Regreso
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— Pero... Olive —.
Christine agarró el volante con fuerza y suspiró al hallarse en mitad de un atasco por la autovía, de camino a New York. Había madrugado esa mañana para no pillar tráfico, pero el mundo estaba en su contra. El día anterior se había despedido de Brooklyn y Steve, y para qué engañarnos, las cosas no habían acabado nada bien.
El sol subía por el horizonte, iluminando la carretera, Christine volvió a suspirar, se estiró en el asiento y sintió un pinchazo en su herida, por lo que sacó unos cuantos analgésicos que tomó con un poco de agua. Volvió a pitar, como hacían otros vehículos, pero daba lo mismo, era un mal día, solo quería llegar con Olive y buscar consejo en sus palabras, aunque la regañara por hacer la idiota.
Su teléfono sonó, y en la pantalla apareció el nombre de "Romanoff"
— Mierda — susurró Chris, con un pánico extendiéndose por su cuerpo, como si sus pesadillas se hicieran reales. Respiró para calmarse y contestó la llamada, su voz seca y cortante ganó la partida y habló.
— Romanoff —.
“Romanoff está dormida, pero si quieres hablar con ella te la paso ¿eh? ” era la voz de Steve, algo bromista.
El corazón de Christine latió violentamente al escuchar la voz del Capitán, si, se estaba dejando llevar un poco por alucinaciones y se alegraba mucho de que estuviera bien. Pero tampoco podía olvidarse de lo que había pasado hace algunas horas, no podía dejarse llevar por sus malditos sentimientos y arruinarlo.
— No, gracias — soltó tajante y fría— Dime qué ocurre, Rogers —.
“Ahm, yo…” dudó en tono sorprendido “sólo quería saber como estabas…”
Chris echó la cabeza hacia atrás, dejándola contra el respaldo, le dolía escuchar esa voz así por sus palabras, pero eran las consecuencias de ser demasiado sensible.
— Yo estoy bien, me voy ya a New York, ¿Cómo estáis vosotros ? — preguntó seria, y luego puso su mano en su frente, era idiota, le había dado tema del que hablar, genial, ahora le costaría más actuar como si no le importara el rubio al otro lado de la línea.
“Bien, supongo” hizo una pausa, a lo que Chris frunció el ceño “ No, no estamos bien. O al menos no yo. Chris, yo... ” le escuchó suspirar “... Besé a Brooklyn”
Los ojos avellana de la morena se abrieron como si la hubieran disparado de nuevo, esta vez, directa a su corazón. Tragó seco, no sabía que podía más con ella la tristeza o la rabia, no podía decirla "te quiero" pero si besar a su mejor amiga, menos mal que no lo tenía delante porque lo mataría, lo agarraría del cuello por ilusionarla.
— ¡¿Qué?! — soltó, ojalá hubiera sonado como quería que sonara, uno enfadado y exigiendo explicaciones, pero fue más como uno vacío, una frase de decepción completa.
“Sé que se oye mal. Muy mal. Extremadamente mal. Pero no es lo que tú crees ” habló rápido “No la besé por besarla, de hecho que estúpida mi razón pero no la besé porque quisiese besarla. Me refiero, no quiero besar a Brooklyn. Dios, no te ofendas pero jamás quiero volver a besarla en mi vida ” exhaló.
— No.. no lo entiendo — empezó Christine, cuantas ganas tenía de hacerle sentir lo mismo que por unos segundos había sentido ella, había escuchado a Rogers, si, y suponía que había sido por algún momento de la misión que tenían entre manos, no le importaba, escuchaba cómo el rubio estaba desesperado por explicarse, lo entendía como que realmente se sentía mal, y eso quizá calmaba un poco su momentáneo dolor — No tienes que explicarme nada de todas formas, no somos nada, así que no entiendo por qué me lo cuentas — y tenía razón, no había nada definido entre los dos, pero si sabía que algo había por su parte.
