₍ ᐢ..ᐢ ₎
⸝⸝ ๑ just a little
moment with ♥︎
ᰔ the best leader

Cuando el gélido ambiente natural se coló en su casi siempre desolado apartamento y el frío empezó a calarle en los huesos, no tuvo más opción que dejar la comodidad de su cama para remediar esto.

La fémina se estabilizó después de marearse un poco al levantarse, y puso todos sus sentidos al evidente espacio que existía al lado contrario de su cama; la chica supuso que su novio se había ido al estudio, ya era una rutina y la verdad, estaba acostumbrada.

Con pasos torpes y notablemente somnolientos salió de su habitación, tomando rumbo hacia la cocina para prepararse un café; sentía que si no tomaba algo caliente moriría de hipotermia dentro de unos minutos. Se extrañó de sobremanera cuando, al aproximarse al comedor ─que también cumplía como cocina por lo pequeño que era el departamento─, escuchó pequeños y suaves tarareos de una voz demasiado conocida para ella.

Perdiendo al toque todo el sueño, corrió hacia la voz : ── ¿Chris?

── ¿Amor? ¿Qué haces despierta tan temprano? ──preguntó el susodicho con extrañeza pero con dulzura.

El chico al ver el pequeño trance en que quedó su pareja, comprendió todo, comprendió que para ella era sumamente raro que él pasara la mañana con ella, y con un pinchazo de culpa en su mente, extendió sus brazos hacia ella, invitándola.

── No me puedo creer que estés aquí, ¿no estabas ocupado recientemente?──interrogó, sintiéndose completa cuando se acurrucó en el pecho de su amante y este enredó sus brazos en su cintura.

── Decidí tomarme el día libre, también necesitamos tiempo juntos ──anunció, y con esto ambos quedaron en silencio, sólo disfrutando de la inusual pero agradable compañía del otro.

Recordando el motivo principal por el cual se trasladó hasta la cocina, decidió apartarse del abrazo dejándole un beso en la mejilla a Chan, el cual respondió con una sonrisa torpe; sus ojos recorrieron la cocina, organizando sus ideas, hasta que vio dos tacitas humeantes sobre la pequeña mesa del comedor.

Chris notó a donde ella dirigía su mirada, sobresaltándose: ── Oh no, ¡el café! Espero no se haya enfriado ── se lamentó, tomando una de las tacitas y comprobando que, efectivamente, el humo que salía de ella era señal de que seguía a alta temperatura.

──¿Café?

── Recordé que me dijiste que te gustaba tomar algo de café cuando tenías frío ──afirmó el de hebras castañas con una sonrisa asomándose en sus labios ──. Te quería sorprender, pero ya ves como están las cosas.

── Oh dios, gracias amor, eres el mejor ──la chica no podía contener su felicidad.

──Bueno, hace un tiempo que me siento curioso al respecto, pero, ¿por qué te gusta tanto el café?

Agarrando su mano mientras disfrutaba de su café, la fémina decidió soltar una risa, contestando a su pregunta:

── Porque me recuerda a tus ojos, Chris.