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"̷͈͛̅͘D̷̘̬̓͊ǫ̸̖̐͊͝š̶͓̦̞̀̒ ̴̰̩͗͐̇͜r̸̲͔̗̃̇͋ė̴̛̤̺̈́c̴̈́̈́̕ͅu̵̧̝͊̊e̷͔͑̐r̵̗̎͠ḑ̴̺͈͌̏̿ǫ̵̢̔s̶͙͛̊̒,̷̞̱̳͒ ̴̨͋̂d̸͙͓̙͋͐̃ơ̸̬̈s̴̫̥͊́ ̸͇̤̃̊̓v̸̧̖͍͘i̷̡͚͕͒̅d̴͎͑̍̈́á̶̹s̵̯̻̿̚.̶͉̌͝ ̷̆͘ͅU̵̘̙͂͗n̸̢̈́͑a̶̖̙̔̏̈́ ̸̫̏͝͠ͅb̶̼̱̭̈ȏ̷̙̻̐̕ͅṙ̴̝r̵̠̉ȧ̷̗̕d̷̩̤̑̂̕ͅa̵̻̘̽͜,̶̰̖̈́̋͝ ̷͍̈o̷̪͊̊͌t̷͓̆r̷̥̞̫̿̇à̶̪̤ ̶̨̫̭̀̌̾r̸̫̀ė̵̞n̴͍̆ͅả̶̖̯͖̑͠c̸̞̳̝̈́̂̀ẹ̵̹̎̊ͅ.̶̗̤̫̉ ̸̙͒E̶̖͌l̴̨̤͖͗͝ ̷͖̪͈́p̵̳̌a̸͙͇͗́̋s̶̹͕̏̓͘ͅa̵͈̙̠͂̃d̶͉̿̋o̸̥͓͑̕ ̷̧͇͗͘s̴̛̙͐͂e̷̼̤̼̓̓́ ̵̪̥͉͛d̶̫̱͛e̵̤͗̽̐ś̷̬͖̠̚v̶̭̦̺͛ă̴͇n̷̜̙͆é̵̠̽̃c̴̯͊͝e̷̢̺̐,̶̺̹̌̋͠ ̴̰̪̓ú̷͚̦n̵͖̦̅͗͘ ̶̤̠̀̈́n̸̳̫̚͘u̸͕̅̓͘ë̶̢̛̪̰ṿ̶̻͒͘ớ̴̤͔ ̶͇̼͉͒m̷̂ͅi̵̢͕̔̀̕ș̶̦̣̈̈́ṯ̵̉̄ē̴̢͝r̷̦͍̰͑̽͘i̸̱̯̥̿o̴͓͋ ̸͈̚ḛ̵̛̿̍m̶̯̌͝e̷̩͑̊r̸̛͉ǧ̴̗e̸̦̊̋.̷͇͎̹̀̆"̸̬͔̇̽

Dogday se encontró sumido en un vacío opresivo, un mundo donde el tiempo y el espacio parecían disolverse en la nada. Todo a su alrededor carecía de color y brillo, como si la vida misma hubiera sido suprimida. Con un movimiento instintivo, agitó su colgante, que comenzó a resplandecer tenuemente, proyectando una luz tenue en la oscuridad abismal que lo rodeaba.

"¿Dónde estoy?" se preguntó con creciente ansiedad. Su mente daba vueltas buscando respuestas, intentando comprender por qué había terminado atrapado en esta vasta y desolada extensión de sombras. Sin embargo, antes de que pudiera profundizar más en sus pensamientos, una figura alta emergió de la negrura, acercándose lentamente. Dogday sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal mientras la silueta se definía más claramente, revelando lo que parecía ser su propia sombra, distorsionada y grotesca.

A medida que la figura se acercaba, Dogday notó que su corazón latía con fuerza, un eco de terror reverberando en su pecho. La sombra abrió la boca, de la cual surgieron ruidos estáticos y distorsionados, resonando en el aire como un eco de pesadillas olvidadas. Las palabras eran casi incomprensibles, un susurro de confusión y desesperación:

"̵͍̍¿̵̪̃Q̴͙͑u̵͓͘.̷͚͝.̵͚̔.̷̨͗i̶̬̽ẹ̶́̕n̴̤͂ ̵̤̇e̸̙͐ȓ̸̠ė̷͉s̷͚̏?̴̱͠"̷͉͒

La voz, aunque familiar, estaba llena de distorsiones, como si su propia mente estuviera luchando por retener fragmentos de una realidad perdida. Dogday se sintió atrapado entre el terror y la curiosidad, incapaz de apartar la mirada de esa figura inquietante que parecía reflejar no solo su forma, sino también sus miedos más profundos.

