𝑿𝑿𝑿𝑰𝑿. 𝑯𝑶𝑮𝑨𝑹 𝑬𝑵 𝑳𝑳𝑨𝑴𝑨𝑺
Scarlett había llegado al mismísimo Infierno, había tomado una decisión definitiva, había intercambiado su vida por la de Lucifer... A un gran costo... Esto fue parte de un movimiento planificado por Azazel, él estaba en todo, en cada detalle y en cada situación.
Esta es la odisea de la dier, su sufrimiento y lágrimas de miles de años producto del encierro en el abismo.
Por cada segundo en la Tierra, es un año en el Infierno...
Día 1 en el Infierno: Astaroth y Beelzebub regresan al infierno para salvar al terco de Lucifer.
—No puedo creer que nuestro rey se arriesgue por una humana tan desesperante —Astaroth mencionó con cierto fastidio, abriendo una puerta del Infierno, corroborando si éste era el bucle de Lucifer.
—Ha hecho muchas cosas por esa detective y no por nuestra invocadora, él la deja de lado —Beelzebub respondió mientras también abría otra puerta del Infierno.
—Como sea —chistó As—. A este paso no llegaremos rápido con nuestro rey.
— ¿Crees que estamos demasiado lejos de su bucle infernal?
—Hemos recorrido como 100,000 bucles y no logramos dar con su paradero —Astaroth cerró de golpe una puerta del Infierno, el sonido retumbó por todo el abismo—. Esto es un maldito laberinto.
—Oraaa, ya no dejan pasear en el Infierno, a gusto —un demonio hizo acto de presencia, saliendo de una puerta infernal.
—Stolas —Beelzebub se extrañó, arqueando una ceja en respuesta a ello.
— ¿Qué carajos haces aquí, niño? —Astaroth mencionó molesto—. ¿No deberías de estar con tus hermanos?
—Es que tengo una misión —el demonio sonrió de oreja a oreja, haciendo que sus ojos luminosos se perdieran entre sus delicados párpados—. Y es distraerlos...
— ¿Qué demonios estás diciendo, mocoso? —Astaroth estalló en cólera, se acercó a Stolas, y lo agarró del cuello de su camisa negra.
—Digo solo la verdad —el demonio se escudó—. Haburí y Mephisto han conjuntado sus poderes y ahora están jugando con ustedes—. Nos han subestimado desde hace miles de años, y ahora todo explotará en su cara.
— ¿Qué pretendes? —Beelzebub miró a su alrededor, sintiéndose un poco desconcertado, y en un abrir y cerrar de ojos, ambos demonios (al igual que Stolas) estaban en un bucle peculiar y sin salida—. ¿Qué es lo que quieren?... No estamos para sus jueguitos.
Ante ello, Stolas se soltó rápidamente del agarre de As y se deslizó lejos, llegando así con Haburí y Mephisto quienes entraban a dicho bucle.
—Uff, fue un buen trabajo en equipo —Haburí se dirigió a Mephisto.
—Buena distracción —el mencionado volteó hacia Stolas, rodeando con su brazo los hombros de él, un símbolo de complicidad mutua.
— ¡Miren, malditos malnacidos, no estén jugando con nosotros!... No estamos de humor —As se desagarró la garganta de enfado puro.
—Cayeron directo a nuestra trampa —una voz burlona apareció, y el dueño de aquella era nada más que Murmur, quien entró por una puerta junto a Sorath.
Surgieron miradas furiosas entre los demonios y los pecados capitales... Todo iba a explotar en cualquier momento, hasta que Astaroth dio el primer golpe directo hacia la barbilla de Sorath.
—Malditos sirvientes de Azazel... -dijo entre dientes—. Cómo osan retar a demonios superiores a ustedes. ¡Respeten a sus mayores, cabrones!
Sorath no se inmutó de dolor por el golpe, se reincorporó a la charla, y con un semblante serio dijo:
—Sí, somos sirvientes de mi amo, y a mucha honra, él no nos dio la espalda cuando nuestra madre Lilith nos abandonó, él no nos dio la espalda cuando crecimos aislados de los lilim, él nos hizo más fuertes para sobrevivir en el averno, nos enseñó nuestro potencial y habilidades nuevas. ¿No crees que ahora Azazel se merece toda nuestra gratitud?