“Quiero besarte” soltó, definitivamente Chris no esperaba eso “ Besar a Brooklyn me supo amargo, me pregunté entonces como sería besarte a ti, y lo que me imaginé…” hizo una pequeña pausa “ Me dieron ganas de besarte y comprobar por mi mismo a qué sabes ”
— Joder — suspiró, cerrando los ojos y se imaginó por un momento el contacto con los labios del rubio, lo suaves que serían y como tomaría su nuca para que no se terminara nunca, estaba de acuerdo con él— ¿cómo te mando a la mierda después de eso? — exhaló, tomando ya por fallido su intento de ser fría, se quedó en silencio unos segundos, sopesando si lo que iba a decir debería decirlo o no — y yo también — dejó, refiriéndose a besarle.
“Me gustas” dijo, sonaba algo cohibido “y te quiero. Lo cual es preocupante porque apenas llevamos un mes de conocernos, y siento que sueno como un romántico empedernido e iluso que da vergüenza ”
— ¿Estás sonrojado no? — sonrió la azabache, escuchando ese “te quiero” en su cabeza y la pequeña risa de él a su pregunta, su corazón latía con fuerza — y si... A mi también me preocupa, por que serás capullo que creo que eres la persona que más rápido se ha llevado un trocito de lo tengo en el pecho, y mira que no se lo lleva cualquiera — bromeó, arrancando suavemente el coche para avanzar unos metros. — y.. yo también me siento una patética enamorada — se sinceró, soltando una pequeña risa.
“Somos un desastre ” se le escapó una risa “Escucha, quiero que sepas, en caso de que no sea yo quién te regrese tu collar, que nada es tú culpa ¿de acuerdo?”
— No — dijo firme Chris, por supuesto que no, él le daría el collar, asintió para si, sintiendo que esa confesión había sido como una declaración antes de morir — más te vale que seas tú el que mueva el culo hasta devolverme el colgante, no vas a decirme esto como si mañana fueras a morir — terminó mordiendo su labio, ¿cómo podía mover todos sus sentimientos tan fácilmente?
“No puedo ponerme una venda en los ojos y fingir que no me estoy enfrentando contra todo un mundo” aclaró “De todas formas, no te estoy prometiendo que moriré, de hecho tengo demasiadas razones para cuidar mi trasero ahora, solo…” “... Por si acaso.”
— Vas a volver — habló decidida— me lo has prometido y te traeré incluso de la muerte para que lo cumplas, no me vengas con por si acasos — frunció el ceño, jugando un poco con su pulsera, manteniendo una mano en el volante — es más... Si no vuelves, tendré que buscar otro que pruebe mis labios — susurró como incentivo para el rubio.
“Eso es un vil chantaje ”
— Es un chantaje y todo lo que tú quieras cariño — dijo sin pensar, sonrojandose por el apelativo cariñoso — además — continuó muerta de vergüenza — dicen que eres...bueno puro aún, y tú no puedes morir sin haber probado el sexo — rió, recordando sus nervios al hablar de eso en el coche y en el restaurante.
“Oh por... ” Chris no pudo evitar sonreír “ Me tengo que ir, ya vamos a aterrizar.” Así que, estaban en un avión, supuso.
— ¡Eres virgen! — gritó divertida la chica, al escuchar la reacción del rubio — está bien, llámame pronto — puso un puchero aunque él no pudiera verla — y no mueras —.
“Trataré de no hacerlo ” suspiró “ Adiós, Chris”
— Hasta pronto Steve — exhaló, mirando el teléfono, tras unos segundos este se colgó y ella volvió la vista a la carretera. Sería un largo camino.
Olive se encontraba leyendo un libro en el sillón de su casa, era por la tarde y había terminado de comer hacía poco. Su oído escuchó ruidos afuera del apartamento, podrían ser sus vecinos de enfrente, pero descartó la idea; se levantó y se colocó frente a la puerta, conocía los ruidos y resoplidos que escuchaba.
Christine se debatió entre abrir o no la puerta, pero al final se dió cuenta de que no tenía otra opción, giró las llaves y suspiró.
— ¡Ya estoy… — abrió la puerta y se encontró con el rostro serio de Olive Dahlian, con los brazos cruzados — aquí..! — terminó, aquella mirada no presagiaba nada bueno.
— Christine Letchs ya puedes empezar a soltarlo todo — la miró desafiante la azabache.
— Pero… Olive — resopló como una niña pequeña, dejando su gran bolsa en la entrada y cerrando la puerta.
