𝕾𝖙𝖎𝖑𝖑
Porque a un hombre frió y calculador que se aferra a la realidad con las dos manos nunca podrá hacer feliz a un princesa como ella, que vive en las nubes. Pero nunca quise admitir esa realidad, una realidad en donde siempre estuve sola.
—Jajaja~ en serio no sabes cuanto disfruto escucharte, podría pasar mi vida entera escuchando tus palabras.
La pelinegra susurra amorosamente mientras abrazaba a su pareja, o era como así le gustaba pensar que era su relación junto a Bruno. Acurrucandose en su pecho sintió como sus mejillas ardían, él estaba acariciando su cabello con tanto cariño.
—Me alegra saber que no te agobio, sabes que eres muy importante para mi, nunca lo olvides.
Soy importante.
—N-Nunca lo olvidaría, al igual que yo te recuerdo que siempre contarás conmigo, no importa lo que suceda.
Alzando la mirada con los ojos lagrimeantes puedo apreciar sus hermosos ojos azules, perdiéndome en la profundidad de sus ojos beso levemente sus labios, ante la acción este corresponde al beso mientras desliza sus manos dentro de mi camisa.
Soy única para él. Al recordar diariamente sus palabras me hacen sentir tan especial.
(…)
—¡Volví!
Gritando con alegría entro a mi departamento mientras corro hacia el pequeño acuario que tenía sobre una mesita, dándole de comer a mis peces doy varios giros mientras voy a la cocina. Siempre era lo mismo después de visitar a mi amado Bruno, era como si toda la energía de mi cuerpo volviera dándome vida.
—¿Cómo será cuando vivamos juntos?~
Cubriendo mis mejillas ante el repentino sonrojo río con vergüenza mientras corría hacia mi habitación, la comida puede esperar, necesito pensar en esa posibilidad.
—Yo podría estar en casa si eso sucede… estaría todo listo cuando el llegue. Aunque preferiría que el este aquí en casa… no me gustaría que saliera a trabajar, yo debería de consentirlo de cualquier forma.
—Podríamos tener tres gatos, sí tres es un buen número. No me gustan los niños, pero si mi Bruno desea hijos se los daré.
—Aunque no debería de pensar tanto en eso… mejor pienso en cuando nos volveremos a ver.
Después de decir eso soy consciente de lo silenciosa que es mi hogar.
¿Cuando me volverá a escribir? ¿Cuando me invitara a su casa? El siempre está muy estresado por el trabajo, ¿llamará a alguien más para disipar su estrés?.
—Jajajajajaja~. Que tonta soy, claro que me responderá.
Tomando mi teléfono con seguridad abro la conversación con Bruno, no había leído mis mensajes.
—El esta ocupado, es normal que olvide cosas como esas…
Es normal que me olvide.
Tiene mejores cosas que hacer.
(…)
—¡Bruno! ¿E-En que te puedo ayudar?
Era raro que Bruno visitará la cafetería en la que trabajo, corriendo hacia el tomo su mano con delicadeza mientras tomaba asiento a su lado.
—Mi amada, siempre eres tan cálida. Olvidaste esto.
Entregandome un pequeño listón sonrío levemente mientras lo guardaba en mi bolsillo, generalmente olvidaba cosas apropósito, era una perfecta escusa para que Bruno viniera a visitarme al trabajo.
—Gracias~ había notado que algo me faltaba pero no quería molestarte… se que últimamente estas tan ocupado.
—Nunca estaré ocupado para ti, no dudes de ello.
¿Entonces por qué nunca me respondes?
—Cualquier cosa que necesites Bruno, no olvides que estoy para ti.
No debería de pensar de forma tan egoísta, el esta ocupado es normal que no lea mis mensajes. Yo se que el esta para mi sin importar que pase.
—Vendré por ti a la salida.
Depositando un suave beso contra mis labios asiento con entusiasmo.
—E-Esta bien~
(…)
Cada vez que te contaba algo me hacías sentir como la persona más estúpida del mundo.
—Ohh.
Veía con indiferencia su teléfono mientras le terminaba de contar mi día con notoria emoción, tratando de ignorar que no presto atención alguna a mis palabras entrelazo mis dedos mientras dirigía mi mirada hacia su alfombra.