Ỹ̷̭̳̺̼̖͍͊̇̈͆a̷̢͈̞̭͇̚͝ ̷̡͕̠̜̦̰͚̩̭̘͋̅̊̆h̶͍̥͕̰̲͑̊͜a̶͇͎̍̓̀̒̕͝͝b̶̡͕̝̮͎̳͉̭̔ͅí̶̲͉͉̜́â̴̧͈̮̗̻̥͑̋̀̒̓͂̋͌͘ͅm̵̡͇̹̙̻̯͆̂ò̷̡͙̘̤͔̩͗͋̆͗́̅͒͌s̸̨̺̼͇̥̻̙̫̠̦͂̂̀̊̃̕͝ ̷̧̣̹̣͔͌̈́̀̏͛̇h̸͍͂̈a̴̡̢̞͕̜͇͚͕̓̓b̷̟̠͈̜̳͓̄̎l̷͎̠͇̋͒͐̈́̌å̴̞͇̝̲͎̊̍̇̀̋͜͝͝d̶̤̖̖͚̉̌̋͗̕͠o̵͍͕̫͕̯̟̱͐̆͐͒̉̾͜͝͝ ̴̧͈͈̬̲̦͒͋͗̂͒́̈̃̈́͠ą̷̩̬̹͓͛̆̾̚ņ̵̨̧̯̣̫͍̖̰̏̐̈́̇́̄͒̈́͘͠t̸͕̀̔̚ȅ̸̛̜̙̞̪͙̀͋̀̆͝s̷̮̥̣̰̤̩͖̯͚̿̈̋͊̂̅͊̕̕ͅ?̶̖̩̮̍̄͛̿̐̒̉

Dogday gimió de dolor cayendo al suelo, sujetando su cabeza con fuerza y tratando de tapar sus orejas.

L̷̫͛̄̀́̕a̸̡̡̫̜̖̲͇̝̽́́̓́̊ͅ ̷̠̖͔̝̳̂͑͂̀h̸̢̛͎̤̱̙̽̃͝i̵̪̎̇̅ŝ̷̰̺̝̰͓̌t̶̺̜̫̉̍o̷͔̟̪͎̒̈́r̵̢̛͖̮͖̰̹̩̫͊̓̈́̍͝i̵̢̮̲͙̫̪̰͎͎̒̀͐͜ȃ̷̢̢͉͉̦͕̰͙͚͐͂͠ ̵̨̨̤͍̯̹̞̔̄̓s̸̼̦̑ȩ̴̃̆͋͑͌̔͛͝ ̵̙͔̝̏͌̎è̵̻̻̽̌ͅś̵̨̧͚̣͍̬̤̝̳̤̀̎t̶̮͈̟̤͎͗̄̈́̋͒̇͑͊͐͘á̶̳̹̳̝̌͋̎̏̍͆̚̚ ̶̡̰̣̝̖͙̰̠͖͌̾̚͜r̵̗͎̻͚̪͙͖̈̿̂̄̄͠ȩ̴̡̮̘̲͉̬̠̽̓͛̈́̎͑̉̏͑͝p̵̨̺̜̽̓i̷̼̩͒̀͆̓̍͋͊́́t̶̞̬̝̹̾̈̊̑͝ḯ̸̛̫̻̬̄͗͊̃̇͝e̷̦̥͓̘̞̪̝͖͇̐̓̀̓́̍͗̾̏̚͜n̵̥͍͙̯͓̳̯͊͋͊͜d̶̡̰͓̞͖̩̙̲͖̘͐͑́̅́͑o̷̽͜,̵̧̢̳̠̪̯͈̻̀̅̓̾͝ ̶̛̗͖̭͕̝̞̼̈̉̓̉̐p̸̨͖͕͍̎̑͐̈́e̴͉̦̣̔̈́͠r̵̦̠̋̽o̶̻͚̦̓̈́̄̌̽͌͋̚͘ ̵̨̭̫̝̹̪̗͕̟͊͒̾̅̄̇̽͐̕͝a̶̦̟̳̓̀͜h̶̡̺̣̞͇̹̲̤̋̒̍̎̈́̚̚͘ŏ̵͙̍͑̓̔́̓̕͘͘r̶̨̡͉͔̣̫̹̹͙͚͑a̶͎̔̀ ̴̳͙̳̝͖̘̩͓̻̝͌͋̾̓̑h̴̼͙͍͕̗̪̏̊̑̌ã̸̧̭̰̬̓y̶̯̱͇͎̩̫̻͇̱̬͗͑̍̏́̿̍͐̽̕ ̵͚̝̮̔̋͘d̶͕͉̻̫̤͙͚̉͋i̷̢̧͓̦͕̥͕̙͌̈͑̌͒̀͠ͅf̶̨̡̛̪͍͖̾͒̈́͌͑͝ȩ̶͚̼̤̰̯͍̯͙̍̑͆́͠ͅr̵͙̰͇͉̬̱͓̺̈́̂͜͝͠ͅë̵̝̗́̐̍̓̒̄̾͝ͅñ̵̗͇ţ̸̳̭͙͔͊̊͐͆̓̓̏è̶͎͉̤͓͗̾̍͆̆̓s̵̲̺͓̹̀̌̊͌͘ ̶̙͓̼͙̠̀̇͌̒̕̚͜͝͝d̶̢̯̭͔̹̺̖̮̓i̸̱͍͍̙͇̿́̐͂͌̐̋͜͝͝á̴̯͘l̶͇̖̱̜̯͈̞͉̇̒͐̐͗̿̂ͅơ̵̪͍̗̤̰̪̅̿̔͗͗̾͆͛͝ğ̷̦̬̞̟̖͎̖̝̽̕ơ̶̧̞͕̖͠s̸̖͌͌͌́̽́̂̐̐

El can sentía que fragmentos de recuerdos aparecían en su mente, sentía que ya había vivido esto una vez.

