𝑿𝑿𝑰𝑰. 𝑭𝑨𝑴𝑰𝑳𝑰𝑨𝑹𝑬𝑺
Ya habían pasado dos días desde que fui al Infierno, ese lugar no era como me lo imaginaba: lleno de fuego quemando a los pecadores, ríos de lava o incluso lleno de demonios voladores... Pero en realidad, el Infierno parecía que estaba ordenado por secciones; y eso sí, había cenizas por todas partes. Por fortuna no me quedé ahí mucho tiempo, me sentía sola, pero Lucifer siempre estuvo conmigo, me guío, nunca me abandonó, por eso siempre estaré agradecida con él... Y de pronto vuelvo a la vida, una segunda oportunidad se asomaba, temía a la muerte, pensé que nunca acabaría mis sueños, puesto que por poco iban a ser quitados por un humano malévolo, pero ya no más, tengo una otra oportunidad y no pienso desaprovecharla...
Luego Lucifer confesó que su madre y Azazel habían escapado del infierno... Azazel, ese era el ángel caído que me había atacado. Sariel estaba preocupado y no me quitaba la vista de encima.
—Tengo miedo, ángel... Ese tipo es muy peligroso —Sariel murmuró mientras acariciaba mi cabello. Estábamos acostados en mi cama, tenía sueño, mucho sueño, y sus brazos me daban una total tranquilidad. Él me abrazaba como nunca... La calidez de sus brazos era única.
— ¿Qué lo hace tan peligroso? —Pregunté, y él solo respiró profundo, preparándose para contarme una larga historia.
—Bien, te diré todo lo que necesitas saber —Sariel asintió lentamente—. Hace eones de años, todos vivíamos en el cielo... Samael, Amenadiel, Azael; así se solía llamar Azazel antes de que cayera; mis otros hermanos, y yo; incluso Beelzebub y Astaroth, quienes eran ángeles antes de la rebelión. El caso es que Azazel era un fiel seguidor de Samael, y cuando fue la rebelión los dos cayeron junto con una parte importante de los ángeles... Ese día fue catastrófico, mi madre no hizo nada al respecto, y yo no quería lastimar a nadie, yo no pelee... —Parecía que él por dentro se arrepentía de no haber solucionado nada—. Samael cayó directamente al Infierno, mientras que Azazel se quedó en la Tierra, e hizo de las suyas... Y por ende, también fue condenado hacia el abismo del Infierno... Reinó el Infierno al lado de Samael, pero se rebeló... —Eso alcancé a escuchar, mis ojos pesaban cuan bloques de hierro, y por ende caí profundamente dormida, estaba exhausta, había pasado toda la tarde estudiando para mi examen de Literatura...
«Duerme mi querida Scarlett... Hay una travesía por recorrer» escuché esa maldita voz, pero le resté importancia, solamente quería un respiro.
Mientras dormía sentía tranquilidad, no soñaba nada, sólo veía aquella oscuridad que emanan los ojos cuando los cierras, y eso me dio paz... Además podía sentir la protección de Sariel, quien podría decirse que estuvo de guardia toda la noche.
—No sé qué quiere contigo, pero no dejaré que te ponga un dedo encima, mi ángel —Escuché la voz de Sariel, quien me susurraba mientras dormía para calmar sus nervios por el peligro inminente—. Tus ojos me brindan luz, esperanza... Tus labios son tan dulces que me haces tocar el cielo... Tus mejillas tenuemente rojas claman que ponga mis labios en ellas. ¿Por qué me he enamorado de una humana?... No obstante, tú me haces muy feliz, nunca pensé que me llegaría a enamorar... ¿Es amor lo que siento?... Tú me das todo cada vez que respiras... Y cuando diste tu último suspiro, me sentí devastado, sin vida, sin luz, y por poco me sumerjo en la oscuridad total. Justamente al momento de que mi padre te trajo a la vida, volvió a surgir mis latidos que por un instante se detuvieron, prácticamente se apagaron los latidos del amor que te tengo... Te amo, Scarlett... Eso nunca lo dudes... —él terminó aquel discurso romántico, sus palabras me llegaron al corazón... Luego de eso, Sariel besó mi frente, lo cual hizo que me despertara.
Era de mañana, la luz recorría por todo el cuarto, y al abrir mis ojos presenció el rostro angelical de Sariel...
— ¡Qué hermosas palabras dijiste! —Lo besé en los labios—. Buenos días.
— ¿Me escuchaste? —Cuestionó avergonzado, sus mejillas se pusieron rojas...
—Sariel, con esas palabras me diste cien años más de vida —sonreí.
—Desearía que fueras inmortal —él murmuró con la cabeza baja.
—Sí, yo también —suspiré—. Le temo a la muerte, y no sólo me refiero a mí, sino a mis seres queridos.... Un día ellos están contigo, y al otro día ya no están más, ser irán al más allá... Y tienes que esperar mucho para encontrártelos... No me gusta esa sensación de vacío que te dejan las personas e incluso las mascotas, no los olvidas, sin embargo se aprende a vivir sin ellos... —Solté lo que tenía atrapado en mi subconsciente.
