Capítulo Veinticinco.
Siete con treinta minutos de la tarde.
SeokJin revisaba su reloj de muñeca cada ciertos segundos, desesperado porque sus DOS hijos no aparecían a pesar de las amenzas anteriores de darles una comida casi de la basura.
Y no es que estuviera enojado, no del todo, más bien dicho estaba preocupado, había mucha gente en el centro de Seul y más cuando eran festivales nacionales que represantaban al país. La gente se amontonaba como gallinas y cualquier accidente podía pasar en cualquier momento.
Además de que sus hijos eran muy hermosos y no dudaba que cualquier cazatalentos los sobornaran para llevárselos a debutar en un boygrup donde serían maltratados por otros integrantes, les darían de comer solamente pechuga de pollo con sal, agua y levantarlos a las cuatro de la mañana para entrenar doce horas al día. Debutarían muy jóvenes siendo humillados por otros grupos con más trayectoria mientras regalan folletos para ir a su concierto gratis porque su empresa estaba en quiebra, les harían blackocean en ocasiones y y y y...
Jin era muy paranoico.
Finalmente la cabellera rubia de su hijo primogénito apareció con las mejillas sumamente sonrojadas tomada del brazo de YoonGi quién de vez en cuándo le susurraba cosas al oído.
La sonrisa de JiMin se esfumó en un segundo al ver la cara seria de su padre y a su otro padre cargar a su hermano ya dormido.
- Hola...- saludó tímido y Jin se cruzó de brazos.
- Casi cuarenta minutos tarde, y llegas sin tu hermano- contestó de inmediato y antes de que el menor pudiera contestar YoonGi interrumpió.
- Señor Kim, lo siento. Fue mi culpa; distraje a JiMin más tiempo con los chicos y-
- No- interrumpió el mayor-. YoonGi sé que no fuiste tú porqué JiMin tenía órdenes muy claras y está lo suficientemente grande cómo para saber que las tiene qué obedecer.
- Papá, de verdad lo siento, no me di cuenta de la hora, me estaba divirtiendo mucho-
- Hablaremos de esto en casa, en cuánto encontremos a tu hermano. Pensé que estaba contigo, les dije que regresarán juntos.
- Nos separamos después de un rato, estaba con HoSeok.
- Entonces está bien- esta vez interrumpió NamJoon acercándose a los demás, viendo de reojo a YoonGi con una miradita seria e indiferente.
- No saquemos conclusiones, aún hay mucha gente alredor y posiblemente no esté muy lejor. Llamaré a su celular de todos modos y nos encontraremos en la torre de Seúl. ¿Entendido?
Todos asintieron y antes de que JiMin pudieras retirarse de nuevo a lado de Min, Jin lo tomó por los hombros y lo empujó con él, diciéndole a YoonGi que sería mejor que fuera a casa y que le avisarían cualquier cosa.
No es que le cayera mal el casi novio de su hijo, de hecho lo encontraba lindo y divertido, todo estaba bien mientras su hijo se sintiera cómodo a su lado. Pero la situación lo hacía ponerse tenso y la verdad es que quería llegar a su casa y descansar después de un largo día.
Pero la familia no estaba completa y si no estaba completa entonces no se descansaba. Y así, lo único que podía hacer era buscarlo y encontrarlo.
Pero los minutos pasaban, Jin y NamJoon estaban en contacto por llamadas y seguían sin encontrar a TaeHyung. No contestaba sus llamadas ni los mensajes, no lo encontraban por ningún lado y la gente comenzaba a irse lentamente dejando solamente a los más jóvenes que querían divertirse.
El sol ya se había ocultado y las luces de los negocios junto con las de la calle se encendieron de un momento a otro. Aún así TaeHyung no aparecía.
Por otro lado NamJoon respiraba nervioso, entrecortado y no por tener al menor de sus hijos cargado entre sus brazos aún dormido. El hecho de pensar que su hijo mayor desapareció y no tenían contacto alguno por nignun lado le ponía de nervios.
No quería perderlo una segunda vez y el hecho de solo pensar que podía perderlo y no verlo en otros diecisiete años le daba pánico.
Por un momento NamJoon se encontró en medio de la plaza, con los puestos a su alrededor, la gente lo esquivaba y por un momento sintió que todo le daba vueltas.
- Buscando a Papá –
TaeHyung nunca había sentido la incomodidad junto con los nervios, no tanto cómo ésa vez.
Cuando era más chico admitia que la mayoría de los días y de las noches se la pasaba inquieto o temereso de lo que ya sabía que pasaría. De los gritos por parte de su madre, de los golpes que le daban aquellos hombres a su madre y en algunas ocasiones a él.
Así que regresar a la casa en la que vivió muchos años rodeado de la miseria y la violencia, le hacían sentir muy incómodo y en cierta parte sucio de regresar.
Había estado viviendo una vida muy lujosa que lo malacostumbró a lugares como ése.
La casa era diferente, seguía igual de sucia pero habían diferentes muebles, acomodados de manera disitinta a las que él recuerda, las cortinas parecían nuevas pero a su vez empezando a ensuciarse.
Arrugó la nariz por un segundo ante el mal olor que también había olvidado y fijo la vista hacia él.
Frente a sus ojos, se enconrraba Jonh, el novio de su difunta madre. Quien sólo servía para causar problemas, vender drogas y golpearlos para su diversión.
Se veía igual de arrogante y por más que eso no parecía el típico vagabundo drogadicto que se veía en las películas. Era más bien algo dedicado a su persona, sabía que Jonh no vivía ahí, que usaba su antigua casa como punto de ventas. Jonh vivía con su madre y es por eso que bien o mal, a miserias igual su imagen era muy distinta a la de cualquier otra persona.