— Nada de peros señorita, al sofá, y no te levantarás de ahí hasta que yo te diga — señaló el mueble, dejándola pasar.
— Odio cuando pones tú modo hermana mayor — negó Chris con la cabeza, sentándose y cruzando los brazos.
— Legalmente lo soy — aclaró con una sonrisa traviesa, colocándose delante suya en un taburete — ¿me contarás lo que realmente hacías por allí o debo recurrir a las noticias? — alza las cejas, viendo el puchero que hacía la rizada.
— ¿No tengo más opciones no? — suspiró, mirando a los ojos azules de Dahlian.
— Ninguna — Asiente — además, yo que tú lo haría antes de que me enfades — añadió.
— Fui a ayudar a Brooklyn — alzó los hombros — como te dije, solo que... bueno, hubo complicaciones — soltó una risa nerviosa.
— ¿Un helicóptero disparando a diestro y siniestro fue una de ellas? — apuntó Olive, endureciendo su mirada.
— Emm… ¿Puede? —hizo un puchero.
— Joder, ¡Christine! ¿Sabes lo mucho que me asustaste? — se levantó y la abrazó, para después soltarla rápidamente y agarrarla por los hombros — ¿me vas a decir también por qué te vi en una camilla y porque estabas con dos vengadores fugados? — alzó las cejas, recordando eso.
— Ay — Chris suspiró, pasándose una mano por el pelo, ya dejándose de tonterías, debía contarle a Olive la verdad, además, quizá le hacía cierta ilusión lo que opinaría ella de su atracción; aunque él fuera un vengador y Dahlian no fuera muy fan. — A ver, por dónde empiezo…
— ¿Qué tal si por el principio de todo este lío? — sugirió la ojiazul, a su lado, intentando ser paciente.
— Brook me llamó para que la ayudara a desbloquear un pen drive y como era complicado decidí ir allí, no había ninguna misión de mi departamento — admitió con cierta culpa, expectante.
— Así que Brook, ¿no? Como se nota que es tu favorita… —refunfuñó Dahlian a lo que Chris abrió la boca, sorprendida.
— ¿En serio? de todo lo del pendrive y que te mentí ¿te quedas con que la llamo Brook? — cuestionó obsoleta.
— Si, desde tus primeras excusas sabía que me estabas ocultando algo, lo que bueno, no recordaba es que esa chica era tu familia del reformatorio, antes de abandonarte, claro —explicó su punto.
— No me abandonó Olive, no eches leña al fuego, que aún me queda por contarte —
— Si, por ejemplo lo de los vengadores y mejor aún lo de la rusa, no me creo que hayas ido de amiguita con ella, Christine — se le escapó una carcajada.
— La paciencia que he tenido estas semanas ha sido admirable hasta para mi, pero — suspiró — en fin, el pen drive era suyo, lo habían robado de Hydra o Shield bueno, es complicado y fue bien jodido descodificarlo — se pasa una mano por el pelo — luego lo conseguimos, hubo un ataque de pánico, casi atrapan a Brooklyn, coqueteé con el Capitán, Brook y yo discutimos, El Círculo del infierno — comenzó a hablar con rapidez — después el helicóptero, me dispararon, me desmayé, lloré, escuché una confesión, lloré más, conocí a gente que no sabía que existían, me sinceré y todo se fue la mierda y ahora estoy aquí contándotelo porque necesito tu apoyo y los increíbles consejos de Olive Dahlian — le hizo un puchero y ojitos a la mayor.
Sin embargo Olive estaba en mitad de un shock, con un tic en el ojo, latente.
— ¿¡ Que coqueteaste con quién !? — los ojos de la azabache brillaron por un instante y se lanzó hacia la rizada, que salió corriendo por la casa entre risas — ¡Christine! —gritó, cuando esta se encerró en el baño — ¿y comó que un círculo y un ataque de pánico, y una discusión, y que lloraste y una confesión y te sinceraste y que te dispararon, espera, ¡Te dispararon! Voy a matar a Edwards — habló amenazante, intentando que su cerebro procesase y entendiese todo lo que ella había dicho porque había perdido el hilo completo de la conversación.
— Dramática, eres una dramática — contestó simple, riendo un poco.