—No pienses eso —Sariel me miró profundamente—. Dios quiso que ustedes fueran mortales para que aprendan muchas cosas. No obstante, el alma es lo único que no muere, es lo que transciende...
—Entonces... Si yo hubiera muerto... ¿Tú estarías vacío, aun sabiendo que mi alma fue hacia el Cielo o el Infierno?
—Claro que sí estaría vacío, porque aunque supiera que estás en el más allá, me duele la muerte... No sé cómo explicarlo... Me duele ver que tu corazón ya no lata más... Me duele que te lastimen... Me enfurece que te hagan daño... —Dijo Sariel, y no puedo estar más enamorada de éste ángel...
Nos quedamos mirando unos momentos, cuando de repente Lucifer entró a la alcoba...
— ¿Acaso interrumpo algo? —Lucifer comentó.
—No, todo bien —volteé a ver a Lucifer, y éste sonrió.
—De acuerdo —asintió Lucifer—. En unos momentos me iré, nuevamente, a buscar a mi madre. Mientras tanto, ustedes deben de permanecer juntos. Astaroth y Beelzebub ya se fueron a buscar, otra vuelta, a Azazel.
Recuerdo que mis demonios me comentaron que estuvieron momentáneamente en el Infierno, pero ellos estaban sorprendidos de que yo estuviera en ese lugar y sin ningún bucle de mi propio Infierno. No obstante, cuando ellos volvieron a la Tierra, inmediatamente nos comentaron sobre las intenciones de Azazel, y por ende ahora estoy más protegida que nunca... ¿Quién sabe qué quiere ese ser? ¿Por qué se adentra en mi mente?
—Está bien, Lucifer —comenté.
— Y en tanto ustedes si quieren pueden tener sexo —Lucifer bromeó sutilmente, a lo que yo me sonrojé.
—Cielos, tú siempre pensando en sexo —Sariel negó con la cabeza, él estaba igualmente apenado—. Estaremos bien, iremos a la escuela, porque tenemos un examen muy importante —informó.
—Ewww, exámenes —Lucifer hizo una mueca de asco—. Ese tipo de torturas las aplicaba en el Infierno, no te imaginas a las pobres almas gritando por la tensión.
—Vaya dato perturbador —reí.
—Bueno —Lucifer habló—. Luego nos vemos, Scarlett —Lucifer me abrazó rápidamente, como una breve despedida. Sin embargo su toque fue especial, sentía que podía confiar en él...—. Suerte en la tortura de tu examen —sonrió, aquella sonrisa me daba felicidad... Un ángel y un Diablo me tienen sumamente pasmada...
—Gracias, Lucifer —seguí abrazándolo, incluso su colonia inundó mis fosas nasales... Olía infernalmente bien...
Luego de unas horas, Sariel y yo habíamos llegado a nuestro salón de clases.
— ¡Ayy chicos, falta muy poco para el examen! —Exclamó Joy un poco tensa.
—Tú tranquila, Joy... Todo el estrés se irá cuando veas a As —Zara comentó.
Parece ser que As y Joy están más unidos que nunca... Bien por mi demonio, él se merece toda la felicidad, y aunque al principio no nos llevábamos tan bien, ahora estamos muy bien, él es mi amigo, al igual que Beelzebub.
— ¡Zara! —Chilló Joy avergonzada, dándole un sutil golpe en su brazo—. Todavía no somos nada... Estamos en proceso.
En fin, fue un día escolar cualquiera, el examen de Literatura estuvo un poco pesado, pero por lo menos logré obtener una buena nota.
Sin embargo, a la última clase, alguien vocifera mi nombre:
—Señorita Knight, favor de reportarse a Dirección Académica.
— ¿Qué? ¿Y ahora qué pasó? —suspiré profundamente.
— ¿Quieres que te acompañe? —Preguntó Sariel—. Recuerda que aún sigue suelto Azazel.
—Sólo iré a la dirección, es una travesía corta, además aquí es un lugar público —comenté para que despreocupara mi novio.
—De acuerdo, ángel —Sariel besó mi mejilla.
Luego de este acto, me fui directamente a la dirección, ya no estaba la directora, así que no podía ser nada grave, y ni siquiera las tóxicas han asistido a la escuela, y si me quieren hacer daño, aquí estoy para partirles la cara, después de todo lo que me han hecho, tengo ganas de sacar toda mi furia con ellas, una y otra vez.
— ¿Sucede algo? —Digo al abrir la puerta de la dirección... Y entonces ahí lo vi... Vi a mi hermano mayor...
—Su hermano ha venido por usted, señorita Knight. Tiene una emergencia familiar —comentó la recepcionista de la dirección.
—Este... —me quedé congelada, no sabía qué decir...
—Hola hermanita —dijo Erick, mientras se acercaba a mí—. Muchas gracias por traerla aquí, señorita —se dirigió a la recepcionista.