La mamá de Jonh era la señora Seo. La misma señora quien había cuidado de él por algún tiempo y se esforzó en llevarlo a la primaria para que no fuera un analfabeta.
Aún no entendía cómo el hijo de aquella señora amable y linda era una porquería cómo lo era el hombre frente a sus ojos.
Dejó de lado sus pensamientos cuando Jonh sacó un cigarrillo de su bolsillo y lo encendió con un fósforo. Él se cruzo las piernas muy masculino sentado en el viejo sillón y se recargó después de darle la primera calada al cigarrillo.
- Qué es lo que quieres- comenzó Kim y el contrario le sonrió sin gracia-. Insististe en que viniera, amenzaste en que le harías daño a mi familia ¿y sólo para que te quedarás callado?
- Pensé en que deberías ver primero tu casa, digo, viviste aquí por tanto tiempo. Tiene algunos cambios pero creo que el ambiente sigue siendo el mismo-
- Cállate y dime qué es lo que quieres- interrumpió d golpe y Jonh esta vez rió sin gracia dejándo de lado el cigarrillo.
- Se nota qué vives bien. Lo apuntó con un movimiento de cabeza, notando así su ropa de marca limpia y bien planchada.
- Eso no te interesa-
- Claro que me interesa- interrumpió esta vez él, borrando su sonrisa de golpe-. ¿Creíste que te busque por tanto tiempo solo porque te extrañaba?- rió con gracia-. He venido a cobrar todo lo que me debes.
TaeHyung frunció el ceño.
-¿Lo que te debo?
- Sí- asintió seguro esta vez acomodándose una vez más en el sillón-. Tu madre y tú vivieron a mis costillas, comiendo de mi comida y durmiendo bajo mi techo.
TaeHyung soltó un ja con gracia fingida mientras acomodaba los cabellos rebeldes que se escapaban en su frente.
- No me hagas reír- murmuró lo suficiente como para que Jonh lo escuchara-. ¿Quieres qué te pague la comida que me dabas? Deja salgo a la calle y te traigo una bolsa de basura que eso era lo que yo comía. ¿Quieres qué te pague el techo en el que dormía? deja te traigo una puta caja de cartón y un colchon roto.
Los dos borraron sus sonrisas socarronas viéndose fijamente.
- Hasta la basura cuesta, niño- siguió el mayor-. Me debes dinero que inverti no solamente en tu gourmet de basura, sino también en toda la droga que tu querida madre consumia.
- ¿Quieres cobrar tu droga? Te paso la dirección del cementerio y la ubicación de la lapida en la que está enterrada mi "querida madre" para que vayas y le cobres a ella.
Hizo comillas con los dedos de sus manos y casi al insante Jonh se levantó de golpe aventado la pequeña mesa de centro desgastada hacia una de las paredes donde terminó de romperse.
El hombre mayor avanzó hacia TaeHyung quién sintió el corazón en la garganta por los ojos llenos de furia del contrario, aún así no se movió ni mucho menos flaqueo sus piernas.
Finalmente Jonh lo tomó de la quijada en un fuerte y apretado movimiento que lo hizo fruncir levemente el señor por el dolor.
- No estoy para juegos, niño estúpido. Tu familia es de dinero, sé que es de mucho dinero y qué pueden pagar más de lo que tú piensas, así que si no quieres que les cause un gran daño debes pagarme todo lo que me debes.
Aún con miedo, TaeHyung se armó de valor y soltó una risita con suma gracia para seguir hablando aún apresado por las manos del mayor.
- Tienes razón, ellos tienen mucho dinero. Pero si revisas mi cartera solo vas a encontrar dos dólares, no sé como espereas que saque dinero de su tarjeta sin que se den cuenta, idiota. Y en caso de que tenga que pagar algo, no sería a ti, sino a la señora Seo.
Ante esas palabras, Jonh sonrió burlón soltando de golpe al menor quien no tardó en masajear su quijada ya roja.
Él soltó una pequeña risita, y viéndolo fijamente siguió.
- ¿A la señora Seo? ¿Te refieres a mi madre? Si quieres te paso la dirección del cementerio y la ubicación de su lápida donde está enterrada para que vayas y le pagues.
TaeHyung se paralizó ante esas palabras, su estómago se revolvió sintiendo náuseas y la saliva que tragaba se sentían cómo agujas bajando por su garganta.
Él nunca se enteró de la muerte de la señora Seo, de la mujer quién lo cuidó cuando podía hacerlo y cuando su madre se lo permitía, quién cuándo podía le daba una buena comida y lo protegía entre sus brazos en malas noches limpiando sus lágrimas.
- ¿Qué..?- murmuró aún en shock y Jonh volvió a reírse solo para darle un golpe en la mejilla izquierda que lo hizo caer al piso.
- Quiero que me devuelvas mi dinero, cada centavo, sino juro que te mataré a ti y tu familia.
Volvió a dejar un golpe y fina3lizo con una patada en el estómago que lo sofoco por unos segundos.
Segundos que no le importaron quedarse sin aire cuando la imagen de la señora Seo seguía en su mente.
Y cuando escucho la puerta ser cerrada de golpe, dando a entender que Jonh se había ido, las lágrimas no tardaron en salir como casacada sobres sus mejillas.
Y una vez más quedó en el mismo lugar; rodeado de basura y golpeado en el piso.
Ya se nos petateo la señora Seo...
Bueno ya ni modo.
Perdón por las faltas ortográficas, son las dos de la mañana cuando corregí esto y no saben el sueño que tengo.
Sueñen con los angelitos y ya después me dicen como se ve un bities con alas.
Kim_SeokJin_05.
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