65
El pelirrojo llegó asustado al haber recibido un patronous desconocido. No podía dejar a sus hijos atrás, por lo que Jackson en silla de ruedas y Hiraeth conduciendo esta venían detrás del hombre.
Se hizo paso entre toda la multitud, parecía que cuanta más prisa tenía más gente aparecía. Decia varios "disculpa" o "con permiso", mientras los niños que iban con el se dedicaban a atropellar a las personas.
—¡Cuidado que atropello!—aseguró Hiraeth, moviendo la silla de su hermano a su antojo y viendo como la gente la miraba mal a lo que no le importaba.—¿¡Creias que era broma acaso?!
—¡Hiraeth!—rió Jackson al escucharla, mientras indicaba con su mano el camino que habia seguido su padre.
Fred fue directo a la recepción del hospital, a paso rápido y sumamente preocupado por su novia y por su hijo. No quería perder otro hijo.
—Elizabeth Lupin, porfavor ¿cómo está?— llego sofocado de tanto correr.
Una mujer rubia que se encargaba de recepción, miró al pelirrojo para después revisar su folleto donde inscribia a todos los pacientes.
—¿Es su pareja?— preguntó la mujer viéndolo con una ceja encarcada a lo que el pelirrojo asintió de inmediato —A perdido mucha sangre, le recomiendo que espere en la sala.—
Fred bufó frustrado, y después de murmurar un falso "Gracias", se dirigió a sentarse en uno de los bancos mientras esperaba impacientemente noticias de su amada.
—Joder, como corres— llegó Hiraeth, trayendo consigo a Jackson en la silla de ruedas, estando sofocada y cansada al tener que moverlo por todo el hospital
—Lenguaje, Hiraeth— regañó su padre.
—Como si tu no lo dijeras nunca..— bufó
—¿Cómo esta mama?— miró Jackson con preocupación al hombre, al saber lo que podía significar el sangrado—¿Se sabe algo?
Este negó bufando al mirar a sus hijos. Su angustia aumentaba, y ya no era solo por el hijo que llevaba Elizabeth en el vientre, si no por ella. Tenia miedo de que algo malo le llegara a suceder , por culpa de el no haberse cuidado. Ni siquiera podía llegar a imaginar una vida sin su azabache, ya bastante terrible habían sido esos cinco horribles años como para ahora tener que arrebatarsela, cosa que no permitiría.
Un rubio quien se encontraba igual de preocuoado que el pelirrojo, se acercó al ver a la pelirroja junto a el. La reconocería en cada lugar, pues la había visto demasiadas veces en la cafetería cuando el iba a tomar algo, y de paso charlar agradablemente con la mujer.
Se acercó a los tres que se encontraban preocupados, sin saber muy bien cómo iniciar la conversación
—Hiraeth..— la llamó a lo que esta giró la vista, encontrándose sorprendida con el hombre
—¡Adriert!— lo atrajo a un fuerte abrazo—¡Te he hechado tanto de menos!.
Su padre y su hermano solo miraban la escena confundidos. Se volvieron a mirar entre ellos, a lo que ambos se encogieron de hombros al no saber quién era el hombre
—Y yo, pelirroja—
Esta sonrió, y al separarse y ver las caras confundidas de su padre y hermano rió leve.
—Papá, hermano este es Adriert, venia a la cafetería de mamá cuando trabajaba alli— dijo con una sonrisa la menor.
Jackson, giró su silla de ruedas sorprendido al escuchar el inusual nombre del que estaba seguro que recordaría en cualquier parte.
El rubio abrió los ojos sorprendido al ver el rostro del joven que se encontraba en silla de ruedas
—¡Seaden!— rió el joven al verlo
—¡Nicholas!— bromeó diciendo su segundo nombre
Hiraeth miró a ambos hombres confundida, y Fred entre la angustia de no saber nada sobre su novia y el no saber de qué conocían sus hijos al rubio estaba a punto de lanzarse por un precipicio.