— No te rías, no tienes derecho a reírte, te ha pasado de todo en unas semanas —alzó las cejas, intentando abrir la puerta — y si no fuera una sobreprotectora hermana mayor no me lo hubieras contado —.
— No es cierto, necesito tu consejo, así que, pues te lo cuento, eso y que ya sabes que no me gusta mentir, y… — hace una pausa — contestando a tu locura, El Círculo es un mundo dentro de este mundo donde está lo peor de lo peor, ellos mandaron el helicóptero, Brook tiene que ver con ellos pero no entiendo exactamente por qué, el pen drive contenía información suya también. El ataque de pánico fue de Brooklyn, le pasó algo, que hizo que uno de sus ojos se volviera marrón, un accidente de tráfico, no es capaz de hablar de ello — suspiró — discutimos… porque no me contaba nada, y aún hay mucho que no sé, supongo —arrugó la nariz — lloré, un poco por todo, desperté, después del disparo, adolorida en una habitación blanca, sola, y ya sabes los malos recuerdos que tengo en ese tipo de espacios — escuchó un débil “si” de parte de Olive — Brook se sinceró conmigo, recuerdas los papeles extraños de una especie de entrenamiento y ballet, pues lo pasó ella, la sala rosa, para que yo no tuviera que entrar — Dahlian bufó tras la puerta — si, yo también pensé que sufrió por nada, ojalá me hubiera dado cuenta… —exhaló triste — pero, en fin, no quiero llorar de nuevo, ahí fue cuando se arregló nuestra la relación, luego estuve hablando, aunque Brooklyn diría, más bien, ligando con Steve y le di el colgante de Tyler — “joder” se escuchó de la parte de Dahlian, “si que te has pillado”. A lo que Chris rió — si, en realidad si, bueno y luego ya se termina todo con mi desastre de abrir la boca de más con ellos dos —.
— A ver, ¿con qué te sinceraste? — Dahlian abrió la puerta e hizo que se sentara a su lado en el suelo.
Chris se apoyó en su hombro — Cuando nos despedimos, porque ahora andan de misión, le dije lo de Romanoff…. —.
— ¿Y te descontrolaste? — Olive la miró expectante.
— Oh, no, no en ese sentido, solo, me consumió ese odio en unos segundos y ella, salió corriendo — suspiró y cerró los ojos — pensé que podría comprenderme, que podría enseñarle mis partes oscuras como ella hace, pero se ve que no — dice triste.
— Ey, Chris, no me gusta decir esto porque es a favor de Brooklyn, pero — hace una pausa — si es como tú dices y te protegió y entró en la sala rosa cómo la rusa en la suya, quizá pensó en alguien que le desease lo mismo que tú a Romanoff. En alguien que la odiaría así en el caso que hubieran hecho cosas similares — le peinó unos mechones de cabello.
— Si, puedes tener razón, de hecho, la tienes, fui brusca con ella, creo que quizá tenerme demasiado en su vida y en tan poco tiempo la ha agobiado, quizá debería darle un poco de espacio — miró a Dahlian, esperando su consejo.
— Si, tú la conoces más que yo, haz lo que creas que ella necesitaría — le dió una pequeña sonrisa — ¿Y qué pasó con el otro, a ver? — a Olive no le hacía gracia alguna que Chris saliera o se enamorara de un vengador, aunque hubiera escogido al más honrado de los seis; y tendría que hacerle una larga sesión de preguntas a ese Steve Rogers antes de que tocase un solo pelo de su hermanita.
— Le dije "te quiero" — la azabache mayor se separó abruptamente y la miró con las cejas alzadas — bueno, se me escapó y no me lo correspondió — un pequeño rubor adornó sus mejillas.
— No digas te quiero antes de que te lo digan a ti Chris, siempre te lo advierto — Dahlian estaba flipando.
— Bueno, eso ya está arreglado, me llamó y me lo dijo, eso y… que quiere besarme — ríe suave, como una enamorada.
— ¿¡Cómo qué quiere besarte?! Yo le corto las bolas, eh — amenazó.
— No es malo… — sonrió la rizada.
— Apuesto lo que quieras a que el disparo te lo llevaste por él, a qué si — Chris agachó la cabeza — ves, porque eres una suicida — la toma de la mano y la lleva hasta el baño, allí hace que le diga dónde está la marca y Chris se levanta la camiseta, dejando ver la cicatriz reciente de la bala y unas marcas apagadas por los bordes de su abdomen, cicatrices antiguas.