—Niño —Beelzebub un poco se sintió culpable... Sabía el origen de los demonios y era cómplice del pacto que Lucifer tenía con su madre Lilith, guardar en secreto el verdadero padre de los pecados capitales... Pero de qué sirvió si ellos se encontraron con él y ahora le son sirvientes—. Es algo complicado de explicar... —se limitó a decir.
—Suficiente habla —Haburí se hartó de la situación, hizo un ademán con la mano y ahora éste conjuró una cadena de chispas flameantes—. Concentrémonos en ellos.
Acto seguido, Uphir salió de la nada del bucle y golpeó en la nuca a ambos demonios, aturdiéndolos por unos segundos. Él había estudiado los puntos débiles del cuerpo de cada demonio del Infierno, un conocimiento tanto prohibido como letal.
Igualmente, Crowley salió de su escondite, y convertido en un dragón oriental, avienta a los demonios varios metros atrás.
—Mierda, si nos tardamos más, nuestro rey podría quedar atrapado —Beelzebub murmuró intentando levantarse del fuerte golpe, acto seguido llamó a sus moscas para que lo auxiliaran, pero estas no respondieron, porque Stolas las había atrapado con una red especial.
—No tan rápido señor de las moscas —Stolas sonrió, luego de ello desapareció a las moscas con un chasquido.
Todo lo tenían previsto...
—Llamaré a Maze, le avisaré todo —As al ver lo sucedido, sacó su espejo mágico; y estaba a punto de llamar a la demonio, cuando Haburí hizo uso del lazo chispeante y le arrebató el objeto comunicador.
—No necesitarás esto —al tenerlo en su poder, Haburí lo desapareció en un chasqueo.
En un parpadeo, Murmur y Stolas llegan por detrás de los demonios y los asfixian con una llave, haciéndolos perder el conocimiento por unos segundos.
—Se arrepentirán de esto —se resistía As al agarre fuerte de Murmur.
—Enfrentaremos juntos las consecuencias, no te apresures —Stolas respondió por su hermano, a la par que asfixiaba a Z-Bub.
Luego de ello, Crowley vuelve a su figura demoniaca, llevando consigo unas poderosas cadenas, unas forjadas por ellos mismos, y los ató con estas, dejándolos inmóviles en dicho bucle.
—Bien hecho, chicos —Sorath elogió el trabajo.
Dos demonios protectores menos...
Día 66 en el Infierno: Scarlett cae al abismo tras suicidarse para salvar a Lucifer.
—Bien hecho al dejar a esos dos ahí —Azazel le dijo a Sorath mentalmente—. Ahora esperen a la dier ya casi está lista, le estoy cerrando los ojos. En unos momentos ambos estaremos ahí para el ritual.
—Entendido amo —acató el demonio para después reunirse con los demás pecados capitales.
Sorath se dirigió a sus hermanos, aun había demasiado tiempo para darle la bienvenida a la dier, por lo que todos decidieron irse al bucle de V.
En tanto, Scarlett se encontraba salvando a Lucifer, para después ser atrapada por las garras de Azazel (quien en la Tierra ya estaba recostado en su sigilo de sangre, concentrándose para llevar a cabo el ritual), la torturó hasta el cansancio, hasta el dolor más allá que el sufrimiento.
Luego de que los siete pecados se divirtieran un rato en el ciclo vicioso del enmascarado, ellos escuchan los gritos desgarradores de Scarlett. Por lo que acuden a llevársela, pero no contaban con la intervención de V, pero eso no les importó en lo absoluto, sino que lo vieron como una oportunidad, y entonces, también se lo llevan consigo.
Día 68 en el Infierno: La dier ha despertado, su odisea ha comenzado.
Crowley lleva cargando a Scarlett hacia sus dominios preferidos, aquel teatro elegante, y junto con Stolas y Mephisto la atan con cadenas celestiales (las mismas que portó alguna vez Azazel) en un candelabro. Mientras que, Sorath, Haburí y Murmur llevan a V a su celda correspondiente, esperando a nuevas órdenes. En tanto, Uphir vigila la celda de As y Z-Bub.
Después de unos instantes, Scarlett despierta, los siete demonios se dan cuenta de ello, y regresan al punto de origen para presentarse ante su diosa de la oscuridad, su dier.
Las pruebas de resistencia comienzan, y Scarlett es transportada a una celda junto a Leviatán, por fortuna ella salió ilesa de aquel primer encuentro.