—¿se conocen?— inquirió Hiraeth tomando asiento al lado de su padre
—Su padre y el mío eran hermanos— dijo una sonrisa— Y aunque nos separamos por bueno.., circunstancias. Seguimos siendo primos
—Joder.., ya hablaremos en otros momentos de esto— aseguró Fred frustrado—¿Tu trajiste a mi novia?
El rubio asintió, analizando con la mirada cada gesto y cada parte del cuerpo del pelirrojo, fulminadolo sin miedo a que este se diera cuenta.
— Exactamente, yo la traje— aseguró firme y seguro ante su actitud— La vi en la calle y reconocí, tenía un charco de sangre entre sus piernas y cuando me dijo que estaba embarazada la traje directo a San Mugno.
●●●
Agarraba la camilla con dolor, su cabeza techada hacia atrás reposando en la almhoada. Sudores recorrían su frente y sus ojos permanecían cerrados la mayor parte del tiempo.
Su cuerpo se sumía en un fuerte dolor con el cual no sabia si iba a llegar a sobrevivir. Era incluso peor que un cruccio, el dolor no cesaba solo aumentaba y hacia que llegara a ser capaz de hacer cualquier cosa con tal de que parara.
—Cedric porfavor...—miró al sanador que la atendía con ojos suplicantes y lágrimas cayendo por ellos sin poder retenerlas a causa del fuerte dolor que su cuerpo estaba aguantando—No creo que vaya a aguantar mucho..
Cedric negó intentando buscar un medicamento más fuerte que pudiera darle a la Lupin. Mientras esta intentaba resistirse a caer en las manos de la muerte. Tenia que seguir viva, tenía que hacerlo por la vida que le seguía delante, por sus dos hijos a los que amaba más que el mundo y por su novio, con el que finalmente deseaba una relacion.
Debía seguir viva, no podía simplemente dejar de ver a las personas que amaba de la noche a la mañana. No podía no ver la contagiosa risa de Hiraeth, la adorable nobleza con la que cargaba Jackson, y el amor que su novio le brindaba a cada segundo.
—Probe todos los calmantes posibles y tu cuerpo parece rechazarlos— dijo frustrado yendo a cojer su varita y mirando atento a la Lupin, viendo como se encontraba en una batalla interna entre el filo de la vida y la muerte— Elizabeth, no vayas a cerrar los ojos
Se concentró en pensar en sus hijos, el amor de su vida, su familia para mantenerse despierta en lo que llegaba el sanador.
Queriendo comprobar lo que se temía, levantó con cuidado la camiseta del hospital que portaba Elizabeth para posar su varita en su vientre que aún ni siquiera estaba abultado.
Cerró sus ojos viendo la imagen del niño con claridad. Si los hubiera tenido abiertos los hubiera agrandado con sorpresa, al ver como el pequeño feto que era hacía unos días había crecido mágicamente, intentando hacerse espacio en el vientre de tan solo tres semana de la mujer.
Cedric confirmó lo que pensaba.
El bebé la estaba matando.
Aunque no lograba entender , porqué el feto había crecido tan rápido de la noche a la mañana no era lo que más le preocupaba en esos momentos.
Tenia que salvar a Elizabeth de una muerte asegurada. Pero solo había dos maneras, tener al bebe aunque claramente era un suicidio para esta pues su cuerpo no estaba en claras condiciones de aguantar un parto o la segunda opción era dormirla y sacar al bebé por el metodo muggle.
Algo tenía claro desde el momento en que vio al gran bebé crecer en el vientre de la mujer, los dos no podrían vivir en ese mundo.
Tenia que ganar tiempo, necesitaba que la mujer siguiera viva, pues tenía que hablar también con el padre del hijo que portaba en su vientre.
—Tendré que dormirte ¿si?, pronto despertaras y estarás mejor— Elizabeth ni siquiera llegaba a escuchar las palabras del Diggory, cuando este inyencto en su brazo un liquido que la hizo caer en brazos de morfeo — Lo prometo
●●●
Salio a paso rápido a la sala, y en cuando el pelirrojo lo vió alzo la cabeza y se levantó para ir junto a el.
—Niños, quedarse aquí— pidió el hombre a sus hijos quienes a su vez también estaban demasiado impacientes.
