xlviii. encontrándola a ella

FINAL

Muchas gracias por el apoyo en la historia <3

— Quiero pedirle la mano de su hija. — Eugenio escupe su vino hacia un lado, sin poder creer lo que acaba de decir su yerno.

— ¿CÓMO QUE SU MANO? a ver, a ver, bájale tres... ¿Te pidió matrimonio? — pregunta hacia Jun-so, ella asiente con timidez y una sonrisa— Ni loco, primero que me atropelle Elvira Ríos desde el cielo.

— ¡Paaaa!

— Eugenio, por favor. Esta es una oportunidad única. El vato tiene varo— susurra lo último.

— ¿Qué? Porque tiene dinero no vamos a dejar que se case con una mujer tan hermosa y de buen corazón como mi pequeña, y sinceramente, no es tan guapo ¡el man con varo no va a comprar a mi hija!

La mujer golpea a su esposo con molestia. Han carraspea su garganta.

— Señor, con todo respeto, creo que duda de los sentimientos que tengo hacia su hija. Soy mayor que ella, y eso me hace más responsable y maduro ¿no cree?

— ¡No intentes chantajearme, guapito!

— Por mí, tienen el sí definitivo— afirma Salma con una gigantesca sonrisa en el rostro.

— Gracias señora.

— ¡AHG! qué verga. Ella todavía es muy joven, puede conocer a otras personas ¡y casarse con alguien mejor!

— Eugenio, ¡si lo conocieras mejor dirías que el señor Han es un hombre increíble! Es pulcro, sabe cocinar y un total caballero.

— Me compra gomitas todos los días, papá— Jun-so apoya su cabeza en el hombro de su prometido con un puchero. Ji-pyeong sonríe tratando de caerle bien a su suegro.

— Debo pensarlo.







— Al parecer no se han enterado de la noticia. Es cuestión de tiempo para que se den cuenta. — habla la modelo deslizando la pantalla de su celular en Instagram.

— Desearía que no se enteraran, seguramente mi bandeja de notificaciones explotará.

— Aunque... ¿deberíamos decir nosotros?

— No creo que sea buena idea, recuerda que tu padre no nos ha dado alguna respuesta segura.

— ¡Ay, no le hagas caso! hagamoslo.

— ¿Segura, nena?

Jun-so abre su boca y asiente sonriente emocionada. El hombre ríe y se posiciona a su lado tomando una selfie, para después subirla a sus redes. Un rato después su celular vibra sin parar.

Papá me llama, no le voy a contestar. Qué mala soy — la pelinegra ríe.

— Deberías decirle, no quiero que me mate, en serio. — habla con temor, Jun-so rueda sus ojos colocando su mano en su hombro.

— Papá simplemente no quiere que me tengas, después de todo, soy la pequeña de sus ojos. Además, Hannie, no te va a matar porque él quiere nietos y en mucho tiempo nadie se había interesado en mí. No te angusties.

El inversionista entiende. Al terminar sus cafés ambos se retiran de la cafetería y suben al auto del hombre, quien conduce emprendiendo su camino a Hiroshima. Gracias a la información que Han le dió, Jun-so pudo averiguar con más profundidad con respecto a su familia biológica. Su padre es biólogo y su madre una ama de casa, mientras que su hermano estudia en la universidad para ser doctor.

— Papá, entiendo que estés alterado ¡pero descuida! ya estoy grande para casarme.— tranquiliza charlando con su progenitor por medio de una llamada — ¿Quieres hablar con Han?

Él niega rápidamente negándose a "charlar", más bien es una amenaza.

— De acuerdo, te lo pasaré, pero no tardes mucho. Está conduciendo.

— ¡Hola se...!

— ¿QUIÉN TE DIJO QUE TE HE DADO MI AUTORIZACIÓN? ¡No puedes decirle a medio mundo sin mi consentimiento!

— Lo lamento, señor, pero Jun-so me mandó, y si ella me dice algo, yo lo hago.

— Mmmm, fíjate que esa es una buena respuesta... PERO NO ME HARÁ CAMBIAR DE OPINIÓN ¡si vuelves a hacer algo sin mi autorización, te corto los...!

Cuelga repentinamente, seguramente fue Salma. La pelinegra toma de nuevo su celular y decide mirar por la ventana la mañana.

— Estoy muy nerviosa de conocerlos — murmura.

— Tranquila, si pasa algo, sabes que estaré contigo. — toma su mano

Luego de un par de horas de viaje en coche de Japón hacia Hiroshima, llegan a su destino. Jun-so mira el pequeño cartel arriba de la puerta verificando por décima vez la dirección y da un vistazo al barrio. Humilde, una bonita calle con muchos pastos verdes. Ji-pyeong entrelaza su mano con la de ella y caminan al pórtico, donde toca esperando unos segundos hasta que sale una mujer, se inclinan saludando.

— Burnas tardes ¿usted es la señora Hye Duk-su? — pregunta el inversionista.

— Sí ¿los conozco?

— Soy yo, mamá. — exclama la chica con sus ojos levemente cristalizados — soy Hye Jung-park.

La mujer la mira sin poder creerlo y se acerca tocando sus mejillas.

— Mi pequeña Jungie— susurra sonriente.

La abraza fuertemente durante un tiempo.

— ¡Por favor, pasen!

