08
Kazuha pasó por mi lado a irse y yo me quedé allí. Estaba inmóvil, mi cerebro no procesaba nada más que las palabras anteriores dichas por la pelirroja. Esas palabras que tan simples eran al sonar pero que por dentro lastimaban mucho a mi corazón.
"¿Por qué eres tan mala, Soyoung?"
No tenía forma de justificar aquello, no lo había, y aunque lo hubiera sería un cinísmo de mi parte además de no ser lo correcto. Me lo merecía de todos modos, por ser tan maldita con ellas, pero sobretodo con Kazuha a quien en su momento le tomé bastante cariño. Y sólo pensar en ella me hizo recordar a Lía, aquella chica que siempre se preocupó por mí y reprochaba cuando hacía algo que no estaba bien. Aquella persona que fue abofeteada por mí sin merecerlo. Me sentía fatal por la forma en como trate a ambas, y tal vez no vuelva a encontrar personas como a ellas nunca más.
Estaba por empujar la puerta de la cafetería cuando escuché un golpe seco y un quejido de dolor detrás de esta. Retrocedí unos pasos asustada y frente a mí salieron Wonyoung y Jake. Wonyoung estaba sobando su cabeza mientras que Jake me lanzaba una mirada asesina que me hizo tragar duro.
— ¡¿Acaso estás ciega?! — Wonyoung me gritó y yo retrocedí un paso cabizbaja. — ¡Casi me matas!
— Perdón.
— ¿Crees que pedir perdón resuelve algo? — espetó Jake, Wonyoung me miraba molesta sin quitar la mano de su cabeza con un puchero en sus labios. Esta chica parecía una de esas muñecas de porcelana que tan solo como la toques se rompía en segundos.. ¡Pff! ¡Patético!
— No cabe duda de que eres tan torpe, incluso más que el idiota de Jisung.
Fruncí mi ceño confundida ante la mención de ese nombre.
Quiero decir, sabía que nadie tenía en cuenta la existencia de Jisung, ni siquiera los más populares. Pero me sorprendió que alguien como Jake, que pertenece a un rango más alto de la sociedad lo mencione siquiera.
— ¿Conoces a Jisung?
— ¿Qué si lo conozco? — arqueó una ceja incrédulo, y luego una sonrisa descarada adornó su rostro. — Ese idiota al que todos conocen como un becado no es más que el mismísimo hijo del Director de esta repugnante escuela. ¡Qué va, hasta el imbécil es un suértudo! Es una pena que se vaya por su "problemita".
Me quedé helada. Jamás me hubiera imaginado algo como aquello. Jisung era el hijo del Director y pensar que me había burlado de él, a tal grado de lastimarlo con mis palabras. Pero ¿por qué la necesidad de ocultarlo frente a todo el mundo? Eso era lo único que no entendía de lo que se refería Jake.
— No me digas que no lo sabías, Soyoung. — me giré hacia el chico y negué sutilmente. — Pero claro, se nota que estás muy retrasada en información.
— No es para menos. Ahora que se irá Jisung, supongo que debes buscar una nueva diversión. ¿Verdad, cariño? — mi boca se abrió por la forma en como Wonyoung se había expresado de Jisung. Debo admitir que es hipocríta de mi parte, pero ya estaba sintiendo algo de empatía por el chico. Algo que nunca pensé que pasaría.
Wonyoung le dio una dulce pero falsa sonrisa. Supongo que Jake tenía razón, y tal vez debí suponer lo que había en entre estos dos.
— ¿Y qué "problema" tiene Jisung? — solté áspera haciendo que los dos me miraran. Tal vez les resultó extraña mi pregunta ya que ambos fruncían el ceño sonriendo falsamente.
— Ninguno, sólo es un antisocial de cuarta. — la castaña encogió sus hombros con desdén.
Me dio lástima saber eso, pero la vergüenza que sentía en ese momento por mis acciones no tenía comparación.
Estaba por alejarme de esos dos cuando nuevamente la puerta de la cafetería se abrió, dejándome a la vista una imagen que me dejó con el alma abajo. Era Jaemin abrazando a una chica por el hombro mientras ambos reían como dos tontos. Nunca había visto la sonrisa de Jaemin en tanto tiempo, y juro que en ese momento quería ser yo la causa de esa sonrisa. Me destrozaba ver como ambos se miraban con una dulzura que si pudiera tener en mis manos la aniquilaría.
No voy a negarlo, estaba celosa. Y esos celos me empezaban a comer viva.
Tan pronto como ocurrió, Jaemin volteó hacía mí y su bella sonrisa de hace un rato se había borrado, transformándose en una mirada de odio e indiferencia. Tragué duro por la forma en como me denigraba su mirada, pero por más que quisiera no podía agachar la cabeza, sólo me encogí de hombros.
Jaemin miró a Jake y Wonyoung quienes le dieron una mirada indiferente, cosa que claro, a Jaemin ni siquiera le importó, solo forzó más el agarre en el hombro de esa chica y pasó de largo por nosotros.
No lo resistí más y corrí detrás de él.
— ¡Jaemin!. — apenas toqué su hombro él se dio la vuelta y yo retiré mi mano perpleja. Su rostro estaba severo, mostrándome una fríaldad que me hizo tragar.