Estos solo miraron con preocupación como su padre se dirigía al sanador.
—Cedric, ¿está mi novia bien?— preguntó mirandolo asustado
—Fred, no te mentiré todo se ha complicado — suspiró frustrado mirandolo— Sé que es raro de entender, ni siquiera yo se como ha pasado pero el bebé a crecido en el pequeño vientre de un feto de tan solo tres semanas. No sabemos como, pero ahora no es lo más importante
Confuso y extrañado intentaba asimilar cada una de las palabras que el Diggory formulaba.
—¿No es lo más importante...?— inquirió con una ceja alzada— ¡Literalmente en el vientre de mi novia esta creciendo un bebe enorme!
Cedric suspiró intentando calmarse, pasó una mano por su cabello a lo que muchas mujer y algunos hombres en silencio que se encontraban presentes en la sala soltaron varios suspiros.
—Weasley, esto es complicado — explicó— Pero ese bebé está matando por dentro a Elizabeth, no puede más. Le di toda clase de calmantes y su cuerpo los rechazaba, según ella el dolor solo aumentaba. Tuve que dormirla para que no sufriera tanto, pues estaba un paso entre...
No quiso terminar la frase, desviando su mirada..
Fred negó repetida veces. Su Lizzie no podía morir, el no se lo permitiría, no podía volver a perder al amor de su vida, a la mujer que más amaba en la faz de la tierra, la persona que lo complementaba. Habian sido cinco años engañado y separados cruelmente de ella, ahora ambos tenían una familia y una vida juntos por delante. Se negaba a perderla.
Inconscientemente sus ojos se cristalizaron.
—No— negó secándose con brusquedad las lagrimas, a causa de la rabia interna que tenía— Lizzie no puede irse, haz lo que sea pero ella no
Sus manos eran pasadas por su cara con intranquilidad. Ahora mismo se odiaba a si mismo y se culpaba por no haberse cuidado, tan solo si lo hubiera hecho su novia no estaría ahora mismo entre la vida y la muerte.
—Fred, es ella o el bebé— dijo Diggory, mirandolo nervioso.
Este no pareció ni siquiera pensárselo. No entregaría a su amada a la muerte por más que le pagaran o sobornaran, ella y sus hijos eran lo más importantes de su vida como para dejar que se los volvieran a arrebatar.
Necesitaba a Elizabeth viva, la necesitaba a su lado. Ver esa sonrisa cada despertar, acariciar su mejilla y comenzar una lucha interna con sus perlas chocolates y las suyas avellanas. Ver como sus hijos crecían y lograban sus sueño. Verla caminar hacia el altar, vestida de blanco mientras el no podía contenerse las lágrimas.
Aún necesitaba tiempo con Elizabeth.
Lo suyo no podía quedarse en algo Efímero.
—Ella—respondió rápidamente — saca a esa cosa del vientre de mi mujer y déjala vivir Cedric, haz lo que tengas que hacer pero déjala vivir.
El hombre aliviado por la decisión que tomó el Weasley, se dirigió a prisa hacia la habitación donde estaba la mujer. Llamó a unos cuantos sanadores más que lo ayudaran en el proceso.
En la habitacion pudo reconocer como la mujer seguía dormitando, no sabía si plácidamente o el dolor no la dejaba tener un tranquilo sueño.
—Diggory—llamó una sanadora que cogía los instrumentos necesarios para realizar la cesárea — No puede hacerlo dormida, necesita estar consiente o su cuerpo se debilitará más.
Este asintió ante las palabras de la mujer, asustado por lo que podía suceder con su amiga. Rápidamente inyectó en ella un líquido que la hizo despertar casi al segundo.
Sus ojos se batallaron entre abrirse y cerrarse, pero finalmente acabaron por abrirse.
—Fred..¿donde esta Fred?— miraba a todos los lados posibles intentando descubrir la figura risueña de su novio
Cedric hizo que se inmovilizara,pues moverse en esas condiciones era verdaderamente peligroso.
—Lo veras después —aseguró el hombre— Ahora tienes que ser fuerte ¿si?, tenemos que sacarte a ese niño. No puedes dormirte.
