01

— ¡No puedo creer que me estés haciendo esto, Na Jaemin! — le grité a mi novio enfadada con los puños cerrados. — Quedamos en ir este Sábado al cine, ¿Y tú me sales con que debes cuidar a tu madre porqué se enfermó? ¿Qué te pasa, acaso no te importo?

— Soyoung, sólo será por esta vez. No es culpa de mi madre que haya enfermado desde ayer. ¡No puedes decir algo como eso!

— Pero es que ya habíamos quedado, me lo prometiste. ¿Acaso no soy importante para ti? — renegué cual niña pequeña, aplastando mi pie sobre el suelo, con un puchero en mis labios.

Jaemin se llevó una mano a la cara como quitándose el estrés. La única que debe estar así soy yo en momentos como este.

— Mi amor, eres muy importante para mí. Pero no puedo dejar a mi madre, tienes que comprenderme, ella es todo lo que tengo...

— ¿Y yo? — me volteé con ira. — ¿Yo que soy para ti entonces, eh? ¿Acaso no soy suficiente para ti? — por fin alzó la cabeza, y sus ojos se volvieron oscuros,  algo que realmente me asustó.

— ¿Sabes qué, Soyoung? Eres insoportable. Te amo pero no puedo estar con alguien tan insensible como tú.

Mi boca se abrió de par en par.

— ¿Me estás terminando?

— No te estoy terminando, sólo te estoy aclarando las cosas. No puede ser que
te importe más una estúpida salida que la salud de mi madre.

— Pues sino querías salir conmigo por allí hubieras empezado.

— Amor... — intentó poner sus manos sobre mis hombros pero me moví.

— No. ¿Sabes qué? Mejor le preguntaré a Yuta si quiere salir conmigo. ¡Él es mucho más hombre que tú! — su boca estaba entreabierta, y sus ojos se cristalizaron. ¡Bien hecho, Kim Soyoung, la cagaste! No pude evitar sentirme mal al verlo así, pero Jaemin era un total desconsiderado en poner a su madre antes que a mí. Digo, ¿no puede alguien más aparte de él cuidarla? Siempre tiene que ser Jaemin.

— Pues si piensas así... vete con él. — su voz se cortó en un hilo, y las primeras lágrimas salieron de sus ojos. Sentí una opresión en el pecho, pero la ignoré gracias a mi orgullo.

— Bien, lo haré. — me encogí de hombros con indiferencia y dejé solo a Jaemin en el patio de la Universidad.

(...)

Llegué a la cafetería y me senté en la mesa frente a Lia. Mi mejor amiga. Ella comía un Sandwich y cuando vio mi cara lo dejó aun lado para hablar conmigo.

— ¿Qué pasó ahora? — dijo como si adivinara que peleé con Jaemin. Solté un suspiro antes de hablar.

— Jaemin me canceló nuestra cita porque su madre está enferma. — solté con todo el enojo que traía dentro de mí. Pensé que Lia estaría de acuerdo conmigo, sin embargo, su rostro se entristeció.

— ¡Dios, mío! ¿Ella está bien?

— ¿Qué te pasa, Lia? ¿No ves que me siento mal?

— No debes estarlo tanto como supongo que lo está la mamá de Jaemin. — soltó un tono acusador. Yo me reincorporé en mi lugar fulminandole con la mirada.

— ¿Qué me quieres decir?

— Que no deberías culpar a la señora Na solo por estar enferma. Nadie espera a enfermarse, Soyoung. Entiende.

— Yo no estoy culpando a nadie.

— Pues por la actitud que estás tomando lo parece. — Lia se cruzó de brazos, recargando la espalda en el repaldo de la silla.

— Yo solo quiero que Jaemin esté siempre conmigo, es todo. ¿Es mucho pedir?

— No, no lo es. Pero para que te quede claro que una madre está antes que todo en este mundo.

— ¿Así que estás de acuerdo con él?

— Sí, Soyoung. No eres más insensible porque no eres más insegura. — abrí mi boca con indignación. ¿Quién se creía Lia para hablarme así?

— No soy insegura.

— Lo creas o no, lo eres. Desde que estás con Jaemin has tomado una actitud bastante diferente. ¿Qué te ha pasado, Soyoung? Tú no eras así.

— Debes estar loca.

— ¿Por qué estaría loca? Solo te estoy diciendo la verdad.

— Si fueras mi amiga, me apoyarías en todo, y no estarías criticándome como Jaemin.

— Yo no te estoy criticando, solo trato de ayudarte. Eres mi mejor amiga.

— Pues tal vez ya no quiera ser tu mejor amiga. ¿No crees que es mejor así? — los ojos de Lia se afligieron. Yo no entiendo porque se hace la víctima en un momento como este.

— Así que... ¿Ya no soy tu amiga?

— Yo no dije eso, solo dije que tal vez ya no quiera.

— Estás ciega, Soyoung. — negó la cabeza lentamente.

— ¡Ja! ¿De amor o qué?

— Tal vez no de amor porque se nota que no sabes lo que es. Pero él que debe estar ciego de amor, es Jaemin. — me giré hacia Lia, con una mirada de odio. — Tal vez él si esté ciego, por haberse fijado en una insensible como tú. — no le dí más tiempo de hablar. Me levanté y la abofeteé. ¿Cómo se atrevía a decirme eso? Cuando ha sido mi mejor amiga desde hace 14 años.

