🗝 ֶָ֢.09

Despertar entre los brazos de la persona que juraste no volver a ver y amar y odiar; ahora todo se sentía tan diferente. Porque no sólo estás haciendo todo lo contrario, sino que te diste cuenta que las cosas del pasado que tanto mancharon tu corazón, ahora ya no importaban.

Aun hay dolor, eso es innegable. Pero también es lindo estar con la persona que siempre amaste.

Jimin sonrió al ver a Jungkook dormir con la boca abierta y con sus ronquidos de oso. Si, esto era otra cosa que amaba de él. Fue maravilloso despertar a su lado aunque cuando eran más jóvenes nunca hicieron nada tan específico como en su primera vez. Verlo dormir y estar tranquilo le daba paz a él también.

Sí que había cambiado. Sus rasgos de adolescente estaban lejos al Jungkook de ahora. Era un adulto, un hombre fuerte y grande como se lo llegó a imaginar en un futuro. No se equivocó en nada. Jeon Jungkook es el hombre que todas querrían tener.

Lo ve disfrutar su sueño hasta que de repente se para rápido de la cama para correr al baño. Jimin lo sigue pues está preocupado por él al escucharlo vomitar.

—¿Estás bien, Jungkook? —Jimin palmeó su espalda mirando a su hombre vomitar todo.

—No… mierda no se que me pasa.

—Te traeré algo para él dolor, seguro eso. Ya vuelvo.

Jimin corrió abajo para ir por un botiquín que vio en la cocina, sacó algunas pastillas para el dolor y el asco y se las llevó. Al llegar con su mafioso ve como Taehyung sale de su habitación parandolo en el camino, joder, lo único que le faltaba.

—¿Tú qué haces aquí? —Le dice Jimin en un tono molesto.

—Escuché a Jungkookie sentirse mal y vine a ayudarlo.

—Pues para eso me tiene a mi que soy su pareja. Así que no hace falta que te metas en lo que no te corresponde.

Taehyung bufó cruzándo se brazos.

—No me digas... yo me meto porque Jungkook es más que un jefe para mí. El que no debería meterse eres tú.

—Pues vete haciendo la idea que jamás te hará caso, al único que quiere es a mi.

—Claro, solo por ese bebé y por nada más. Porque dudo que te quiera a ti.

Jimin de verdad odia a ese tipo, pero no le dará la satisfacción de dejarse por él.

—Si, le daré un hijo. Pero fuera de eso, Jungkook, en todos los años que pasamos separados, jamás ha dejado de amarme. Tal vez lo nuestro al principio no fue algo bueno, pero siempre hubo amor. —Se acerca a Taehyung quedando cara a cara. No le importa que castaño sea más alto—. No sólo está conmigo porque tendremos un hijo, deberías echar un vistazo en su oficina, en especial en el cuadro gigante que tiene en medio. A ver si te quedan ganas de decir que solo le importo por su hijo.

Taehyung frunció el ceño.

—¿De qué estás hablando?

—Tú solo miralo. Porque estoy seguro que con eso te quedará claro que yo soy en lo único que piensa. Ahora hazte a un lado, tengo que atender a mi hombre. Con permiso.

Jimin pasa por su lado empujando a Taehyung quien se veía sumamente molesto. Haría algo y estaba claro, ese tonto pelirrojo tiene oportunidad con su hombre. Odiaba verlo aquí, pero Jimin ya encontrará cómo sacarlo de aquí. Cuando entró a la habitación su mafioso estaba sentado en la cama, Jimin camino hacia él.

—Tomate esto, te ayudará a sentirte mejor. —Le entrega las pastillas a lo que Jungkook las toma sin protestar.

—Gracias.

—¿Quieres que le diga a Yoongi que llame al médico? Estás pálido y eso no me gusta. —Le toma la temperatura haciendo que Jungkook sonreía como un bobo enamorado.

—Estoy bien, nene. Seguro fue algo que comí.

—Bueno tu temperatura está bien, aunque sigo preocupado. Te haré una sopa de verduras, esto ayudará. Así que nada de tomar alcohol y fumar, eso no te hace bien. ¿Te has tomado un descanso? Eso también podría afectar, para estar más seguros hoy solo descansa, que Yoongi haga todo lo demás hoy.

Jungkook al ver lo preocupado que su Jimin estaba por él le hizo recordar el pasado un poco.

—Nene, estoy genial.

—Pues no te creo. Descansa un poco más y...

Jungkook no se aguantó las ganas de besar a su precioso amado rubio. Jimin se sorprendió, sin embargo no se quejó en besar a su hombre. Dios, su aliento mentolado lo disfrutaba, amaba sus labios delgados sobre dominando los suyos gruesos. Lo toma de la cintura y lo sienta sobre sus piernas para disfrutar más de sus labios esponjosos.

Al separarse Jimin esconde su rostro sonrojado en su cuello pues le da un poco de vergüenza estar así con Jungkook.

