✮⋆˙08

En el pasado...

—¡Ya basta Jungkook! Déjame en paz.

—Ven aquí bonito.

El pelinegro perseguía a su novio por todo el apartamento; aunque esté fuese muy pequeño. Jimin tenías las mejillas rojas por lo que estaba pasando, es que hoy cumplían un año de estar juntos, de al fin durar como pareja.

Desde que se conocieron en aquella fiesta, supieron qué lo que sentían era más que una simple noche de pasión. Ellos realmente tuvieron química en el primer instante que despertaron esa noche y empezaron a pasar tiempo juntos. Era como si el destino lo hubiera querido así.

El amor entre ellos era mágico.

—Te tengo pequeño travieso —lo alza como un saco de patatas dándole una nalgada, lo acuesta en el sofá después mientras Jimin ríe. 

Los besos no tardan en aparecer, Jimin enreda sus dedos en la cabellera larga de su novio, y Jungkook en meterse entre sus piernas alzando un poco la sudadera que únicamente su novio tenía puesta.

—Anda deja de jugar, se nos hará tarde y no tengo mucho tiempo. —le dice Jimin tratando de quitar encima a su pelinegro que besaba su cuello dejando pequeñas marcas en su piel blanca.

—Solo unos minutos más mi amor, te extrañe demasiado.

—También yo te extrañé demasiado, pero mi madre no me dejaba salir hasta que terminara esa estúpida clase de piano.  —musita con molestia.

—¿Siguen presionando para que seas pianista?

—Sí y no sabes cuánto lo odio. No les basta con el maldito valet, ahora me hacen tomar clases de piano. Siento que un día de estos me querrán matar de tanto estrés y cosas que me pone hacer.

Jungkook abraza su pequeño pecoso, el más que nadie entendía cómo se siente su novio, sus padres fueron igual de crueles con él cuando les dijo que sería cantante. Prácticamente lo echaron a la calle, él tuvo que salir adelante él solo con lo que pudo.

—Tranquilo mi amor, todo estará bien.

—Nada estará bien, únicamente lo hago para que me dejen en paz y pueda estar contigo.

—Valoro que hagas esto por mi, no sabes lo mucho que te amo Jimin —le acaricia la mejilla dándole un pequeño besito en sus labios pomposos.

—También te amo kook, eres mi todo y mi nada a la vez. —Con la yema de sus dedos traza una línea en su pecho formando la JM cerca de su corazón.

Esa era como su señal de amor.

—Ahí perteneces tú, siempre. —musito Jungkook.

—Y tú en el mío.

Se besan mientras la música de rock cambia a una más suave. Parecía que hasta el ambiente quería que ellos fundieran su amor y así fue, dejó que Jeon le tocará como solo él sabía hacerlo, besarlo en las partes más recónditas de su cuerpo y hacerlo llegar al clímax más ardiente dentro de su ser.

Más tarde, ellos salieron para celebrar su primer año de novios. Fueron a comer al restaurante retro de los ochenta donde Jungkook le declaró que le gustaba, desde ese entonces este era su lugar favorito.

Comieron algo y después se fueron al parque donde Jimin le tenía su regalo de aniversario.

—Que lindo lugar ¿Por qué me trajiste aquí? —curiosea Jeon.

—Ya veras, solo cierra los ojos por favor.

—¿Me harás un baile erótico?

Jimin le golpea el pecho mientras Jungkook ríe.

—Cómo crees que haré eso en medio del parque, ¿quieres que me miren semi desnudo?

—Jamas, solo yo puedo verte así.

—Entonces calla y cúbrete los ojos.

Jungkook le hace caso. Jimin corre al árbol donde su mejor amigo Taehyung lo esperaba.

—Listo, dame al cachorro.

—Que bueno que llegaste, este perruno se hizo pipí en mi pantalón. Me debes unos nuevos Park Jimin.

