vi. the misery, little dragons
A LOS LE'BLACK LES COSTO BASTANTE ACOSTUMBRARSE A SU NUEVO ESTILO DE VIDA, sobre todo a Healena, habían pasado dos meses desde la tragedia, pero para Healena era como si lo hubiera vivido ayer. Y nadie podía culparla, todos habían perdido ese día.
La reconstrucción de su nueva casa hiba más avanzada que cualquier otra, su padre se pavoneaba diciendo que queria terminar pronto para así poder ir ayudar a la gente de su pueblo. Deimos y Robert al igual que Healena le ayudaban en lo que podían, sin embargo, Colín se mantenía siempre sentado sin poder hacer nada y se odiaba por eso.
Justo a lo lejos, Colin podía observar a su padre junto a sus hermanos quienes le ayudaban, Healena en cambio, ponía como todos los días a los tres huevos de dragon en el fuego para que así, estos entraran en calor y si era la voluntad de los dioses, nacieran.
—Healena, deja eso, vas a terminar lastimada o escondelos, sabes lo que va a pasar si los ven ¿verdad? — pregunto fastidiado el mayor de los Le'Black.
La princesa sonrió de lado, se separo de sus preciados huevos y los cubrió con lo primero que encontró, se levantó de donde estaba y se encaminó hacia su hermano, se sentó a un lado suyo y lo abrazó.
—Ay Lena", por mucho que este enfadado, tu siempre sabes como calmarme — le aseguro el mayor hacia su hermana
Healena le sonrió mientras lo observaba, pero su sonrisa se borró al ver el rostro de su hermano, grandes pomulos de color negro bajo sus ojos y se veía más pálido de lo normal, temía que su enfermedad se hubiera extendido.
—Colín — le hablo débilmente sin quitarle la mirada de encima — ¿hace cuanto que no duermes? — le pregunto finalmente al mayor, quien bajaba la cabeza apenado sin decir nada.
Healena suspiró y se levantó hacia su cosas en busca de una manta y un chal que su padre le había regalado en su sexto día del nombre. Regreso a donde su hermano y extendió la cobija hacia su hermano.
—Lena', ¿qué haces? — pregunto extraño Colin al ver la acciones de su hermana.
—Ven, como lo decía papá, acomódate y acurrucate — le respondió mientras el hacía caso a lo que su hermana le decía.
—Recuerdas esa vieja canción que papá Ambrosio nos cantaba, podrías. . .¿podrías cantarmela Lena'? — pregunto apenado el mayor hacia ella.
—Hablas sobre el río especial que se llamaba Ahtohallan, papá Ambrosio solía decir que contenía todas las respuestas sobre el pasado, de lo que somos parte — respondió Healena con algo de nostalgia al recordar a su padre fallecido.
—Solo cántamela Lena', por favor — pidió Colin a su hermana menor mientras se acurrucada más.
—Esta bien, si — respondió finalmente Healena antes de comenzar a cantar.
—Donde se unen. . .viento y mar, un río lleva mil memorias que hay, duerme ya y en calma esta, pues el conserva lo que fue. . .— Healena le dio una rápida mirada a Colin para verificar si ya estaba dormido, pero al verlo despierto decidió seguirle cantando tanto a él como a sus huevos de dragon.
—En sus aguas, hay verdad y a tus dudas te responderá, su voz honda buscarás, si lejos vas será el final. . .a quien escuche cantará y en su canción la magia va, más di si puedes soportar y enfrentar que ha de revelar. . .Donde se unen viento y mar una madre mil memorias trae, a tu hogar has de volver. . .es donde está, lo que se fue. . .— Healena finalizado con una leve sonrisa.
—¿Por que siempre hay una oscura advertencia en las canciones de cuna? — pregunto irónico su hermano hacia ella.
—No lo sé, solo duerme que te hace falta — respondió Healena mientras cerraba los ojos al igual que su hermano Colin.
