𝐈𝐭𝐚𝐝𝐨𝐫𝐢 𝐘𝐮𝐮𝐣𝐢.

𝕻𝖊𝖉𝖎𝖉𝖔: yuihorie

↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡    𝐀𝐧𝐢𝐦𝐞: Jujutsu Kaisen.

↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡    𝐀𝐥𝐟𝐚! ᴍᴀʟᴇ Lectora 𝐱 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚! Itadori.

↬†ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡    ᴇsᴘᴇʀᴏ ʏ ᴛᴇ ɢᴜsᴛᴇ.

"𝑻𝒊𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒕𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓 𝒔𝒐𝒃𝒓𝒆 𝒎𝒊"

[𝐈𝐭𝐚𝐝𝐨𝐫𝐢~]

[𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐦𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐞𝐱𝐨𝐫𝐜𝐢𝐳𝐚𝐫 𝐮𝐧𝐚 𝐦𝐚𝐥𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧]

[𝐕𝐨𝐥𝐯𝐞𝐫𝐞́ 𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 8:00 𝐩𝐦]

[𝐓𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐞𝐧 𝐦𝐢 𝐡𝐚𝐛𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧]

𝐸𝑛𝑣𝑖𝑎𝑑𝑜 𝑎 𝑙𝑎𝑠 10:00 𝑝𝑚

Su lobo interior estaba más inquieto que de costumbre; se movía demasiado y solo se detenía para aullar con necesidad, exigiendo la compañía de su Alfa.

Sin embargo, el pequeño lobo marrón no era el único que se estaba comportando de manera extraña.

Itadori estaba más energético y alegre que los días anteriores pues, la noche anterior, había recibido una buena noticia.

La emoción y el entusiasmo del omega eran demasiado evidente, cualquiera que fijara sus ojos en el menor podia notar la aura de alegría que irradiaba.

"No eres más que un pequeño cachorro necesitado que espera a su amo"

Expresó con sorna su fastidioso compañero de cuerpo, Sukuna, en un intento por borrar esa tonta sonrisa que mantenía su recipiente.

"Moviendo de forma patética su cola en busca de un poco de atención"

Pero, para su desgracia y frustración, el pelirosa ignoro sus palabras llenas de malicia y burla.

" Tch, patético".

En cualquier otra ocasión hubiera contestado a sus provocaciones pero, el día de hoy, la felicidad que sentía opacada cualquier cosa negativa que pudiera decir o hacer el Rey de las Maldiciones.

Porque hoy era el día que más había ahelado que llegará durante el último mes.

El sudor recorria la piel de la tres.

Los músculos del joven de cabellera azabache estaban tensos y adoloridos, lo cual era una clara muestra de que el entrenamiento del día de hoy fue más intenso.

- ¡Maldito lunático, ¿acaso quería dejarnos sin extremidades?! - bramo con furia la castaña mientras tomaba, con las últimas fuerzas que le quedaban, la botella de agua que la máquina expendedora le había pagado después de introducir las monedas necesarias.

-Ugh, apesto a hombre - murmuró con desagrado la de orbes marrones.

- ¡Hey. chicos! El entrenamiento de hoy no estuvo tan mal - pronunció Yuuji, ganándose miradas de incredulidad de sus compañeros.

- Que tu seas mitad monstruo te da bastante ventaja - la ironia era palpable en el tono de voz de la fémina.

- Gracias, Nobara. Aunque a veces es difícil controlarlo - lastima que Yuuji no la hubiera notado y haya tomado su insulto pasivo como un halago.

Mientras Megumi y Nobara sentían que su cuerpo se partía por la mitad, Itadori mantenía una posee relajada que estaba poniendo de mal humor a la estresada Kugisaki.

Sin embargo, lo que colmo su paciencia fue la cara de idiota que mantenía el pelirosa.

- Oe come dedos, ¿podrías quitar esa cara de papa retrasada?- expresó con fastidio la fémina - Es desagradable.

-¡¿Eh?!, mi cara no es el de una papa. [T/N] dice que mi rostro es como el de un tigre.

- Que mal gusto tiene, lo más seguro es que te ha mentido para no hacerte sentir mal - respondió con arrogancia Nobara, ganándose una expresión de asombro por parte del omega.

- Dices eso porque tienes celos~ - canturreo con burla Yuuji.

-¡¿Ah?! ¿Porque demonios tendría celos de ti?- la pelicafe le dedicó una mirada de consternación.

- Porque claramente soy mejor Omega que tú - expresó con orgullo el pelirosa, sin percatarse del efecto negativo que tuvo sus palabras en la fémina.

- Yuuji Itadori - un escalofrío recorrió la columna vertebral del joven - Aplastare es cara de papa que tienes hasta que solo quede un lindo puré.

Y como si se hubiera tratado de una mera ilusión, el dolor en sus extremidades que sentía Nobara desapareció y fue remplazado por una aura asesina que puso pálido al Omega pelirosa.

- Creo que sería inteligente empezar a correr - le recomendó Megumi.

Sin más dilación, Yuuji emprendió su huida mientras era perseguido por una Nobara furiosa.

- Espero [T/N] - sempai llegue pronto - el azabache soltó un suspiro - A esta paso tendrá un funeral como bienvenida ... de nuevo.

El cielo se torno azul y pequeñas estrellas lo adornaron.

Algunos rayos de luz lunar se colaron por la estrecha ventana de la fría habitación, provocando que el Alfa se molestará levemente al percatarse que llegaría más tarde de la hora acordada.