Luego de ello, salva a Crowley de sus agresores, lo que no sabía Scarlett, era que el demonio más menor (el maknae), hizo una prueba no autorizada por Sorath, y probó la lealtad que tiene la dier hacia él. Al salvarlo, automáticamente Crowley confía y le es leal indirectamente a la chica, que hasta la ayuda en el próximo encuentro con Leviatán.
Incluso juró indirectamente ayudarla en su vasto entrenamiento Infernal.
Día 92 en el Infierno: Nuevamente el encuentro con los siete demonios.
Scarlett lleva cargando a Crowley hacia el bucle de los demonios, el teatro, y nuevamente se vuelven a encontrar con los pecados capitales. Esto lo predijo aquel sueño aterrador, cuando ella fue envenenada.
Rodeada por ellos, no tiene de otra más que luchar por sobrevivir. Logró bloquear y atacar, e incluso doblegó a uno que otro demonio... Moría por vivir... Y vivió para morir por el Diablo.
Pero los demonios, en especial Haburí con el dominio de las artes oscuras y los elementos, pudo contra la inexperta dier. Este demonio en particular es una pieza valiosa para la formación de la bestia.
Luego de doblegar a Scarlett, los demonios la transportan hacia el coliseo del Infierno, haciendo que luche nuevamente con Leviatán. Para demostrar su osadía, su potencial y su fuerza debía de aniquilar a la primera bestia del apocalipsis, aquella creada por Dios y arrojada al Infierno, en espera del día del Juicio.
Día 93 en el Infierno parte 1: Astaroth y Beelzebub se desatan de sus cadenas.
Despertando, luego de un largo sueño, ambos demonios se desconciertan por ver sus ataduras.
— ¡Hijos de la chingada! —As gritó de enojo, haciendo temblar al recinto—. ¡Cómo se atreven esos niñatos a hacernos esto! ¡Quiero matarlos!
—No podemos hacer eso —Beelzebub intervino—. Le prometimos a Lilith que cuidaríamos a sus preciados hijos... Y más porque son más poderosos que los lilim comunes.
—Lo sé... —murmuró con cierta indignación—. Es que no entiendo porque se aliaron con él... ¿Acaso saben la identidad de su padre?
—Lo dudo, Azazel no les diría eso, sino le causarían problemas.
—Entonces hay que decirles, de una vez, para acabar aquella alianza.
—No podemos hacerlo, le dimos nuestra palabra a Lilith. Y además no sabemos si al enterarse, o se hace más fuerte su conexión o se destruirían. Son dos posibilidades muy fuertes... Incluso podrías desatar su furia y arrasar con todo el Infierno.
—Carajo —As golpeó el suelo con su puño—. Esos híbridos son relativamente peligrosos. Pero no importan ahora ellos, importa salir de aquí y sacar a nuestro rey del abismo.
—Ya pasó mucho tiempo. ¿Crees que él haya salido?
—Es el rey del Infierno, pudo haberlo solucionado en un santiamén. Nosotros solo éramos sus guías en los pasillos abismales.
Mientras tanto, en otro lado del Infierno, Asmodeus (también conocido como Asmodeo), un demonio de la misma jerarquía que ellos, abrió la puerta del bucle infernal, y al verlos se queda pasmado.
—Compadres, ¿qué hacen aquí? —dijo él—. ¿Por qué están atados en el salón de entrenamiento de los pecados capitales?
—Esos niños nos jugaron una broma —Beelzebub mintió, ahora no se podía confiar en los suyos, y más con Azazel suelto.
—Una broma muy grande —As le siguió el juego sonriendo falsamente—. ¿Puedes desatarnos, Asmr? —rió en tono de sarcasmo.
—No me llames así, Astaroth -—el demonio se acercó hacia los dos, examinando las cadenas.
— ¿Por qué no? —As siguió la broma sarcástica—. Si haces unos sonidos con la lengua cuando...
— ¡Por favor, As! —intervino nuevamente Beelzebub—. No es hora de tu sarcasmo.
—Sí, sabes muchas cosas —Asmodeus se dirigió a Astaroth con una sonrisa cómplice—. Soy uno de los demonios de la sección de la lujuria.
Lujuria... Mephisto es el demonio de ese pecado capital.
— ¿Y el muchacho no se ha aparecido por ahí? —As cuestionó de inmediato.