La pareja entra a la casa, la cual se ve muy agradable y tiene un olor muy natural. Se sientan en el sofá y Jun-so divisa un bol de gomitas en la mesa, toma unas comiéndolas.

— Veo que te gustan, mi esposo igual. No puede vivir sin ellas. — dice trayendo un par de tazas de té, se coloca al frente de ellos. — ¿Y quién es él?

— Perdone no presentarme, soy Han Ji-pyeong.

— Es mi prometido. — añade la chica sonriendo.

— Oh, qué gigantesco gusto.

— Veo que habla coreano.

— Así es, fui profesora de idiomas en una escuela, manejo algunos.

— ¡Cariño, ¿has visto el...?— un hombre y un chico bajan las escaleras. El mayor frunce su ceño bajando sus gafas un poco — No sabía que teníamos visitas.

— Amor, es ella — le habla sonriente.

Hye Mon-yu, el padre biológico de Jun-so, se aproxima a su hija mirándola impactado.

— Tienes los ojos enormes de la familia Hye — Jun-so ríe, para a continuación estrecharla en sus brazos. Voltean hacia el otro chico — hijo, es tu hermana.

— Hola, soy Hye Dae-hyun — saluda sonriéndole — nos parecemos bastante.

— Kim Jun-so. Somos como mellizos— ríen. La modelo da un paso hacia atrás tomando a Ji-pyeong del brazo — él es Han Ji-pyeong, mi prometido.

— Un gusto muchacho ¡bienvenido a la familia! — dice el señor Hye emocionado agitando su mano 《 Vaya, es muy diferente al señor Kim 》— ¡quédense a comer! hoy hicimos Bibimbap.

— Es mi comida favorita. — hablan al unísono los hermanos.

Jun-so agarra a Han y se dirigen al comedor. La comida transcurre entre recuerdos, historias y preguntas de parte de todos. La pelinegra sonreía todo el tiempo y eso era algo que al inversionista le encantaba, verla feliz con su familia biológica era su meta y pudo cumplirla. Quizás él no pudo tener relaciones familiares como todos, pero haber podido ayudar a Kim Jun-so con su mayor anhelo, lo hizo sentir orgulloso de sí mismo.

— Hannie ¿puedes parar aquí unos minutos? Estoy muy llena y quiero descansar — pregunta hacia su prometido.

Él asiente. La chica se baja del coche caminando hacia la playa, donde respira aspirando el olor a tierra mojada. Han Ji-pyeong se coloca a su lado.

— ¿Deseas ver el mar de cerca? — le pregunta al verla con su típica mirada pensativa.

— Quisiera, pero no puedo, sólo traje este par de zapatos y no me los quiero quitar porque so muy delicados — hace un puchero.

Han piensa y se le ocurre una idea. Toma a su prometida cargándola en sus brazos tipo princesa. Ella sonríe. Camina hacia el mar sumergiendo sus pies un poco, Jun-so baja su mirada observando el agua cristalina y un par de peces en la orilla.

— Son muy lindos ¿podemos tener una pecera al llegar a casa? — cuestiona feliz. Él asiente. — Gracias por todo lo que haz hecho por mí.

— Un simple pedazo de cinta adhesiva no sirve para reparar mi error — sonríe con melancolía, ella le da un pequeño beso.

— Te perdono. Eres un el hombre más bueno que he conocido, Han Ji-pyeong.— sus grandes ojos brillan mirándolo.

— ¿Quieres meterte?

— ¡No!— Jun-so ríe agarrándose de su cuello para que no la baje y no mojarse.









Es un nuevo día en Sand-box, hoy comienza un nuevo programa de residencia, Jun-so y Han se inscribieron como mentores, la chica quiere experimentar por primera vez lo que se siente, y como él ya tiene experiencia, podrán lograrlo juntos. Se encuentran caminando por el edificio saludando a varios concursantes.

— ¡Señora Yoon! ¿nuestro grupo puede ser de 6 personas?

Han se detiene al escuchar a un pequeño grupo diciéndole eso a la señora y le hace una seña a su chica, ambos se dirigen hacia allá con curiosidad.

— ¿No cree que sería divertido añadir a alguien más a su grupo? — pregunta el inversionista. Recordando la primera vez que Jun y él se conocieron.

— Así podríamos ver cómo se desempeñan en grupo — añade la modelo.

— Tienen razón. Pueden hacerlo. — les da permiso, los más jóvenes se van contentos, la directora mira a sus compañeros— qué bueno verlos de regreso, necesitábamos profesionales que buscan apoyar a los necesitados económicamente.

— Es un gusto estar aquí.

La señora Yoon sonríe retirándose. Jun-so le sonríe al hombre y este pasa su brazo por sus hombros mientras se dan la vuelta, yendo con el grupo Cheongmyeong Company para celebrar su próximo matrimonio.

Había sólo una razón por la que Han Ji-pyeong no tenía interés en hallar a su primer amor, porque siempre, desde el principio, había estado ocupado encontrándola a ella (the missing her)

FIN.












Extras:









"No busques a alguien que no tenga los mismos sentimientos que tú de inmediato. Busca a alguien que sepa arrepentirse cuando se de cuenta de ellos aunque sea demasiado tarde"
— Kim Jun-so, The Missing Her.
-vee14c













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