—Estoy bien, de verdad. Aunque si te acepto que me prepares algo rico de comer. Cocinas delicioso amor. —la palabra salió por sí sola de sus labios, ve la expresión que puso su rubio y quiso retractarse—. Lo siento, ¿fue muy rápido? Es que me emocione de más, lo siento si fue...

—También eres mi amor Jungkook. No me molesta que me llames así, de todas maneras, somos una pareja ¿no?

Jungkook se sintió feliz de que Jimin lo aceptara. Tal vez Jimin esté dando pasos gigantes, pero contra el amor que siente por Jungkook, no podía.

—Claro que sí amor, lo somos. Realmente se que hay muchas que aclarar, se que fui un imbécil pero...

—Olvidalo, creo que ya me demostraste que esa apuesta te salió al revés. Te enamoraste de mí y no lo has dejado de hacer, así como yo tampoco contigo. —Jimin le acaricia la mejilla mirándolo con cariño—. Mejor dejemos en eso el pasado y veamos el futuro, porque vamos a ser padres y deberíamos enfocarnos más en ello.

—Tienes razón. Hay que enfocarnos en nosotros tres. Tú, yo y nuestro hijo. —Mete su mano dentro de su pijama tocando a su pequeño bebé—. Está creciendo.

—Casi tengo dos meses, se notará aún más.

—Pues amaré verte todo gordito. Siempre me pareciste sexy con unos kilitos de más.

—Creí que odiaba a los gorditos. Te burlaste de mi con tus amigos por mi peso. —Jimin hizo un tierno puchero.

—Nene, ¿de qué hablas? Jamás me burlé de tu peso. ¿Quién te dijo eso? —pregunta demasiado confundido.

—Tú lo dijiste. Recuerdo que estábamos en gimnasia y yo estaba levantando las pelotas de basquetbol. Estabas con dos de tus amigos y dijiste que odiaba a los gordos feos con gafas. ¿Recuerdas? Fue cuando saliste de fiesta a la casa de Karina.

Jeon hace memoria hasta que recuerda.

—Nene, no, no hable de ti.

—¿A no?

—Claro que no amor. Yo tenía en mis manos una figura de un mono extraño, era gordo y feo y usaba gafas. Expresé eso porque no me pareció un buen personaje, solamente. Entonces Chanyeol te miró y se burló de ti. Saliste corriendo antes de aclarar todo.

Jimin se quedó pensando sobre ese día, pues recuerda que no los miro, solo cuando metían sus cosas en sus mochilas, de ahí solo los escucho.

—Joder, soy un tonto. Pensé que tu me lo decías a mi. Creí todo este tiempo que me molestabas por mi peso.

—Nene, jamás podría decirte algo así. Creo que fue un malentendido más de los que tuvimos. Después que te fuiste y pensaste eso, quise aclararlo, ¿recuerdas cuando te dejé una carta con unos bombones de chocolate en tu casillero?

—¡¿Fuiste tú?! —sé sorprende Jimin.

—Si, fui yo. No sabía cómo hablarte y solo hice eso. Lamento que lo vieras así, pero me gustabas gordito. Te veías tierno, además tú forma de comer era elegante y eso me gustaba de ti.

Sí definitivamente hay cosas que se mal interpretaron entre ellos y esta era otra prueba de ello.

—Vamos amor, todo lo que nos pasó fue tan fuera de contexto. Excepto que fui un idiota e imbécil en el proceso. Pero ya no soy más ese Jungkook, el que jamás dijo nada para defenderte. Lo siento mucho cariño.

Jimin niega sonriendo poniéndose de pie.

—Yo tampoco quiero ser más ese Jimin, solo el que quiere empezar de nuevo. Además, amé esos bombones de chocolates. Ahora se me antojaron algunos.

Jungkook lo toma entre sus brazos.

—Pues mandaré a comprarte algunos. ¿Quieres algo más?

Jimin asintió.

—Te quiero a ti esta noche, también te me antojas.

Se muerde el labio inferior provocando a Jeon. Si era verdad que no ha tenido sexo desde que ellos follaron en la boda, joder, no imagina como le hará sentir si logra que lo toque esta noche.

—Eso se puede solucionar cariño. Cenaremos algo y después comeremos el postre.

—Me parece genial. Ahora, vamos a la cocina para prepararte algo de desayunar y después te marchas al trabajo. —le dice Jimin.

—Lo que tú quieras amor.

Se besan con cariño y amor. Ambos están contentos con lo que están pasando, Jimin acepta que tal vez las cosas que creyó que Jeon le hizo fueron mal entendidos, y no está tan equivocado pues pronto se sabrán varias cosas.

La pareja se marcha a la cocina mientras Taehyung los mira con sumo odio. Pues como le dijo Jimin, entró a la oficina de Jungkook y descubrió que efectivamente tenía esa pintura de Jimin cubierta con esa tela. Miro la fecha en la que lo creó y la dedicatoria.

Salió hecho furia con una tijeras en mano. Con ganas de aplastar a ese maldito rubio entrometido. Pero la paciencia es algo que él sabe experimentar.

—Ya verás, maldito niño rubio oxigenado.


Me encantan como pareja.

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