➤ᴛʜᴇ ᴠɪʟʟᴀɢᴇ ᴅᴀɴᴄᴇ
1 semana después…
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—¿Un baile en la mansión Nortwest? —dudó el castaño. Ahora mismo se encontraba en la habitación de su pareja leyendo la invitación al baile de pueblo, estando recostado entre las piernas de su novio mientras reposaba su cabeza en el hombro del mayor a la vez que este lo abrazaba y se acurrucaba entre su suave cabellera.
—Huh, te sorprendería lo mucho que cambió esa familia desde que agregaron a McGucket a su familia. —bufó.
—¿Ah sí? Explícate. —pidió.
—Bueno, después de humillarse a lo grande para recuperar su mansión… —la risa contagiosa de su novio lo interrumpió. —… La condición de McGucket para qué la recuperarán fue que él seguiría viviendo ahí y formaría parte de su familia, tuvieron que acceder, pues no querían invertir en otra casa, y ahora, a mitad del verano, ellos organizan un baile donde todas las personas de pueblo que lo deseen pueden asistir.
—Imagino que ya habrás asistido al evento.
—Solo una vez, por pura curiosidad y tengo que decir que valió la pena.
—¿Vas a ir esta vez? —curioseó.
—Tan solo si tú vas, de lo contrario no iré. —plantó un beso casto en la mejilla del castaño, generándole un lindo sonrojo en sus mejillas. —Además… —se acercó a su oído y le susurró de manera seductora: —… Me encantaría verte usando un traje.
En ese instante, Dipper estremeció a la vez que sintió su rostro arder, por lo que se separó lo suficiente para ver a Bill riéndose ante su repentina acción, esto hizo que un puchero se formará en su cara, tomó una almohada que tenía cerca y se la lanzó en la cara al rubio, quien no dejaba de burlarse de su actitud.
—¡No vuelvas a decir algo de esa manera! —reclamó, mientras se cubría su sonrojado rostro con sus manos.
—Ay, ¿por qué no? Te veías tan tierno con tu cara completamente roja. —sonrió burlón mientras tiraba la almohada que le Dipper le había lanzado anteriormente y lo atraía de vuelta a él para volver a acomodarse de la manera en que estaban. —Ya, ya, no te enojes.
—No estoy enojado, es solo que… Se sintió extraño… —aclaró el menor, a la vez que frotaba el oído donde Bill anteriormente le había susurrado.
—¿Extraño? Huh, en fin. Regresando al tema, ¿vas a asistir? —preguntó.
—Creo que sí, y aunque no quisiera, sé que Mabel me obligará a ir. —Bill rio ante eso último. —Y, por si no te acuerdas, ya me has visto usando un traje. —ladeó una sonrisa, el rubio quedó confundido.
—¿Cuándo? No lo recuerdo… —cuestionó, Dipper se burló de él.
—¿En serio? ¿No recuerdas lo que llevaba puesto cuando usaste mi cuerpo como tu marioneta? —algo dentro de la mente de Bill hizo “clic” y enseguida recordó aquella situación, «Oh, mierda.» Pensó, frunció el ceño al recordar y Dipper comenzó a reírse de él.
—¡Oh, por favor, Dipper! —el mencionado reía a carcajadas mientras el otro lo fulminaba con la mirada. —¡Ya me disculpé como trescientas veces esta semana por todo lo que te hice, ya deja de echármelo en cara! —refunfuñó.
De la nada, escucharon un grito agudo proveniente de la sala de estar, luego alguien azotó la puerta de la habitación en donde se encontraban pasando el rato, asustando al menor, en eso, Caín entró de golpe y a todo pulmón gritó…
—¡Kirari y Sayaka son pareja, y están subastando los votos en este instante, Yumeko ya descubrió que el Clan Momobami también está participando en la subasta, WTF! —chilló emocionado.
—Creí que ya habías terminado de ver ese animé. —dijo Bill.
—Eh, aún no, sabes que seguía en depresión después de ver Death Note, aún no lo supero. —aclaró. —¿Vienen? ¡La situación está tensa!
—Ah, claro, ya- —el celular de Dipper sonó interrumpiéndolo.
—¡No importa, me voy, se están perdiendo de lo mejor! —se fue a toda velocidad de vuelta a la sala, dejando a la pareja con una expresión de “¿Qué pasó aquí?".
Luego de unos segundos, Dipper atendió la llamada, era su hermana, lo llamó para qué se encontrarán en el centro comercial para comprar atuendos para asistir al baile, le dijo que ella y Pacífica lo estaban esperando y que se apresurara, debido a los gritos de la gemela, Bill escuchó toda la conversación.