—¿Deseas algo de tomar?
—N-No… estoy bien así.
—Esta bien, espérame en mi habitación. Necesito hacer unas llamadas.
Asiento levemente mientras me levantaba del sofá, aunque no pude dar un paso más al sentir como tomaba mi mano.
—No te pongas así, necesito hacer unas llamadas. Eres tan adorable cuando haces esa carita.
Sintiendo leves palmadas en mi mejilla sonrío levemente mientras asentía.
Le conté que casi me despiden del trabajo pero el no escucho mis palabras.
—Espérame en la habitación.
Te esperaré el tiempo que desees.
(…)
¿Desde cuando la cosas son así?
Me preguntaba a mi misma mientras veía a Bruno levantarse de la cama y dirigirse al baño.
Recuerdo como solía llevar mi cuerpo de besos después de hacerlo. Tal vez fueron cosas que soñé.
Sentándome en la cama acaricio levemente mi larga cabellera, al igual que las últimas veces no había llegado. Supongo que Bruno estaba tan estresado que únicamente se concentraba en su placer.
Sintiendo como las lágrimas se acumulan en mis ojos abrazo con fuerza mi propio cuerpo. Extraño tanto a Bruno, su ausencia es tan axfisiante.
—¿aún sigues aquí? Tengo que salir, si quieres puedes quedarte pero no te prometo que llegue.
¿Por qué pareciera que no me quiere ver más?
¿Acaso no notas mis lágrimas?
—Y-Yo ya voy saliendo a mi casa…
—Esta bien.
Sintiendo su cálido tacto sobre mis mejillas alzo mi mirada desesperada de más tacto. Topandome con su mirada simplemente sonrío mientras frotaba mi mejilla contra su palma.
—Tan adorable, te llamaré luego.
Depositando un suave beso sobre mis labios este deja la habitación, dejándome caer sobre la sábanas cierro los ojos mientras volvía a imaginar una y otra vez sus labios. Es todo un príncipe.
Y todo príncipe tiene derecho de tener cuantas princesas desee.
(…)
Saludo a Bruno a la lejanía, este corresponde a mi saludo mientras sigue poniendo gran atención a la chica que tenían ante sus ojos.
Era normal, después de todo no éramos nada.
El podría salir con cuantas chicas quisiera, al igual que yo. Pero nunca fui capaz de aquello, después de todo amaba con intensidad a Bruno.
Dando un leve suspiro sigo caminando, ya había pasado un mes desde la última vez que nos vimos. Ni una llamada de su parte, ningún mensaje, no más visitas.
Era como si Bruno hubiera desaparecido de mi vida. Pero yo no era capaz de olvidarlo.
—No llores…
Me repetía a mi misma mientras seguía caminando.
No llores…
¿Todas sienten lo mismo que yo cuando Bruno no les escribe?
O tal yo soy la única estúpida.
(…)
—B-Bruno…
Apenas pude murmurar su nombre mientras lo veía entrar a mi hogar, nunca pensé que utilizaría la copia de mi llave. Con una expresión indiferente se sienta a mi lado mientras me abrazaba con fuerza.
—Te extrañe tanto, m-mi amado… B-Bruno.
—Pensaba que me había reemplazado.
¿Cómo podría reemplazar al hombre más fantástico del mundo? Temblando con fuerza niego mientras dejo salir un fuerte sollozo.
—N-Nunca, nunca sería capaz de reemplazarte eres tan importante para mí.
Tan indispensable.
(…)
—No sé porqué, pero me encanta este lugar. Es tan pacífico. ¿Sabes lo que oí? Toda esta área era un lugar sagrado. Ya veo porqué. Es una pena que nos tengamos que ir... Prométeme por favor que volverás a traerme otra vez, Bruno.
Asiente con una sonrisa silenciosa mientras despista un suave beso sobre mi frente. La vista del precioso lago se extendía ante mis ojos.
Era la primera vez que alguien me invitaba a salir fuera de la ciudad.
Una paz inimaginable me abrazaba.