Lo toma entre sus brazos, el perrito movía su colita feliz de verlo.

—Es un cachorro, era obvio que se haría pipí.

—Me da igual, me tienes que pagar por esto.

—Ok pero deja de ser dramático, gracias por traer a Bam.

—Sabes mi precio, nos vemos y recuerda que tienes que llegar antes de las doce o tus padres mandaran a la marina a buscarte.

Le advirtió a lo que Jimin asintió.

—Estaré ahí, no te preocupes.

Se despide de su amigo y va a donde su novio, este seguía cubriéndose.

—¿Amor, ya puedo ver?

Jimin coloca al pequeño perrito cerca de su rostro y asiente.

—Ya puedes ver.

Jungkook se descubre los ojos y su mirada es llena de sorpresa, el pequeño cachorro lamió su rostro y él no dudó en tomarlo entre sus brazos con una hermosa sonrisa.

—Mi amor, joder un cachorro. —expresó feliz.

—Sabía que te gustaría.

—Como no gustarme, siempre quise un perro.

—Pues ahora lo tienes. Feliz aniversario de un año.

Jungkook tomó de la cintura a Jimin para besar sus labios mientras el pequeño cachorro se ocultaba en el pecho de su ahora dueño. Estaban tan felices, tan concentrados en ellos mismos que no se dieron cuenta cuando venía la madre de Jimin hecha furia.

—¡Park Jimin!

Ambos se separan al escucharla, la mujer tomó con fuerza el brazo de Jimin para alejarlo de su novio.

—Quita tus manos sucias a mi hijo.

—Mamá, ¿qué haces aquí? —fue lo primero que preguntó Jimin.

—No importa qué hago aquí, no puedo creer que me mintieras. Dijiste que irías a clase de piano y luego a ballet.

Le regaña, Jimin se sentía tan avergonzado, no solo eso, pues sabía que su madre odia a Jungkook ¿La razón? Porque no quería que él terminará como ella; con un vago bueno para nada como lo fue su padre.

—Le diré a tu padre cuando lleguemos, no le gustará nada lo que haces con ese —miró de arriba a bajo a Jungkook como si no valiera nada— Chiquillo. Nos vamos, ahora.

—Jungkook...

La mujer lo jala del brazo llevándose a Jimin arrastras. Su hermosa noche fue arruinada por esa mujer. Maldita sea, él quería darle su regalo también, tenía un pequeño anillo que compró con mucho esfuerzo.

—Creo que está en un buen lío ¿No crees Jungkook?

Este se voltea mirando a Taehyung llegando a su lado.

—¿Tae? ¿qué haces aquí?

Este comía una paleta mientras veía a Jimin subirse al auto lujoso.

—Viene a traerle al pequeño doberman, me pidió el favor.

—Joder, como supo dónde estábamos.

—Su madre da miedo, no por nada le dije a Jimin que regresará temprano. Su madre podría llamar a la marina.

Jungkook deja salir un suspiro en derrota, odiaba a la madre de Jimin.

Taehyung lo mira desanimado y acaricia la cabeza del cachorro.

—Iré a comer algo de ramen al puesto de don Zan ¿Quieres comer algo? Yo invito.

—La verdad no tengo apetito. —dice desanimado.

—Vamos, no comí nada por traer al perruno. Anda, quedarte solo tampoco ayudará mucho.

Jungkook miró el rostro suplicante de Taehyung, al final aceptó.

—Vamos.

Taehyung sonrió triunfante y fueron a comer ramen, mientras Jimin lloraba desconsolado en su habitación.

‧₊˚❤️✩ ₊˚🥊⊹♡

Presente...

—Todo está listo, ya colocamos el saco de boxeo y también el ring, si es todo, nos retiramos. —le dice el hombre.

—Muchas gracias por su ayuda chicos, les dejé propina en su cuenta.

Los hombres le sonrieron amablemente y salieron de su apartamento. Jimin estaba listo para recibir a Jungkook y poder entrenar.

