➤ᴀ ʟᴏɴɢ ɴɪɢʜᴛ

Nota: Este capítulo contiene escenas maduras (smut/yaoi soft), si no te gusta este tipo de contenido, te recomiendo que omitas este capítulo y no dejes comentarios negativos.









"No, no haré eso. Tampoco lo forzaré,
es demasiado pronto para eso.”

Tengo que dejar de mentirme así.

≫ ──•◦ ◦•── ≪

Al desaparecer de la fiesta, Bill hizo que ambos aparecieran dentro de la habitación de Dipper, aun sin bajarlo, siguió besándolo intensamente, hasta el punto donde el oxígeno ya hacía falta, obligándolos a separarse entre jadeos y suspiros.

El rubio camino unos pasos hasta la cama donde recostó con delicadeza a su pareja sobre el suave colchón, seguidamente se acomodó sobre el castaño para ver cada facción de este; su cabello desordenado, su notable y lindo sonrojo, sus ojos entrecerrados y sus labios entreabiertos, jadeando levemente, también podía oír con atención como su corazón palpitaba tan rápido debido a los nervios y la ansiedad de saber que iba a pasar. «Qué tierno.»

Pasó su mano por la mejilla de su amante, delineando el contorno de su rostro para después bajar lentamente a su cuello, donde acarició la marca que había dejado anteriormente, sintiendo como el castaño se estremecía con su toque, siguió bajando hasta llegar a los botones de su camisa que aún estaban cerrados, luego, se acercó a su rostro, haciendo que sus narices rozaran, posteriormente en un susurro le preguntó…

—¿Puedo? —Dipper dudó en contestar; estaba realmente ansioso y no tenía idea de lo que iba a pasar ni que hacer. —Si no quieres hacer esto, dímelo, no te voy a obligar. —aclaró. El castaño se apresuró y envolvió sus brazos en el cuello del mayor, atrayéndolo para besarlo unos segundos.

—No… No me e-estás obligando a nada…—tartamudeó. —… Hazlo… —respondió con los nervios a mil.

Cipher besó su frente, bajando luego a su mejilla, dejando un camino de besos por su rostro, descendiendo lentamente a su cuello, provocando que Dipper sacara uno que otro suspiro.
Con un chasquido de sus dedos, hizo desaparecer la vestimenta superior de ambos, dejando a la vista el torso del menor, se detuvo unos segundos para verlo detenidamente y acariciarlo de manera sutil, levantando la mirada, vio a su novio cubrir su rostro con ambas manos, eso le causó una leve risita.

Siguió dejando besos por su cuerpo y se detuvo en aquellos botones de carne de color rosado suave, pasó su lengua por uno de estos, mientras su mano jugueteaba con el otro. Lamió, chupó, y mordió aquella zona, excitando al menor, quien dejaba escapar pequeños gemidos de placer.
Otro chasquido hizo que todos sus ropajes restantes desaparecieran, dejándolos completamente al descubierto. Dipper se sobresaltó ante eso, y antes de que siquiera pudiera intentar decir alguna cosa, sintió la cálida mano de su novio jugar con su entrepierna, dando inicio a un placentero vaivén; el rubio movía su mano lentamente, de arriba a abajo, masturbando a su pareja, contemplando todas sus reacciones, haciendo que él se excitara más de lo que ya estaba.

Dipper cubrió rápidamente su boca con su mano para evitar gemir muy fuerte, cerró sus ojos, dejándose llevar por aquella desconocida sensación tan buena, sentía como su cuerpo tiritaba a medida que un cosquilleo en su parte baja aumentaba y la velocidad con la que su novio movía sus manos se hacía más rápida, y como algo quería salir de su cuerpo.

—B-Bill… Espera-¡Ah! —gimió. —A-Algo sé… Se siente raro- ¡Ngh! —el rubio deposito un besito en su frente.

—No se siente, raro; se siente bien. —explicó. —No te contengas.

Dicho eso, atrapó los labios del menor en un beso intenso, Dipper subió una de sus manos hasta el hombro del más alto, interrumpiendo el beso con leves jadeos, hasta que finalmente alcanzó el clímax, terminando en la mano del mayor, dejando salir un gemido agudo.
Dipper dejaba salir jadeos cesantes, nunca había experimentado algo así en toda su vida, y debía admitir que se sintió muy bien.
Inesperadamente, sintió como algo entraba en su interior, se sentía muy apretado y levemente doloroso.

—¿Q-Qué haces…? —preguntó entre jadeos, mientras apretaba el hombro del más alto.

—Si no te preparo, puede que llegue a lastimarte. —aclaró.

Bill podía sentir lo húmedo y apretado que estaba el interior del castaño, sería difícil entrar en él en este estado. Introdujo un tercer dedo en su interior, moviéndolos en círculos, apreciando lo sensible que era su novio ante su toque, su temperatura corporal aumentaba y su erección dolía, había estado conteniéndose bastante para no lastimarlo, pero ya estaba en su límite.
Al terminar de prepararlo, sacó sus dedos lentamente y posicionó su miembro en la entrada del menor, quien jadeaba incontrolablemente.
Ante eso, el rubio se inclinó hacia los labios de su pareja para fundirse en un ardiente beso, sintiendo como Dipper llevaba una de sus manos hasta su cabello y lo acariciaba sutilmente, seguidamente el rubio bajo una de sus manos y la llevó hasta la cintura del castaño, juntando más sus cuerpos ya cubiertos por una fina capa de sudor.

