🌹࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮4 」

«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝖼𝗎𝖺𝗍𝗋𝗈»... [𝖮4]

❝𝗖𝗲𝗿𝗰𝗮𝗻𝗶̄𝗮 𝗽𝗲𝗹𝗶𝗴𝗿𝗼𝘀𝗮❞

El calor de la tarde bañaba los establos con una luz dorada que se filtraba entre las rendijas de madera. El sonido de los caballos relinchando y el crujir de la paja bajo los pasos resonaban en el ambiente, mezclándose con el tenue aroma a cuero y sudor de los animales. Jeon, vestido con su habitual túnica de trabajo, dedicaba su atención a cepillar a una de las yeguas más dóciles del establo. Sus movimientos eran precisos y metódicos, como todo lo que hacía en su rutina diaria.

Aunque estaba acostumbrado a concentrarse exclusivamente en sus tareas, en los últimos días había sentido algo diferente, algo que no se atrevía a reconocer. Había notado, aunque de manera sutil, la presencia de Jimin. Sus ojos, tan expresivos como un cielo de tormenta, parecían seguirlo en silencio desde la distancia. Jeon se obligaba a ignorarlo, a recordarse que cualquier interacción más allá de la estricta formalidad podría acarrear consecuencias graves. Después de todo, Jimin era el prometido del príncipe Min, y él no era más que un humilde caballero al servicio del reino.

Sin embargo, aquella tarde todo parecía alinearse para que sus caminos se cruzaran. Jimin, envuelto en una ligera capa de color crema que contrastaba con la palidez de su piel, apareció en la entrada del establo. Sus pasos eran inseguros, como si dudara si debía o no estar allí. Jeon, al notarlo, se enderezó y dejó el cepillo sobre un banco cercano, inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto.

━ Su alteza ━ saludó, manteniendo su tono neutro y profesional ━. ¿Puedo ayudarle en algo?

Jimin titubeó un momento antes de responder, sus ojos bajaron hacia el suelo, incapaces de sostener la mirada de Jeon por mucho tiempo.

━ No quería interrumpir ━ dijo en un susurro ━. Solo... necesitaba aire.

Jeon asintió lentamente, comprendiendo lo que las palabras no decían. Había escuchado rumores sobre la tensión en los preparativos de la ceremonia y sobre la estricta vigilancia a la que estaba sometido el joven prometido. Aunque sabía que no era su lugar inmiscuirse, no podía ignorar la fragilidad que parecía envolver a Jimin.

━ Entiendo ━ respondió Jeon ━. Los establos pueden ser un lugar tranquilo para despejarse. Si desea, puedo mostrarle algo que tal vez le ayude a relajarse.

Jimin levantó la mirada con un atisbo de curiosidad, aunque la duda seguía reflejada en sus ojos.

━ ¿Qué sería eso? ━ preguntó, con una voz que apenas era audible sobre el ruido de los caballos.

Jeon se acercó a uno de los corceles más elegantes del establo, un caballo negro de crin brillante y porte majestuoso.

━ Este es Onyx, uno de los caballos más tranquilos y leales del reino ━ dijo, acariciando suavemente el cuello del animal ━. Si su alteza gusta, podría montarlo. Es una experiencia que suele calmar la mente.

Jimin retrocedió un paso, como si la propuesta fuera demasiado atrevida.

━ No sé montar ━ confesó, su voz teñida de un leve nerviosismo ━. Además, no estoy seguro de que deba hacerlo.

━ No necesita preocuparse ━ aseguró Jeon, con una calma que parecía desarmar cualquier objeción ━. Onyx es dócil, y yo puedo guiarlo. Solo si usted lo desea, claro.

Hubo un silencio tenso, en el que Jimin parecía debatirse consigo mismo. Finalmente, asintió, aunque su postura aún reflejaba cierta reserva.

━ De acuerdo ━ dijo, más para convencerse a sí mismo que a Jeon ━. Pero si algo sale mal...

━ Nada saldrá mal ━ interrumpió Jeon, con una leve sonrisa que parecía surgir de lo más profundo de su ser ━. Lo prometo.

Con cuidado, Jeon ayudó a Jimin a montar a Onyx. Sus manos firmes sostuvieron la cintura del joven mientras lo levantaba, y por un breve instante, ambos sintieron la cercanía de sus cuerpos. Jimin no pudo evitar un leve sonrojo, pero Jeon se mantuvo profesional, enfocándose en ajustar las riendas y asegurarse de que todo estuviera en orden.