D̶̟̘̮̓̅͌͋́͊́́͘ȩ̸͍̣͖͈̣̑̀̿̂̏͠r̴̦͐̒̌͋̐r̶̝̺̠͉̫̮̓͜o̸̧͚̭͚̖̫̣̰͇̯͂̊́͆̄̀̐̀͝t̵̯̥̻̻͒̐̋̾̅͆͜ͅạ̴̡͈͎̦͆̈́̅̇́̈́̽̌͝l̶̳̀̑̿̕͠o̴̡̭̪̣̺̼̦̎̾̔́̀̈́̚,̸͔͆̇̾͛͐͗̈́̌̏̚ ̸̧͉̭̰͔́̈́̀͂͝a̸̧͇̟̭̻͕̗̺͌̏̚̕ͅͅn̶̢̗͓̿̂͐͑̇̐̕ṯ̷̡͎͚̒̌̓̏͆̓͆̈́͊ͅë̸̦̥̦̣̭̙̯̟̦̊͛͜s̸̖͉͈̺͌̈́ ̷̡̻̻̥̳͉̮̬̓d̵̢̝͓͖͉̟̻̕ȩ̵̞̠̰̻̻̮̲̲͚̎̃̂ ̶͖̟͔̦̯̙̿͑q̵̼̏͆̈͑͊̏͝ư̴̛̺̙͇̱͙̥̒͂͌̎̉̚͝͝e̵̡̻̮̜͚͎̖͓̱̲̍̂̅́̓̕͠ ̴͎̂͋̇̇v̸̨̧̛̖͐͊́̆̿̎̚͝ŭ̵̡͇̰̝̪͙͓̤̠͑͐̌̌̑͘͝ȇ̵̢͉̘̖̝̪̑́̚l̶̛̙̊̀̂̒͌̽̉͒̚v̶̡̛̗͛̈͛̌a̸̙̝̍̈́̑̇̀̍̿͜ͅ ̷̰͔̯͓͈͍͕͍̠̍̈͊͗̋̾̋͂a̵̛̠̲̘̩͊͌̀̍̆͆̕͠l̷̡͙͉̹̼̣̦̬͂̔̾ͅt̶̡̩͈͇͚͚̹̜͍̳͆̎́͗͛̽͒̄͘e̶͔̹̲̥͇̪̔̾̈̓̆̕͜ͅŗ̶̦̯͚̘͎͎͉͔̘̈́͊́̋͋͐̚͠a̷̡̡̤̞̦̣̍̈́̈́r̵̡̟̹̀́̾̎̕ ̵̡̨͔̱̯̠͓̳̱̘̈́̂̅͐̓́̕̚ẽ̸̠͈͇̆̔̏͛͐͑͘͝͝ļ̸̟̝̜̰͉̘͛͌̽̈̚͘͜ ̴̡̱͔̼̑t̶̲̝̞̯͚͇̱̃̓͗͆͛i̶̥̫͊̈̿̂͂̽͊̇̾͘e̵͇̪͖̝͓̫͉͉̎̽͂͑̌̉̕m̴̢̝̖̗͎̠͚̙̈́̿̌͜p̶̦̟͕͉̣͛̾͂̿́̋́̚̚o̷̡͕͉̮͈̻͓̱̗̊̆͂͝͠

Dogday alzó la mirada aún con dolor intentando entender a su sombra, el dolor era intenso por los ruidos que emitía.

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Con cada palabra que la sombra pronunciaba, el dolor en la cabeza de Dogday aumentaba, como si cada sílaba desgarrara su percepción de la realidad. El entorno que lo rodeaba comenzó a experimentar fallas, parpadeando entre la oscuridad y el destello de su colgante. La angustia lo invadió, y el can se llevó las patas a la cabeza, tratando de ahogar los gritos distorsionados que resonaban en su mente.

El dolor se intensificó tanto al intentar entender sus palabras que sintió su vista volverse más y más borrosa hasta que cayó desmayado mientras la sombra desaparecía al igual que su entorno.

De forma repentina, el can sintió que se ahogaba. Intentando volver a respirar, despertó exaltado y alterado, intentando quitarse la máscara de oxígeno que tenía. En su alteración, solo lograba empeorar la situación. Los doctores y enfermeras que estaban ahí entraron rápidamente y trataron de calmarlo. El can no entendía nada, pero vio a sus amigos asomarse preocupados.

Cuando al fin los doctores lograron calmarlo con medicamento, comenzó a respirar lentamente, tratando de procesar lo que había sucedido anteriormente.

Mientras aclaraba su mente, sus amigos entraron. Entre ellos, corrió su amiga CraftyCorn, quien se lanzó hacia él intentando abrazarlo con lágrimas en los ojos, al igual que sus otras amigas.

"¡Gracias a todas las manzanas estás bien!" exclamó Picky, quien limpiaba sus lágrimas con su pañuelo y se acercaba al can, quien como podía acariciaba el cabello de CraftyCorn para calmarla.