—No, sabes que todavía le falta mucho que aprender. Será la lujuria en persona, pero tiene pendientes algunas lecciones con los maestros superiores. Aún no sé por qué Lilith y Lucifer le dieron ese título, se ve que le falta mucho —Asmodeus se quejó.
—Porque tiene el poder y los genes de su padre. Bien lo sabes —Beelzebub informó.
—Entiendo. Fuimos aquellos ángeles inferiores que lucharon junto a Satanás en su rebelión. No tuvimos la misma jerarquía que un arcángel hijo de Dios y de la Diosa, pero somos parte de —otra vuelta se quejaba el demonio de la lujuria.
—Pero sabes que ellos son hijos de un arcángel muy conocido —As dijo.
—Y por eso, les dimos la espalda para que no se apoderaran de estas tierras —Asmodeus prosiguió.
Entre la charla, aquel demonio logró visualizar un gran candado que unía las cadenas, luego de ello, forzó el candado con algunas herramientas que había conjurado hasta abrirlo con fuerza.
—Y si Azazel se enterara de ello, cobraría represalias contra nosotros —Beelzebub advirtió.
—Lo sé —suspiró miedoso el demonio—. Lo bueno que está encerrado.
Error. Él está libre... Más que libre...
—Sí claro —tragó saliva el señor de las moscas—. Por cierto, ¿qué haces aquí? —interrogó al demonio.
—Buscaba a Belfegor para irnos a la pelea en el coliseo.
— ¿Cómo que habrá una pelea en ese lugar? —Astaroth abrió los ojos sorprendido.
—Sí —dijo emocionado Asmodeus—. Leviatán luchará con una humana llamada Scarlett Knight. ¡Nunca se ha presenciado cosa tal!, de seguro esa pobre alma será devorada por esa bestia en menos de cinco segundos.
Ante la revelación, los demonios se quedaron paralizados momentáneamente. Sus estómagos hormiguearon de nervios...
—Ay no... Ella se sacrificó por él —Beelzebub comentó lo peor.
—No puede estar pasando —Astaroth habló tembloroso, sintiendo la rigidez de su cuerpo debido al nerviosismo.
—Tenemos que evitarlo —dijeron ambos al unísono para después salir corriendo del bucle hacia aquel lugar de batalla.
Día 93 en el Infierno parte 2: Segundo encuentro con Leviatán.
Estando en el coliseo, Scarlett está adentro de la jaula del coliseo infernal, está a punto de volver a enfrentarse a Leviatán, hasta que escucha a sus demonios protectores.
As y Z-Bub llegaron a tiempo para auxiliarla, sin embargo, los demonios del coliseo se exaltaron de furia, no querían que nadie les opacara su diversión, e incluso los 7 demonios intervinieron, paralizándolos así nuevamente.
Los demonios capitales nunca usaron sus poderes contra ninguno de los habitantes del Infierno... Hasta la aparición de la dier. Desde ese entonces utilizan todo su potencial.
No había de otra más que persistir ante la temible lucha con la primera bestia del apocalipsis "Leviatán". Scarlett fue evasiva en cada ataque, analizando primero la situación y a su oponente monstruoso, luego de ello, concentró su energía en su mente, logrando así sacar a flote varias habilidades, entre ellas, controlar el elemento fuego y el aire... Este hecho, enorgulleció a Haburí, quien sin duda sería el maestro de los elementos de la chica.
Mientras ella combatía, sus pasos eran guiados por Z-Bub y As, quienes le aconsejaban telepáticamente.
Fueron días y días enteros de demasiada pelea, pero el tiempo era diferente en el Infierno, y, por ende, ninguno de los presentes lo sintió.
Hasta que... A Scarlett hizo una táctica que terminó lastimando ampliamente a Leviatán.
Día 95 en el Infierno: V sale de su celda y se libera de su pasado.
Después de despertar, y vivir su infierno una y otra vez, V se harta de la situación... Ante esta acción, su bucle se detiene por completo, como si él fuera el que controlara éste con facilidad...
—V... No me dejes, quédate conmigo... No quiero que mueras —la demonio que se hacía pasar por su amada Evey, intenta torturarlo nuevamente.
—A quién intento engañar... —V por fin abre los ojos totalmente—. Tú no eres ella... Nunca lo fuiste.
