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Por todos lados se corrió la noticia de que el cantante Park Jimin sería quien pelearía contra Kim Taehyung. Todos los medios y páginas empezaron a comentar sobre ellos, mientras tanto el creador del Show de Star Boxing. Ha soltado las demás peleas que también estarán super interesantes.

Entre ellas: Lisa vs Momo, Kang Daniel vs Minhyuk, Jackson vs Kai, obvio Jimin vs Taehyung y por último Eunwoo vs Hwang in Yeop.

Algo que también sorprendió a Jimin fue que su ex novio Cha Eunwoo también pelearía.

Jimin se sentía más famoso de lo que era, por lo que pasaba, había aceptado pelear contra su ex mejor amigo para cobrar al menos venganza contra él por lo que le hizo en el pasado. Tenía un poco de miedo a lo que pasase, sin embargo no se dejaría derrotar por nada ni nadie. 

La mañana estaba tranquila como para beber un rico matcha y comer un croissant recién horneado. Miraba la ventana con la maravillosa vista de su penthouse, donde él vive lujosamente.

Amaba sus mañanas tranquilas, le gustaba ser feliz y consentirse. Pero no todo siempre puede durar porque su móvil sonó con el nombre de su manager Seokjin.

Jimin puso el altavoz.

—Hola, buenos días. —Saluda Seokjin.

—Buenos días Jinnie. ¿Qué hay para hoy?

—Pues... Hoy tienes junta con Kim Jisoo sobre la joya que usarás para la alfombra roja. También la ropa que usarás, necesitan tus medidas y saber tu aprobación, lo demás son firmas para los Mochis fans y después conocerás a tu entrenador.

—¿Solo eso? —dudo.

—Si, solo eso. Se que te extrañas que no hayas más, pero tienes cuatro meses para entrenar.

Jimin bebió toda su matcha.

—Creo que tendré cuatro meses de sufrimiento.

—Vamos, haces ejercicio todos los días, esto no será nada para ti.

—Estuve viendo videos de entrenamiento de box, es muy pesado y casi nadie aguanta. Se dan unos golpes que hasta hay boxeadores que quedan mal de la cabeza.

—Es porque ellos hacen más rounds que los que tú harás que son tres. No es lo mismo.

—Como sea. ¿A qué hora pasas por mi?

—Estoy llegando, te veo en recepción.

—Ok, te veo ahí.

Cuelga.

Se estira y deja la taza en el lavaplatos, va a su habitación a ducharse y cambiarse. Ya listo, tomó su mochila para irse, se colocó sus gafas y salió como todo lo que él es; una super estrella.

Seokjin le saluda, dan marcha al edificio de Kim Jisoo para lo de las joyas. Cómo siempre, Jisoo le daba las más caras y raras por ser él y su amigo incondicional. Algo por lo que su ex amigo moría siempre de envidia, siempre lo mejor de lo mejor para Jimin.

Cuando llegan, Jisoo los recibe con una gran sonrisa.

—Llegó mi estrella favorita. —los saluda ella caminando como toda una diva.

—Hola, Jisoo —le saluda Jimin de beso en la mejilla— Que guapa estás hoy.

—Muchas gracias, estoy probando cosas nuevas para hacerme notar.

—Hacerte notar para alguien más bien.

Caminan dentro done varios guardias de seguridad los dejan pasar, el lugar está rodeado por muchas personas con armas, no es que Jisoo fuera de la mafia o algo así, solo que ser dueña de tan lujosas joyas era algo peligroso, podrían robarle y eso jamás se permitiría Jisoo.

Toman asiento en la oficina.

—Si me pusiera un rosa gigantesca en la cabeza, él no lo notaría, es un despistado —dice Jisoo.

Jimin ríe.

—¿Cuando le dirás que te gusta? Es que si no le dices jamás notará nada.

—Eso quiero hacer,  pero ahora está de viaje. A este paso me volvere lesbiana.

Seokjin y Jimin niegan con una sonrisa en sus rostros.

—Bien a lo que has venido —Saca un maletín con la joya que Jimin llevará— Supe que tú vestuario será de colores pastel y que mejor joya que está adornando tu cuello.