Una vez que Jimin estuvo cómodamente sentado, Jeon tomó las riendas y comenzó a guiar al caballo alrededor del establo. Los movimientos de Onyx eran suaves, y poco a poco, Jimin comenzó a relajarse, permitiendo que una pequeña sonrisa asomara en su rostro.

━ Es... diferente a lo que imaginé ━ admitió, con un tono que denotaba una mezcla de sorpresa y alivio ━. Pensé que sería más difícil.

━ Solo necesita confianza ━ respondió Jeon, caminando al lado del caballo ━. A veces, lo más complicado es atreverse a intentarlo.

Mientras avanzaban, Jimin se permitió observar a Jeon con más detenimiento. Había algo en su manera de hablar, en sus gestos y en su presencia que lo hacía sentir... seguro. Era una sensación extraña, casi desconocida para alguien que había vivido bajo constantes órdenes y expectativas.

━ Gracias ━ dijo de repente, rompiendo el silencio ━. Por esto.

Jeon se detuvo y levantó la mirada hacia él, sorprendido por la sinceridad en su voz.

━ No tiene nada que agradecer, su alteza ━ respondió, con un leve tono de humildad ━. Es mi deber servirle.

Jimin negó con la cabeza, su mirada ahora más firme.

━ No me refiero solo a eso ━ aclaró ━. Creo que... no recuerdo la última vez que alguien me ofreció algo sin esperar nada a cambio.

Por un momento, Jeon no supo qué decir. Había algo en esas palabras que le llegó al corazón, aunque sabía que no debía permitir que sus emociones nublaran su juicio.

━ Si puedo serle de ayuda, siempre estaré aquí ━ dijo finalmente, inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto.

Cuando Jimin bajó del caballo, con la ayuda de Jeon, ambos compartieron un breve intercambio de miradas. No se dijeron nada más, pero el silencio estaba cargado de algo que ninguno de los dos podía describir.

Mientras Jimin regresaba al palacio, su mente seguía repasando aquel encuentro. Había algo en Jeon que lo intrigaba, algo que lo hacía sentir... vivo. Pero sabía que esos pensamientos no tenían lugar en su mundo, uno regido por obligaciones y restricciones.

Por su parte, Jeon observó cómo Jimin se alejaba, consciente de que lo que sentía era peligroso, pero incapaz de ignorarlo.

El salón estaba cargado de una solemnidad casi palpable, rota únicamente por el murmullo de las voces que discutían cuestiones de estado. Min Yoongi, sentado a la derecha de su padre, mantenía una postura rígida, su semblante frío como una máscara cuidadosamente construida. Aunque participaba en la conversación, su tono era seco, calculado, como si cada palabra fuese una pieza de ajedrez que movía con estrategia.

El rey Min, su padre, era un hombre imponente, tanto en presencia como en autoridad. Sus ojos oscuros parecían perforar todo lo que miraban, y su voz resonaba con la fuerza de alguien que estaba acostumbrado a ser obedecido sin réplica. Entre ellos, la relación se había convertido en un campo de batalla silencioso: Yoongi tratando de mantener su independencia, y el rey constantemente recordándole sus deberes y su lugar.

La reunión se vio interrumpida cuando un sirviente entró al salón, sosteniendo una bandeja con copas de agua. El joven se movía con precisión, como si temiera cometer el más mínimo error frente a aquellos hombres. Al llegar a la mesa, dejó la bandeja con cuidado y se dispuso a servir.

━ ¿De dónde es exactamente tu prometido? ━ preguntó de pronto el rey, su voz cortante atravesando el aire.

El comentario tomó a Yoongi por sorpresa, pero no lo demostró. En cambio, tomó una de las copas de agua, ignorando deliberadamente la pregunta.

━ De un pequeño reino vecino ━ respondió finalmente, con desdén apenas oculto ━. No tiene mayor relevancia.

El sirviente, que todavía se encontraba cerca, levantó la mirada de manera instintiva, como si algo en esas palabras hubiese llamado su atención. Sin embargo, antes de que pudiera retirarse, el rey fijó su atención en él.

━ Tú ━ ordenó, con una dureza que hizo que el joven se detuviera en seco ━. ¿Qué sabes de Jimin?

