𖹭.ᐟ14

Una fuerte tormenta comenzó. Parecía que hasta el cielo tenía miedo y tristeza de lo que estaba pasando. Jungkook tuvo un mal presentimiento cuando su novio no le contestó el móvil.

Eso era extraño. Tomando en cuenta que siempre le responde. Aunque estaba lloviendo, esa sensación en su pecho no desaparecía, así que tomó su chaqueta para ir a la casa de su novio. Quería asegurarse de que todo está bien.

Jungkook abrió la puerta y se encontró con Mingyu, quien estaba visiblemente agitado y con un raspón en el brazo. Jungkook se sorprendió y preguntó:

—¿Mingyu? ¿Qué haces aquí?

—Jeon. —apenas y podía articular palabra.

—¿Qué pasa, Mingyu? ¿Qué te ha pasado?

Mingyu respiró profundamente y dijo con voz entrecortada.

—Es Jimin... Lo han secuestrado. Su padrastro lo ha llevado.

Jungkook se quedó paralizado, sin poder creer lo que estaba escuchando.

—¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué ha pasado? —preguntó, su voz llena de pánico.

Mingyu explicó.

—Salía de casa cuando vi al padrastro de Jimin subirlo al auto. Jimin estaba inconsciente y tenía sangre en la cabeza. Intenté detenerlo, pero el muy bastardo intentó atropellarme y mi móvil se rompió. No pude saber a dónde iba y no pude llamar a la policía.

Jungkook entró en un estado de shock, su mente llena de pensamientos terribles. No podía creer que esto estuviera pasando. Su padre, Gong Yoo, salió de su oficina y vio a su hijo en un estado de pánico.

—¿Qué pasa, Jungkook? —preguntó Gong Yoo, preocupado—¿quién es él?

Jungkook miró a su padre y le suplicó

—Papá, por favor, ayúdame. Jimin ha sido secuestrado. Su padrastro lo ha llevado.

—¿Cómo?

Mingyu le cuenta lo que pasó. Gong Yoo jamás esperaría saber algo tan terrible.

—Papá, ese tipo puede hacer algo malo. Por favor, ayúdeme. —le pide desesperado.

—Tranquilo hijo, voy a ayudarte. Déjame hacer unas llamadas.

Gong Yoo entendió la gravedad de la situación y comenzó a llamar a la policía y a varias personas más para pedir ayuda. Jungkook se quedó allí, paralizado, su corazón latiendo con miedo y ansiedad.

Si algo le pasaba a Jimin, Jungkook jamás se lo perdonaría. Tenía que encontrarlo, tenía que salvarlo. La idea de perder a Jimin era insoportable.

En ese instante miró a Mingyu quien temblaba del frío pues estaba empapado. Tal vez no se llevan bien y eso, pero fue valiente en venir aquí y ver lo que pasó.

—Iré por algo para que te vistas. —le dice Jungkook a lo que Mingyu asintió.

Se sentó en el sofá. Mientras Jungkook fue por ropa limpia. Su móvil vuelve a sonar y es Seokjin. Contesta para decirle sobre lo de Jimin.

—¿Jin? Escucha, pasó algo y...

—¡Jk! Ven rápido a la policía. —dijo con voz agitada.

—¿Qué pasa?

—Es que la madre de Jimin intentó golpear a Jaemin en el supermercado. —le dice lo que hace enfurecer más a Jungkook.

—¿Dónde estamos Jaemin? ¿Estás bien?

—Si, pero está llorando por su hermano. El señor Park viene en camino. Esa mujer se volvió loca.

Le dice mientras Jeon toma la ropa y sale de la habitación para llegar a la sala.

—Por suerte Namjoon y yo fuimos al mercado y la detuvimos antes de que lo golpeara. Dios, que mujer tan desagradable.

—No me sorprende. Jin, puedes decirle al Señor Park que si puede venir a mi casa. Paso algo grave y necesito que solo él lo sepa, no Jaemin, sólo él.