"CraftyCorn estuvo llorando al no ver que tú y Catnap salían de la casa," habló esta vez Hoppy, quien se sentó con KickinChicken en el sofá de invitados.

Dogday intentó decir algo, pero vio que las palabras no salían.

"No intentes hablar, amigo. Los médicos dijeron que te jodiste la garganta por tanto humo. Tienes suerte de que Catnap te haya salvado, y el muy idiota también salió herido, pero menos que tú," dijo KickinChicken, señalando a Catnap, quien tenía un vendaje en su cola.

Dogday sonrió con cansancio al ver de nuevo a Catnap, por lo que con señas le pidió que se acercara para luego acariciar al felino detrás de la oreja.

"Pues resulta que tu casa se incendió y nosotros corrimos para salvarte," le dijo Bubbaphant, explicando la situación.

"Pero a Catnap le dio igual ser sensible a la luz y salió corriendo como si su vida dependiera de ello. En serio, hubieras visto, estaba que echaba humo de forma literal," dijo riendo KickinChicken, al igual que los otros.

Dogday, aún débil, intentó sentarse en la cama. Sus amigos lo ayudaron, preocupados por su estado. CraftyCorn no dejaba de llorar, mientras Picky le daba palmaditas en la espalda para consolarla.

"¿Qué pasó exactamente?" preguntó el can moviendo sus manos, ya que si no podía hablar, al menos podía usar lenguaje de señas.

"Fue un incendio," explicó Hoppy. "No sabemos cómo empezó, pero cuando llegamos, la casa ya estaba envuelta en llamas. Catnap fue el primero en entrar para buscarte."

Dogday tosió un poco; él sabía por qué su casa se había incendiado, pero prefería no decirle a sus amigos.

"Sí," añadió KickinChicken. "Ese gato loco no pensó dos veces antes de lanzarse al fuego. Lo vimos salir contigo en brazos, ambos cubiertos de hollín."

Dogday miró a Catnap con gratitud y le sonrió con ternura, mientras Catnap le devolvía una sonrisa igual de tierna.

"Por desgracia, la mayoría de tus cosas se hicieron cenizas. Sobrevivieron pocas cosas: creo que fue la fotografía tuya y de Catnap, el cuadro de hueso, el sofá y unos pequeños imanes que cada uno de nosotros te dimos," explicó Bubbaphant.

"Sí, hubieras visto, esas cosas quedaron intactas, amigo. Es casi mágico, ¿en serio no es lógico?" dijo KickinChicken entrecerrando los ojos. "Parece brujería... ¡o tal vez fue el poder de la amistad!" añadió con una pequeña risa.

Dogday negó divertido, viendo cómo su amiga Bobby aparecía por fin con algunos papeles.

"¡Cielo, estás bien!" exclamó la osita, quien corrió a abrazar a Dogday, quien sentía que se le iba el poco aire.

"¡Bobby, lo andas matando!" exclamó Picky.

"Uy, perdón," dijo Bobby avergonzada, apartándose para después mirar al can. "Como sea, el médico dice que andas bien y que ahorita vendrá a revisarte otra vez para ya quitarte la mascarilla de oxígeno y dejarte ir..."

"¿A dónde? Se quedó sin hogar," les recordó Hoppy, por lo que los demás se quedaron mirando.

"Puede quedarse conmigo," sugirió Picky, quien fue interrumpida por Bobby. "Que se quede conmigo, yo tengo conocimientos de enfermería," explicó, a lo que Bubba intervino, "Yo debería cuidarlo, ustedes son torpes."

Así, Bobby, Hoppy, Kickin, Picky y Bubbaphant anduvieron discutiendo quién cuidaría del líder del equipo.

"Y-yo podría cuidarlo," sugirió de forma tímida CraftyCorn, quien luego fue interrumpida por Catnap.

"Yo igual podría cuidarlo," expresó el felino, mirando de reojo a la unicornio.

Dogday, observando la discusión, levantó una pata para llamar la atención de todos. Con señas, indicó que quería hablar.

"Gracias a todos por su preocupación," señaló Dogday. "Pero creo que lo mejor sería quedarme con alguien que pueda ayudarme a recuperarme rápidamente."

Todos asintieron, comprendiendo la lógica detrás de sus palabras.

"Entonces, ¿quién será?" preguntó Hoppy, mirando a sus amigos.

"Creo que CraftyCorn es la mejor opción,” dijo Picky. “Ella ha estado muy preocupada y puede cuidarlo bien.”

“Estoy de acuerdo,” añadió hoppy

Dogday asintió, agradecido por la decisión. “Gracias, CraftyCorn,” señaló. “Aprecio mucho tu ayuda.”

CraftyCorn sonrió, feliz de poder ayudar. “No te preocupes, Dogday. Te cuidaré bien.”

Con la decisión tomada, los amigos de Dogday comenzaron a organizar todo para su traslado. Mientras tanto, Dogday se recostó en la cama, sintiendo una profunda gratitud por tener amigos tan maravillosos.