Despertandome del sueño palpo a un lado de mi cama, Bruno se había ido. Mordiendo con fuerza mi labio inferior doy un fuerte sollozoso mientras abrazaba mis piernas.
Estaba llorando como una niña, después de que sus padres la hayan abandonado, igual que una joven que sus amigas la dejaron plantada. Igual que una persona invisible.
—B-Bruno…
Tomando con rapidez mi teléfono marco con desesperación su número. El siempre estaría para mí, el lo prometió.
Lo necesito tanto, no soporto esta soledad.
—¿Qué sucede princesa?
—B-Bruno y-yo… y-yo…
—En estos momentos estoy ocupado, te llamaré dentro de unas horas, ¿sí?.
Antes que pudiera hablar colgó la llamada.
Ahogando un sollozo contra la almohada golpe con fuerza mi cabeza, jalando con fuerza mi cabello muerdo con fuerza mi labio inferior sangrante.
Esta ocupado, no tiene tiempo para mi. Es normal, es normal.
No somos nada, no tengo razones por la cual debo de actuar así.
No somos nada.
—Soy una estúpida.
Y así pasaron las horas, esperando que me devolviera la llamada, debía de estar bastante ocupado o no soy tan importante como pensaba, algo que no sería sorprendente, nunca fui importante para mis amigos, ni para mi propia familia.
Era como si tuviera algún tipo de maldición, el no tener algún tema de conversación, no destacar en absolutamente nada. Haciéndome una persona más del montón, siendo ignorada por mi propia familia y amigos.
Y así me encontraba constantemente en mi lugar oscuro, uno donde podía escuchar mis pensamientos, reproducir una y otra vez las situaciones incómodas de mi vida para así simplemente quedarme en la nada.
—Fue un milagro que alguien como Bruno se fijara en mi, después de todo no destaco en absolutamente en nada…
"Prométeme por favor que volverás a traerme otra vez, Bruno. Aunque sea una mentira, por favor prométeme que me amaras"
(…)
—Jajaja~, eso explica porque estabas tan desaparecido.
Sonrío levemente mientras tomaba la mano de Bruno, por un momento pensé que la imagen de Bruno fue algún tipo de alucinación por las cantidades gigantescas que había en mi cuerpo de alcohol, pero al sentir sus cálidos besos cubrir mis mejillas me hizo darme cuenta que era real, que no era un sueño.
—Tengo un extraño don para atraer personas con problemas… ¿no lo crees?
Obviamente, por eso yo te persigo.
—Sí, realmente tienes muy mala suerte…
Se que esto siempre sucederá, tengo seis años conociendo a Bruno y siempre sucede esto. Envuelve a las chicas en su manto hasta que se aburre y nos deja así, en la nada pero con una amabilidad tal, que nos hace pensar que deberías de estar agradecidas de que siga en nuestra vida.
—No creo que sea mala suerte… siempre trato de ayudarlas en lo más que pueda, pero parece que no valorarán eso.
¿Por qué no me ayudas? ¿No notas como estoy muriendo por tu amor?
—Prometiste que me llevarías allí algún día... Pero nunca lo hiciste.
—¿De que hablas? En estos momentos no me encuentro de animos… ¿podemos hablar después de ti?
Nunca hablamos de mil, únicamente de ti.
—Literalmente fui usado… me siento tan idiota, pero logre frenarlo al menos.
Yo estoy siendo usada por ti, pero no consigo la forma de frenar esto.
—Amada mía… gracias por no abandonarme, eres la persona más importante para mi.
Quisiera dispararle.
—B-Bruno…
Quisiera disparme a mi misma, para detener este sufrimiento.
(…)
—Jajaja~
Reí levemente mientras tomaba un sorbo de mi café, me había conseguido con un ex compañero de mi universidad, obviamente trate de evitarlo pero este al notar mi presencia abordo una conversación. Tenía mucho sin hablar con alguien que no fuera Bruno o mi jefe, algo que resultó inquietantemente refrescante.
—¿Estas casada? Yo me caso dentro de poco, estoy realmente emocionado.
Y ahí viene, una persona adulta con una vida normal. Yo aquí dejando mi universidad por no saber que hacer con mi vida, trabajando en un lugar donde apenas me alcanza para la comida y con una relación inexistente con Bruno.