—Él viene para acá. Cuando llegue le haré saber. ¿Qué pasó con Jimin?

Jungkook le cuenta y Seokjin no lo puede creer.

—¡Qué hijos de puta! Con razón esa señora dijo que eso le pasaba por revocar a su marido. Diciéndole eso a un niño que no tiene ni puta idea.

Jungkook apretó los puños tan fuerte que casi se queda sin dedos. Mingyu lo nota y trata de saber qué es lo que pasa.

—¿Jeon?

—Dile al padre de Jimin que estamos en mi casa. Ven con él por favor. —logro decir.

—Vale, nos vemos allá.

Cuelga.

—¿Qué pasó Jeon? —insiste Mingyu.

—Al parecer, la madre de Jimin intentó golpear a Jaemin. Dijo Jin que él y Namjoon lo impidieron y llamaron a la policía. Creo que ella sabía que su esposo se llevaría a Jimin. Jin dice que gritó que eso le pasaba por provocar a su esposo.

—Joder.

—Esa mujer está loca. Papá tenemos que hacer algo.

—Hijo, a un no tenemos por donde buscar. ¿sabes de casualidad donde se lo pudo llevar? — le pregunta su padre.

Pero Jungkook no tiene ni la menor idea de donde se lo pudo llevar. Estaba en una situación donde entraba en desesperación. Su Jimin está en peligro y él no tiene ni la menor idea de nada, hasta que recuerda el brazalete.

—Joser, el brazalete que le regale. — dice Jungook llamando la atención.

—¿De qué estás hablando?

—Pues lo que pasa es que le regalé a Jimin una pulsera la cual tiene un botón de pánico para que cuando lo active pueda rastrear dónde está.

—Pero en lo que Jimin aprieta ese botón, hay posibilidades de que ese tipo le tenga las manos atadas. Aunque hay una posibilidad de que pueda darnos su ubicación. — dice el Mingyu.

—La madre de Jimin está detenida en la comisaría. Tal vez ella pueda saber dónde lo llevo.

—Pues hay que ir, no hay que perder el tiempo.

Jungkook tomó su abrigo dispuesto ir por su novio y sacarle la verdad a esa mujer si es necesario. Subieron a los autos y en un par de minutos llegaron. Gong yoo le dijo todo al oficial y este les respondió que está siendo interrogada. Jungkook estaba desesperado. En ese momento el padre de Jimin llega con su esposa.

Al ver a Jungkook fue con él rápidamente.

—¿Jungkook qué fue lo que le pasó a Jimin. —Jaemin está detrás de su padre mirando a Jungkook.

—¿Puede llevarse  Jaemin? No quiero que escuche lo que está pasando. —pide Jungkook pues sabe que Jae puede ponerse muy mal.

La madrastra de Jimin comprende y se lo lleva. Jungkook deja salir un suspiro y le cuenta la situación.

—¿Dónde está mi hijo? —preguntó Hyungsik, su voz llena de preocupación.

Jungkook se levantó y se acercó a Hyungsik.

—Lo siento, señor Park. Minho lo secuestró. Tememos que algo malo le pueda pasar.

—¡¿Qué?! Ese hijo de puta.

Hyungsik se molestó y su rostro se volvió rojo de ira.

—¿Dónde está esa mujer? —preguntó, refiriéndose a su ex esposa.

—Señor Park, sé que ella sabe dónde está Jimin. Ella sabe lo que pasa y no quiere cooperar.

—Necesito hablar con ella. Haré que me diga la verdad a la fuerza si es necesario. —intentó pasar pero los oficiales no le dejaron.

—Tranquilícese señor. Haremos que ella diga donde se llevó a su hijo.

—Ella jamás les dirá nada. Ella me odia.

Los policías intentaron calmar a Hyungsik, pero él no se tranquilizó.