— ¿De qué estás hablando? —la tal Evey intenta convencerlo.
—Ya he muerto desde hace tiempo... Ni siquiera morí en mi Tierra original, sino en otra paralela... Es absurdo volver a recodarlo todo... Mejor avanzaré, e intentaré ayudar a otros que están aquí —ante ese momento, el enmascarado pensó en aquella alma que estaba sufriendo, Scarlett... En un santiamén, el bucle de V, se pulveriza por sí solo, e incluso la que se pasaba por su amada se desvaneció ante sus ojos—. Adiós Evey... —se despidió de su pasado.
Con la salida libre, V corre hacia la puerta de la libertad, que ahora se veía más visible, y la abre. Sus oídos captaron gritos de euforia de diversos demonios y a su vez, sus ojos captaron un gran laberinto por recorrer.
Se dice que los que superan su Infierno se elevan a los cielos... Pero V tenía una misión más fuerte, el cual lo ataba al Infierno por un tiempo indefinido...
Día 96 en el Infierno: Pelea entre 9 demonios, una dier y un humano.
Scarlett fue devorada por la serpiente del apocalipsis, puesto que había herido con gravedad a la misma, y ésta en un arranque de enojo se traga a la chica por completo.
Ante ello, los presentes se quedaron pasmados. Por un lado, As y Z-Bub temblaron de miedo y nervios, en otra estancia los 7 demonios se quedaron boquiabiertos, pues pensaron que fallaron en su misión, y en otro lado, los lilim presentes gritaron de euforia porque la batalla tuvo un fin épico.
Pero...
V logró llegar a tiempo a la celda correspondiente, siguió la bulla del lugar y al enterarse que una chica fue devorada por una bestia, él no duda en ayudar. Desenfunda su daga y la lanza hacia la boca del monstruo con mucha precisión.
Este hecho, hizo que Scarlett saliera de Leviatán en una sola pieza, destruyendo así al ser en varios pedazos, para después, en un acto inesperado, fue absorbida por la dier. Ahora sólo había una bestia del apocalipsis en la Tierra... Aquella que fue creada por Azazel.
Posteriormente, Scarlett y V se presentan.
— ¿Quién eres? —Scarlett se dirigió al enmascarado.
El enmascarado llevó a la chica a otra parte, en un abrir y cerrar de ojos se teletransportan hacia otra celda... Una nueva habilidad de V, producto de estar tanto tiempo en el agujero abismal (o solamente son aquellos genes híbridos nuevamente). Ambos pararon hacia un callejón oscuro proveniente del Infierno del enmascarado. De nuevo al hoyo...
—Estaremos a salvo un tiempo aquí -V comentó—. Es el último lugar donde recorrerían los 7 demonios... —Scarlett, por la teletransportación abrupta se cayó al suelo, luego de ello, se tensó por el ambiente oscuro y lúgubre, a lo que V comentó en un tono suave—. Te aseguro que no te haré daño.
— ¿Quién es? —Scarlett no dudó en decir.
— ¿Quién? —V ladeó la cabeza—. Quién es sólo la forma que prosigue la función del que, y lo que soy es un hombre enmascarado.
—Sí, eso está claro.
Esto era un espejismo de la vida pasado de V... Él nuevamente viviría su venganza con una nueva aliada.
—Por supuesto que sí. No cuestiono tus poderes de observación, simplemente comento sobre la paradoja de preguntarle a un enmascarado "¿quién es?"
—Ahh pues...
—Pero en esta noche tan propicia... —prosiguió V—. Permíteme entonces, en lugar de un apodo más vulgar, abundar en las características de tan dramático personaje —él moría por volver a vivir auténticamente aquel encuentro...—. ¡Voilá! —se alzó la capa dramáticamente—. A la vista de un humilde veterano del vodevil, mostrado erróneamente como víctima y villano por las vicisitudes del destino. Este aspecto sin ser producto de la vanidad, es el vestigio de la vox pópuli ahora extinta, desaparecida —enunció cada palabra cual poema a la libertad, marcó cada acento como muestra de la pasión hacia su causa, articuló cada gesto indirecto para hacerse entender, gritar todo lo acumulado, expresarse interiormente... Todo se le estaba juntando a V, su vida pasada, su presente tormentoso, y su futuro próspero con la legítima dier, aquella que lo reivindicará completamente—. Sin embargo, este aspecto valeroso de un pasado olvidado se yergue reanimado, y ha jurado acabar con las sabandijas corruptas y malvadas que defienden la ley, y persiguen en forma violenta y voraz la libertad de expresión —acto seguido, sacó una de sus dagas, y marcó con una "V" un letrero que era la vil muestra de la opresión de su infierno—. El único veredicto es la venganza, la revancha que se ha mantenido no en vano por su valor y veracidad, y la confianza de reivindicar a los vigilantes y virtuosos —guardó su arma, su postura dramática ahora se convirtió en un semblante serio y misterioso, pero, tal y como sucedió en su vida pasada, se rio levemente de todo su discurso—: Por ende, esta mezcolanza de complicada verborrea. Sólo permíteme agregar que es un gran honor conocerte y puedes llamarme "V" —se quitó el sombrero como símbolo de respeto mutuo, mirando directamente hacia una confundida Scarlett.