—Je je, te acompañaré. —dijo el rubio.
—Gracias, no podría con esas dos. —suspiró aliviado.
Seguidamente, se levantaron de la cama y Dipper se dirigió a la puerta cuando fue detenido por su novio, «Ah, es cierto.» Recordó. A los dos segundos, Bill ya los había teletransportado a unos pasos del centro comercial, obviamente en un lugar discreto para no llamar la atención.
Cuando llegaron al sitio, se encontraron con Mabel y Pacífica frente a una tienda de trajes elegantes perfectos para la ocasión, la rubia se sorprendió al ver a Dipper con el chico nuevo, así que Mabel le explicó que ellos pasaban mucho tiempo juntos, luego cuando ya estaban todos reunidos, entraron a la tienda y comenzaron a ver la gran variedad de ropa.
Dipper se sorprendió al ver los precios de cada traje, Pacífica lo notó y le dejó en claro que no tenía de que preocuparse, que ella lo pagaría y que lo consideraran como un “regalo de cumpleaños adelantado”, al escuchar eso Mabel abrazó a la joven Nortwest para agradecerle el gesto tan amable de su parte, provocando que ella se sonrojara.
Luego del abrazo, Philip le pidió a Mabel que le ayudara a buscar trajes combinados para él y Dipper, eso tomó por sorpresa al castaño, «¿Qué estarás tramando, Cipher?» pensó. La gemela preguntó el motivo y Philip le respondió que su hermano había perdido una apuesta, Dipper lo fulmino con la mirada y le causó una risilla a su hermana y a Pacífica, luego de eso, ella aceptó ayudarle y se dispuso a buscar lo que le habían pedido.
—¿Por qué le pediste eso? —preguntó Pines.
—De alguna manera discreta tengo que demostrar que ya tienes a alguien. —dijo simple, Dipper se sonrojó como un tomate.
Unos minutos después, oyeron a Mabel llamándolos para que fueran a ver las opciones que había encontrado, y después de estar discutiendo sobre cuál deberían usar, eligieron un conjunto que sintieron que era el adecuado.
Ahora que ellos ya estaban listos, debían esperar más de tres horas hasta que las chicas se decidieran por sus atuendos. Ahora estaban sentados en los sillones de la tienda mientras esperaban a las otras dos, sintiendo como el tiempo pasaba lentamente.
—¿A qué horas era el baile? —preguntó el castaño.
—A las seis de la tarde. —respondió el otro.
—Con suerte, saldremos de aquí diez minutos antes de que comience.
Siguieron jugando en sus teléfonos para pasar el rato, bueno, Dipper jugaba porque Philip estaba investigando sobre las cosas que se hacen durante las citas; quería que su primera cita oficial con Dipper fuera inolvidable y al oír sobre el baile quiso que ahí comenzará todo, luego de haber disfrutado del evento lo llevaría a otro lado a disfrutar el resto de la noche, solo que no sabía dónde o qué hacer, por eso estaba investigando y, no sabe cómo, se encontró con una opción bastante… Interesante, creo que la mayoría ya sabe de qué se trata.
No, no haré eso. Tampoco lo forzaré,
es demasiado pronto para eso.
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Luego de aproximadamente tres horas esperando, salieron del centro y se dirigieron a sus casas para alistarse para el evento. En la cabaña, Melody ayudaba a Mabel con su peinado y maquillaje, Soos peleaba con su corbata al no poder atarla correctamente, y Dipper intentaba domar su cabellera rebelde, quería verse bien esa noche, pues él sentía como si fuera su primera cita con Bill. «Vaya, nunca pensé que diría eso.»
En cuanto a aquel demonio, él seguía investigando sobre aquel… Tema, desde que leyó ese artículo su mente comenzó a darle vueltas al asunto, según lo que decía ahí, esas cosas pasan naturalmente en los mejores casos, normalmente es una persona la que se siente invadida por los nervios, pero a medida que van profundizando en el asunto, las demás emociones son las que dominan el ambiente.
Al recordar eso, Bill se repitió millones de veces que dejara de pensar en eso, solo sería una cita tranquila sin nada de cosas… De ese tipo.
Dos horas más tarde, el baile había comenzado, la mansión Nortwest era iluminada por bellas luces decorativas en el jardín principal y dentro la decoración era lujosa; candelabros de cristal colgando del techo del salón, flores de todo tipo adornando los muros, el suelo totalmente pulido, la mesa de bocadillos repleta de comida deliciosa y todo tipo de postres, la música clásica resonando en cada rincón. La gente no tardaba en llegar y llenar aquel salón vacío.