Healena sintió que todo lo que durmió fue apenas un segundo y cuando abrió los ojos el fuego era lo único que estaba presente ante sus ojos. Se escuchaban gritos a lo lejos acompañados de rugidos de dragones.
Healena se levantó rápidamente junto a su hermano mayor y se alejaron de las brazas del fuego que estaba por cocinarlos vivos.
La princesa se quedó estática al ver las llamas frente a ella, no podía evitar recordar lo que habia vivido. Colin pareció darse cuenta de esto por lo que la sacó de su trance.
—No. . .otra vez no — susurró para si misma, pero Colin la escuchó.
—Lena', Lena', Mirame, estaremos bien pero ahora tenemos que irnos, puedes hacerlo Lena', pero hay que irnos — le hablo Colin mientras la tomaba de las mejillas.
Ella asintió y empezaron a correr hacia el gran salón aunque Colin lo hacía con más dificultad
—¿Donde estará papá? — pregunto Healena hacia su hermano, pero este simplemente la ignoro.
A cualquier parte a la que se acercaban no faltaba que estuviera ardiendo en llamas o peor, derrumbándose. Healena divisó como algunas casas cerca de la de Hiccup estaban en llamas, y ella no pudo evitar preocuparse.
—Hiccup — susurró. Se soltó del agarre de su hermano y corrió directamente hacia la casa, entró en ella antes de que algún dragón se acercara.
—¡Hiccup! ¿¡Estas aquí?! ¡Tenemos que irnos! — grito desesperada al no obtener respuesta por parte del chico.
—¿Hela'? ¿Que haces a-. . .— Hiccup no termino de hablar ya que los brazos de Healena lo rodeaban.
—Gracias dioses — susurró para si misma — tenemos que irnos, los dragones ellos. . . — hablo al mismo tiempo que se separaba de él y se encaminaba a la salida seguida de Hiccup.
En cuanto salieron de la casa, un dragón disparo fuego a la entrada, Healena en parte esperanzada a que fuera alguno de sus viejos dragones, pero fue su sorpresa al ver a otro dragón totalmente distinto que jamás había visto en su vida.
Sin tener demasiado tiempo para observarlo detalladamente, Hiccup la tomo de la mano y empezaron a correr a quien sabe donde.
—Dragones. . .fuego, huevos. . .¡Mis huevos! — grito al recordar a sus pequeños dragones que aún no habían nacido, se soltó del agarre de Hiccup por segunda vez en la noche.
—¡Hela'! ¡¿A donde vas?! — grito el hijo del jefe hacia su amiga, pero ella estaba bastante alejada como para escucharlo.
Sin tener otra opción, corrió directamente hacia el gran salón donde supuso se encontraría a los hermano de Healena.
Healena corría hacia sus pequeños huevos, los había dejado desprotegidos y vulnerables, no podía permitirlo, no cuando le había prometido a su querida Syrax que ella los cuidaría. Cuando llego al lugar se encontró que el árbol donde recientemente había descansado junto a su hermano y otros más estaban en llamas y entre todas esas llamaradas estaban sus preciados huevos, Healena sin titubear se metió entre las llamas en busca de sus pequeños huevos.
Mientras que por el lado de Hiccup el se encontraba desesperado al no ver por ninguna parte a los hermanos de Hela', pensó que no los encontraría hasta que a lo lejos vio como el padre de Healena se acercaba a tres niños y una niña, esperanzado a que fuera Healena se acercó más, pero se decepcionó y la desesperación aumentó cuando vio que la niña no era Healena.
Escucho como el rey de Wetsfall le reclamaba a su hijo mayor por la desaparición de Hela'.
—E-ella simplemente s-se s-solto, y-yo n-no pude hacer nada para evitarlo, c-cuando m-me voltee, e-ella s-se había i-ido — tartamudeó Colin debido al nerviosismo.
Arthurus suspiró, luego abrazó a su hijo mayor, no debía reprocharle nada cuando no era su culpa, el también estaba asustado.