—B-Bueno… No, pero me gustaría…
—¿Qué te lo impide? Eres muy linda.
—B-Bueno… es complicado, algo muy largo y de seguro debes de estar bastante ocupado para escuchar pequeñeces~
—Sí fuera una pequeñes no estarías lagrimeando… ¿segura que estás bien?
—Sí, estoy bien.
Y así las lágrimas descendieron de mi rostro, sin poder evitarlo abrí mi roto corazón a ese desconocido, por primera vez no temí a la burla o al rechazo.
—Pero esta bien… el tiene cosas más importantes.
—Eso no está bien, te esta utilizando…
—L-Lo se… pero el me necesita… yo estoy para él.
—¿Pero acaso el esta para ti?
¿Para que estaría para mi? Tiene cosas más importantes.
—Tu eres libre de hacer lo que quieras… pero creo que deberías de tomar distancia, esto no es bueno para ti.
Es la primera persona que se preocupa por mi, un simple extraño.
—Gracias…
Después de aquella incomoda conversación nos despedimos formalmente para así cada quien ir por su camino, después de aquella conversación no supe más de él.
Ni si quiera conocía su nombre, al igual que él no conocía el mío. Pero fue capaz de poner una pequeña bendita en mi corazón.
(…)
No se cuanto tiempo a pasado desde la última vez que hable con Bruno, decidí tomar aquella sugerencia, la de alejarme de Bruno por mi propio bien.
Pero realmente no noto que haya mejorado, gran parte del día me encuentro borracha o drogada, no logro reconocer entre la realidad y las alucinaciones.
Llegando a tal punto que veía siempre a Bruno en mis alucinaciones, tal vez como un método contra la soledad.
Cada noche Bruno se sienta a la orilla de mi cama, enciende un cigarro, se voltea para echarme el humo en el rostro, en una ocasión llegue ver a Bruno fumar, nunca olvidaría ese día. "-¿Ya lo pensaste?" siempre me pregunta...
Yo muevo la cabeza de izquierda a derecha, nunca comprendía a que se refería.
Aunque era capaz de comprender al ver el arma que estaba al borde de mi cama, esperando a ser usada. Deseaba poner fin a esta vida.
¿El mundo siempre fue así?.
"si ahora me dijeras que te sientes solo, iría hasta donde hiciera falta. y si consiguiera un poco de calor de tu cuerpo y a tu corazón, habría válido la pena."
(…)
—B-Bruno
No puedo más con esto, no puedo durar un instante más sin verlo. Levantandome a duras penas de mi cama corro hacia el baño, es estando apoyada sobre el lavamanos cubierto de sangre levanto la mirada hasta el destrozado espejo.
¿En que momento…?
—Agh…
Bajo nuevamente la mirada y noto una venda repleta de sangre, supongo que fue en unos de mis arranques de ira. Abriendo la llave del agua limpio mi rostro mientras doy mi mejor sonrisa, hoy vería a Bruno.
Podría sentir su amor nuevamente.
Para siempre.
"En aquellos días, realmente no sabía cómo amar a alguien. Pero quería tanto ser amada"
(…)
—Pensé que me habías olvidado, después de todo estuviste tan desaparecida.
—Más bien creí que ya habías tomado distancia de mi
¿Por qué me hace sentir tan culpable?
"Dejo que el amor me absorba demasiado. y luego claro me obsesiono y hago cosas raras... por eso nunca termina de funcionar"
—Perdón… M-Mi Bruno nunca seria capaz de abandonarte… S-solo… y-yo…
Un sonido bajo y moderado se mezcló con un suspiro. La mano que tocaba su mejilla se movió lentamente hacia la parte posterior de su cuello y lo acercó más.
La joven se apoyó en el hombro de Bruno. El cabello negro le tocó las mejillas. Un olor agradable, diferente del olor del perfume, rozó su nariz.
Su campo de visión se redujo enormemente y no reconoció nada más que la puerta de la habitación que tenía enfrente.
Sentía que su corazón ya iba a estallar, latiendo cada vez con más fuerza. Aquella añorada sensación volvió.