Los amigos de Dipper y Mabel, incluyéndolos a ellos ya había llegado a la fiesta, al encontrarse entre tanta gente, comenzaron a platicar a gusto. Pasaban los minutos y Dipper se preocupaba, pues no veía a su novio por ningún lado, eso se le hizo extraño, se dirigió a la mesa de bocadillos para llamar a Bill, ya que ahí no había mucha gente y podría hablar con más confianza.
Mientras el teléfono sonaba, decidió probar uno de los muchos postres servidos, específicamente uno de chocolate que le encantó.
Tanto que sintió caer un poco de glaseado en su mejilla, estaba a punto de limpiarlo cuando alguien se le adelantó; Bill.
—No tienes ni la más mínima idea de lo atractivo que te ves esta noche. —sonrió seductor, mientras limpiaba la mejilla del más bajo.
—¡N-No digas cosas así! —reclamó, pues estaban en un lugar público. Bill solamente bufó. —Bien, ya me viste vestido así, ahora, ¿ya me puedo ir? —bromeó.
—Ni siquiera lo sueñes, Pines. —el mencionado rio. —Pero tengo entendido que no te gusta estar en este tipo de eventos, así que solo nos quedaremos hasta el primer baile, luego nos iremos. Tengo planes.
—¿En serio? —preguntó con curiosidad. —¡Muero por saberlo! —le dedicó una sonrisa a su pareja, una sonrisa encantadora ante sus ojos.
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Un largo rato había pasado desde que llegaron y comenzó la fiesta, todos los amigos estaban reunidos, tomando miles de fotos, haciendo comentarios sobre el evento, disfrutando de la comida, etc. Todos se la pasaban de maravilla hasta que el anfitrión de la fiesta anunció que era hora del primer baile de la noche.
Las parejas no tardaron en formarse y la música, antes movida y divertida, pasó a ser una canción lenta, perfecta para el momento.
A la distancia, Bill notó que Pacífica invitaba a la gemela de su novio a bailar, ambas parecían supernerviosas, pero al final se logró, al parecer Dipper también lo había notado. Luego, Bill, camino hasta quedar frente a su pareja, extendió su mano hacia él y preguntó con una sonrisa cariñosa…
—¿Me permites este baile? —Dipper, con los nervios a mil, asintió, tomando con suavidad la mano de su pareja, dejando que lo guiará a la pista.
Una vez ahí, Bill llevó una de sus manos a la cintura del castaño y este subió su mano libre hasta el hombro del más alto, ambos se regalaron una sonrisa cariñosa y comenzaron a bailar al compás de la melodía, mientras se veía a los ojos como bobos enamorados.
❝𝑰'𝒗𝒆 𝒄𝒉𝒂𝒔𝒆𝒅 𝒂 𝒎𝒊𝒍𝒍𝒊𝒐𝒏 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈𝒔
𝑩𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒍𝒊𝒈𝒉𝒕𝒔 𝒂𝒏𝒅 𝒆𝒎𝒑𝒕𝒚 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔
𝑵𝒐𝒘 𝒉𝒆𝒓𝒆 𝑰 𝒂𝒎
𝑹𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒘𝒉𝒆𝒓𝒆 𝑰 𝒕𝒉𝒐𝒖𝒈𝒉𝒕 𝑰 𝒘𝒂𝒏𝒕𝒆𝒅 𝒕𝒐 𝒃𝒆 ❞
A pesar de estar entre un gentío, se sentía como si solo fueran ellos dos, bailando al compás del corazón; sus miradas conectadas, sus sonrisas tiernas, la cercanía entre ambos que solo querían romper con un beso en ese mismo instante, las ansias por estar a solas los consumían, pero a la vez, bailar de esta forma, era encantador, ninguno de los dos pensó en compartir un momento así, jamás se les había pasado por la mente algo así, pero eso es lo bueno de las sorpresas de la vida…
❝𝑰’𝒍𝒍 𝒕𝒓𝒂𝒅𝒆 𝒊𝒕 𝒂𝒍𝒍 𝒓𝒊𝒈𝒉𝒕 𝒏𝒐𝒘
𝑳𝒆𝒂𝒗𝒆 𝒊𝒕 𝒂𝒍𝒍 𝒂𝒏𝒅 𝒍𝒂𝒚 𝒊𝒕 𝒅𝒐𝒘𝒏
𝑻𝒐 𝒈𝒆𝒕 𝒃𝒂𝒄𝒌 𝒕𝒐 𝒘𝒉𝒆𝒓𝒆 𝑰 𝒃𝒆𝒍𝒐𝒏𝒈
𝑳𝒐𝒓𝒅 𝒂𝒍𝒍 𝑰’𝒗𝒆 𝒆𝒗𝒆𝒓 𝒏𝒆𝒆𝒅𝒆𝒅 𝒘𝒂𝒔 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒍𝒐𝒗𝒆❞
La música disminuía, las parejas dejaban de moverse a medida que la canción terminaba, y ahora era el momento indicado para salir de ahí y pasar tiempo a solas, finalmente.
