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"𝕷𝖆 𝖈𝖊𝖓𝖆 𝖉𝖊 𝖗𝖊𝖞𝖊𝖘"
[ 𝒅𝒆𝒊𝒅𝒂𝒅𝒆𝒔 ]
"Nosotros creamos esto, el baile de luna roja"
La fiesta empezaba en unos minutos y Kate terminaba de arreglarse, se veía totalmente hermosa.
Su hermosa piel blanca y pecas en cara le hacían ver de una forma elegante y clasica.
Se miraba al espejo y con su sonrisa radiante asentia, tan satisfecha de sus compras y gustos.
"Quién tiene buen gusto resalta, eso es extravagante."
Solo que.. Hay alquien ¿Alguien? Una persona que le asecha desde las sombras, pues como no? Tenia lo que ellos querian.
-Es hermoso.
Ya era de noche, el hermoso sol ya se había desvanecido.
¿Todos conocemos los sonidos de los buhos no? Suenan con una ligera vibración desde su garganta.
Un buhó puede dar miedo.
Lo ultimo que le faltaba era tomar su bolso para poder retirarse. Al tenerlo en mano y dirigirse al balcón para poder cerrar la puerta ese sonido la llamo de nuevo.
Y al levantar la vista...
-Carajo, tu de nuevo?
Si, lo reconocio pues los buhós que la visitaron esa noche tenian un razgo peculiar, ojos violetas.
Tan violetas como la amatista y con ese mismo brillo.
Pero algo había cambiado, cuando el avé cerro sus ojos y giro su cabeza repentinamente ambos habían cambiado.
Su iris era de color amarillo, y el otro de color rojo.
En su pecho tenia algo ¿Un collar? Un collar en forma de gota.
Ella nunca le tenía temor a nada, solo que esta vez su mirada intimidante le estaba asiendo retroceder. ¿Por que paso esto? Se preguntaba mientras daba un paso atrás.
Rapidamente cerro la puerta y camino fuera de la habitación.
El buhó solo se fue volando.
-¿Donde carajos estabas Ran?
La angustia del menor de los Haitani era muy notoria, su jefe los esperaba, y esta cena no era como otra. No, no podían faltar.
Era una cena especial.
La cena de reyes.
-Solo merodeaba, te pidieron también que vigilaras al objetivo.
-Al punto, toma la compostura esto no es un juego.
-¿No? Ella misma fue a esa casa vieja, recuerdame que paso.
El silencio del menor hizo soltar una risita al mayor.
-Ella también se metio en este juego.
Ran solo lo tomaba como un juego, porque ella era una presa. O almenos eso es lo que pensaba.
-Tu crees que todo esto se va a mantener oculto, pero creeme que si llega a enterarse o llegas a levantar sospechas yo mismo te dare una paliza.
-Rindou, deja que haga mi trabajo, a mi manera, ese juego en las vegas sucedio por algo. No tenemos reglas.
-No la cagues, Ran.
El menor estaba angustiado, no tenian que joder todo lo que llevaban planeando hace tiempo.
Era cierto que no llevaban ningun tipo de reglas, su trabajo solía ser improvisado de una manera cautelosa cosa que les permitia hacer entrar en confianza a otras personas.
Solo quedaba esperar...
-Koko a donde vas?
Pregunta Rindou mirando como el de cabellos blancos se dirige rapidamente a la entrada.
-Mi invitada ha llegado.
La sonrisa de ambos se alargo y asintiendo acomodaron aquel collar en su pecho para ajustar sus guantes.
El peliblanco ya estaba justo a las fueras de aquella mansión esperando a su invitada.
Al verla bajar de aquella limusina hizo una sonrisa, la habia extrañado tanto.
Su caminata le hacia ver como una modelo, sus piernas alargadas y su silueta eran perfectas
Las mujeres son tan perfectas.
Al acercarse a el, kokonoi tomo su mano y la beso en gesto de cortesía.
-Sabía que no podías faltar.
-Un fiesta es una fiesta, quien faltaría a una?
-Esa es la actitud, Kate.
-Dime Hajime.
La idea que Kate tenía sobre esta fiesta era errónea, todas las fiestas tienen música, aperitivos, bailes, etc. Pero esta era diferente por asi decirlo.
-Lo siento, tendrás que usar un antifaz.