Más al rato, Dogday se encontraba mirando por la ventana de la gran torre donde vivía CraftyCorn. Se la estaba pasando bastante bien; ella le había hecho sentirse cómodo e incluso habían dibujado mucho, se vistieron de diferentes cosas, y leyeron juntos. Adoraba pasar tiempo con sus amigos, pero estar con CraftyCorn se sentía bien, raro pero bien. Se sentía en paz hasta el punto de quedarse dormido.

"Dogday, los chicos vinieron a verte," llamó con dulzura CraftyCorn. Se asomó y vio a Dogday dormido. Ella se acercó para verlo y sonrió con ternura al verlo dormir. La joven unicornio se acercó al can y apartó una de sus orejas para verlo mejor. La luz del atardecer hacía que el can se viera más apuesto para la joven.

CraftyCorn, conmovida por la escena, se inclinó y lo tapó con una manta. Luego, le dio un suave beso en la cabeza.

"Descansa, Dogday," susurró. "Te cuidaré siempre."

Pasó el tiempo hasta que cayo la noche y Dogday despertó, repitiéndose aquella pesadilla que tuvo antes de despertar en el hospital.

"8 colgantes obtuvo y 8 nuevos aparecieron. Alguien alteró todo y uno está perdido." ¿Qué quiere decir la sombra? pensó el can, quien se quitó la manta y caminó en silencio hacia la mesa donde había dibujado con CraftyCorn.

Algunos dibujos eran de ellos dos tomados de las manos, otros como caballeros y uno donde ella era una princesa. Dogday sonrió al ver los dibujos, pero rápidamente los apartó y tomó una hoja en blanco para comenzar a anotar lo que recordaba de su pesadilla.

Mientras Dogday escribía, CraftyCorn entró en la habitación con una bandeja de té y galletas. "¿Estás bien?" preguntó, notando la expresión preocupada en el rostro de Dogday.

"Sí, solo tuve otra pesadilla," respondió Dogday, dejando el lápiz a un lado. "Es sobre..." ¿Podía contárselo a CraftyCorn? Confiaba en ella, pero en este caso, no. Crafty era muy dulce para preocuparse por cosas como esas.

"Nada muy importante, fue sobre Bubba dándome un regaño por resolver mal unas cuantas ecuaciones."

CraftyCorn se sentó a su lado y le ofreció una taza de té. "Tal vez sea tu subconsciente diciéndote que debes escuchar más a Bubba," dijo con una risita.

"Tal vez," dijo Dogday riendo y acariciando la cabeza de la joven, quien se sonrojó. "Ya me siento mejor gracias a ti. Gracias por cuidarme."

"De nada, Doggy. S-si quieres, podríamos ir mañana al parque a pasear o..."

"Lo lamento, Crafty. Mañana quiero hablar con Bubba, pero lo podemos hacer en otra ocasión."

CraftyCorn asintió, comprendiendo. "Está bien, Dogday. Cuando tengas tiempo, me encantaría ir al parque contigo."

Dogday sonrió, agradecido por su comprensión.

"Definitivamente lo haremos pronto, Crafty. Gracias por entender."

Esa noche, Dogday se acostó temprano, decidido a hablar con Bubba al día siguiente. Mientras tanto, CraftyCorn se quedó a su lado, asegurándose de que estuviera cómodo y tranquilo.

A la mañana siguiente, Dogday se despertó sintiéndose más descansado. CraftyCorn ya estaba despierta, preparando el desayuno.

"Buenos días, Dogday," saludó con una sonrisa. "¿Dormiste bien?"

"Sí, mucho mejor. Gracias, Crafty," respondió Dogday, acercándose a la mesa.

"Voy a ver a Bubba después del desayuno."

"Buena suerte," dijo CraftyCorn, sirviéndole un vaso de jugo dulce.
"Estoy segura de que todo saldrá bien."

Dogday asintió, sintiéndose más seguro gracias a las palabras de CraftyCorn. Después de desayunar, se despidió de ella y se dirigió a la casa de Bubba. Sin embargo, en su camino fue detenido por un Catnap enojado.

"Te esperaré en Villa Sonrisa, dijiste, no te olvidaré, dijiste," decía furioso Catnap mientras humo rojo salía de su boca y sujetaba con fuerza la sombrilla.

"¡Catnap! Oh, Dios, lo siento tanto. Supongo que entre lo de ayer y la pesadilla que tuve, no tuve tiempo de..." El can fue interrumpido por el felino, quien bufó y se cruzó de brazos.

"Sí, sí, espero que te hayas divertido con CraftyCorn," exclamó con voz celosa.

Dogday suspiró, tratando de calmar a Catnap. "No es lo que piensas, Catnap. CraftyCorn solo me estaba cuidando después del incendio. No quería preocuparte más de lo necesario."

Catnap lo miró con desconfianza, pero el humo rojo comenzó a disiparse. "¿De verdad? Yo podía cuidarte, ¿sabes? Quería que me escogieras a mí, después de lo de la fábrica..."

Dogday suspiró. "Hablando de ello... Dios, hay tanto de qué hablar entre tú y yo."

Dogday miró a Catnap con una mezcla de tristeza y comprensión.

"Por eso yo quería cuidarte".