Ambos se separaron, pero no por completo, Bill jaló levemente la mano de su novio para llevarlo a otro lugar dentro de la mansión, aprovechando el hecho de que todos estaban distraídos, en uno de los pasillos más alejados y desolados del lugar en total oscuridad, siendo la única iluminación los rayos de la luz lunar que se colaban por las ventanas de la mansión.
El rubio arrinconó a su pareja contra la pared para proseguir a besarlo con necesidad, tomando por sorpresa al castaño, quien respondió de inmediato.
Era un beso tan apasionado, Bill se estuvo reteniendo mucho mientras disfrutaban del baile, porque por su parte lo hubiera besado ahí mismo, pero sabía que su novio era tímido para hacer estas cosas en público, pero hizo lo correcto al esperar, pues ahora lo tiene solo para él, para besarlo hasta el cansancio.
Las manos del mayor recorrieron el cuerpo del castaño hasta posarse en su cintura, presionándola ligeramente, provocándole un jadeo casi inaudible al de menor estatura, quien no perdía el tiempo y enrollaba sus brazos en el cuello del rubio, pasando sus manos en su sedoso cabello.
El calor en sus cuerpos aumentaba, la pasión y el deseo también. Inesperadamente, el rubio mordió levemente el labio inferior de su pareja, haciendo que soltara un jadeo silencioso, para luego introducir lentamente su lengua en la cálida boca del castaño, comenzando así una guerra de lenguas que el demonio dominaba a su gusto.
Es entonces donde las manos del rubio se posan sobre las caderas del castaño para luego separarse de aquel intenso beso, dejando un hilo de saliva que los unía mientras jadeaban involuntariamente. De improviso, Dipper sintió como fue suspendido; Bill lo levantó y posicionó sobre su cintura, obligando al menor a enrollar sus piernas para sostenerse mejor en esa nueva posición.
—B-Bill, ¿q-que haces? Bájame. —rogó, siendo ignorado y callado por otro beso lleno de lujuria.
Dipper no sabía qué hacer, nunca antes había hecho este tipo de cosas ni había conocido ese tipo de situación, solo se dejó llevar ante la sensación indescriptiblemente buena, dejándose dominar por su amante sin pensarlo dos veces.
Bill apegó más sus cuerpos para luego separarse de los labios de su amado y bajar sus besos, desde su mejilla, recorriendo cada pliegue de u rostro hasta bajar a su cuello, donde desató el moño usando sus dientes y de la misma manera abrió los botones de la camisa blanca y prosiguió dejar besos húmedos en ese sitio, haciendo que Dipper soltara aquellos sonidos obscenos que ni el mismo conocía.
Pasó su lengua por aquella zona, seguidamente clavo sus dientes para dejar una vistosa marca, Dipper gimió ante la sensación, sintiendo como el otro seguía marcándolo, apretó sus ojos y tapó su boca con una de sus manos para evitar soltar más de esos sonidos y así evitar ser descubiertos por algún fisgón. Bill siguió dejando besos por todo el cuello de su novio, bajando a su clavícula donde chupó, dejándole otra marca más que contrastaba perfectamente en su piel.
El deseo y la lujuria ya les estaba ganando, sus cuerpos ya estaban reaccionando ante la excitación; ya no había vuelta atrás.
Cipher se alejó lo suficiente para ver lo que estaba haciendo con su amante; Dipper tenía los ojos cerrados, una mano callando sus obscenos sonidos, su sonrojo cubría la mayor parte de su rostro y las marcas de mordidas y chupetones que le había dejado anteriormente complementaba aquella imagen tan excitante, haciéndole perder la poca cordura que le quedaba.
Se acercó lentamente a su oído, lamiendo el borde de este, sintiendo como el menor se contraía; había encontrado un lugar sensible en su cuerpo.
Sonrió, y luego se posicionó frente a su rostro, llamando su atención para encontrarse con sus ojos entreabiertos.
—¿Nos vamos? —preguntó seductoramente, Dipper lo miró ansioso, y a medias pudo responder…
—S-Sí…
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