—¡Dejen que hable con ella!— gritó— ¡Si no lo hacen, podría ser demasiado tarde!

Jungkook sabía que Hyungsik tenía razón. Cada minuto que pasaba era crucial para encontrar a Jimin. Pero también sabía que las manos de la policía estaban atadas. No podían hacer nada hasta que no tuvieran más información.

Jungkook se sintió impotente. Quería hacer algo para ayudar a encontrar a Jimin, pero no sabía qué hacer. No mientras esa mujer no coopere. Cada segundo que pasa, Jungkook siente ganas de llorar porque ese tipo debe estar torturando a su novio.

Los gritos del señor Park eran demasiado para él. Se quedó sentando esperanzado con solo tener una pista de lo que podría salvarle. Hasta que…

Jimin entreabrió los ojos, la luz filtrada entre las hojas de los árboles bailaba sobre sus párpados. Una sensación de mareo lo invadió al tratar de incorporarse, pero un dolor sordo en sus muñecas lo detuvo. Sus ojos se abrieron del todo, la realidad lo golpeó con la fuerza de un mazo. Los árboles se movían, no eran los árboles los que se desplazaban, era el auto. El pánico comenzó a apoderarse de él.

Recordó el momento exacto en que había sido golpeado, la traición de su padrastro, Minho. Él quería estar con su padre y su novio. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, calientes y saladas. Intentó mover los brazos, pero estaba atado, inmovilizado. Una ola de terror lo envolvió. Sabía lo que Minho era capaz de hacer, ese tipo era repugnante. Las pesadillas que lo atormentaban desde niño se volvían realidad. Pues esto le paso con un extraño. aunque no llegó a esto porque su padre lo salvó.

El auto se detuvo con un brusco frenazo, Jimin sintió cómo su cuerpo era sacudido. Escuchó la voz de Minho, una risa siniestra que heló su sangre.

—Llegamos, hermoso —dijo, su voz era como aceite sobre el fuego que consumía a Jimin.

El pánico se transformó en un miedo visceral, primario. Intentó forcejear, pero sus esfuerzos fueron en vano. Minho lo levantó como si fuera un muñeco de trapo, su sonrisa era amplia, pero sus ojos eran oscuros y vacíos.

Lo llevó a rastras hacia una casa, una casa que parecía sacada de una película de terror. La puerta se abrió y Jimin fue arrojado al sofá como un saco de patatas. Minho se inclinó sobre él, su aliento fétido rozando su rostro.

—Bienvenido a tu nuevo hogar, precioso —su voz era un susurro amenazante. Jimin se aferró al sofá, las lágrimas corrían por sus mejillas, manchando el suave tejido.

Su mente divagaba, recordando los momentos felices junto a su padre, su hermanito  y Jungkook. La promesa de una vida juntos, lejos de Minho y de sus abusos con su madre. Ahora, esa promesa parecía tan lejana, tan inalcanzable. La desesperación lo consumía, sentía cómo la vida se le escapaba entre los dedos.

Minho se sentó en un sillón cercano, observándolo con una mezcla de diversión y crueldad. Jimin sabía que lo que vendría sería mucho peor que el miedo que sentía en ese momento. Cerró los ojos con fuerza, tratando de bloquear las imágenes que su mente le mostraba. Pero era inútil, las pesadillas se habían hecho realidad.
En ese instante, Jimin se sintió más solo que nunca. Atrapado en una pesadilla sin final, a merced de un monstruo que lo odiaba. Y lo único que podía hacer era llorar, rogar y esperar un milagro que nunca llegaría.

—Seguro que debes tener miedo y deberías. —dice mientras ve a Jimin temblando— Pero esta es tu culpa. Te dije que te alejaras de ese niñato y no me hiciste caso, incluso te acostaste con él sabiendo que tu eres mio.

Jimin intentaba aguantar el asco que le dio cuando comenzó a meter su mano dentro del pantalón. Se tocaba su maldita cosa mientras veía a Jimin.

