v. hi, new life

EN EL GRAN SALÓN, SE DISCUTIA EL ASUNTO DEL REY DE WETSFALL. aunque Arthurus se encontrara sumamente fastidiado al oír tantos gritos de vikingos enfadados.

—¡No podemos aceptarlos aquí! ¡Son gente de dragones, en cualquier momento podrían decirle a sus bestias que nos ataquen! — un grito entre la multitud fue escuchado por Arthurus, por lo que rápidamente sacó su espada y la enterró en la gran mesa de madera causando mucho ruido.

—¿¡Enserio aún creen que tengo dragones bajo mi mando?! ¡Nuestros dragones se an ido! ¿¡Creen que tendría que pedir asilo si los dragones no hubieran destruido mi hogar?! ¡A mi reino! ¡Mi pueblo! ¡Por todos los dioses que patético y estupido fue lo que escuché! Además. . .¡Si tuviera cinco dragones adultos ahora mismo, no les indicaría que atacaran! Pero ustedes los vikingos nunca aprenden — respondió enfandado mirando a Estoico quien se levantó de su silla para hablarle a su pueblo.

—¡He tomado una decisión!. . .el rey de Wetsfall, su heredera y familia se podrán quedar aquí en Berk, al igual que su pueblo es bienvenido a quedarse, ¡pero ningún vikingo tiene el derecho de divulgar a las demás aldeas que el rey de Wetsfall está aquí! ¿¡Entendieron?! — pregunto Estoico con un aire despectivo en su voz.

Los vikingos de la tribu habían aceptado, temerosos a que en cualquier momento los Le'Black llamaran a las enormes bestias que segun decían tenían bajo su mando, pero desgraciadamente no entendían que. . .les habían dicho adiós.

Arthurus se giró hacia Estoico para estrechar su mano y agradecerle.

—Gracias, en verdad Estoico, le comunicaré a mi pueblo que son libres de quedarse o de irse. — comento Arthurus al mismo tiempo que sacaba su espada de la gran mesa dejando un daño notorio — perdón por eso.

Estoico río en respuesta mientras le daba una leve palmada en el hombro.

Esta bien, viejo amigo — le susurró mientras se alejaba junto a los otros vikingos. Arthurus se reincorporó, guardo su espada y se dirigió a los barcos donde su guardia juramentado, Ser Harrold lo esperaba.

—Ser Harrold, hagan que la gente que nos acompaño salga de los botes, tengo un anuncio que darles — ordeno el rey, el guardia atacó su orden de inmediato. Pronto cada persona que había venido de Wetsfall estaba en los muelles de Berk.

Arthurus pensó en si hiba por sus hijos o no, luego recordó que talvez ellos ya se sentían seguros y que probablemente las palabras que diría a continuación dolería más, así que los dejo donde supuestamente estaban. El monarca suspiró para empezar a hablar

—¡Pueblo mío! Se que. . .hemos perdido mucho en poco tiempo, nuestro hogar, algunos de nuestros seres queridos. . .a nuestro rey, que murió valientemente protegiendo a su pueblo, pero ahora estamos aquí, Berk es vasto y buen lugar para tener una buena vida, aunque nuestro estilo de vida cambie totalmente, quiero que sepan que quien quiera iniciar en otro lugar es libre de tomar un barco y de irse a probar suerte en otro lugar, pero quien quiera quedarse le prometo una buena vida, si, ¡los dragones ya no formarán parte de nuestra vida diaria! Fue una decisión que tomé para que estuvieran a salvo, no me pido que en este tiempo me sigan viendo como su rey, ¡pero les prometo que no descansaré hasta encontrar al responsable que nos quitó nuestro hogar, a nuestros dragones y que me voy a vengar con fuego y sangre! — grito Arthurus, quien inmediatamente fue seguido por su pueblo.

—¡El rey de Wetsfall! — grito Ser Harrold al mismo tiempo que se arrodillaba junto a las demás personas.

Arthurus suspiró pesadamente, aún después de la tragedia, su pueblo seguía escogiendolo como su rey.

—¡Arriba pueblo mío! — grito Arthurus para que su pueblo se levantara —Estoico, el jefe de la tribu me dijo que podían pedir asilo, o empezar a construir, como prefieran.

La gente de Wetsfall comenzó a encaminarse más a Berk, Arthurus estaba por irse junto a sus hijos, hasta que a lo lejos vio una pequeña asustada, probablemente tendría la misma edad que Colín, no pudo evitar pensar en su querida Healena, en cómo estaba de asustada cuando se fueron. Se encaminó hasta ella y cuando la tuvo cerca vio como la pequeña temblaba debido al miedo.

—Hola, m-majestad — respondió la pequeña al mismo tiempo que hacía una pequeña reverencia.

—No, no, no hagas eso — le ordeno Arthurus de inmediato — ¿Donde están tus padres? ¿Cuál es tu nombre pequeña?