— ¿Y usted es acaso es un demente? —Scarlett, como parte del bucle, cuestionó involuntariamente.
—Estoy seguro de que así lo dirán —V se acomodó el sombrero—. Pero... ¿Podrías decirme a quién me dirijo?
—Me llamo Scarlett Knight.
«Es tan distinta a Evey... Pero siento que debo de permanecer a su lado desde este momento» pensó V. Conocía el rostro de Scarlett, más no su nombre, y ahora verla encajar perfectamente en sus recuerdos, forjó una lealtad involuntaria.
—No se escribe con v, pero, aun así, te agradezco por convertir mi bucle infernal en un recuerdo puro.
— ¿Qué significa?
—Significa, que yo como Dios no juego a los dados, y no creo en las coincidencias —él estiró su mano elegantemente para ayudarla a levantarse—. ¿Te hicieron daño?
—Estoy bien —Scarlett tomó la mano de V y se levantó, luego miró sus ropas manchadas por la sangre de Leviatán y dijo—: Gracias por llegar antes de que la serpiente me digiriera.
—Ahh, sólo representé mi papel —V sonrió debajo de la máscara.
— ¿En dónde estamos? —Scarlett miró a su alrededor.
—En mi infierno personal.
De repente, la puerta de bucle de V se abre bruscamente, dando paso a As y Z-Bub, quienes no dudaron en rodear al enmascarado, pero al verlo de cerca lo reconocieron.
— ¿V? —Astaroth dijo.
—Tiempo sin vernos, alma errante —Z-Bub comentó.
— ¡Sabían que estaban aquí! —Mephisto vociferó, entrando corriendo a la celda, y detrás de él estaban sus demás hermanos (excepto Sorath), siguiéndole el paso.
Una batalla les respiraba en la nuca, enseguida, As, Z-Bub y V se pusieron enfrente de la chica, haciéndole un escudo infernal.
—Ohh, vamos, somos más —Murmur mencionó sonriendo.
—Puedo con ellos, menos con Haburí, él me doblega fácilmente —Scarlett les susurró a sus demonios protectores.
—Podemos aturdirlo un poco, mientras escapas a la sección de la lujuria, ahí encontrarás a Asmodeus, él te guiará fuera de aquí —Astaroth susurró devuelta.
—Es inútil todo esto, Mephisto sabe leer el futuro, de seguro estudió todos nuestros movimientos antes de que nos diéramos cuenta, nos masacrarán en menos de cinco segundos... Todo lo tienen calculado, son más astutos de lo que parece —Scarlett visualizó a Mephisto, quien le tenía fija la mirada.
Todos estaban inmóviles, mirándose unos a otros con cautela, rastreando cada movimiento en caso de atacar o defenderse.
—Estos chicos nos han superado, As —Beelzebub tragó un poco de saliva—. Pero, aun así, no debemos de doblegarnos. Somos demonios de alto rango... ¿No entiendo por qué de repente se revelan?
—Se han guardado miles de años de opresión —Astaroth mencionó—. Ahora, no nos queda de otra más que enfrentarlos una vez más.
—Yo no les tengo miedo, demonios capitales —V no se inmutó ante la amenaza.
Y acto seguido, él lanzó una de sus cuchillos hacia la dirección de Mephisto, aturdiéndolo momentáneamente.
— ¡Ahora! —As fue el segundo el golpear, dirigiéndose hacia Haburí para tratar de ganar tiempo. Agarró el impulso, y se tumbó al suelo, para lanzar un golpe directo a las piernas del demonio de la envidia, haciéndole caer y barrer el suelo por la fuerza sobrenatural.