Claro que quiere conquistar su corazón otra vez, aunque el entrenamiento también estaba primero si es que quiere ganarle a Taehyung. Estaban claros sus objetivos, pero nada pasaría si coquetea un poco.

Fue a colocarse un poco de perfume con olor a chicle, el favorito de Jungkook. Uso un short negro y una playera blanca, le hace lucir su figura perfectamente, dejando ver sus tatuajes de la espalda y su costilla.

Se miró al espejo esperando por su amado kook. El timbre sonó, corrió prácticamente abrir. Al hacerlo no evitó sentirse atraído más por ese hombre, es que hasta parece que lo hace a propósito.

—Buenas tardes, ¿puedo pasar?

—Sí claro.

Lo dejan entrar, Jimin mira esa ancha espalda con esa perfecta cintura. Si cuando eran jóvenes Jeon le tenía babeando por él, ahora lo trae flotando. Está usando solo una playera negra pegada a todo su cuerpo, dios mío, este hombre está más bueno cada día.

—Traje algo del equipo que ocuparemos, también te traje los zapatos de entrenamiento que tienes que usar por qué hoy subirás al ring.

—¿Pelearé? ¿No crees que es muy pronto?

Jeon negó.

—Quiero que sepas a lo que te enfrentaras, tengo que enseñarte a como moverte y que sepas dónde golpear. Los sparrings son algo muy importante en el entrenamiento, tienes que tener habilidad, por eso hoy haremos eso.

Miró su rostro lleno de preocupación, se acercó a él tomando su mano, colocando el vendaje.

—No te golpeare si es lo que piensas, tu lo harás conmigo.

—Ok, confió en ti de todos modos.

Le sonrió y Jeon no evitó sentir calidez en su pecho.

—A entrenar.

Jimin lo llevó a su gimnasio para comenzar la clase. Jeon de verdad estaba sorprendido de lo grande que era su penthouse. Antes se veían en su apartamento que solamente tenía un baño, una habitación y la sala con la cocina a un lado, era una mierda comparado con todo esto.

A veces sentía que no podría darle estos lujos a Jimin en un futuro cuando estaban juntos, él venía de familia rica y siempre imaginó que su en ese entonces "novio" no soportaría esa vida humilde de él.

Por eso quería ser alguien con dinero para darle lo mejor y no tener que traerlo a una miseria que los llevaría a discusiones. Ahora que ya tiene todo eso, podría hacer que esto vuelva a pasar, porque tiene la certeza que no es el único que quiere intentarlo una vez más.

A lo largo del entrenamiento, Jimin daba lo máximo, no paraba de saltar la cuerda, de hacer lagartijas, de golpear el saco de box y también esquivar los tubos de espuma. Su concentración se iba de sus canales cuando Jungkook bebía agua tan jodidamente sexy, o cuando lo veía practicar con el saco, pegando tan duro que la imaginación de Jimin voló.

La tensión estaba ahí, un empujón más y tal vez sucedería.

—Bien, al ring. —le avisa Jungkook.

Jimin sube y espera instrucciones.

—Escucha, tal cual practicamos las sombras, harás eso conmigo. Poniendo esto en práctica harás mejores movimientos. No bajes tu guardia.

Jimin asintió y estaba listo para esto.

Jungkook puso un tiempo de tres minutos que es lo que durará un round el día de la pelea. Ambos se concentran y la campana del celular de Jungkook, sonó. Jimin tal cual como se lo dijo Jungkook, hizo el primer golpe, Jeon lo esquiva pero Jimin ataca otra vez.

Mantenía bien su guardia, Jeon intentó pegarle, Jimin esquivo y golpeó un poco su estómago para darle en la cara seguidamente; eso impresionó a Jeon.

—Muy buen ataque. —lo halaga.

—Estuve mirando Rocky.

—Eso no te servirá.

