nada malo suceda, y mi familia siga unida pase lo que pase."

En cambio a pesar de qu no fuera su cumpleaños, Jackson miró la vela por varios segundos, mientras en su mente pensaba: "Que Kailei no vuelva, y sufra lo que se merece"

●●●


La música se escuchaba a lo lejos, la gente se encontraba bailando o simplemente conversando o bebiendo. El atardecer se veía desde la capa, dando una imagen muy reconfortante.

Los mellizos Lupin Weasley, bailaban entre ellos brincando y riendo, sin poder quitar la contagiosa sonrisa que siempre adueñaba sus rosados labios

Elizabeth se encontraba sumergida en un lento baile con su hijo mayor Jackson, quien le había pedido uno, el cual está aceptó gustosamente.

Los brazos de la Lupin, rodeaban el cuello del joven, quien tenía sus manos posadas en su cintura. Fred sonrió ampliamente al ver a su novia con su hijo, mientras tenía una animada charla con su hermano gemelo.

—¿Se lo dirás?— pregunto curioso el desorejado, dándole un trago al vaso que tenía entre manos

—Lo haré— afirmó seguro dejando el vaso que el portaba en una de las mesas— No te quepa duda Georgie

Le guiñó un ojo a su gemelo para ahora dirigirse hacia su novia, quien reía entre vueltas con su hijo.

—¿Me permite la mano de esta hermosa dama?— preguntó Fred, a su hijo con una sonrisa.

El joven asintió, y tras dejando un beso en la mejilla de su madre se separó.

—Toda tuya, papá— les sonrio a ambos — Iré con el tío George

—Con cuidado cielo— dijo Elizabeth antes de asentirle y sonreir animandole a que fuera. Ella  se acercó a su novio quien la mirara como si fuera una de las maravillas de La Tierra.— Hola guapo

Este se acercó lentamente, vacilando entre cojer su mano y empezar un pequeño baile o estrellar sus labios apasionadamente con los de su hermosa novia.

—Hola hermosa— le sonrió coqueto, agarrando su mano y dejando un beso en esta sin quitarle vista mientras le guiñaba un ojo. Mientras, una melodía comenzó a sonar—¿Bailas?

Esta asintió rodeando su cuello pegándose a se cuerpo, emanado el olor a pólvora que emanaba su cuerpo, sintiéndose en calma escuchando su respiración y los latidos de su corazón.

Tell me somethin', girl
Are you happy in this modern world?

Fred afirmó su cintura en un seguro agarre, pegando su cuerpo hacia el suyo  sonriendole a la mujer, tentado a robarle un pequeño y cariñoso beso en sus labios rosados mientras ambos se movían al compás de la música.

Or do you need more?
Is there somethin' else you're searchin' for?

Las fosas nasales de Fred se embriagaron por completo del olor a lavanda que desprendía la Lupin, quien estaba pegada a su pecho con los ojos cerrados mientras disfrutaba y tarareaba por lo bajo la canción.

Tell me something, boy
Aren't you tired tryin' to fill that void?
Or do you need more?
Ain't it hard keepin' it so hardcore?

Cuando ambos alzaron la cabeza, pudieron distinguir como eran el centro de atención, y como todos sus familiares los veían con dulzura y cariño. Pero su rostro se tornó hacia su hijo mayor, dándose cuenta de que era el quien acompañaba la música con la guitarra.

I'm falling
In all the good times I find myself longing for change
And in the bad times, I fear myself

F

red alzó su brazo, dándole una vuelta con cuidado a la chica, haciendo que esta quedara de espaldas a su cuerpo. Cogió su cintura, pegandola a la suya, sus brazos alrededor de esta y su cabeza mirando a los orbes chocolates por el hueco de su cabeza.

I'm off the deep end, watch as I dive in
I'll never meet the ground
Crash through the surface, where they can't hurt us
We're far from the shallow now

Fred y Elizabeth no despegaron los ojos del otro en  ningún segundo, embelesados por la mirada y movimientos del otro. Sus caderas se movían con gracia y sensualidad contra la de su compañero.