Los demás demonios respondieron al ataque coordinadamente, Stolas y Murmur fueron directo a Scarlett, sin embargo, ella tenía algunos ases bajo la manga, e inmediatamente usó una fuerte ventisca de aire para lanzarlos lejos.
En tanto, Crowley, convertido en pantera, fue directo a taclear a V, quien se encontraba peleando con Mephisto.
—Eres tan osado, por eso eres una clave para ella —el demonio de la lujuria, le mencionó al enmascarado.
— ¡Cuidado, V! —Scarlett al ver las intenciones del maknae, forma un tornado y lo lanza hacia él, retirándolo y ganando un poco más de tiempo para evadir más golpes.
Uphir, con ávida rapidez, golpea a Scarlett por detrás, haciéndola caer de rodillas, este hecho hace que la chica aproveche para golpear al demonio en las pantorrillas, lográndolo taclear, para caer a su lado.
—Buen ataque —ella le guiña el ojo a Uphir—. Pero, hoy no es un buen día para doblegarme, ya me harté —con una fuerza que sacó de sus entrañas, Scarlett lanzó a Uphir lejos, haciendo que éste chocara con una pared.
Minutos y minutos de peleas constantes, esquivar, atacar y neutralizar era todo lo que se divisaba en el campo de batalla, todos peleaban, a excepción de Sorath, quien se encontraba viendo todos los movimientos desde una esquina oscura.
El primero en ser derrotado fue V, quien fue petrificado mediante un hechizo de Haburí.
El segundo fue Z-Bub, quien fue atado y amordazado por Murmur.
El tercero fue Astaroth, donde Stolas, Mephisto, Uphir y Crowley conjuntaron sus ataques, inmovilizando al demonio y poniéndole de rodillas.
—Te he fallado, mi querida invocadora —As murmuró rendido.
«Huye tu sola, sobrevive por todos nosotros» Z-Bub alcanzó a decirle telepáticamente.
Scarlett, con cierto enojo y frustración, no tuvo otra opción, más que correr hacia la salida, pero en eso, Sorath se le aparece enfrente.
—Te lo dijimos, todavía eres inexperta, no tienes opción más que unirte a nosotros y aprender de nuestras habilidades —propuso.
— ¿Por qué lo haría? —ella repuso.
—Porque si quieres salir de aquí, debes de vencernos, y solo para lograr derrotarnos, tienes que entrenar todo tu potencial.
—Lucifer los hará pagar —Scarlett dijo entre dientes, haciendo una última amenaza para no sentirse derrotada.
—Tu Lucifer te abandonó aquí para irse con la detective —una verdad cruda que rompió el corazón de la chica, sacándole un par de lágrimas espesas.
—Dejaré que pienses mi oferta en tu celda —Sorath demandó, para después dictarle una orden a Haburí de teletransportar a Scarlett hacia el lugar acordado.
Cuando desapareció Scarlett, los que las respaldaban, también fueron llevados a nuevas celdas más reforzadas dentro del abismo profundo y recóndito, para que no salieran en un buen rato.
Día 98: De nuevo a la rutina.
Pasaron horas interminables, Scarlett se encontraba mirando hacia la oscuridad, pensando en las posibilidades de escapar, y también en miles de futuros alternos si ella no se hubiera suicidado por el Diablo.
— ¿Por qué no me has salvado, mi Lucifer?
Incluso se lamentó por haber engañado a su ángel guardián...
«No te merezco Sariel... Un ángel como tú no debe de estar con una pecadora como yo».
De repente, Sorath abre la puerta de la celda, haciendo una presencia muy espectral...
— ¿Te has decidido, mi dier? —su voz hacía eco en el lugar, propiciando así, que ella tuviera una corriente fugaz en la espina dorsal.
—Sólo quiero volverlo a ver... Quiero decirle que estoy bien —ella tenía los ojos cerrados, pequeñas lagrimas rodeaban sus ventanas del alma.
—Y lo harás, viribus —Sorath dijo la palabra secreta usada entre el diablo y la dier.
—No me queda de otra —tragó saliva, la cual estaba tan ardiente como el Infierno mismo—, me uniré a los pecados capitales.
—Muy bien hecho.