La cara de koko era un poco de decepción pues su amiga no luciría ese maquillaje.
-¿Por qué?
-Olvide ponerlo en la carta, es una fiesta de antifaces, entremos que el show empieza.
La sonrisa de lado hacía aceptar a la rubia, pues no podía rendirse ni dar vuelta atrás.
Su suspiro pesado hizo reir al de cabellos blancos.
Al subir las escaleras enganchada del brazo de aquel varón unos guardias y recepcionistas les esperaban.
- Sus entradas porfavor.
El frances de aquellos sonaba como si cantaran, el idioma es dificil de aprender pues hay palabras que suenan como una sola letra.
Si se preguntan con que idioma se comunican es con el Japones, pues Koko se sentía más comodo con el.
-Gracias.
El recepcionista extendio su mano a dirección en una mesa donde se encontraban aquellas extravagantes mascaras.
Más de 100 mascaras acomodadas por animales, con plumas sin plumas, con diamantes, oro, colores vivos, opacos, etc.
-Toma la que desee tu corazón.
El aliento caliente del hombre en su oreja le hizo mover la cabeza para ver cual era la que el había elegido.
Una de pantera.
Convinaba perfectamente con el, los ojos razgados, orejas paradas y color negro convinaban con su atuendo.
Un kimono negro con gris, adornado con flores de cerezo.
-¿Entonces?
-Esta será.
Una de lechuza, blanca, pelaje dorado junto a unas hermosas piedras que hacian desslumbrar aquel antifaz.
-Vamos, nos esperan, tengo que presentarte a unas personas importantes.
No era un secreto que el señor Koko estuviera metido en asuntos ilegales, pues su inteligencia beneficiaba a muchas personas, y su manejo del dinero.
Era muy solicitado en el mundo del dinero y poder.
Al llegar a la mesa pudo divisar a un grupo de hombres, entre ellos los Haitani.
-Un momento porfavor.
Con la copa y aquel macerador chocando en aquella llamo la atención de quienes se encontraban ahí.
Todos llevaban el tan solicitado antifaz, era parte importante de aquella reunión.
-Ella es Kate Greco, amiga mía y conocida de los Haitani.
Los ojos violetas de aquel moreno la inspeccionaban, recorría desde sus cabellos hasta su vestido.
La mirada intimidante de Izana Kurokawa podría ser un terror para todos.
-Un gusto.
La cabeza inclinada, la copa de vino en mano y el cigarro en la otra lo hacían ver muy bien.
-El gusto es mío.
-Toma asiento.
Y hecho, su lugar estaba al lado de esos fastidiosos hermanos, odiaba el tener que soportar sus estúpidas burlas o comentarios idiotas.
Había rogado internamente el encontralos de nuevo, pero al final no era para tanto.
La noche transcurría y las preguntas hacia ella ya empezaban a ser abrumadoras, parecía unaa investigación acerca de ella.
No era tonta pues muy bien sabía que pertenecía a un Clan, era obvio que la buscarían, el poder, el dinero o influencias que pudiera ofrecer.
El estomago le rugía de hambre, estaba ansiosa por poder probar la comida del chef, pues había escuchado a los invitados hablar de lo bueno que era.
Todo era un misterio en aquella mansión, la gente se veía rara.
Ojos de colores inusuales, sonidos extraños, su idioma y más.
-Buenas noches a nuestros invitados.
Un hombre de voz gruesa estaba parado justo en medio de la pista.
-Es un honor tenerlos aquí en nuestra cena de reyes.
Las luces se apagaron en un momento, todo era tan confuso.
El unico sonido era el de las respiraciones de toda la gente junto a unos cuantos murmullos.
Las luces de los reflectores fueron guíadas a las largas escaleras, donde dos personas se hicieron ver, un hombre y una mujer.
Su porte elegante y clasico hacían obvia la situación.
Estaban presentando a la "Reina y Rey".
Sus caras serias e inexpresivas dejaban mucho que desear de alguien que tiene poder.
-Un fuerte aplauso.
Todos los aplausos y alboroto hacia ellos era expectacular, muy impresionante, a simple vista parecía admiración y adoración hacia ellos.
En cuanto fueron bajando todos agachaban la cabeza, las manos sobre la mesa y su cabeza sobre las mismas.