— Está bien curada — asiente Olive — pero toma pastillas para el dolor y no hagas demasiado ejercicio, o puede pasarle algo — la mira severa.
— Si, mamá — se burló Christine a lo que Olive la golpeó el brazo.
— Deja de hacer el tonto, y recoge tu mochila, hoy te toca hacer la cena — sonríe traviesa Dahlian.
— ¡Eso no es justo Olive! — la gritó mientras esta salía del baño a la cocina.
— No haberme mentido, acepta las consecuencias — devolvió La azabache, con una pequeña risa.
[Al día siguiente ]
Olive Dahlian, se sentía rara, volver a la realidad de convivir con Christine era un lujo, era cierto, pero algo empezaba a hacerla sentir extraña, no sabía exactamente el qué, pero, ahí, al día siguiente, con Chris fuera porque había salido a dar una vuelta, en la terraza, el atardecer de fondo, con su café cargado, un brillo peculiar y amarillo apareció por su vista, ya había visto un resplandor parecido antes, y eso solo podía significar una cosa. Otra gema.
[Al mismo tiempo]
Christine estaba algo cansada esa cálida tarde, tras la agradable charla con Olive el día anterior y su largo viaje la había dejado un poco tocada. Estaba preocupada por Brooklyn y por Steve, sabía que habían volado en avión, sin embargo la incertidumbre le ponía nerviosa. Tomó el café que le ofrecía la dependienta, de su pedido y salió de la cafetería. El viento azotó su pelo y disfrutó de ese contacto con el aire, era tarde laborable y las calles a esa horas estaban tranquilas, sin gente saliendo de sus oficinas con ganas de llegar a casa, lo que le ayudaba a que su paseo con música y café, fuera calmado, tranquilo y pausado, hasta que una llamada paró la música de sus auriculares.
Pulsó el botón de responder en su teléfono, aunque al llevar sus cascos podía contestar y hablar perfectamente por ellos.
— ¿Sí? ¿Diga? — preguntó serena, sin saber quién llamaba.
“¿Chris?” Era la voz de Steve “¿Estás bien?”
— Steve — su tono denota alegría — yo sí, ¿y vosotros? — alzó las cejas, relajó su paso y se fijó en los ruidosos coches que aparecían por el final de la amplia calle, que parecían hormiguitas a lo lejos. La gente a su alrededor también observaba de donde provenía el sonido.
“Ehhh” dudó, a Christine no le gustaba eso, le sonaba al silencio anterior a una mala excusa “estamos bien, sí, pero tú posiblemente no, ¿estás en la calle? ” Un cambio, de tema, si, la estaba mintiendo.
— Si, estoy en la calle, ¿Por qué, qué ha pasado Steve? ¿Os han hecho algo? — tragó un poco de su café, nerviosa, frunciendo las cejas, cada vez veía con más nitidez los coches blancos que emitían los sonidos, aunque aún estaban estaban a distancia.
“Nos corretearon por la carretera, eso hicieron” bufa “La Marshall ya se involucró en este lío, y presiento que saben de ti. Tienes que ocultarte, ahora mismo.” el tono era claramente autoritario
— Mierda — susurró, y su paranoia aumentó por la cercanía de los coches, suponía que iban a por ella. Tiró el café al suelo, más bien se le resbaló de las manos, lo que hizo que la gente a su alrededor la miraran, agradeció que no escogiera llevar mochila y echó a correr en dirección contraria — Yo os mato, ¿Cómo han podido localizarme? — frunció más el ceño, sin conseguir entender esa parte.
“Yo con gusto te explico hasta con dibujitos” ironiza, resoplando “pero a duras penas sé usar el televisor. ¿Tienes dónde ocultarte?”
— ¡Joder Steve me están persiguiendo! — grita a los auriculares.
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Que si al fin me digne a publicar ¡Si! Por fin, espero que me haya quedado bien y les haya gustado.
Si quieren saber cositas de Steve y Brook, pasense por Power.
Díganme qué les ha gustado más de esté capítulo.
Darle love 💣❤️
~ Four chapters to the end of act 1 ~
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