∅ | 章 01﹅

Como cada mañana, no era sorpresa que algunas Omegas, Betas e incluso Alfas se girasen a ver con deseo o incluso envidia a ese estudiante con chaqueta de cuero bajar de esa motocicleta que escucharon rugir a la distancia, minutos antes de que este arribara en el estacionamiento del instituto.

No tardó en retirar el casco rojo de su cabeza, despeinando sus hebras largas y oscuras cual carbón, y logrando que algunos mechones traviesos acentuaran en él ese aire seductor. Él lo sabía, estaba sacando algunos suspiros encantados por parte de ese grupo de admiradores con los que contaba. Y Jeon JungKook solo pudo dirigirles una sonrisa coqueta a esas chicas que lo saludaban desde las escaleras de la entrada, dejando su preciada moto en su lugar habitual en el estacionamiento, la sombra de su hoyuelo marcado en su mejilla y brindándole un aire ostentoso e imponente.

Sexy.

El Alfa avanzó a paso decidido, con confianza e incluso algo de altanería entre el resto de estudiantes, dándose el lujo de guiñarle uno de sus ojos a una de las Omegas de antes, haciéndola ruborizar como si aquello hubiese sido la gran cosa. En el fondo así el Alfa lo creía, tenía la seguridad de que con una simple mirada suya podría derretir a cualquiera que se le cruzase, podría tenerlo todo solo con ello, una mirada, un soplido del aroma de su propio deseo, picoso y caliente, simplemente listo para abrumar al receptor.

Era un pensamiento algo egocéntrico, quizás bastante. Siendo sumamente creído y con un autoestima tan alta que llegaba a asimilarse al narcisismo, JungKook no tenía duda alguna de sus capacidades como Alfa, hombre o persona.

Sacó del bolsillo de su chaqueta una liga negra y con sus manos recogió parte de su cabello, llevándolo hacia atrás para posteriormente sujetarlo en un recogido que solo hacía que se viera aún más caliente de lo que ya era. Llegó a su casillero y abrió la puerta del mismo, buscando en el interior de este los libros que al final terminaba ignorando durante clase, pero suponía que debía aparentar al menos un poco que le interesaba la universidad.

Él era la imagen del deseo, la representación de todo lo que se quería ver en un verdadero Alfa de alta categoría, y estaba más que dispuesto a mantener eso para aquellos que le admiraran.

JungKook aprovechó para sacar del pequeño paquete que siempre guardaba entre sus cosas un chicle, quitándole el envoltorio y arrojando el papel al interior del locker, llevándose a la boca la tira de goma de mascar y cerrando la puerta metálica. Cualquier otra persona se hubiera sobresaltado al encontrarse a un chico de hebras rubias con rostro de enfadado apareciendo de repente en su campo de visión, sin embargo JungKook solo lo miró despectivo, liberando un suspiro cansado.

—¿Qué quieres, JiMin?—preguntó, observando el techo como si esto fuese interesante. Ciertamente lo era mucho más que ver a su ex parlotear y quejarse.

—¿En serio? ¿Qué quiero? ¡Me terminaste por mensaje de texto!—exclamó el blondo, dando un pisotón al suelo como si fuese un niño pequeño.

"Inmaduro" pensó Jeon, llevando dos de sus dedos a masajear el puente de su nariz. Park tenía la increíble capacidad de provocarle un dolor de cabeza solo con el irritante hecho de escucharlo hablar.

—Sí, ¿y?—bufó el más alto, bajando su mirada para ver al Omega de apariencia dulce. Joder si no había pasado momentos calientes con él en la cama, pero simplemente era demasiado cursi y ñoño para alguien como él.—Te dejé muy claro el porqué lo hice.

En primera instancia, Park JiMin le había parecido la cosita más atractiva y ardiente que había visto. Con ese rostro angelical, ojos claros, cabello sedoso, labios gruesos y rosados que disfrutaba morder. Una cintura a la que podía aferrarse mientras lo hacían en los salones vacíos o ese par de glúteos que adoraba amasar con rudeza hasta dejar la marca de sus manos. Qué decir de sus gemidos, el único momento en el que creía soportar el tono de voz.

Había sido todo muy sexy, sí. Incluso accedió a ser pareja del chico cuando se lo pidió luego de una sesión de sexo en su propia habitación, creyendo que con ello aseguraba más folladas, a JungKook solía gustarle la exclusividad, más no ser exclusivo. Lo hizo, pero también invitaciones a citas, gestos demasiado empalagosos para él y tener a JiMin aferrado a su mano cada día a cada hora en la universidad.