Le muestra un collar muy hermoso de perlas. Tenía bastantes adornos de oro y con algunos diamantes, claro que usaría eso.

—Si que sabes cómo captar mi atención, eres buena con mis gustos.

—Cuatro años siendo tu joyera, era obvio.

Jimin asiente, quería ese hermoso collar para la alfombra roja.

—Muy bien, está será. Solo firma los contratos y es toda tuya para esa gran noche.

—Gracias Jisoo.

Seokjin lee con cuidado, esto era rutina de la joyería. Al firmarlos se despiden de su amiga y van a probarse el traje que usará. Más tarde después de algunas cosas más, ambos al fin llegan al dichoso gimnasio de boxeo donde le presentarán a su entrenador.

Bajan y Jimin mira el lugar. Era muy grande y era privada, lo que más quería porque odiaría tener espías y darle ventaja a su rival.

—Es un gym muy aesthetic, me gusta. —dice Jimin.

—Mi esposo me recomendó este lugar, dice que tiene buenos entrenadores y no lo dude. Llame y el dueño dijo que sí inmediatamente.

—Quién no querría entrenar a Park Jimin.

Jimin toma su mochila listo para saber todo sobre boxeo, abren la puerta y al entrar ve que tenía razón, el lugar es grande y había de todo lo requerido para entrenar, incluso un Ring para sparring. Le impresionó el lugar, tenías logos de un conejo rosa boxeador, por alguna razón, se le hizo conocido aquel dibujo.

Se le quedó mirando, en algún lado había visto ese conejo.

—Buenas tardes.

Una voz gruesa lo hizo voltear, pero en cuanto lo hizo, sus ojos casi se le salen de sus cuencas, el estómago le revolotean mariposas y su corazón casi se sale de su pecho. Su cuerpo se quedó estático al mirar a la persona que jamás pensó que vería otra vez.

Seokjin al ver qué su amigo no decía nada, le saludo.

—Hola, buenas tardes. Usted es Jeon Jungkook ¿verdad?

El pelinegro asintió.

—Si soy yo. —contesta mirando al castaño que parecía Casper el fantasma.

—Que bien. Soy Kim Seokjin, el manager de Park Jimin. Ayer lo llame para saber lo que mi jefe tiene que saber sobre su entrenamiento.

Jungkook miraba al castaño divertido.

—Pueden entrar a mi oficina para hablar del tema. Hay cosas que aclarar.

—Claro.

—Siganme.

El pelinegro entraba a su oficina mientras Jimin seguía en shock. Al ver qué ya no estaba salió de su trance jalo a Seokjin aún lado. Jungkook lo miró desde su ventana, vaya sorpresas de la vida.

—¿No me digas que él será mi entrenador?

—Si, él será tu entrenador. Me lo recomendó mi esposo.

—¿Tú esposo viene aquí?

Seokjin asintió.

—Obvio, le gusta mucho el deporte. El dijo que Jeon Jungkook es el mejor para enseñarte. Le marqué y dijo que sí.

Jimin tenía que pellizcarse, quería saber si no estaba soñando porque definitivamente sentía que lo estaba.

—¿Pasa algo con el entrenador? ¿No te agrado?

—¡No! Es decir…— Se palmeó las mejillas— Jin, ese entrenador es mi... ex novio. Dios mi ex novio.

Seokjin se llenó el rostro de sorpresa.

—Oh

—Si, Oh.

Jimin miró a la oficina, había muchos recuerdos con aquel hombre que le robó el corazón. Joder es que esto paracia un mal sueño. Tenía ganas de llorar y vomitar, obvio no de mala manera.

—Lo siento, no sabía nada. ¿Quieres que le diga que siempre no?

Jimin niega.

—¡Claro que no!

—¿Entonces?

El castaño no sabía qué responder, es decir, verlo le sorprendió mucho, jamás esperó que se volvieran a ver, es más, que el lo quiera entrenar. Seis años han pasado, y ahora siente que no han pasado porque el solo verlo hizo que volviera a sentir lo mismo que la primera vez.