El sirviente se tensó, sus manos temblando ligeramente.

━ Yo… no mucho, su majestad ━ balbuceó ━. Solo sé que esta tarde estuvo en los establos.

La mirada del rey se agudizó, y Yoongi, aunque permaneció inmóvil, sintió un nudo formarse en su estómago.

━ ¿En los establos? ━ repitió el rey, con una peligrosa calma ━. ¿Y qué hacía allí?

━ Montando a caballo… con el caballero Jeon Jungkook, su majestad.

El silencio que siguió a esa declaración fue ensordecedor. El sirviente, al darse cuenta de su error, inclinó la cabeza rápidamente, como si eso pudiera borrar lo que había dicho.

━ Retírate ━ ordenó el rey, su tono glacial.

El joven obedeció de inmediato, dejando el salón con pasos apresurados. Yoongi permaneció en su lugar, pero su mente trabajaba a toda velocidad. Aunque no lo admitiera, las palabras del sirviente habían encendido algo en su interior. Una chispa de celos, pequeña pero imposible de ignorar, comenzó a quemarle la paciencia.

━ ¿Esto es cierto? ━ preguntó el rey, fijando su mirada en Yoongi ━. ¿Tu prometido estuvo con otro hombre, y tú ni siquiera lo sabías?

Yoongi apretó los dientes, odiando la situación en la que se encontraba.

━ No es relevante ━ respondió, intentando mantener su compostura ━. Jimin puede distraerse como lo desee mientras no interfiera con los preparativos.

Pero el rey no estaba dispuesto a dejar el tema. De un movimiento rápido, se levantó de su asiento y se acercó a Yoongi, inclinándose sobre él con una intensidad que helaría la sangre de cualquiera.

━ ¿No es relevante? ━ repitió, su voz baja pero llena de amenaza ━. ¿Esa es tu respuesta?

Antes de que Yoongi pudiera reaccionar, sintió el golpe. La bofetada resonó en el salón, y el dolor ardió en su mejilla como un recordatorio brutal de su posición. No se movió ni dijo nada, aunque sus manos se cerraron en puños bajo la mesa.

━ Eres una vergüenza ━ espetó el rey ━. Tu madre jamás habría permitido algo así. Ella era obediente, leal. Si le decía que saltara, lo hacía sin preguntar por qué. Pero tú… tú no tienes control ni siquiera sobre tu prometido.

Yoongi levantó la mirada, encontrándose con los ojos furiosos de su padre. A pesar del ardor en su mejilla y la humillación que sentía, mantuvo su expresión impasible.

━ Como no te importa, ¿entonces debería castigarlo yo? ━ preguntó el rey, casi burlándose ━. Tal vez eso lo enseñe a comportarse como debe.

━ No ━ respondió Yoongi, con un tono firme que sorprendió incluso a su padre ━. Jimin no necesita castigos. Yo me encargaré de él.

El rey lo observó por un momento, como si intentara medir la sinceridad de sus palabras. Finalmente, retrocedió, aunque la desaprobación seguía claramente escrita en su rostro.

━ Más te vale ━ advirtió ━. Porque si vuelve a ocurrir algo como esto, no seré tan indulgente.

Sin decir más, el rey regresó a su asiento, retomando la discusión como si nada hubiera pasado. Yoongi, por su parte, permaneció inmóvil, con la mejilla aún enrojecida por el golpe. Aunque su exterior seguía proyectando una fachada fría y controlada, en su interior hervía de furia.

No era solo el golpe lo que lo enfurecía, aunque el dolor físico era real. Era la humillación, la constante comparación con su madre, la sensación de estar atrapado en una jaula dorada, donde cada acción suya era observada y juzgada.

Finalmente, cuando la reunión terminó, Yoongi se retiró sin decir una palabra. En su habitación, se miró en el espejo, observando la marca rojiza que se extendía por su piel. Sus dedos rozaron el área con suavidad, y por primera vez en mucho tiempo, permitió que una pequeña grieta apareciera en su fachada.

━ Ridículo ━ murmuró para sí mismo, apretando los dientes mientras se alejaba del reflejo ━. Todo esto es ridículo.

Pero aunque intentaba convencerse de que su enojo era solo por la humillación, no podía evitar pensar en Jimin, y en la inquietante idea de que su prometido pudiera estar más interesado en aquel caballero de lo que estaba en él.

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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09

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