JungKook para nada quería aquello, así que terminó con él. Era más fácil, no debía nada a nadie, pero en su mente inundada por el ego que poseía; todos le debían algo a él.

—Tu aroma es demasiado dulce, eres demasiado pequeño y frágil, podría pisarte. Soy un Alfa de alta categoría, y tú un omega de media, y aunque me lié contigo, eso no quita que jamás estarás a mi altura.—repitió algunas de las cosas que había enviado en el mensaje, inflando la burbuja de chicle mientra observaba con burla el rostro del rubio desfigurarse de la indignación.

—¡Eres un cretino! Crees que tienes el mundo a tus pies y–

—¿Y no es así?—interrumpió, soltando una risa sardónica—. Cariño, mientras tú lloras por mí yo estaré follando en mi habitación. Mientras tú te preguntas que hiciste mal, yo estaré sosteniendo la cabeza de un Alfa contra mi polla mientras lo jodo. En eso somos diferentes tú y yo, que yo sé lo que merezco y tú solo le entregas el culo al primero que se te cruce.

JiMin levantó su mano con la intención de golpear la mejilla del Alfa de forma fuerte por la humillación que estaba sintiendo, sin  embargo este se anticipó y sostuvo con fuerza la muñeca del Omega, sus largos dedos apretando la suave carne hasta dejarla irritada.

—¿Qué crees que haces?—gruñó desde lo más profundo de su pecho, su rostro tornándose completamente serio y su voz tomando un timbre gutural.

JiMin le miró con odio, dolor, lágrimas inundando sus bonitos ojos y haciendo su camino a lo largo de su rostro.

—Vas a arrepentirte.—siseó con un quejido roto.

JungKook bufó una risa y jaló al Omega contra su pecho, mirándole desde arriba, tan Alfa y tan jodidamente bastardo como siempre fue. Puede sentir los temblores ajenos, observa la forma en que JiMin mordisquea sus labios esponjosos, luchando contra el agarre que ejercía sobre sí.

—No te creas tan importante, eres solo uno más en mi lista de deseos. Ya te probé, te usé y te descarté, no eras para tanto.—afianzó su agarre, sintiendo al chico forcejear un poco más, quejándose bajo.—Ahora largo, fuera de mi vista.—utilizó su voz de mando, los ojos del chico cristalizándose por la rabia.

Lo soltó y antes de que JiMin se alejara del todo, JungKook le llamó de nuevo.

Teniendo aquellos ojos sobre sí, el Alfa sonrió altanero.

—No vuelvas a intentar golpearme, Omega, o haré que te arrepientas hasta el fin de tus inútiles días.

Y con un último temblor, el pequeño desapareció de su campo de visión.

JungKook rió, lo hizo alto, fuerte y decidido, porque había ganado de nuevo, su lista se acrecentó y no le importó destruir otro pequeño corazón ingenuo.

Él era un Alfa, un dominante nato, el poder y la grandeza corrían a través de su sangre y nadie podía negar aquello.

Para finales de esta semana tendría otro cuerpo agazapado bajo el suyo, una masa temblorosa de gemidos y jadeos, y unos suaves labios envueltos alrededor de su gorda polla.

JiMin fue uno más, ahora también era uno menos, y cuanto más rápido lo entendiera, mejor resultado obtendría de ello.

Silbando alegremente, JungKook se dirigió a su salón, cruzando por un pasillo que conectaba con el área de estudiantes de categoría media y baja.

Su cuerpo se tensó, el aroma lo golpeó como un muro y sus entrañas se retorcieron cuando su lado salvaje casi emergió, la punta de sus dedos se rasgaron hasta tornarse en garras filosas, oscuras.

Él rugió, y los muros se sacudieron hasta sus cimientos, JungKook olfateó, y así de rápido, así como así, el aroma que tanto le había cautivado desapareció.

Sus ojos brillaron plateados, su cabello se alborotó ante sus movimientos bruscos al dar un fuerte puñetazo al muro de concreto.

Respiró pesadamente. Él tenía que encontrar al dueño de ese jodido aroma.

Tenía que hacerle encargarse del grosor de su erección.









en fin, LA COLLAB ES ARTE Y VIENE CON POTENCIA, OK?

COMENTEN MUCHO O LLORAMOS

lean mucho taekook y no olviden que son personas realmente valiosas.

¡no olviden que los amamos un montón!

es todo, se despiden de ustedes.

—ggukisu

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