La pelinegra dio un pequeño gemido cuando las manos de Bruno acariciaron desde su estómago hasta su pecho. Un escalofrío le recorrió la espalda y el vello de su cuerpo se erizó.
—Te extrañe tanto…
Aquellas palabras inundaron la mente de la joven, dejándola en un trance haciendo que perdiera la razón sobre su cuerpo o lo que le rodeaba. De un momento a otro esta se encontraba desnuda debajo del cuerpo de Bruno.
—Te amo~
¿Así se siente el amor?
La sensación de algo extraño entrando en su cavidad fue extraño. Pero de nuevo, no hubo dolor. Después de todo tenía meses sin estar con Bruno.
Aceptó todo esto siendo jodida, sin sentir dolor.
Aunque sintió un leve miedo, el placer lo borró de inmediato.
El miedo de recordar la atormentaba.
La joven escuchó a Bruno suspirar por encima del hombro cuando se enterró por completo dentro de ella. Su respiración estaba sutilmente excitada.
El cuerpo de la joven ya se regocijó con la sensación de alguien más dentro de ella.
¿El alma de Bruno se sentía como el suyo?
¿Ahogado?
La joven estiró el cuello. Su nariz tocó la mejilla de Bruno. Pensó en qué decir, pero no pudo hacer que su boca formara las palabras, sabría que terminaríamos llorando debido al dolor que seguía atormentando su corazón.
Sólo una palabra, la palabra que pensaba con más frecuencia, salió de su lengua en voz baja.
—Bruno… te amo…
No estaba pensando en otra persona. Únicamente en la presencia de la persona que más adoraba.
Mientras pensaba en ello, su rostro fue empujado hacia la manta.
—¿¡ngh!?
Recibiendo una mordida en su hombro, sin saber por qué, la musa trató de levantar su torso, pero un peso presionó contra su espalda.
—Tonta~ eres tan adorable.
Las palabras se hilaron en su oído. Pero la voz era demasiado débil y no podía oírla.
Mientras la morena estaba desconcertada por la acción repentina, de repente una fuerte estimulación recorrió la parte inferior de su cuerpo.
—Nh!... nhahh... ah, mnh!
Bruno apoyó su cuerpo contra el de la chica, golpeándola. Empujó repetidamente, su dura polla volvía a entrar en ese apretado calor.
Cada vez, la luz estallaba en la parte posterior de los párpados de la morena. Los dulces golpes corrieron desde sus orejas hasta la punta de sus pies.
La habitación se llenó con el sonido de una respiración agitada y el crujir de la cama. En la oscuridad, ella solo podía sentir su cuerpo siendo llevado adentro, escuchando el eco de los sonidos húmedos.
Era como si su cerebro y sus propios pensamientos estuvieran jodidos.
—nh...
— Guh... mm, ah, ahh! Nnh...!
Su voz gritó instintivamente.
Incluso si ella cerraba la boca de inmediato, su voz sonaba con cada embestida, el sonido amortiguado escapándose de su garganta.
La saliva que no podía tragar cayó de la comisura de su boca. Ella no podía preocuparse por eso.
Ella sintió una sensación de hundimiento cada vez que Bruno empujaba hacia arriba. Experimentó náuseas secretas y mareos placenteros. Sus manos agarraron la manta y hicieron una bola en su pecho, el placer lo puso tenso y sus nudillos blancos.
— Mn... ah, no... n-no... ngh!
Era demasiado y ella sintió que se había vuelto loca. Jadeaba con tanta fuerza que ya no podía respirar, su nariz y sus ojos se volvieron calientes. Las lágrimas brotaron como una reacción corporal, como extrañaba esto.
Bruno continuó empujando en un punto profundo de ella donde el placer surgió. Ella misma se esforzó dolorosamente, las sábanas indecentemente mojadas.
—Si no te gusta, ¿debo parar?
Bruno le susurró de forma burlona en voz baja en sus oídos, su respiración agitada. Al mismo tiempo, lamió la punta de la oreja
—N-No…No pares…
Presionó la frente contra las mantas y movió la cabeza de izquierda a derecha. No quería detenerse. Sería extraño si se detuvieran
La velocidad de su estocada aumentó. Bruno empujó el cuerpo de la joven más fuerte y más profundo. Enterró su rostro en el hombro tembloroso de la chica.