- Maldición, no pensé que exterminar a esta asquerosa criatura me tomaría tanto tiempo - su voz grave lleno la bodega abandonada en la que, momentos atrás, habitaba la última maldición de grado especial que los superiores le habían ordenado exorcizar.

- Cada vez comprendo más al idiota de Gojo- soltó un suspiro frustración al mismo tiempo en que sacudía su uniforme

- Si estaban desesperados por exorcizar a estas criaturas de mierda, hubieran venido ellos en vez de mandarme a hacer el trabajo durante una jodida semana - frunció su ceño en señal de fastidio al recordar que tuvo que dejar a su amado Omega, quien era un imán para las situaciones peligrosas.

- Algún día los mataré.

Sin más que hacer, emprendió su camino hacia la salida de la bobeda.

Cuando salió al mundo exterior, se percató que había un auto negro estacionado a una distancia considerable.

"Ah, cuanta desconfianza tiene en mi".

Penso para sus adentros mientras abordaba el vehículo.

- Buenas noches, Igichi - saludo al hombre mayor mientras le dirigía una sonrisa amistosa.

- Buenas noches, [T/N]-sama - respondió con respeto en un intento por ocultar el miedo que sentía debido al aura llena molestia que emanaba el peli-[C/D/C]

- ¿Que tal le fue en su misión? - el auto comenzó a avanzar a una velocidad prudente.

- Era demasiada sencilla - respondió con indiferencia mientras observaba el paisaje nocturno que tanto le encantaba.

O eso era lo que usualmente pensaba pues, al ser hoy una ocasión especial, no podía evitar maldecir a la luna por salir.

- Igichi - un escalofrío recorrió el cuerpo del conductor cuando escucho la voz dos tonos más graves del Alfa.

- ¿Ocurre algo [T/N]-sama? - cuestionó lo más serio posible en un intento por ocultar su miedo.

- ¿Crees poder aumentar la velocidad?. Por favor.

Aunque se lo haya pedido de forma "amable", la mirada que le dirigía el de orbes [T/D/O] le decía que era una orden que no tenia derecho a desobedecer.

- No hay problema, [T/N]-sama.

Una sonrisa de satisfacción surco su masculino rostro ante la respuesta positiva que había recibido.

- Gracias, Igichi.

El ambiente su sumió en un silencio absoluto que debes en cuando era interrumpido por los latidos desenfrenados del hombre de lentes.

Camino con prisa hacia su habitación, su lobo estaba enojado debido a que su lindo Omega no se encontraba entre sus brazos.

La característica puerta café de su dormitorio lo recibió una vez estuvo delante de su anhelado destino.

Haciendo uso de toda la paciencia y delicadeza que le quedaba, abrió la puerta.

El suave olor a miel y canela inundó sus fosas nasales, logrando que su Alfa interior y él se sintieran satisfechos.

Recorrió con la mirada la habitación oscura que era iluminada por la escasa luz de la luna que se filtraba por las ventas y, después de un tiempo, logró ver una característica cabellera rosada en su cama.

- Así que ahí estas, cariño.

Con pasos largos de acercó a la mullida cama en donde yacía su Omega y se sentó en la orilla de la cama.

Acerco su mano derecha hacia el rostro sereno de Itadori y se deleitó de las lindas expresiones que hacía el menor mientras dormía profundamente. Pese a que quería seguir apreciando la hermosa obra de arte que tenía de pareja, tuvo que levantarse para cambiar su uniforme por su pijama.

No deseaba que su Yuuji se impregnara de cualquier otro aroma que no sea el suyo.

Una vez se deshizo de su ropa polvorienta y se colocó la ropa para dormir, se acercó al lado de la cama que estaba libre y se metió entre las sábanas.

Con su brazo derecho atrajo al mejor quien, al sentir el característico olor a roble y menta que poseía su Alfa, no dudo en voltearse entre sueños y pegarse al fornido pecho de su pareja mientras enterraba su nariz en el hueco que había en el cuello del mayor.

El suspiro de satisfacción que soltó Itadori enterneció a [T/N] pues, al parecer, no fue el único que anhelaba la compañía del contrario.

- Te extrañe mucho - susurro el peli-[C/D/C] al mismo tiempo en que acariciaba la sedosa cabellera rosada de Itadori.

- Lamento llegar más tarde, te prometo que te lo recompensare con lo que tu quieras.

Sin poder evitarlo, sus ojos [C/D/O] se cerraron lentamente a causa del cansancio que había acumulado durante la última semana y que había sido causado por la noches de insomnio provocadas por la ausencia del menor.

Fue una lastima que no haya notado la sonrisa de felicidad y el pequeño sonrojo que pinto la cara de Yuuji cuando escuchó las últimas palabras que había pronunciado su pareja.

"𝐃𝐚𝐫𝐤 𝐏𝐚𝐫𝐚𝐝𝐢𝐬𝐞" 𝐭𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚́ 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐚𝐧𝐝𝐨.

"𝐇𝐲𝐛𝐫𝐢𝐝 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐞" 𝐭𝐞 𝐢𝐧𝐯𝐢𝐭𝐚 𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐫.

"𝐏𝐚𝐫𝐚𝐝𝐢𝐬𝐞" 𝐚𝐧𝐡𝐞𝐥𝐚 𝐭𝐮 𝐦𝐢𝐫𝐚𝐝𝐚.

𝐘 "𝐑𝐚𝐛𝐛𝐢𝐭" 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐚 𝐭𝐮 𝐚𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨́𝐧.

𝐂𝐚𝐫𝐢𝐧̃𝐨, 𝐧𝐨 𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐣𝐞𝐬 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨.





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