✮⋆˙Epílogo

Cinco años han pasado desde que la familia Jeon Park, decidió hacer subida lejos de la fama. Jungkook no podía estar mejor, tenía un nuevo gimnasio el cual se hizo famoso por subir sus videos de box en la plataforma de YouTube. Tenía fieles seguidores, quienes iban siempre al gimnasio para enseñarse, y claro, verlo también.

Jimin se dedicó a tiempo completo con sus hijos, pero también se hizo productor de música, componía música para la agencia donde todavía trabaja, aceptó sólo porque podría hacerlo desde casa y cuidar de sus bendiciones.

Y también para cuidar a su hombre, ya que tiene demasiados fans hombres como mujeres y eso era algo que no le gustaba a Jimin, quién veía furioso a su esposo. Sabía que esto no debiera afectar porque solo lo ama a él, pero los celos son parte de la naturaleza, y Jimin no podía evitarlos.

En especial sus hijos quienes también miraban celosos a su padre. Una traviesa sonrisa se le atraviesa a Jimin.

—Mi niños, ¿Quieren ir por papá? —se inclina hacia ellos proponiendo que les haga saber a esa tipa que Jungkook tiene familia.

Es que aunque ellas lo supieran les valía un pepino que estuviera casado, son unas zorras.

—Si papá, Jimin.

—Pues vayan, ya saben que hacer.

Los mellizos asintieron y corrieron a donde su padre, una mujer llamada Karina venía siempre solo cuando su esposo estaba y fingía que no sabía los movimientos que él explica. Jimin pensó que solo era tonta, pero de tonta no tenía nada, era más viva que nada. Ahí está ella, fingiendo que no sabe dar golpes al saco de boxeo, pero sus hermosos hijos corrieron donde su padre, ella se alejó un poco con los ojos abiertos de par en par.

—¡Papá! —gritaron los mellizos y Jungkook no dudó en cargar a sus bendiciones.

—Hola, mis amores. Que hermosa sorpresa verlos aquí. —Beso la mejillas de sus hijos, la tipa esa Karina sonrió fingida al ver a los niños.

—Que lindos niños, ¿Son tuyos? Se parecen mucho a ti. —dice ella, a lo que Jungkook asintió.

—Son mis hijos, mi más grande orgullo.

—A... Bueno, supongo que tú estás ¿casado?

Jungkook iba a responder hasta que llegó Jimin y besó en los labios a su esposo. Los mellizos se taparon los ojitos, siempre lo hacen cuando sus papis se besan. Karina desvío la mirada forzando una sonrisa y se alejó de ahí, Jungkook entendió todo, dios no podía con los celos de su esposo.

Jimin se separa del beso, pero no deja de sonreír.

—¿Estás listo, amor  para ir comer con Seokjin y Namjoon? Llegaron hace unas horas para comer. Namjoon me dijo que Yohan muere de ganas de ver a Jungmin.

El pequeño escondió su carita en el cuello de su padre Jungkook, odiaba a Yohan.

—Dame un momento más, necesito terminar la práctica y después nos vamos. Hay mucha gente que se inscribió a las clases de boxeo y necesito contratar más entrenadores.

—Si quieres te puedo ayudar.

—No te preocupes, cariño. No tardó mucho.

—Cómo gustes. Te espero aquí.

Le dió un pequeño besito y bajó a sus hijos.

—Seol, Jungmin, ¿Pueden ayudar a papi a ordenar los guantes de box? Les daré diez dólares a ambos.

Ambos niños asintieron.

—¡Yo quiero ser boxeador como mi papá! —dijo Seol haciendo movimientos de boxeo.

Jungmin abrazó a su papi Jimin.

—Yo no, yo quiero ser cantante como papi Jimin.

Jimin se enterneció. Dios, sus hijos eran tan diferentes.

—Seguro lo serás amor. Vayan a ayudarle a papá.

Los pequeños corrieron ayudar, Jungkook le acarició la mejilla a Jimin y se fue a dar su clase. La tipa esa se le quedó mirando, pero Jimin le sonrió falsamente. Ahora sabía que ese sexy hombre es suyo, claro que sí. Claro que siente celos, esas tipas creen que pueden tener una oportunidad con su hombre, pero están muy equivocadas.

Odiaba Jimin a esas resbalosas, pero confiaba en su esposo, porque jamás Jungkook se fijaría en tipas como ellas.

Un rato después la familia Jeon fue a comer con sus amigos, los cuales llevaron a su hermoso hijo Kim Yohan el cual al ver a Jungmin no dudó en ir hacia él. Le gustaba molestarlo, porque a pesar de ser un año mayor, él se veía más grande y le gustaba mucho verlo hacer esos berrinches. Jungmin se sentó lejos de Yohan, pero este se las arregló para estar junto a él de todos modos.

—¿Me extrañaste, caramelito? Por qué yo sí. —le dice Yohan con voz inocente.

Jungmin niega ignorándolo.

—No, deja de molestar.

Pero Yohan no quiso.

—¿Por qué? Eres muy adorable cuando te enojas, ponés trompita de patito. Así, mira. —Lo imita.

Jungmin tapo su boca a lo Yohan se ríe. Siempre lograba molestarlo, adoraba tener ese efecto en él.