En un abrir y cerrar de ojos, Sorath desapareció, y una neblina espesa cubrió la visión de la chica... No había nada más de oscuridad y humo fresco.
Ahora se apareció Murmur, su cara seria inigualable hizo estremecer a Scarlett.
—Por fin te veo cara a cara, Knight... Estuviste genial con Leviatán, pudiste pelear duro con nosotros, utilizaste elementos con naturalidad, sacaste a flote algunos hechizos... Ya veo porque eres muy especial, no te rindes tan fácilmente.
Scarlett permanecía callada, intentando ganarse al demonio para así tener un aliado tal y como Crowley.
—Pero antes no era tan fuerte... Hasta que pacté con él —dijo la verdad pura, Lucifer era su fuerza y tal para cual ambos se fortalecían uno a otro.
—Gracias a ello, por fin pude conocerte de frente, después de miles de años... Por fin puedo completar el propósito.
La dier no entendía a lo que se refería, solamente imaginó que el demonio vacilaba un poco o incluso dramatizaba las cosas... Aunque el drama se le da muy bien a Uphir.
—Termina con esto por favor... Sé que esto será una eternidad... —Scarlett dictaminó a lo que Murmur sonrió levemente.
—Serán largas horas de un pequeño entrenamiento inicial —dijo él.
Murmur chasqueó los dedos, y en un santiamén, apareció un piano gigante en medio de ambos, así como la celda fue tomando color, ahora el escenario era un pent-house, no como el de Lucifer ubicado en Los Ángeles, sino que era otra ciudad distinta... Seúl.
—Le haces honor a tu nacionalidad adoptada —Scarlett imaginó que los demonios tomaban la forma deseada, esto debido a sus previos estudios sobre demología.
—Siéntate —Murmur tomó lugar en aquel piano, e invitó a la dier a su lado.
Scarlett no tuvo de otra más que atender a dicha petición, luego de ello, el demonio comenzó a tocar una canción sumamente leve... Casi inaudible... La finalidad de este ejercicio era abrirle la sensibilidad a la dier... Si se tiene buenos sentidos, entonces ella podrá leer su entorno, incluso las mentes de humanos, ángeles y demonios.
Terminando la melodía hipnotizante, Scarlett inconscientemente se elevó de su asiento por unos segundos, esto fue el símbolo de que la mente de Scarlett se empezaba a abrir hacia poderes cósmicos.
Ahora la rutina consistiría en que cada demonio le abría un nuevo don que Scarlett nunca se hubiera imaginado...
Poco a poco Scarlett sentía un poco de confianza por los pecados capitales, ya que eran la única compañía que tenían para toda la eternidad.
Sola y no tan sola... A pesar de tenerla cautiva, los demonios trataban de establecer una conexión con la chica, independientemente de su misión que tenían con ella, sino que, sentían una ligera atracción hacia la dier, no era algo sexoso y mucho menos algo romántico, al contrario, era una sensación de querer tenerla cerca, ya que ella brindaba seguridad y protección... Una vibra agradable para cualquier ser celestial o infernal.
Y así, pasaron los días de duro entrenamiento... Sorath le explicaba conceptos del Infierno además de teorías científicas de lo oculto, e incluso le enseñó todos los idiomas del mundo; Uphir le enseñaba propiedades medicinales de algunas plantas infernales y puntos chi estratégicos para sanar dolencias; Murmur la potenciaba con su música, Haburí le enseñaba un sinfín de hechizos de todo tipo (teletransportación, manipulación de la materia y tiempo, invocación de armas, para paralizar a una presa, etc.) e incluso practicó con ella el control de los cuatro elementos, donde la chica optaba por jugar con el fuego a su favor en cada batalla. Por otro lado, Stolas le ponía ejercicios de astucia, donde debía de enfrentar situaciones de su pasado, superar aquellos momentos dolorosos... Mientras que, Mephisto le enseñaba a leer las cartas y el futuro, logrando así que Scarlett tuviera visiones (de apenas segundos) sobre el futuro. Y, por último, Crowley la incitaba a atacar y defenderse, tanto de manera agresiva como pasiva (para así calcular cada paso a dar).
Todo esto, formó a la dier... Haciéndola perfecta, a imagen y semejanza del mismo Averno, peligrosa y sabia...
Así fue como ella se acostumbró a nuevo hogar... A su hogar en llamas.
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