—M-mi nombre es Rowan Hightower, señor y mis padres. . .ellos — la pequeña no se contuvo más y se abalanzó a los brazos del rey, quien sorprendió correspindio al abrazo y su mente volvió con Healena, por qué podía escuchar pequeños sollozos provenientes de la pequeña

—Tranquila, estas a salvo Rowan, yo me encargaré de eso — le aseguró el monarca, Rowan se separo del abrazo y comenzó a limpiarse las lágrimas.

—¿Te gustaría acompañarme a ver a los príncipes? Anda, quiero ver una sonrisa — le hablo el rey hacia la niña, ella le sonrió a duras penas.

Arthurus se reincorporó y le habló a Ser Harrold.

—Ser Harrold, que cada guardia verifique si no hay niños perdidos y der ser así, llévelos al gran salón — ordeno el rey hacia su guardia

—Si, mi rey — respondió Ser Harrold mientras se alejaba hacía los demás guardias

—Ven Rowan, estarás bien — le susurró a la pequeña mientras la tomaba de la mano y se encaminaba a la casa de Estoico

Arthurus pensó en que era lo que haría con la pequeña, por mucho que quisiera, no podía acogerla, tenia mucha responsabilidad y presión con cuatro niños, dos todavía muy pequeños, no podía darse el lujo de acoger a una más.

Cuando llego se encontró a Bocón parado enfrente de la puerta.

—¿Mis hijos están adentro? — pregunto el monarca hacia el vikingo, el asintió en respuesta.

—No me digas que traes otra, ustedes se multiplican como conejos — observo curioso a la niña que lo acompañaba.

—No, ella no es mi hija, perdió a sus padres en medio de todo ese caos, necesito que alguien cuide de ella, yo desgraciadamente no podré hacerlo — respondió Arthurus, recordando que sus hijos en verdad no eran suyos.

—Pues. . .yo podría acogerla, me vendría algo de compañía en la Herrería cuando Hiccup no está, así que. . .¿qué dices pequeña? — pregunto Bocón hacia la niña.

Ella le dedico una mirada de duda a su rey, el le hizo un ademán con la mano para indicarle que todo estaba bien, así que lentamente se encaminó hacia el vikingo y lo abrazó.

—¿Cual es tu nombre pequeña? — pregunto en un susurro mientras acariciaba su cabello con su mano que no era de metal.

Rowan, Rowan Hightower — respondió de la misma forma.

Bienvenida a casa, Rowan — le aseguro mientras la tomaba de la mano y se la llevaba con el.

Arthurus sonrió al ver eso y cuando perdió a ambos de vista entró a la casa, donde vio que sus pequeños dragones se encontraban bastante dormidos.

Bueno. . .todos menos uno. Se acercó hasta sus hijos y los movió un poco para que asi se despertaran.

—Hey, mis pequeños dragones, es hora de despertar — susurró hacia sus hijos, mientras acariciaba levemente su cabello.

Colin fue el primero en despertar, abatido y confundido se levantó del sofá de donde estaba.

—¿Padre? ¿Que fue lo que pasó? ¿No tenemos que ir o. . ? — pregunto Colin alarmado al ver a su padre ahí con ellos

—Tranquilo Colin, no nos iremos, donde. . .¿donde esta Healena? — pregunto el monarca al no ver a su pequeña.

Oh, Lena', ella está arriba, creo que estaba hablando con el hijo del jefe — comento el niño mientras tomaba su bastón y se levantaba.

—Entiendo, iré por ella, luego nos iremos a buscar un lugar para nuestra nueva casa. . .todo va a cambiar — le informo a su hijo al mismo tiempo que se encaminaba hacia las escaleras y subía hacia la planta de arriba.

El monarca entró a la primera habitación de donde resaltaba la luz, encontrándose con su pequeña Healena y al hijo de Estoico leyendo un libro. Arthurus carraspeó para así llamar la atención de su pequeña.

—¡Papá! — grito Healena con una sonrisa en su rostro, yendo a los brazos de su padre para abrazarlo.

—Hola, mi pequeña dragón, es momento de irnos — le informó a Healena quien inmediatamente borró su sonrisa, se separo del abrazo y dirigió su vista a Hiccup, quien solo la veía con una media sonrisa.

—No nos vamos de Berk, iremos a buscar un lugar para nuestro nuevo hogar — aclaro rápidamente hacia la princesa, Healena volvió a sonreír cuando escuchó a su padre decir eso.

—Oh, entonces, ahora voy, solo quiero despedirme ¿puedo? — pregunto Healena con un brillo en sus ojos.

Arthurus le sonrió en respuesta, dándole a entender que si, salió de la habitación y regresó con sus otros hijos. Healena se volvió hacia Hiccup y se acercó tímidamente.