La comida fue muy buena, hasta que la familia Jeon regresó a casa. Jimin empezó a hacer la cena, Jungkook terminó de ejercitarse yendo con su esposo. Lo abraza por detrás dándole un besito en su cuello.

—Mañana será el anuncio oficial de tu retiro amor ¿Estás seguro que quieres hacerlo? No me molesta cuidar a nuestros hijos mientras regresas a la música.

Le dice Jungkook, Jimin apaga la estufa girándose hacia él, colocó sus manos en el fuerte pecho de su esposo.

—Estoy seguro de mi decisión. Quiero estar con mi familia y criar bien a nuestros hijos, podré sacar una que otra canción para mis fans cuando quiera, pero ahora únicamente quiero enfocarme en mi familia. Esos pequeños diablillos que tenemos por hijos van a llegar a la pubertad y será un gran reto y no quiero estar lejos y dejarlo a la deriva y que solo los cuides tú.

—Solo quería saber si estabas seguro. No me molesta cuidarlos, son mis hijos después de todo.

—Descuida, se lo que hago. Además siempre quise esto, lo sabes. Estar así, en nuestra casa, con nuestros hijos, nuestra mascota, así como una familia normal. No puedo pedir nada más.

Jungkook roza su nariz con la de su esposo, lo ama tanto, está perdido por él.

—Te amo, mucho, mi celosin.

—Lo amo más señor Jeon, pero si vuelve esa tipa a fingir que no sabe box, la subiré al ring y la golpearé.

Amenaza y Jungkook suelta una carcajada.

—Joder, amor. La vas a noquear.

—Ese es el punto.

—Si sabes que solo tengo ojos para ti ¿Verdad?

Jimin asintió.

—Lo sé. También yo solo puedo verte a ti.

Jimin le besa, adoraba estos momentos caseros con su esposo, amaba a su Jungkook. La lengua de su esposo entró en su boca haciendo que las cosas quisieran ir a más, pero un par de diablillos aparecieron corriendo.

—¡Papá, Jimin! Tenemos hambre.

Gritó Seol tocándose la panza al igual que Jungmin.

Los esposos se separan con una sonrisa cómplice.

—Bueno tendremos que esperar a la noche amor. El deber llama.

—Ni que lo digas.

Jungkook pone la mesa y sus hijos le ayudan. Esto solo era un día normal en la familia Jeon. Y es que Jimin al ver a su familia cenar y reír con las ocurrencias de su hijo Seol, no había duda en su cabeza que esto era mejor que subirse a un escenario. Porque esto era lo que más quería, y era su familia.

La fama la tiene y eso jamás va a desaparecer, porque él siempre será el It boy de Corea, el primer coreano en llenar estadios como solista y el mejor bailarín de danza tradicional y ballet. Nadie va a olvidarlo, es único.

La familia salió a dar un paseo en la playa de noche, Jungkook y Jimin se sentaron en la arena mientras veían a sus hijos correr de un lado al otro con bombón.

Se tomaron de las manos y se miraron con mucho amor.

—Te amo, Jimin.

—Te amo más, Jungkook.

Se besan en ese anochecer tan cálido para ellos. Porque no había nada mejor para ambos que ver formada su familia.

Fin.

...🖤...

Jungmin de 17 años camina por los pasillos, ajustaba sus anteojos redondos mirando a todos en los pasillos con su grupo de amigos. Hace unas semanas que ingresó a la preparatoria Hybe y no había hecho ningún amigo. Era nuevo porque se tuvieron que mudar a Seúl hace unas semanas, ya que su padre Jungkook tenía cosas que hacer en la ciudad y no podían estar tanto tiempo lejos. Por lo que decidieron mudarse.

Vaya que es una mierda para Jungmin, dejó sus pocos amigos en Busan por estar aquí y era totalmente diferente, los chicos estaban tan sumergidos en sus grupos de amigos que se sentía fuera de lugar.

Dejó salir un suspiro, fue a su casillero, lo abre y saca sus libros para sus primeras clases. En cuanto lo cierra se asusta al ver a Yohan mirándolo con esa maldita sonrisa coqueta.

—Hola, caramelito.

—¡Joder, Yohan! Me asustas. —Jungmin se toca el pecho.

Yohan se acerca a él acomodando sus anteojos y quitándole su mochila para llevar a su salón. Jungmin le mira irritado, pero sonrojado. Cosa que a Yohan le encanta.

—¿Podrías devolverme mi mochila?

—No, te voy a llevar a tu salón.

—Ya sé dónde está, no hace falta —intenta quitarle la mochila, pero Yohan avanza caminando por el pasillo.

—Tendrás que seguirme si la quieres. —le guiña el ojo con una sonrisa traviesa.

Jungmin no le queda de otra que seguirlo. Siempre era lo mismo, Yohan molestando, ni siquiera le agrada que haga eso ya que Yohan como su hermano son muy populares y el pues no lo era, era como un patito feo.

Todos se morían por Yohan, es por eso que todos le tenían manía a él por ser quien llama la atención de Yohan. Por eso lo aleja, no quiere problemas.

Pero el destino siempre hace de las suyas, y Jungmin tendrá que lidiar con ello, porque en el fondo no le es indiferente.

Pero bueno, esto es otra historia.

Bye.

Bueno hasta aquí termina, a lo mejor subo un extra más adelante. Gracias por darle amor a esta gran historia.

Las quiero y me retiro lentamente....

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