In the sha-ha-sha-ha-llow
In the sha-ha-sha-la-la-la-llow
In the sha-ha-sha-ha-llow
We're far from the shallow now

El trasero de Elizabeth, rozaba la incipiente erección de Fred que comenzaba a doler en sus boxers, este gruñía al notarla.

I'm off the deep end, watch as I dive in
I'll never meet the ground
Crash through the surface, where they can't hurt us
We're far from the shallow now

Lizzie deja de hacer eso...— pidió el pelirrojo en un susurro, notando como su viril miembro comenzaba a  despertar

—¿Hacer que?— inquirió con burla la mujer, inocentemente.

—Tu sabes el que— respodió con una grave voz,  mientras sus manos vagaban más abajo de su cintura, amasando con sus venosas manos el trasero de la mujer, quien pegó un salto al notarlo.— Si sigues así, esta noche no saldrás de la habitación.

In the sha-ha-sha-ha-llow
In the sha-ha-sha-la-la-la-llow
In the sha-ha-sha-ha-llow
We're far from the shallow now

La canción finalizó, toda la famila se giraron hacia Jackson para aplaudirle, mientras un leve sonrojo adornaba sus mejillas al ver que los aplausos eran dirigidos a el.

Elizabeth se separó rápidamente de Fred,  con una erradica respiración y levemente sonrojada y nerviosa.

Fred solo miró a su novia irse, perdiéndose en su cuerpo mientras la miraba con amor, lujuria y deseo.

Elizabeth Lupin era su perdición

●●●

La fiesta fue un completo éxito, los niños habían disfrutado enormemente al igual que los mayores.  Habia sido una fiesta a lo grande, pues la pareja quería celebrar el primer cumpleaño de sus hijos con la familia finalmente unida. Un día para recordar.

Elizabeth, subió hacia la habitación donde dormía con su novio,  con la esperanza de entrar y verlo en la cama para acostarse con el, aferrándose a sus fuertes brazos, dormitando pacíficamente.

Se extrañó al entrar y no ver a nadie en la habitación. Dejó su bolso en una mesa y se acercó a la cama confusa. En ella vió una nota en la cama, acompañada de una caja de terciopelo.

Te espero en la playa. Camina tras los tablones rodeados de velas y me encontrarás. Ponte el collar

Tu señor Darcy

Una sonrisa inconsciente se hizo en sus labios al terminar de leer la carta, amaba cuando Fred sacaba a florecer su lado romántico.

Tomó la caja de terciopelo, viendo un collar de color plateado que contenía la letra F en el centro. Esta río negando, y mirándose a un espejo obedeció para colocarse la cadena.

Se miró por última vez en este, acomodando su vestido y cabello, para salir de la habitación hacia donde el hombre le había indicado.

Notó la brisa chocar en su rostro e inmediatamente bajo un poco su vestido, al subirse a causa de este.
La noche ya había sido presente,  el mar casi ni ers visible pero podía escuchar perfectamente como las olas rompían en la orilla, tranquilizandola.

Elizabeth, caminó por unos tablones de madera que evitaban que sus pies tocaran la arena de la playa. Siguiendo el camino de estos, estaban unos pequeños candelabros de los cuales estaba segura que su novio había puesto.

Al final del recorrido, se encontraba este quien miraba hacia la mar. Tenia la misma ropa de antes, aunque algunos de sus botones habían sido desabrochados, dejando a la vista el inicio de su fornido pecho.

Elizabeth tragó saliva nerviosa al verlo. Fred Weasley,  cuando notó que esta caminaba hacia el, concentró su mirada en ella.

Vestida con un vestido blanco y ligero, su rizado cabello al aire libre con algunos mechones tapando su bello rostro. Su leve sonrojo por sus mejillas, dándole un tono carmín. Y su seguridad caminando, como la sensualidad con la que movía sus caderas. Amaba cada parte de Elizabeth Lupin.