No sabía que hacer, se sentía ajena a todo esto.
-Kate hazlo.
La voz baja de Koko la hizo regresar a la realidad.
-¿Por qué?
Respondio en un susurro mirandole, su expresión era de total confusión ¿Que carajos estaba pasando?
-Si no quieres morir, hazlo.
La voz de Rindou era firme, cómo si fuese un regaño.
Había sido una amenaza.
Respirando hondo y haciendo lo mismo que todas las personas puso su cabeza sobre sus manos.
Y de nuevo.
Las luces se apagaron...
Y el sonido de un seguro retirado también, había una pistola.
Eso inmediatamente la alarmo. ¿Que era eso?
¡Bang!
Su respiración se fue por un momento, no quería abrir los ojos, por primera vez en su vida cómo "delincuente" se sentía asustada...
¡Bang!
De nuevo...
¡Bang!
El peso de el sonido había sido tanto.
Escuchaba los pasos de unas personas. Justamente 3.
De nuevo ese sonido.
Se sintio totalmente al descubierto cuando quitaron el cabello que cubría su nuca, y el metal frío pasaba por esta.
Pudo respirar otra vez cuando este fue retirado.
Unos minutos más pasaron.
No volvieron a disparar.
Las luces se encendieron y la gente seguía cómo si nada, sus caras ahora eran de tristesa.
-Koko tengo que irme.- seria le hablo al de cabellos blancos.
-No, es peligroso.
-¿Por qué me tragiste aquí?
-Te necesito aquí.
Sabía que no podía irse, no sabía de que eran capaces esas personas extrañas.
-Rindou...- decidio hablar al menor de los hermanos el cual inmediatamente contesto.
-¿Qué pasa?
-¿Por qué la gente se ve triste?
-No fueron elegidos.
No dijo más, su boca se había sellado ¿Qué era ser elegido? Y por qué esto era normal para los demás.
Explicando y respondiendo sus dudas...
Los reyes de este "palacio" pues este lugar era llamado de esta manera. Habían creado una tradición entre su gente la cual confiaba ciegamente en ellos.
Esto consistia en elegir, elegir a una deidad, alguien que pueda cumplir sus requisitos y fantasías.
En la cabeza de esta chica no cabía ni pasaba por su mente todo lo que iba a pasar...
Paso aproximadamente una hora... Los meseros empezaron a llegar.
-Mis subditos y compañeros, agradezco su presencia-el rey alzo su copa- Y con mi corazón en mano y sangre en mi copa...Bon Appetit.
Los platos llegaron a las mesas con cubreplatos, una vez todos los platos estaban en la mesa la gente le quito este metal de encima dejando ver la comida...
-Kate-la voz fuerte de Kokonoi-No la pruebes ni la toques.
-¿Qué mierda es esto Hajime?
Los sonidos de comida siendo masticada junto con los sonidos de gusto eran tan desagradables.
-Esta pesadilla esta por terminar Kate.-la voz de Ran llego a sus oídos.
-Nosotros creamos esto, el baile de la luna roja-dijo aquella mujer con una corona en su cabeza.
El rey tenía una cabeza en sus manos, tenía los ojos completamente rojos, su boca llena de sangre, ella no entendía nada, las nauseas el dolor de cabeza era inmenso. No aguantaba más.
Saco el arma de sus medias y disparo sin pensarlo, directamente a la cabeza de este Rey.
El silencio se hizo inmenso, todos se levantaron y miraron hacia su lado, no pensaba con claridad, todo era tan asqueroso, la comida era de aquellas personas que se habían llevado hace un rato.
Ahora entendía todas las advertencias que le habían dicho.
Las luces se apagaron de repente y una bolsa en su cabeza se hizo presente, los disparos, la gente gritando y vidrios rotos estaban por todos lados.
Se desmayo...
No sabía cuánto tiempo ya había pasado cuando escucho voces a lo lejos.
-¡RINDOU SUBE AL AUTO YA!
El movimiento era brusco la cabeza le daba vueltas y de repente todo se nublo de nuevo, no sabía donde estaba, ni con quien.
-Fils de pute.
Fue lo ultimo que salio de sus labios antes de que su vida diera un cambio tan grande.
"Bendita la sangre, la comida y tu espiritu señor..."
-¿Regrese?
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