Siempre ha sido su pasado y ahora su presente, de alguna manera sentía que tenía una oportunidad de compartir al menos con él cuatro meses.

—E-esta bien, que él me entrene.

Seokjin sintió alivio.

—Vamos, que tiene de malo que te entrene tu ex, no es como que hayan terminado mal ¿O si?

—Bueno... —muerde su labio— Olvídalo, entre más rápido sea esto, más rápido me iré.

Toma la mano de Seokjin y entran a la oficina, Jimin se sentía tan pequeño al tener al frente a su ex novio. Vaya que esos años le han dado fruto, está más grande y musculoso, ahora tiene un rostro más atractivo y firme, lo que más lo dejaba sin aliento eran esos tatuajes en todo su brazo ¡Dios mío!

¿Este era su Jungkookie?

—Muy bien, ya que dejamos la presentación aún lado. Supe que pelearía contra Kim Taehyung, en el show de Star Boxing —dice mirando a Jimin.

Seokjin lo codea para que diga algo.

—S-si, pelearé.

Su voz sonó tímida, Jungkook no apartaba la mirada del castaño.

—¿Que procede con el entrenamiento? —pregunta Seokjin.

Jungkook se acomoda mejor, sin dejar de mirar a Jimin. El más bajo parecía que le derretía esa mirada.

—Bueno aún necesito saber cuánto pesa el contrincante y cuánto mide para darle un mejor acierto a lo que vendrá después. ¿Cuándo es el pesaje?

—El día jueves será el pesaje. Le mandaré la hora que vaya con nosotros.

—Muy bien. Ya teniendo aquella información comenzaremos con el entrenamiento de Park Jimin.

Jimin parecía que le comieron la lengua los gatos ¿O cómo era?

—Hay algo más. Necesito que usted, Park Jimin, se comprometa con este entrenamiento. No quiero retardos o excusas para no llegar a tiempo. Soy muy estricto con la puntualidad.

Jimin frunció su entrecejo. ¿Qué le quiso insinuar?

—¿Disculpe?

—Ya me escucho.

Jimin bufa, había olvidado al señor puntual.

—No se preocupe entrenador Jeon, seré responsable. —le responde de manera dura, algo molesta.

—Pues no es lo que yo recuerdo.

—¿Qué recuerda?

—Su impuntualidad.

—¿Así? Pues yo recuerdo otra cosa.

—¿Cómo que?

Seokjin moría por reír, definitivamente estos dos aún sienten algo, esto será divertido.

—¿No responderá?

Jimin quería darle un golpe. Él sabía perfectamente que. Obvio no lo dirá enfrente de él.

Jungkook ganó esto solo por esta vez.

—Estaré puntual, no se preocupe. —se cruza de brazos bastante molesto.

Típico de él cuando pierde.

—Muy bien. Cuando sea el pesaje empezaremos con todo lo que tiene que ver con la dieta y los suplementos en vitaminas.

—¿Es todo? —pregunta Seokjin.

Jungkook asiente.

—Muy bien. Nosotros nos retiramos. Cuide mucho a mi jefe, se quedará lo mejor de él para la pelea.

Jimin se pone de pie al igual que Jungkook.

—No hay de que. Nos vemos el jueves.

—Le mandaré los detalles, tenga una buena tarde.

Seokjin estrecha su mano y sale de la oficina primero, Jungkook le da la mano a Jimin a lo que el castaño duda un poco pero al final lo hace. Tomar sus manos hizo que una corriente les pasará por el cuerpo, a los dos.

Ninguno podía contra lo que sus corazón sintieron, Jimin se dio cuenta que ya pasaron segundos y seguía apretando su mano, la suelta rápidamente avergonzado.

—Gracias por aceptar entrenarme. —le dice Jimin.

—No hay nadie mejor que yo. —Suelta arrogante.

—Adiós.

—Adiós Park.

Jimin sale y toca su pobre corazón. Jungkook se deja caer en su silla mirando el techo.

Definitivamente este reencuentro les dejo con los recuerdos de su pasado.

Unos muy buenos como malos.

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