Bill era persistente con los besos, lo besaba tan intensamente hasta el punto de querer dejarlo sin aire, y en esta situación era incluso mejor en eso. Las sensaciones tan excitantes los hacían delirar, cada caricia, la manera en que sus lenguas se rozaba en medio de esos calientes y húmedos besos, sus miradas llenas de deseo; todo era fascinante.
Luego de unos instantes, rompieron el beso, dejando un hilo de saliva que los unía, es entonces donde el demonio interrumpe el silencio para proseguir a la siguiente fase.

—Dime si te llega a doler. —susurró, Dipper asintió.

Suspiró, para después entrar lentamente en el interior de Dipper, sintiendo como lo apretaba, haciendo que soltara un gemido grave, mientras que el otro gemía cada vez más a medida que entraba totalmente.
«¡Duele…!» decía el castaño en su mente, mientras que de su boca salían incontables gemidos y jadeos de dolor y placer, se sentía tan lleno por dentro, sus piernas tiritaban y apretaba la cintura del más alto en busca de equilibrio, abrazaba con fuerza la espalda de su amante mientras ocultaba su rostro en el hueco del cuello y el hombro del rubio, jadeando involuntariamente. Bill abrazaba la cintura del menor y lo acariciaba para que se calmara.
Dipper aflojó un poco el abrazo para poder ver a los ojos a su pareja, ambos hicieron contacto visual unos segundos antes de darse un beso breve.

—Voy a moverme. Iré lento, así que relájate. —habló el rubio.

Las embestidas comenzaron, lentas y placenteras, llevó ambas manos a la cintura de su novio, tomando con firmeza aquel lugar, Dipper mantenía sus ojos cerrados, sus piernas temblaban, su rostro totalmente sonrojado y su saliva escurriendo por sus finos labios, sumado a esa erótica imagen, los sonidos obscenos de ambos cuerpos chocando y los gemidos por parte de ambos jóvenes, quienes estaban hundiéndose en tan satisfactorio placer, inundaban la habitación.
La base de la cama chocaba con la pared debido al brusco aumento de la velocidad de las embestidas, provocando que el castaño gimiera más fuerte y se aferrara más al cuerpo de su novio, abrazándolo por la espalda con fuerza para sostenerse mejor. Bill estaba perdiendo la poca cordura que le quedaba con cada embestida y la manera en que Dipper lo llamaba era increíblemente tentadora; era como un detonante.

Siguió aumentando la velocidad, aumentando aquel placer en busca de aquel paraíso, se inclinó hacia el cuello del menor, donde dejó otra mordida en aquel lugar, haciendo que Dipper gruñiera al sentir sus dientes clavarse en su piel. Bill quería marcarlo, marcarlo tanto para demostrar que le pertenecía; que era suyo para que nadie más se le acercara. Subió sus besos hasta los labios del castaño, donde los besó sin previo aviso, mordió su labio inferior, dejando una pequeña marca que goteaba sangre, lamió la herida, seguidamente introdujo su lengua en la boca de su amante para seguir con aquel beso apasionado.

Los besos y las caricias eran cada vez más salvajes, llenos de deseo y desesperación, el clímax ya se sentía, ya que él agarre de las piernas del castaño en la cintura del más alto comenzaba a aflojarse; ya estaba en su límite. Dipper soltó un agudo gemido cuando llegó al orgasmo, sintió su cuerpo erizarse y encorvarse, provocando que su interior apretara el miembro de Bill, haciendo que terminara dentro de él, dejando salir un ronco gemido cerca del oído del castaño, haciéndolo estremecer.

Sus respiraciones eran desiguales, maldita sea, eso se había sentido increíble. Inesperadamente, Dipper fue suspendido por los fuertes brazos de su pareja, quien se sentó en la cama y acomodó al menor sobre él, introduciendo nuevamente su miembro en el interior del castaño, quien soltó un leve jadeo al sentir de nuevo aquella presión en su interior, solo que está vez era más intensa, sintió que tocó un lugar que no sabía que tenía dentro.

—B-Bill… E-esto es m-muy profundo… —jadeó, mientras apretaba ambos hombros del rubio, buscando algo de donde sostenerse.

Bill lo tomó nuevamente de la cintura, ejerciendo una leve presión en su agarré, tomando desapercibido al castaño, quien al no recibir respuesta de su novio, lo llamó una vez más y se sorprendió con lo que vio; los ojos de su amante estaban completamente dorados, brillando en la oscuridad, con un semblante atrevido y una sonrisa maliciosa y coqueta que dejaba ver como se asomaba un colmillo, en ese momento sintió algo crecer en su interior y soltó un gemido agudo ante esa repentina sensación, luego sintió la caliente lengua del rubio recorrer el borde de su oído, de arriba a abajo, para finalizar mordiendo su lóbulo.

—Todavía puedes seguir, ¿verdad? —preguntó con una ronca voz seductora, seguidamente embistió al castaño con rudeza, haciendo que le fuese imposible callar todos esos melodiosos gemidos.

Esta será una larga noche~

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