Hiccup se acercó nervioso hasta el padre de Healena.
—Yo. . .yo se donde está Hela' — hablo observado al hermano de Healena y no a su padre.
—¿Donde esta? — pregunto desesperado Arthurus hacia Hiccup.
—Ella, la vi regresar a su casa — respondió nerviosamente Hiccup con un poco de sentimiento de culpa, ya que el hubiera podido evitar que se fuera.
Arthurus entendió el por qué su pequeña había regresado, por sus huevos.
—Quedense aquí, Colin, mantén a tus hermanos, Rowan y Hiccup contigo, que no salgan ¿entendieron? — ordeno el mayor mientras salía del gran salón.
—Ya lo escucharon, Rowan — hablo Colin dirigiéndose a la niña — cuida de Deimos y Robert, por favor, Hiccup quédate con ellos, voy con papá.
—Pero el dijo que. . . — Rowan trató de intervenir para que Colin no saliera, pero el no la dejó terminar.
—¡No! ¡No lo entiendes! ¡Mi hermana está ahí afuera y todo por mi culpa! ¡Voy a ir por ella! — grito en respuesta mientras se alejaba.
Hiccup sin titubear fue detrás de Colin, por que al igual que el, también se sentia culpable.
[. 🐲,🗡, 🛡. ]
Arthurus corría con desespero hacia su casa, pensando que talvez no llegaría demasiado tarde, los dragones ya estaban alejando y el fuego ya estaba siendo controlado, bueno todos menos el de cerca de su casa, tomó una cubeta de agua y Ser Harrold quien milagrosamente se había atravesado en el camino del rey le ayudo a llevas dos más.
Ambos hombres corrían en dirección a la casa, cuando llegaron vieron que las llamas se extendían mucho más.
—¡Healena! ¡Healena! — grito su padre con desesperación. El y Ser Harrold se dedicaron a apagar las llamas y finalmente cuando la mayoría de las llamas estuvo apagada la vieron, justamente estaba en medio de las llamas.
Arthurus se acercó rápidamente a su pequeña asegurándose de que no tuviera alguna quemadura grave, se dio cuenta de que solamente tenia hollín en la cara y una que otro rastros de ceniza en su cabello, pero no había rastro alguno de quemadura, y sorpresivamente Healena seguía conciente.
—¡Estas loca! ¡Estaras castigada por tres años por lo que acabas de hacer! Heale. . .casi te pierdo — susurró su padre mientras la abrazaba.
—Estoy bien papá, yo no ardo — respondió simplemente Healena mientras se acurrucada en los brazos de su padre. Pronto un repentino movimiento los hizo separarse, pues tres pequeños dragones estaban sobre su hija.
—Los huevos. . .ellos — hablo Arthurus sorprendido al ver tres crías de dragon
—Nacieron — respondió finalmente Healena mientras tomaba a uno de ellos entre sus manos.
—Pronto, escondelos — le ordeno su padre. Healena tomó a sus pequeños y se encaminó al lugar donde estaban sus pertenencias, abrió el gran baúl donde estaban algunas cosas de sus hermanos y ahí dejó a los tres pequeños dragones, luego de eso regresó con su padre quien la abrazó nuevamente gustosa.
Healena pudo divisar a lo lejos como su hermano y Hiccup se acercaban junto a las demás personas de la Aldea.
—Hela'/Lena' — gritaron los dos al mismo tiempo. Colin fue el primero en llegar a un lado de su padre y hermana.
Healena se separo de su padre para abrazar a su hermano
—Colin. . .— empezó a decir su padre — te dije que te quedaras, tu también estarás castigado
Pero no le importó, no más que ver que su hermanita junto a él.
—Crei que te perdía, Lena', no vuelvas a irte de mi lado Lena', no lo vuelvas a hacer nunca — hablo en medio del abrazo sintiendo como las lágrimas amenazaban con salir
—No me voy a ir Colin, te lo prometo — contesto Healena, después de unos momentos más abrazados se separaron y cuando Healena finalmente sintió que los abrazos habían terminado, Hiccup volvió a abrazarla.