"Lo sé, Catnap. Y te agradezco mucho por todo lo que has hecho por mí. Pero CraftyCorn también es mi amiga y quería ayudarme."

Catnap bajó la mirada, sus orejas se inclinaron hacia atrás. "Solo quería estar ahí para ti," murmuró.

Dogday se acercó y le dio un abrazo. "Y lo estás. Siempre has estado ahí para mí. No quiero que pienses que te estoy dejando de lado."

Catnap suspiró, relajándose un poco en el abrazo. "Está bien. Solo... no me dejes fuera, ¿de acuerdo?"

"Te lo prometo," dijo Dogday, soltándolo y mirándolo a los ojos.

"Iba a ir a hablar con Bubba, pero supongo que primero tengo que arreglar lo que sucedió entre nosotros, ¿verdad?"

El felino asintió y comenzó a caminar hacia su casa, no sin antes hacerle una señal a Dogday para que lo siguiera.

"Ve lento, Catnap, apenas ayer salí del hospital," dijo con una risita el can.

"Lo siento," susurró el felino, quien se acercó a Dogday y enrolló su cola en la cintura del can para luego levantarlo con dificultad.

El can se alteró un poco, puesto que Catnap no era conocido por su buen físico. "¡E-espera, bájame! ¡Peso mucho para ti, y aún estas herido!"

Catnap bufó, pero obedeció y bajó a Dogday con cuidado. "Solo quería ayudarte," dijo con un tono de disculpa.

Dogday sonrió, agradecido por el gesto. "Lo sé, Catnap. Y lo aprecio. Pero no quiero que te lastimes por mi culpa."

"Está bien," respondió Catnap, suspirando. "Vamos, hablemos en mi casa."

Ambos caminaron lentamente hasta la casa de Catnap. Al llegar, Dogday vio que la casa de Catnap se hallaba en lo alto.

“Tú y CraftyCorn tienen algo con las torres,” dijo el can, sin querer subir tantas escaleras.

Catnap rió un poco e hizo su colgante brillar para después cargar a Dogday.

“Puedo subir solo, ¿sabes?” le dijo Dogday, mientras Catnap lo seguía cargando hasta abrir la primera puerta y comenzar a subir las escaleras en forma de caracol, solo para llegar a una segunda puerta.

“¿Dos puertas? ¿No era suficiente con una?” le preguntó con tono burlón.

“Nunca está de más tener dos puertas por seguridad,” le contestó Catnap con indignación fingida. Dogday se rió un poco y movió su cola con alegría. "Oh, esta va a ser la primera vez que veo el interior de tu casa,” dijo emocionado.

Los dos entraron por fin, y Dogday vio que el hogar de Catnap era sencillo pero acogedor. Consistía en un gran cuarto con una gran cama y algunas cosas sencillas.

“Esta es mi habitación, donde duermo,” le dijo Catnap, acostando a Dogday en la cama y sentándose a su lado.

“Qué hermosa habitación, me gusta, es relajante.”

Dogday observaba la habitación de Catnap con curiosidad, pero también con cierta angustia. Sabía que tenían que hablar de un tema importante, no podía simplemente olvidar todo lo que había pasado. Así que tomó un tono serio una vez más y habló.

“Lo que vi ayer, tú… esa cosa, ¿eras tú? ¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué les pasó a nuestros amigos? ¿Están… están muertos o… dormidos o es alguna clase de broma?”

Catnap bajó sus orejas, pensando en una respuesta correcta.

"Bueno, sus cuerpos están en proceso de descomposición… solo siguen con vida sus almas y eso es gracias a los colgantes… pero no siempre se mantendrán así.”

“¿Y yo qué?” le preguntó Dogday.

“Tú eres un caso diferente. Como te dije, te separaron de mí, y cuando te encontré, estabas vivo. Eres el único que realmente vivía y al único que podía mantener por más tiempo.”

Dogday se quedó callado por un momento. “Pero… cuando desperté aquí de nuevo, me sentí diferente, siento las cosas más intensamente. ¿A qué se debe?”

“Bueno, verás, cuando despertaste del sueño y anduviste explorando Playtime Co., luego de que desaparecieras de mis garras una vez más… realmente me preocupé, ¿sabes? Tu cuerpo físico y tu alma se fusionaron. Al volver aquí a Villa Sonrisa y llevarte al hospital, supe que realmente estabas aquí.”

Dogday se quedó atónito ante lo que escuchaba. “Espera… ¿me estás diciendo que ahora realmente estoy aquí?” le preguntó, a lo que Catnap asintió.

“Tu colgante te teletransportó aquí por completo. Así que el fuego, la comida y el agua que existan aquí serán reales para ti. Si te lastimas aquí, te lastimarás en serio.”

Dogday se estremeció al escuchar lo que le acababa de decir Catnap. No podía creer que su vida corriera peligro en ese mundo de fantasía.

“…Aún tengo dudas, me duele la cabeza y mis pesadillas no ayudan,” dijo Dogday, bajando la mirada y mirando sus manos por un momento. “Sabes, antes de despertar me encontraba en una habitación oscura. Ahí apareció mi sombra y me dijo algo, me dijo que ‘8 colgantes obtuvo y 8 nuevos aparecieron. Alguien alteró todo y uno está perdido.’ ”

El felino escuchó atento lo que decía el can mientras se acostaba en sus piernas, solo para sentir cómo Dogday acariciaba su cabeza, lo que provocó pequeños ronroneos.