Esta, nerviosa ante la mirada del hombre se calmó al ver que este la sonreía dulcemente.

—Cielo— sonrió cogiendo su mano y dandole un cariñoso beso— Te amo

Esta se sonrojó frevilmente ante sus palabras, y mirandolo a los ojos le respondió sinceramente.

—Te amo más

No era forzado, era sincero. Las palabras salían del corazón de la pareja, no de su mente. No había amor más fuerte que el que se tenían mutuamente Elizabeth Lupin y Fred Weasley.

El hombre sonrió al escucharla y la llevó al último tablón, donde se encontraba anteriormente. Este, rodeado de pétalos de rosa por todos sus extremos.

—¿Tragiste el collar?— Fred sonrió ampliamente al ver como esta le enseñaba la F que colgaba de su cuello.— Tenemos a juego— le guiñó un ojo, mostrando la E que recorría su torso.

—Me encantó— afirmó viendo la E, colgada de su cuello. Miró alrededor viendo todo lo que preparo su novio— Todo esto es precioso, Freddie.

El hombre se armó de valor, para cojer ambas manos de la mujer haciendo que esta mirara a sus orbes avellanas prestandole atención.

—Desde que te volví a ver algo en mi comenzó a florecer de nuevo , y me alegro de que hayamos podido superar todos los obstáculos que la vida nos pone para estar juntos.—pausó besando sus manos, viendo a una Elizabeth confundida.— Tenemos una hermosa familia a la que cuidar y apoyar juntos, una relación con la que recuperar el tiempo perdido juntos.— El hombre, intentando no tibutear ni que ningún gesto saliera mal se arrodilló, cojiendo de su bolsillo la caja de terciopelo, sin soltar una mano de su amada.— Debo decirle, señorita Bennet que me ha hechizado en cuerpo y alma y la amo, la amo, la amo, y no quiero estar sin usted otro día.— abrió la caja, mostrando un hermoso anillo de compromiso mostrando una piedra de diamante en forma de corazón en el medio—¿Aceptaria usted, señorita Bennet unirse en matrimonio conmigo?

Elizabeth, no creía realidad lo que estaba pasando frente a sus ojos, el hombre que amaba pidiendole matrimonio. Parecía irreal, sacado de unas de las novelas que solía leer. Se llevó sus manos a sus ojos para quitarse las lágrimas que le impedían ver la hermosa escena frente a ella.

-¡Por Merlín!¡Claro que acepto, señor Darcy!- Hizo que el Weasley tuviera que levantarse, al unir sus hinchados labios febrilmente con los suyos, en un beso dulce y cariñoso, en el cuan ambos se demostraban el amor que irradiaban por el otro.

Torpemente, en el beso colocó el anillo plata en el dedo anular de la mujer, para después separarse y mirarla a los cristalizados ojos chocolate, con ternura y amor mientras acariciaba su mejilla-

-Te amo tanto, Lizzie- robó un corto beso de sus labios

-Y yo a ti, Freddie

A lo lejos de la playa, tres figuras que corrían en dirección a la arenosa playa se hicieron presentes. Los mellizos Lupin-Weasley y su hermano mayor corrieron a abrazar a sus padres sonrientes, sin poder explicar la felicidad que sentían en esos instantes.

-¿Ha dicho que si no?- inquirió Remus, en los brazos de sus padres

-¿Tu que crees pecas?- se burló su mrelliza sonriente.

-Enhorabuena- corroboró  Jackson, besando las mejillas de sus padres

Los prometidos se miraron a los ojos, chocolate con avellana una vez más. Recordando todo lo que habían pasado para finalmente estar ahí y viendo como su amor no se dispersaba.

-Nuestro amor pudo ser efímero- tomó el Weasley la mano de su prometida, mientras caminaban con sus hijos por el horizonte de la playa- Pero logramos, hacerlo eterno.


Estoy llorando.

El epílogo y esto se acaba *cries*

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Los quiero  nos leemos!

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