— No quiero que me dirijas la palabra nunca más. — escupí y me fuí de allí.

Salí hacia el pasillo hecha una furia. Mis pensamientos no iban fijos en el camino cuando tropecé y caí sobre de alguien.

— So-soyoung... — en cuanto me levanté supe que era Jisung con quien me había tropezado. Le miré con mala cara, por su culpa me había caído y probablemente alguien nos pudo haber visto sino fuera porque los pasillos estaban desiertos en horas libres. — Soyoung, lo lamento... — se puso de pie pidiendome disculpas, pero no necesitaba las disculpas de un tonto becado muerto de hambre.

— No necesito tus disculpas, solo necesito que te apartes de mi camino. — pateé uno de sus libros sobre el suelo que se le cayeron y me fuí.

(...)

Llegué a mi casa y a la primera persona que encontré en la sala, fue a mi madre.

— ¿Cómo te fue cariño? — se levantó del sofá dejando su lapto. 

— De la mierda. — me senté sobre el sillón frente a ella.

— Soyoung, no digas palabrotas. — rodé los ojos ante su regaño.

— No es como si no supieras que las digo. — me encogí de hombros.

— ¡Soyoung! — me llamó fuertemente. Trató de calmarse y se sentó de nuevo. — Dime ¿Qué fue lo que pasó?

— Nada. Sólo que el estúpido de Jaemin me canceló nuestra cita al cine.

— Debe haber una razón para eso. ¿No lo crees?

— Si lo hay. Su madre.

— ¿Qué tiene que ver ella?

— Está enferma, y Jaemin tiene que quedarse a cuidarla.

— ¿Y solo por eso es que te enojas? — me miró con severidad. Yo me encogí de hombros sin saber porque.

— Él me lo prometió.

— No puedes ser tan insensible, hija.

— ¿Eso fue lo que tú me enseñaste, no?— me levanté del sofá enojada, enfrentándola.

— ¿Qué son esos gritos? — mi padre apareció de la cocina hacia nosotras, con preocupación.

— Tu hija está molesta con su novio porque tiene que cuidar a su madre que enfermó. — mi madre se cruzó de brazos y yo también.

— Soyoung, no debes enfadarte. Tienes que comprender a Jaemin. — mi padre acarició mi cabeza con dulzura, pero yo me alejé.

— No puedes seguir así, corazón. Debes cambiar de parecer, no todo lo que quieras será como tú lo quieras ni en el momento en el que tú quieras. — dijo mi madre tratando de hacerme razonar, pero yo sabía que no estaba en lo cierto.

— Las cosas serían más fácil si se hicieran como yo quisiera. No tendría un novio ausente como Jaemin y una amiga criticona como Lia.

— ¿No puedes entender que solo se preocupan por ti? — me dijo mi padre. Pero eso solo me hizo enfurecer más.

— Si se preocuparan por mí, no estaría así. Además, ¿Tú por qué lo dices? ¿Tienes algo en mi contra?

— No no, hija. Solo quiero hacerte entender las cosas para que no sufras.

— ¡¿Yo sufrir? He estado sufriendo toda mi vida. Con mi novio, con mi mejor amiga, en la escuela y por supuesto con ustedes también!

— Soyoung, por favor. No sigas pensando así... — mi padre trató de tranquilizarme, pero me fuí hacia él.

— No necesito el consejo de alguien que ni siquiera ha terminado la primaria.

— ¡Kim, Soyoung! — mi madre gritó y me abofeteó. Sostuve mi mejilla y me volví hacia ella, luego a mi padre. Él lloraba en silencio, pero yo los miraba con desdén.

Subí las escaleras y me encerré en mi habitación. Me senté en mi cama, y las lágrimas salieron por si solas. Pronto, la puerta se abrió y no había necesidad de voltear para saber quién era.

— Todo es mi culpa, Soyoung. — la voz de mi madre resonó en la habitación. Yo me estremecí. — Soy la única culpable por haberte malcriado tanto. Por llenarte la cabeza de ideas absurdas e inmundicia. Pero si tanto nos detestas, detestas a tu padre por no ser como tú quieres que sea, mañana mismo puedes tomar tus cosas e irte de esta casa.

Me giré rápidamente a ella.

— ¿Me estás corriendo?

— No, hija. Solo digo que si no eres feliz con nosotros, ni con nadie, eres libre de hacer lo que quieras. — con eso salió de la habitación. Dejándome sola.

Odiaba a mi madre, pero más a mi padre por ser un mediocre con un trabajo mediocre, si hubiera estudiado más como mi madre, que se comvirtió en abogada, él no estaría haciendo en estos momentos como velador del Museo más abundante de Corea. Ja, como si eso fuera suficiente.

Mi novio era un idiota. ¿Cómo puede dejarme en segundo lugar por su madre? Seguramente ni es tan grave lo que tiene. Mi mejor amiga era una estúpida, más que eso, salió igual que Jaemin. Criticadores. La escuela era una mierda en una palabra. Yo no quería seguir estudiando, pero mis padres me obligaron para que mi futuro no fuese un fracaso. ¿De qué servía estudiar si solo era tiempo perdido?

Como fuera que sea, mañana volvería a ir. Y tenía que seguir soportando todo lo que había a mi alrededor.

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