—Bueno, pues supongo que es un hasta luego — respondió nerviosa — Oh, por cierto, toma y gracias por enseñarme a leer — le agradeció mientras le extendía el viejo dragón de peluche.

—Quédatelo, tu lo necesitas más que yo y toma — Hiccup le extendió el libro que recientemente estaban leyendo — si necesitas que te ayude con el idioma, solo pídelo

Healena le sonrió enternecida, no sabía si el lo hacía por lástima o algo por el estilo, pero si que le alegraba tener por primera vez, un amigo.

—Gracias Hiccup, creo que debería bajar ya, antes de que mi padre mande a Deimos por mi — río nerviosa ante lo último 

—Si, así que. . .¿somos amigos? — pregunto apenado el hijo del jefe.

Healena asintió con una sonrisa, al mismo tiempo que lo abrazaba fuertemente.

—Claro que si — susurró aún en el abrazo. Hiccup le correspondió un poco aturdido, pero después aceptó el abrazo gustoso.

Gracias, Hela' — respondió el de la misma manera. El grito del padre de Healena los hizo separarse.

—Bueno supongo que te veré por aquí, nos vemos Hiccup — se despidió la princesa con una sonrisa, para después salir de la habitación.

—Si, a-adios. . .Hela' — hablo Hiccup sin quitarle la mirada del lugar donde ella se había ido.

Cuando Healena bajó se topó inevitablemente con las quejas de sus hermanitos Robert y Deimos, Healena río y les dio un beso en la mejilla a cada uno.

—Vengan pequeños, busquemos el lugar de nuestro nuevo hogar — hablo su padre mientras salían de la casa

—Si, pero que la casa sea súper grande, con habitaciones para cada uno, no pienso volver a compartir con Deimos — se quejó Robert una vez que ya estaban afuera.

—Yo solo pido que este cerca del bosque, así podré salir cuando quiera — hablo Healena de repente, lo único que quería era volver a sentir que tenia esa libertad de ir hacia el bosque como en su viejo hogar.

—Haré lo que pueda, pequeños, se los prometo — aseguro su padre.

Recorrieron la alde en busca de algún lugar para su nueva casa, hasta que Healena vio a lo lejos un lugar cerca de un acantilado y detrás el gran bosque que tanto anhelaba, ella sentia que era perfecto.

—Podría ser aquí ¿no lo creen? — pregunto Healena a su familia quien veía el lugar —¿papá?

Arthurus miró a su alrededor y el lugar no era tan malo.

—Bien, si está bien, llamaré a Ser Harrold para que me ayude, no podré hacerlo yo solo — comunico su padre mientras se alejaba en busca de Ser Harrold.

Los cuatro se miraron para después empezar a correr hacia el bosque o al menos Deimos y Robert lo hicieron, Colin y Healena no, ella se acercó a su hermano y lo abrazó del brazo como cuando paseaban en los jardines reales.

—Si quieres ir con ellos esta bien Lena', no siempre te tendré atada a mi — respondió Colin al ver a su hermana junto a él 

—Talvez, pero me gusta más pasar el tiempo contigo, oh por cierto, tengo un nuevo amigo — anuncio la princesa con una sonrisa.

Colin sonrió aún más, era cierto que Healena en Wetsfall no tenia amigos, ninguno de ellos en realidad, pues apesar de ser príncipes, siempre sentían que las personas los acompañaban solamente por pura obligación y no por que realmente quisieran estar ahi con ellos. Talvez solo tendrían uno o dos como mucho, y si era así eran hijos de lores que sin duda no volverían a ver.

—Eso es genial, Lena', ¿el te dio ese libro y ese dragón de peluche? — pregunto curioso su hermano

Healena asintió apenada

—Me estaba enseñando a leer en griego antiguo o nórdico antiguo, la verdad no recuerdo — respondió con simpleza.

Cuando se acercaron al bosque inmediatamente se sentaron debajo de uno de los grandes árboles.

—Deimos, Robert, no se vayan lejos, quiero que estén donde yo pueda vigilarlos — anuncio su hermano a los más pequeños, ellos asintieron y se mantuvieron cerca de su hermano

—¿Que crees que estén haciendo los dragones en este momento Colin? — pregunto de repente Healena

—No lo sé Lena', pero estarán bien, son bestias fuertes — respondió con simpleza su hermano

¿Crees que lo volvamos a ver? — pregunto esperanzada la princesa

—Talvez, algún día, — fue lo único que dijo Colin como respuesta.

Healena no estaba segura de las palabras de su hermano, pero a lo lejos pudo divisar como dos dragones volaban hacia el horizonte, sonrió al reconocerlos.

Mis queridos Caraxes, Syrax, Meleys, Meraxes, Vhagar. . .nos volveremos a ver, se los prometo — susurró mientras miraba como los dragones se alejaban hacia su nueva vida.

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