xxiv. en el mundo solo existe el dolor








Después de llorar toda la noche como una niña que perdió a sus padres en un centro comercial, Jun-so fue a Sand Box para reunirse con sus compañeros para seguir hablando animadamente sobre el contrato que ya firmaron con 2STO. Eso es lo que la anima, una vez que se vaya a Silicon Valley, podrá olvidar todo lo trágico que ha pasado. Es la única oportunidad que tiene.

Llega al establecimiento donde se encuentra con Sa-ha y Do-san, quienes la saludan y caminan juntos a la oficina charlando un poco. Le entra una llamada de su padre quien la interroga por no haber llamado en días, él sabe que sucede algo malo pero si les cuenta lo más probable es que no termine bien. Las puertas del ascensor se abren, ven a varias personas frente a la puerta de su lugar de trabajo. Jun-so cuelga siguiendo a Do-san quien camina rápidamente hacia allá a ver qué sucede. Los tres entran encontrando a Dal-mi y los otros dos compañeros, reunidos con Alex.

— ¿Qué pasa? — pregunta el programador. La pelinegra se sienta al lado de su amiga acariciando su mano al notarla muy extraña.

— Sólo va a llevarse a los programadores... nosotras no vamos— murmura triste. Jun-so se queda en shock.

— Esto es un fraude. Dijiste que tomarías a todo el equipo.

— Pero el contrato no estipula eso.

Do-san golpea la mesa molesto — ¡me dijo de frente que llevaría a todo el equipo! ¿Dónde está tu honor?

— Las palabras no tienen poder. Es lamentable. Intenté convencer a los de la sede central, pero estaba fuera de mi alcance.

— ¡Pero ellas son el corazón de NoonGil para sus actualizaciones!

— NoonGil no necesita actualizaciones asi que no habrá problemas.

— Pensándolo bien, solo nos hizo preguntas técnicas el día de la demostración. No nos preguntó nada sobre nuestra visión o servicio ¿enserio está dispuesto a continuar con NoonGil sin nosotras? — pregunta la directora seria.

— Bueno, hablaré de eso con la sede.

— El señor Han estaba en lo correcto... — dice Sa-ha, eso toma por sorpresa a Jun-so ¿acaso les advirtió?

— ¿Compró la empresa para llevarse a los desarrolladores?

Look, vean el lado positivo. Todos recibieron una excelente compensación económica, incluso podrán trabajar en Silicon Valley. Si lo ven desde el punto de vista es increíble.

Cancelar el contrato no es una opción como sugirió Do-san. Si lo hacen hay que pagar el doble de lo que les dieron, sería mucho peor. Alex no dice más nada y decide irse. Se forma un nudo en la garganta de Jun-so sintiendo sus ganas de llorar volviendo a ella, a este ritmo va a terminar deshidratada.

— Dijiste que el señor Han se equivocaba, que eran especulaciones ¡y mira lo que pasó! — grita Chul-san a Yong-san. — todo lo que dijo era cierto...

— ¿De qué están hablando?

— ¿Por qué lo hiciste?

— Porque es el maldito señor Han... ¡Siempre nos hace menos! "no funcionara, no es bueno" ¡nos menosprecia! ¡y por eso miren lo que pasó! ¡hirió a Jun-so y no hicimos nada! ¿Cuánto tiempo más seremos sus marionetas?

— ¡Es nuestro mentor!

— Quizás tu pienses que es buena persona pero no tienes idea de la clase de persona que es ¡es un desgraciado!... por su culpa mi hermano se suicidó... Así como nosotros, criticó todo el trabajo de la empresa de mi hermano y alejó a los inversionistas. Cuando el dinero acabó, su empresa cerró. ¡Nos está haciendo lo mismo! no lo escuchen a menos que quieran terminar como mi hermano.

Jun-so se gira al oír pasos detrás de ella, encontrando a Han.

— Díganos de qué está hablando— dice Dal-mi

— Yo sólo les di mi opinión como inversor, si les molestó, es una pena.

— ¿"Una pena"? ¡mi hermano murió! ¿Cómo te atreves? — intenta atacarlo pero sus amigos lo detienen.

— Si no hubiese marcado los problemas del negocio de tu hermano, los socios comanditarios pagarían las consecuencias. Decir la verdad aunque duela, es mi trabajo.

— Entonces explíquenos la situación en la que estamos ahora. Deje de lado nuestros sentimientos y díganos todo aunque nos duela.

Han mira a Dal-mi — ya firmaron el contrato, no se culpen entre ustedes. Todos tienen la culpa por no leer bien. Acéptenlo.

— ¿Por qué... terminamos así?

— 2STO no les pagó tres mil millones de wones por la potencial rentabilidad de NoonGil, sino por la precisión de la solución. Por eso las despidieron a ustedes— desvía su mirada a Jun-so — la culpa no es tuya, puedes...

— ¡Basta! — le grita Do-san agarrándolo del saco.

— Ven conmigo — le pide a Jun.

— No— niega duramente con lágrimas bajando por sus mejillas. Han la mira unos segundos antes de asentir e irse, Do-san le sigue.

Jun-so no pierde tiempo y toma sus cosas yéndose de inmediato.







La pelinegra no tiene más nada que hacer que desahogarse, no tiene trabajo y la única opción que le quede es regresar a Tokio con sus padres, lo cual va a hacer a primera hora del día apenas salga el sol. Toma otro trago de su pequeño vaso completamente destrozada, cierra sus ojos pasando sus manos por su cabello estresada. Debe pensar qué va a hacer, no puede quedarse sin hacer nada, rendirse no es una opción para ella. Su madre le habló sobre un trabajo de modelaje y tal vez lo acepte.

— ¿Jun-so? — preguntan detrás de ella, Do-san, se sienta a su lado — no deberías beber así, me voy a quedar para cuidarte.

— ¿Cómo no me di cuenta? fui una ciega ¿cómo pude dejar que me pasara todo esto?... ¿Y sabes qué fue lo peor? le fallé a todos para no fallarle a él y al final... fue él quien lo hizo...

Jun-so comienza a llorar.

— Soy tan inútil, un desastre y lo sé. Pienso que si no me siento asi y estoy feliz todo va a mejor pero no ¿POR QUÉ ME PASA ESTO, DO-SAN? — chilla.

El chico da palmadas en su espalda cuando esta se recuesta en su hombro, claramente ebria.

— Ni siquiera voy a llamarlo y a decirle muchas cosas por el teléfono como en las películas románticas donde la chica se embriaga y al día siguiente amanece con resaca ¡no es una comedia romántica! — habla molesta.

— ¿No lo es?

— ¡No! ¡No va a disculparse de pronto solo porque se dió cuenta de que me quiere y olvidó sus sentimientos hacia Dal-mi! ¡es una estupidez! de ahora en adelante, no voy a vivir como en un drama romántico.

— Okey... Debería llevarte a-

— ¿Podrías guardar esto por mi? — dice extiendole una libreta, o más bien, su diario — por favor no leas, es importante. Además... No sirve ya...

— Bien, no te preocupes. — dice guardándola en su mochila con seguridad.

— ¿Para qué sirven los hombres? sólo te meten el...

Jie Sue-Ho llega justo a tiempo tapándole la boca a su amiga para no oír la expresión tan vulgar que iba a decir. Do-san paga la cuenta y se despide de Jun-so, a quien no va a ver más durante quien sabe cuánto tiempo.













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