Jungkook entra con la izquierda engañando a Jimin y golpeando un poco su parte izquierda con la derecha. Jimin sigue en guardia, Jungkook es más alto y recordó que tiene que meterse en la corta porque tendrá más ventaja. Así lo hizo. Entró dando golpes, aunque no tan precisos le dio uno que otro golpe fuerte en la cara; por suerte tenían sus cascos de protección.

Terminó el round y Jimin se fue a su esquina, treinta segundos después se levantó y dio los últimos dos rounds que le quedaban. Cayó directo a la lona con sumo cansancio, casi no podía respirar. Jeon se acercó a quitarle el casco protector para que pudiera respirar mejor.

Lo sentó con cuidado, sus mejillas estaban rojisimas, su cabello todo despeinado, ya no lucía como al principio.

—N-no puedo respirar.

—Tranquilo, inhala y exhala. Hazlo despacio.

Le dió la botella de agua, Jimin le dio un trago sintiéndose mejor.

—Dios, creí que iba a morir.

Suelta una risita Jungkook.

—Apenas te vas acostumbrar a esto. Esto me deja claro que hay que hacer más cardio. —Se pone de pie ayudado a Jimin.

—¿Lo hice bien?

—Casi. Pierdes el equilibrio, bajas la guardia, y cambias de posición, eso no lo tienes que hacer porque sería una falta y el referí no te dejaría hacerlo. Tienes que mantenerte siempre en la misma posición, de acuerdo.

Jimin asintió.

—¿Ya terminamos?

—Haras dos a tres rounds en la pera, necesito que trabajes esos brazos.

El rubio hizo un gesto tierno, pero se levantó para hacer lo que su sexy entrenador le pidió.

Jungkook le enseño como hacerlo, aunque la pera se le movía todo el tiempo, no se rindió hasta conseguir al menos equilibrar un poco está.

Al terminar el entrenamiento, Jimin mojaba un poco su rostro, vio a Jungkook tomando sus cosas, pues no quería dejarlo ir toda vía, sin embargo no sabía sus ocupaciones o si realmente quería quedarse, pero lo intentaría.

—¿Te vas? —Jungkook le mira.

—Si tengo que entrenar un poco también.

—Mi entrenador tiene otro entrenador?

—Tengo que ponerme en forma. Tal  vez cuando vayamos a mi gimnasio puedas verme practicar. Verme te ayudará, créeme.

Se colocó su sudadera y unos pants para ver al castaño, Jimin de vía tan lindo siendo un desastre.

—¿Querías que me quedara?

Las mejillas de Jimin se encendieron, aún más después de lo que pasó en el entrenamiento.

—Yo... Bueno, quería preparar algo rico para comer. —tartamudeo un poco.

¿Eso era una invitación a comer?

—Me encantaría quedarme a probar tu deliciosa comida, pero tengo que entrenar. —el rostro de Jimin decayó un poco, eso no le gusto mucho— ¿Sabes? Tengo una pelea este sábado, ¿Por qué no vas a verme?

Los ojitos de Jimin se iluminaron ante eso.

—¿De verdad?

—Ajam.. pelearé contra un peleador japonés. Te mandaré la dirección y hora.

—¡Por supuesto! Me gustaría verte en acción.

—Entonces nos vemos el sábado, buen entrenamiento Jimin, sé que vas a ganar.

—Tengo que, o sino te voy a demandar.

Jungkook se ríe y se acerca a él para apartar algunos de sus cabellos castaños de su frente. Cada toque sutil que Jeon tenía con él le causaba escalofríos, no podía controlar más las ganas que tiene por besarle.

—Come bien y toma tu proteína. Nos vemos, bonito.

Se aleja de él saliendo del penthouse. Jimin tocó su pecho con la palabra "bonito" resonando en su cabeza, la misma que le decía cuando estaban juntos.

Bonito.

La fotito no debe faltar.

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