“No tiene sentido, pero si te hace sentir mejor, está bien. Quédate aquí conmigo y todo estará bien,” susurró Catnap.

Dogday negó con la cabeza. “No, debo averiguar qué pasa… A todo esto… entonces, ¿toda Villa Sonrisa es una ilusión?” preguntó.

“Es más que una ilusión, es un sueño que he creado solo para encerrarte a ti, para mantenerte a salvo a ti y a los demás,” dijo el felino, tomando las mejillas del can.

Dogday se sintió nervioso. "Pero eso... eso está mal, ¿no?"

Catnap suspiró, soltando las mejillas de Dogday. "Sé que suena mal, pero lo hice con la mejor intención. Quería protegerte de todo lo que estaba pasando afuera."

Dogday lo miró con preocupación. "Pero, ¿a qué costo? No podemos vivir en una ilusión para siempre. Necesitamos enfrentar la realidad."

Catnap bufó. "¿Por qué no? Aquí te puedo dar todo. Si deseas una nueva casa, lo puedo hacer. Si deseas una nueva aventura, lo puedo hacer. ¿Por qué quieres averiguar más?"

Dogday suspiró, sintiendo el peso de las palabras de su amigo. "Catnap..." Dogday miró a su amigo con un poco de tristeza y decidió tomar su mano. "Catnap, no puedo... No podemos vivir siempre en un mundo de fantasía," le contestó.

"¡Claro que podemos! Yo puedo hacerlo realidad."

"Catnap..."

"Puedo darte fama, ya la tienes. Eres amado por toda la villa y las villas siguientes."

"Catnap, escúchame," insistió el can.

"¡No! Tú escúchame. No quiero perderte, no quiero que averigües sobre los colgantes, no quiero que te metas en líos, no quiero que se repita la historia," exclamó molesto el felino, lanzándose hacia el can con lágrimas en los ojos.

"No quiero, no quiero perderte de verdad..." le confesó, comenzando a tener ataques de tos mezclados con aquel humo rojo que luego soltaba, solo para sentir cómo el can le daba palmadas en la espalda.

"Sabes, no es fácil expresar lo que pienso o siento... ni siquiera puedo hablar bien o gritar sin terminar tosiendo," le contestó el felino.

Dogday lo abrazó con fuerza, tratando de calmarlo. "Catnap, no tienes que hacerlo solo. Estoy aquí para ti, y juntos podemos encontrar una solución."

Catnap se aferró a Dogday, sus lágrimas mojando el pelaje del can. "No quiero perderte, Dogday. Eres lo más importante para mí."

"Y tú también eres importante para mí," respondió Dogday suavemente. "Pero necesitamos enfrentar la realidad juntos. No podemos escondernos en un sueño para siempre."

Catnap negó lentamente, aunque comprendió las palabras de su mejor amigo. "Tienes razón. Pero no quiero volver a vivir un déjà vu."

Dogday se quedó callado ante las palabras del felino.

"Ya lo vivimos una vez," habló Catnap, escondiendo su cara en el pelaje del can.

"Catnap..."

El felino se separó del can. "Pero nunca puedo evitar que lo hagas. Incluso si no te ayudo, siempre te escapas de mí, una y otra, y otra vez..." Catnap sintió la mano de Dogday sobre su mejilla.

"8 colgantes obtuvo y 8 nuevos aparecieron. Alguien alteró todo y uno está perdido," repitió de nuevo el felino.

"8 son nuestros, tuyos, míos y de los demás. Los otros ya sabrás cuáles serán al verlos... tienes que juntarlos... luego Villa Sonrisa desaparecerá y tú tendrás que volver al pasado. Tus recuerdos volverán a través del viaje."

Dogday asimiló las palabras de Catnap, sintiendo una mezcla de frustración, confusión y tristeza.

"Muy bien... lo haré..." Dogday sintió cómo Catnap tomaba su pata y la unía a él. Siempre le había parecido raro ese tipo de afecto, no lo entendía del todo.

"Deberías volver con CraftyCorn, debe estar bastante preocupada."

Dogday asintió, pero no se movió de su lugar.

"No deseo dejarte solo... ¿me puedo quedar en tu casa? Creo que al final sí quiero que me cuides tú".

"Seguro, le avisaré que te quedarás aquí," el felino se levantó y salió para enviar una carta a CraftyCorn a través de su humo.

Mientras, Dogday miraba su pata, en la cual hace un momento Catnap la sostenía. Sentía raro tomarse de la mano con Catnap, casi se sentía el mismo calor que con CraftyCorn, pero este se sentía diferente, un tipo de calidez distinta. Dogday suspiró; no era fanático de los sentimientos que no fueran alegría y desconocía más allá de esas emociones. Después de todo, se le había obligado a siempre sonreír y ser el líder perfecto para su equipo, pensar en el bien de los demás antes que en el suyo. Ahora, en este tipo de situaciones qué eran específicas para el, se sentía extraño.