—Ahn... nhah, ah... kh... NH, pronto...
Un dulce impulso hervía en su cabeza y corrió hasta la parte inferior de su cuerpo. Su entrada se apretó dolorosamente con fuerza contra el pene de Bruno, finalmente alcanzó su límite.
—Ah... kuh, nngh, aahhhh... mm!
Con las uñas dibujadas en sus dedos que luchaban, agarró la manta como si quisiera romperla.
Probablemente porque ella se apretó a su alrededor, Bruno contuvo el aliento después de eso. Ella lo sintió derramarse caliente y profundamente dentro de ella. Su interior tembló cuando Bruno se adentro más.
—Ah, mmh... ahh...
Drenado hasta la última gota, la joven simplemente se derrumbó sin fuerzas sobre las sábanas. Respiró con dificultad, como si acabara de correr una milla.
La joven sintió a Bruno salir de ella e hizo un suave sonido en su garganta.
Aunque se sentía mareada, como si todavía tuviera fiebre por el calor, la dificultad para respirar comenzó a disminuir ligeramente.
Estaba sentado en el borde de la cama y arreglaba su ropa despeinada.
La joven miró a esa figura aturdida, sintiéndose letárgica en el resplandor. Sin embargo, a medida que su cabeza se enfriaba poco a poco, sus tonterías revivieron en su mente con un cruel sentido de la realidad.
¿Todo seguiría siendo igual?
Recuerdos de aquella laguna invadían su mente.
—Prometiste que me llevarías allí algún día... Pero nunca lo hiciste.
Las palabras salieron solas, sintiendo aquel frío tan familiar envolver su cuerpo sonríe levemente.
—He tenido tanto trabajo, te llevare donde quieras cuando tenga tiempo suficiente…
Sabia que no recordaba ese día… sabías que Bruno no recordaba el día más importante para ti.
¿Pero que podías esperar…?
—No puedo pedirte que me recuerdes, pero no soporto la idea de que me olvides.
Las palabras salían solas, en este momento era como si tomara una daga y arrancara su corazón y se lo entregara.
—Tú me has dado tanto, y yo he sido incapaz de devolverte nada. Me hiciste muy feliz. Pero igual duele… Bruno…
Clavando con fuerza mis uñas sobre mi muslo simplemente bajo la mirada al seguir viendo la espalda de Bruno, siempre he estado a su espalda, nunca a su lado.
¿Tal vez estoy siendo muy egoísta en solo pensar en mi…?
—Te amo Bruno… pero se que tu no me amas… siempre supe que nunca me amaste pero aun así… aun así seguí esperandote, con la esperanza de que algún día no me dieras la espalda.
¿Por qué tu indiferencia es tan dolorosa?
—Eres todo para mi… eres la única persona que no me a abandonado…
—¿Y quieres más? Mi amada, acordamos que lo nuestro sería algo casual desde hace mucho, sin sentimiento alguno.
Sintiendo como este tomaba mis mejillas con sus frías manos simplemente me dispuesta a llorar mientras apreciaba sus largas pestañas.
—P-Por favor Bruno… te amo tanto.
—No puedo.
—Sin ti no soy nadie… no me abandones…
—Nunca te abandonaré.
—Te amo… Te amo… Bruno…
—Yo no… ¿lo entiendes?
Entre lágrimas asiento mientras siento sus tibios labios besar mis lágrimas, tal cual como lo haría un príncipe.
—Tus lágrimas son hermosas, permiteme verlas hasta que me aburra de ti.
(…)
Cuando abrí la puerta de mi casa, pude sentir como me ahogaba en un mundo de soledad donde no quedaba nada ni nadie... Más que yo misma.
Sin poder evitarlo me ahogo en un llanto eterno mientras pensaba en el amor de Bruno.
Hasta aquí llegó este One shot uwu está levemente basado en un experiencia que viví así que XD JAJAJAJA
Tengo planeado hacer cambios en el one shot de Johnny, literal va a estar basado en una novela visual que me encanta.
Espero que les haya gustado mucho uwu próximamente tendrá su respectiva portada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top