—Mira lo que provocas en mi. Yo queria ser un buen padrastro, sin embargo no podía dejar de verte y preguntarme ¿Cómo puedo ser un padre cuando mi hijastro está tan bueno? ¿Cómo podría dejar pasar la opotunidad de follarlo, de ser el primero en tocar su cuerpo? Pero tenías que meterte con ese pedazo de imbécil.

Sacó la mano de su pantalón y sonrió.

—Ahora que te tengo solo para mí, puedo quitar todo rastro de ese noviecito tuyo. Verás lo que es un hombre de verdad.

Jimin entró pánico cuando ese tipo se acercó a él, sin embargo solo lo cargo para llevarlo a una habitación algo sucia. Lo dejó sobre la cama y le quitó la cinta de su boca.

—¡AYUDA! ¡ALGUIEN QUE ME AYUDE! —Minho se echó una carcajada.

—Grita todo lo que quieras, nadie podrá oírte. Estamos demasiado lejos como para que intentes huir. Así que no vale la pena que gastes tu dulce voz muñeco. Yo que tu guardo energía para cuando te esté follando.

Jimin negó llorando y estaba por decir algo más cuando Minho lo desató y lo esposó a las barras de cama, donde Jimin vio su linda pulsera.

—Te quedas aquí hasta que prepare todo para tu primera vez conmigo. Vas a gozar como nunca.

—Eres un maldito cerdo.

Minho serie.

—Vamos preciosura, se que me vas a mar.

Jimin miró a Minho con lágrimas en los ojos, su voz temblorosa.

—Mi madre te va a dejar cuando sepa lo que me has hecho —dijo.

Minho se rió, su sonrisa cruel.

—Tu madre fue quien me dio permiso para esto —dijo— Ella me dio permiso para llevarte conmigo.

Jimin negó con la cabeza, su rostro pálido.

—Eso no es verdad —Mi madre jamás sería capaz de algo así.

Minho se acercó a Jimin, su voz baja y amenazante.

—Ella te odia, Jimin. Te odia porque crees que eres mejor que ella. Te odia porque no cumplió con sus sueños y cree que es por tu culpa. Eras un maldito hijo no deseado y ella pensó que con esfuerzo podría amarte, pero no era y no fue así.

Jimin se sintió como si hubiera sido golpeado en el estómago. No podía creer lo que estaba escuchando. Pero todo encajaba. Todo tenía sentido. Ella quería ser una investigadora importante, pero se embarazo joven. ¿Qué culpa tenía él de sus descuidos con su padre?

Minho acarició la cabeza de Jimin, se sintió enfermo. Jimin se alejó, su rostro pálido.

Minho se rio.

—Saldré y espero que te portes bien. Si no lo haces, tu hermanito sufrirá las consecuencias de tus actos .

Jimin se sintió aterrorizado.

—¿Dónde está mi hermano? —preguntó— ¡¿Qué le hiciste, maldito hijo de perra?!

Pero Minho no le respondió. Se marchó, dejando a Jimin solo en la habitación.

Jimin esperó hasta que escuchó el motor del auto de Minho. Luego, apretó el botón de pánico que llevaba en su mano, con la esperanza de que Jungkook viniera por él. Minho era un maldito y su madre… joder ella era peor. Ahora que no está, seguro que novio ya llamó a la policía y deben estar en camino. Hará tiempo suficiente para que la policía y su novio puedan llegar.

—Por favor Jungkookie, ven por mí.

Mientras tanto su novio ya iba en camino con la policía.


Perdón por no actualizar ayer, pero mi cuñada se alivio y tuve que ir con ella a la clínica. Joder, la rajaron, pero todo salió bien.

Perdón por contarles mi vida pero así que se me enojan de porque no actualice ayer.

Se pondrá mejor porque kookie ya va en camino. A rezar todas.

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