— ¿Qué quieres?
— ¿Quién es ella cariño? — la chica lo miraba frunciendo el ceño, pero Jaemin no le dio una respuesta.
— ¿Podemos hablar? — sugerí suavemente, pero con la voz quebrándose.
— Tú y yo no tenemos nada de que hablar. — sentí como si un balde de agua fría me cayera en la cara, al escuchar su voz gélida y enojada. Yo no podía ni siquiera emitir un sonido, las palabras estaban atoradas en mi garganta y el nudo en esta se estaba formando. — Vámonos, amor. — le dijo a la chica pero en el momento en que se giraron los dos, desesperadamente tomé a Jaemin del brazo, impidiendo que me dejara allí.
— ¡Jaemin, por favor! — sostuve su brazo mirándolo con desesperación, con miedo a que se fuera sin antes escucharme. Pero estaba claro que él ni siquiera querría hacerlo.
— Soyoung suéltame.
— ¡Sólo escucha!. — le supliqué con los ojos al borde de las lágrimas. Sólo quería que me escuchara y listo.
— ¿Puedes dejar a mi novio en paz, por favor? — me volteé perpleja hacia la chica quien me miraba algo molesta a pesar de su serenidad.
Lo menos que hubiera querido escuchar era eso...
Sentí como si tomaran mi corazón y lo estrujaban. Las próximas lágrimas cayeron una por una hasta mi barbilla para cuando miré a Jaemin. Él no parecía sentir ninguna clase de compadecimiento por mí, no era de esperarse, sabía que por más que lo intentara él ya no me amaba. Y lo más crudo era saber que yo era la causa por ese amor moribundo.
Mis manos soltaron su brazo lentamente, él rodeo los hombros de la chica dándome la espalda, alejándose de mí.
(...)
No dejaba de llorar mientras iba en el autobús que me llevaba a casa. Estuve tratando de contenerme pero me fue imposible, incluso una mujer mayor se atrevió a preguntarme que era lo que me pasaba, pero yo traté de convencerla de que no era nada importante.
Incluso estaba pensando en mandar un mensaje a Lía para disculparme, pero sé que ella no querrá hablarme. Lo único que necesitaba en ese momento era desahogarme con alguien, pero era evidente que no tenía con quien contar.
Llegué a mi casa y abrí la puerta de esta después de prepararme mentalmente para que ninguno de mis padres empezaran a preguntar lo que me pasaba.
Mi madre estaba alistando la mesa para cenar, y en cuanto me miró su rostro se iluminó de felicidad.
— ¡Soyoung, que bueno que llegas. Te tengo una buena noticia!
— ¿Voy a tener un nuevo hermanito? — bromeé sin emoción y ella negó riendo.
— No cariño, tu padre por fin ha conseguido su título y ahora trabajará conmigo en el despacho. — mis ojos se agrandaron en cuestión de segundos, la sorpresa era tan grande que ni yo lo podía creer. Tal vez por eso era que no lo veía mucho tiempo en casa. Pero que digo, en ese momento me sentía muy orgullosa de mi padre.
El sonido de la puerta abrir y cerrarse me hizo girar hacia la misma, para ver a mi padre vestido de traje negro y un portafolio en su mano como todo un abogado. Una sonrisa se abrió en mis labios y corrí hacia él para lanzarme en sus brazos felizmente.
— ¡Papá, que bueno que llegas! — en ese momento me dí cuenta que él no me estaba abrazando. Subí la mirada para ver como su semblante estaba sombrío, sin ninguna emoción que hizo temblar mi columna. Me separé lentamente confundida y temerosa por su reacción.
— ¿Ahora si soy lo suficiente para ti? —
sus palabras me llegaron como clavos al pecho, y las próximas palabras que dijo me destrozaron el alma. — ¿Qué? ¿Sigo siendo un tipo mediocre para ti? ¿O es que me falta algo más para tener tu aprobación?
— Papá, yo...
— Sirveme la cena. — le ordenó a mi madre y pasó por mi lado ignorándome. De pronto caí en la razón de que este no era mi padre, aquel hombre dulce, atento y amable había desaparecido. Y no me digan quien es la causante de eso porque la respuesta ya la sé.
Me acerqué a la mesa con cautela y me senté a su lado.
— Papá. ¿Podemos hablar?
— Yo no tengo nada que hablar contigo. — juro que me quebré en ese instante, Jaemin podía lastimarme de mil maneras, pero mi padre se había convertido en mi dolor más grande. Me estaba arrepintiendo de todo lo que le había hecho, pero ya era demasiado tarde. — Ahora ya no me molestes, dejéme en paz. — y con eso me levanté de la mesa y corrí hacias las escaleras.
Cerré la puerta de mi habitación y me recargué sobre esta, a tal punto que me dejé deslizar hasta que sentí el suelo. Junté mis piernas para abrazarlas mientras no dejaba de llorar. Me sentía una mierda por lo que había hecho, por haber despreciado a tantas personas que me querían de verdad y yo no valoré en su momento. Me sentía tan sola, tan vacía, tan desesperada por no saber que podía hacer, pero ya era evidente que no se podía hacer nada. Solté un sollozo fuerte y me dejé acostar en el suelo.
Y entonces desperté...
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