Elizabeth aún adormilada y sin comprender bien las palabras del sanador asintió. Cedric anestesió la parte de su vientre, donde pasados los segundos con aprobación de los demas sanadores comenzó la cesárea para sacar al niño que mataba por dentro a su amiga.
—No mires Elizabeth— exigió Cedric en su trabajo.
Esta obedeciendo, y alegrandose de no sentir ningún tipo de dolor miró hacia la cristalera que tenía a su lado derecho donde distinguió el rostro preocupado de su pelirrojo favorito.
Inmediatamente cruzaron miradas, chocolate con avellana. Esta le intentó sonreír y este intentó devolverle la sonrisa sin querer mirar hacia el vientre de la mujer, del que salía mucha sangre.
Fred le hizo una seña a su novia para que únicamente se concentrara en mirarlo a el y a sus ojos, para que no bajara la vista.
●●●
Jackson esperaba impaciente noticias de su madre, junto a su hermana que había caído en un sueño en el banco que tenía al lado. Veía como su padre miraba por el cristal de una habitación, este no le había dejado acercarse porque no deseaba que el joven viera en tal mal estado a su madre.
Su sueño le empezaba a ganar, y su codo colocado en el reposabrazos de la silla hizo que apoyara su cabeza en su mano. Pero cuando iba a cerrar los ojos, una figura se le hizo presente, a lo lejos en una esquina que miraba fijamente al lugar donde su padre se encontraba con una sonrisa burlona y victoriosa en su rostro.
Todo su cuerpo iba cubierto de una prenda de color negro, para pasar desapercibido pero Jackson quien había compartido muchos tiempo de su vida a su lado, pudo reconocerla en ese instante.
Kailei Lombrad, observaba como su madre se encontraba en una batalla entre la vida y la muerte.
Llevó sus manos a las ruedas de su silla, dirigiéndose a la mayor velocidad que podía hacia la Lombrad. Afortunadamente Fred pudo oír el chirrido de la silla de su hijo, causando que tuviera que quitar la vista un segundo de su novia para pasarla en su hijo quien le hizo una seña con la cabeza hacia donde estaba la mujer.
Fred también logró reconocerla y comenzando una gran carrera, sin importarle si se chocaba con gente a su paso fue hacia donde esta se encontraba.
Jackson seguía a su padre al nivel que podía.
Kailei que estaba tan concentrada en el dolor que sufría la Lupin, ni siquiera se dio cuenta cuando ambos hombres comenzaban a correr en su dirección. Atinó a verlos cuando estaban a pocos pasos suya, salió a correr metiéndose rápidamente en otro pasillo.
Jackson vio cómo una puerta a su izquierda era abierta por lo que giró su silla para dirigirse hacia ella, mientras su padre perseguía a la Lombrad como si su vida dependiera de ello.
Kailei en el pasillo, únicamente miraba hacia atrás de vez en cuando para afirmar si el Weasley estaba muy cerca suya, cuando ni siquiera se dio cuenta de que su pie fue pisado por una rueda causando que cayera al suelo.
Jackson, la había frenado gracias a que divisó como esa puerta daba al pasillo y observo en su mente la táctica perfecta para parar a su hermanastra quien ahora se encontraba en el suelo.
Esto le dio a Fred ventaja para llegar hacia ella, y agarrarla de las muñecas, colocandolas en su espalda y apretando el agarre con fuerza.
—Gracias, campeón — sonrió el Weasley, orgulloso de este al ver lo inteligente y valiente que fue
—No es nada, papá —
Ahora solo quedaba que los aurores llegaran para finalmente meter entre rejas a la Lombrad
DIOOS LA PILLARON FINALMENTE
No saben lo que me gustó que fuera Jackson quien lo hiciera, porque creo que el esta igual de resentido por Kailei que todos y al cojerla como que finalmente se siente en paz y siente que ya se separa del vinculo que lo une con esta.
Y en otras noticias...
¿Que creen que pasara con Elizabeth?
¿Vivira? ¿Morirá?
Nos leemos....
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top