Catnap regresó después de enviar la carta, encontrando a Dogday perdido en sus pensamientos.

"CraftyCorn ya sabe que te quedarás aquí," dijo, sentándose junto a él.

"Gracias, Catnap," respondió Dogday, aún mirando su pata. ¿Por qué sentía que algo faltaba? Como si Catnap y él debieran tener otro tipo de conversación.

C̵̢̛̛̙̻͙̝̻̞̹͖͕̺̭̬͇̱̜̱͉͆͂̓̉̆̀́̈̅̂̌͛̍̓͂̃̿́̌͆̉̈̄̃̚i̴͇̍́̀̐̽̄́͊͆̈́́̀̈͆͌͋̑̈́̈́̅̆͝͝ţ̶̥͈̟͖̥̬̟͎̮̬̮̣͚͚̩͊͌̔̄̿͒̎̋̉̚͝a̴̛̮̫͉͔̞̻̦̰̗͒̀͂̆̋͑̽̄̐͠͠

Raro, Dogday miró a Catnap, quien se acostó a su lado sosteniendo su pata.

"Catnap... ¿tienes algo más que decirme?" preguntó Dogday, esperando a que dijera algo, pero el felino negó y solo se acostó.



Ȩ̸̢̡̡̺̮̠͓̺̙͚͈̣̙̯̘̮͖̞̝̣͕͉̭̏̇̀̈́̀͂̍̌͆̂̀̆̆̿̀̚͜l̵̡̧̛̗̲̯̪̻̠̬̱͕̣͓̬̖̤̅͐͊̈́̓̎̿̑͆̋̉͆̋͑̂͒͛̐̒͛̿̀̽͘̚̕͠͝į̵̨̡̡͉̞̙̫̩̖̲̹̝̻͖̫̯̟͚̝͖̫̭̙̰͍͉͍̮̈̎̽͆̀̋͌̒̀̈̆̿̅͝͝͠͝͠͠ͅm̶̧̮͚̲̳̫͍͓̖̭̅̒̅̏̍͗͆̽̊̓̕̕̕͝i̸̡̡̛̛̼̝̫̜̻̟̣̲̪̻̝̫͈̝͎̺̬̫̤̯̙̘̟̅̏̔̍̆͒̐̿̋̆͆̈̽͜͠͝͝ͅn̵̢͇͓̫̰̲͔͔͚̹̠̣̱̯̹̙̦͍͖̺͔̱̬̍̀̌̄̊̾̋͗̆̄̍̽̌̇͗͑̓͘͘͜͝͝͝ą̵̡̛̛̩͛̑͂͑͒̀́̈́͊͐̍͒̃̊̽̽̋̀̓̿̿̿͌́̌̀̕͝͝͠d̶̨̨̡̛̤͙̮̠̝̝͚̘̰͈͉̣̩͚̤̬̪̙̖̲̬̩̟̭̩̑̊̏̓͆͊̓̂̾́̌̽̂͋̓̐̆͋̓͗̾̓̈́͋̈̕̕͜͜͝o̴̢̖̼̻͇̻̤̙͖͍̬͚̪̙͍̎͝


"No deberías..." Dogday sintió dolor de cabeza y decidió acostarse, aún sujetando la pata de Catnap, solo para soltarla y acostarse de lado.

Dogday cerró los ojos, tratando de calmar su mente. Sin embargo, las palabras de Catnap resonaban en su cabeza. ¿Qué significaban esos extraños mensajes que aparecían en su mente? ¿Por qué sentía que esto ya lo había vivido una vez?

Sintió la pata de Catnap tomar la suya; no podía dormir y Catnap lo sabía.

"Puedo ayudarte a dormir," susurró el felino, pero el can negó. "Estoy bien, solo... solo siento como si faltara algo." Cerró los ojos nuevamente, tratando de encontrar paz en la presencia de su amigo. Poco a poco, el cansancio lo venció y se quedó dormido, su respiración volviéndose lenta y regular.

Catnap observó a Dogday por un momento, asegurándose de que estuviera bien. Luego se levantó de la cama, dirigiéndose hacia la ventana y abriéndola para recibir el aire frío de Villa Sonrisa. El felino saltó de la ventana, cayendo al suelo de pie y haciendo brillar su colgante. La luna apareció y Catnap se subió en ella. Una vez en lo más alto, comenzó a emitir aquel humo rojo que cubrió toda Villa Sonrisa. Finalmente, volvió a su hogar y se acurrucó cerca del can. No quería perder otra vez a su sol, ni en esta vida ni en otra.

Aun si eso significaba reescribir la historia.

Por fin otra actualización. Últimamente ando ocupada, así que no sé ahora con qué frecuencia actualizaré, pero de que seguiré con esta historia, lo haré.

También quiero aclarar a los nuevos lectores que esta historia ya había existido, por si ven comentarios diciendo "Oh, esta parte es nueva" o "Qué nostalgia esta parte". Debido a problemas en Wattpad, se tuvo que pasar aquí y se está volviendo a reescribir.

Se les agradece, como siempre, su paciencia, sus votos y que la recomienden a sus amigos. En serio, nos hacen felices.

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