ii. new queen

HEALENA SIEMPRE PENSO QUE TENDRÍA UNA VIDA FACIL pero oh, querida Healena que equivocada estaba.

Sus padres decían que cuando hacia un capricho o no obedecía ordenes tenia el mal hábito de correr hacia el bosque, en busca de consuelo y libertad y vaya que si lo conseguía. Aunque claro después de esas pequeñas aventuras ella recibía un leve castigo por parte de su padre Ambrosio.

Y esta vez no había sido la excepción.

Tres semanas sin salir del castillo era algo que Healena a sus cinco años no podría soportar sin duda. No haría algún infortunio o algo parecido, no quería causar un mal momento a su querido padre Arthurus, quien siempre salía a defenderla de su esposo y estaba segura de que siempre la defendería.

Ella también defendería a su familia, a los dragones y aunque le costase admitirlo a su pueblo, lo haría con fuego y sangre. pero en ese instante su castigo había llegado.

—Odio estar castigada— argumento a su hermano Colín, quién muy valientemente se había ofrecido para acompañarla en su desdicha

—No estuvieras castigada si no salieras al bosque cada que haces algún berrinche, Lena' — respondió su hermano al mismo tiempo que seguía leyendo su libro.

Healena chasqueo la lengua en respuesta

—Perdón, pero ni tu, ni papá saben lo que se siente, es como estar libre—respondió la princesa levantándose para ir hacia la ventana.

Colín sonrió

—Así se siente volar en dragón, Lena' — respondió con una sonrisa.

Healena hizo una mueca, odiaba sentirse como algún tipo de criatura encerrada en una jaula.

—Ahora entiendo a los dragones — hablo la pequeña de repente

—¿a que te refieres? — pregunto su hermano sin comprender

—Ellos también están encerrados sin poder salir a volar libremente, si yo pudiera los liberaría — anuncio con una gran sonrisa en su rostro que su hermano imitó.

Colin tomó su bastón y se acercó hasta ella, la tomó de la mano y la sacó del salón de donde estaban.

—¿A donde vamos? — cuestionó Healena después de un rato.

—A los jardines, ¿no te gustaba pasar tiempo ahí con Deimos ensuciandote los vestidos? — pregunto burlesco a su hermanita

La pequeña solo le hizo una mueca en respuesta.

—Sabes Lena', cuando seas reina, se que protegerás a l- — Colin dejó de hablar cuando vio que Healena se había quedado atrás, con dificultad regresó y se arrodilló frente a ella.

No quiero ser reina, tu deberías ser el rey, no yo — respondió casi en un susurro.

—¿Ya olvidaste la promesa que me hiciste? Además, al decir que no quieres ser reina es como decir que no quieres ser mujer — le recordó Colin

—Pues entonces no quiero ser mujer — comento en un puchero la pequeña.

Colin solo nego con una risa. Con ayuda de Healena volvió a ponerse de pie, cuando estuvo estable, Healena lo abrazó de su brazo.

—Perdón por hacer que te arrodillaras, se que te duele — se disculpo Healena notablemente apenada

—Esta bien Lena', está bien —

Continuaron con su trayecto hasta llegar a los jardines reales, ambos se sentaron el la banca que estaba más cerca, ya que Colin estaba bastante cansado.

Healena se dispuso a recolectar distintos tipos de flores para elaborarle un ramo a su hermano y padre Arthurus

Cuando tuvo las necesarias regresó con su hermano quien estaba leyendo un libro pero que a leguas se veía como se quejaba del dolor.

—El bastón ya no está ayudando, pronto vas a necesitar una silla de ruedas — comento Healena después de un rato

—Estoy bien, Lena', tú no te preocupes por nada ¿está bien? — le respondió su hermano con una sonrisa.

—Esta bien — hablo Healena rendida — toma, son para ti.

Dijo mientras le extendía el pequeño ramo que le había hecho.

Y ese pequeño acto hizo que Colin se sintiera un poco mejor.

—Gracias, Lena'

—Voy a buscar a papá, también le hice uno a él ¿vienes? — pregunto

Colin miró sus piernas y por más que deseara acompañar a su hermana, sabía que sus piernas no se lo permitían.

—No, ve tú, te veo en la cena —

Healena asintió aunque no le gustó dejar ahí a su hermanito solo, no con todos esos susurros que se escuchan por los pasillos.

A ciencia cierta, era a Healena a quien más le preocupaba el bienestar de su hermano Colin, a ella y a su padre Arthurus, ellos le decían que con el pasar del tiempo mejoraría pero. . .ella no notaba la mejora.

Healena estaba dispuesta a dar todo por su querido hermano, le daría su vida a cambio de que el estuviera bien y se convirtiera en rey, pero desgraciadamente no podía hacerlo, no por mucho que ella quisiera.

Sabia lo que tenia que hacer por que si quería cumplirle la promesa a su hermanito entonces valía la pena, si quería  cumplir su promesa tendría que convertirse en la nueva reina.







































Capítulo dedicado a: peachylake <3

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