—¿Estas bien? ¿No te lastimaste? Fue muy estupido lo que hiciste ¿por qué volviste? — Hiccup comenzó a llenarla de preguntas.
—Hiccup, está bien — lo tranquilizó Healena mientras se separaba y lo tomaba de los hombros — estoy bien
—Me asustaste, creí que hibas a. . .— Hiccup se detuvo, no fue capaz de terminar la frase.
—Pero no lo hice, ¡mira! Estoy bien, tranquilo — le tranquilizó por segunda vez
—No vuelvas a hacerlo, prométeme que no volverás a hacerlo, me asustaste, prometemelo — le reprochó el hijo del jefe.
Healena le sonrió
—Te lo prometo — respondió finalmente.
Healena miró detrás de Hiccup y vio como toda las personas de la Aldea la observaban, de entre la multitud pudo reconocer a cinco peculiares niños quienes la veían intrigados. Healena se apartó de Hiccup y fue a tratar de esconderse detrás de su padre, aferrándose a una de sus piernas, tenia miedo, miedo de que hubieran visto lo que pasó y quisieran quitarle a sus preciados dragones bebé que acaban de nacer.
—¡Yo la vi! ¡Vi como la princesa Healena entró con tres piedras y resurgió con tres dragones pequeños! — un vikingo grito de entre la multitud. Healena inmediatamente se alarmó, miró a su padre de reojo, y supo que el también estaba más que asustado.
—¡No hay ningunos dragones aquí! Las llamas debieron haberlos confundido — respondió Arthurus intentando contener la calma.
—¡Entonces como explica que la princesa haya salido ilesa de las llamas sin llevarse una quemadura de por medio! — grito otro vikingo entre la multitud.
—¡Debe ser brujeria! — le secundo una tercera voz
Arthurus busco con la mirada a Melissandre y cuando finalmente la encontró ella le hizo una seña con la cabeza negando, no había hecho nada.
—¡Mi hija no es una bruja! — grito Arthurus comenzando a enfadarse.
La disputa hubiera seguido, de no haber sido por la interrupción de Estoico.
—¡Basta! La princesa está bien y es todo lo que importa, ¡Vuelvan a sus casas! Tienen bastante trabajo por hacer — ordeno el jefe, la tribu no muy convencida volvió hacia sus hogares.
Arthurus le hizo un asentimiento de cabeza a Estoico en señal de agradecimiento, el hizo lo mismo, tomó la mano de su hijo y se retiró del lugar.
—Perdón por causarte problemas papá — hablo finalmente Healena
—Lena' — respondió en un murmullo su padre pero no dijo nada más.
Healena se separo de su padre y regresó a donde estaban sus pertenencias, abrió el baúl y vio a sus tres pequeños.
—Tranquilos, voy a protegerlos, lo haré. . .mis queridos Drogon, Viserion y Rhaegal — anuncio a sus tres dragones quienes rugieron en respuesta a sus nombres.
Healena muy internamente sabían que ellos no podrían quedarse para siempre, pero los cuidaría sin importarle nada. Sintió como alguien se acercaba detrás y se tranquilizó al ver a su padre
—Son hermosos, Lena', pero ellos. . .— Arthurus no termino de hablar ya que fue interrumpido por su hija
—Deja que se queden papá, al menos hasta que estén más grandes, después podrán irse, pero no me los arrebates, no así, son mis hijos, papá, prométeme que harás hasta lo imposible por protegerlos — suplico su pequeña hacia Arthurus.
El río en respuesta
—Te lo prometo, Lena', pero aún estas castigada — le recordó.
—Lo se — respondió inmediatamente Healena sin dejar de ver a sus pequeños hijos. Ella sabía que tarde o temprano sus pequeños dragones se enfrentarían a la miseria.
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