Él puso su mano en mi hombro, apretando un poco su agarre para que no huyera, prácticamente esto era un símbolo de dominación, su toque me petrificaba al instante. Después de ello, él me condujo hacia su auto, me abrió la puerta para que yo entrase, y yo solamente obedecí... Enseguida de eso, él se subió al auto y arrancó... Mientras todo eso pasaba hubo un silencio rotundo...
—Dos semanas sin saber de ti —Erick rompió aquel silencio.
—He estado ocupada —respondí cortantemente.
—Papá y mamá están muy preocupados por ti... —dijo mi hermano, pero yo lo interrumpí.
—Pues no debieron echarme de la casa.
— ¡Estabas haciendo un ritual! ¡¿Quién putas hace eso para resolver sus problemas?! —Él exclamó.
— ¡YO! —Alcé la voz, a lo que él un poco molesto negó con la cabeza.
—Eres débil, Scarlett —él comentó sin mirarme a los ojos.
—Sí claro —sus palabras me dañaron, odiaba que me dijera eso... Por fortuna, respiré profundo para controlar mis emociones—. No soy débil, Erick.
—Sí lo eres... —él volteó a verme por un momento, y luego regresó su mirada al frente, puesto que él conducía—. Si fueras fuerte, hubieras resuelto todos tus problemas por tu cuenta, sin ayuda de tus tonterías del Diablo.
—Las tonterías del Diablo me ayudaron, y ahora tengo a varios aliados.
— ¿Dónde has estado? —Omitió mis palabras—. Sé que le robaste la motocicleta a mi amigo.
—No le robé nada a nadie, sólo la tomé prestada para una emergencia y la devolví. Además he estado con un buen amigo —respondo rápidamente. Así como omití algunas cosas que he vivido con Lucifer, ya que no quería decirle a Erick que he estado como invitada en el pent-house del Diablo.
—Ahora eres una putita —Erick dijo molesto—. Andas con amiguitos en vez con tu familia.
Sus comentarios me enfurecieron demasiado, ya estoy harta de que me juzgue.
—No soy lo que tú crees, Erick. Tengo novio, y varios amigos que están dispuestos a protegerme —confesé.
—Sí claro... Los amigos no son lo que crees. No confíes en las demás personas, porque ellos en cualquier momento te darán la espalda, sólo tu familia estará ahí para ayudarte, sólo la familia —él recalcó la palabra familia—. Y otra cosa, ¿novio?, jajajajaja, tú nunca has tenido novio, hermanita.
—Ya tengo novio, cabrón —le respondo sumamente molesta—. Además, mi propia familia me echó de la casa, ¿tienes algo que decir al respecto? —Reté con la mirada a mi hermano, aunque sabía que perdería ante sus amenazantes ojos.
—Y por eso estoy aquí, para llevarte a casa —Erick sentenció.
—Fui hace unas semanas a la casa, y ni papá ni mamá estaban. De seguro están en la casa de campo, deben de estar muy traumados —me crucé de brazos.
—No te refieras de esa manera a nuestros padres. Ten más respeto, por favor, Scarlett —él dijo en un tono serio—. Y sí están en la casa de campo, pero ellos me dejaron a tu cuidado; más bien me pidieron que te enderezara, que te llevara al camino de la luz, no al camino de la oscuridad.
Aunque mi familia y yo no creyéramos en la religión católica; mis padres aún seguían creyendo en Dios. No obstante, mi hermano y yo creíamos en cosas paganas por así decirlo, ya que Erick creía más en lo que serían los elfos, los dioses paganos, y todas esas cosas de los Wicca; mientras que yo creía en cosas de demonios y en el Diablo, lo cual a ellos les preocupaba bastante, ya que mi familia creía que me iría a la oscuridad, al Infierno... Pero todo salió bien, en realidad el Diablo es un gran ángel.
—Yo prefiero quedarme con Lucifer —sentencié.
— ¿Con quién? —Rio Erick—. Disculpa, pero estás pendeja. No debes meterte en esas cosas, nos causará desgracias...
—Yo no lo veo de esa manera. —Mi familia creía que si uno pactaba con el Diablo, las desgracias caían en los seres amados del involucrado, pero están equivocados, en verdad lo están.
—Como sea, iremos a mi casa, y te quedarás ahí por un buen tiempo... Ya hablé con los directivos de la escuela, y ellos te mandarán las tareas por correo, no tendrás necesidad de ir allá —él informó.
¿Qué es lo que acaba de decir mi hermano? ¿Acaso esto es un secuestro?
— ¡ESTÁS LOCO, ERICK! ¡Me estás quitando mi libertad! —Exclamé impactada—. Lucifer, Sariel, Beelzebub, Astaroth y Maze estarán muy preocupados por mí.
— ¿Te estás escuchando lo que dices? —Dijo mi hermano—. Te debería de llevar mejor a un manicomio, la loca eres tú.
— ¡Vete a la mierda! —Grité—. No estoy loca, tú eres el loco por quitarme mi libre albedrío. Si yo no quiero irme contigo, entonces no lo haré, maldita sea.
—Pero lo harás. Se ha dicho —él dijo fríamente—. ¡Recuerda que eres menor de edad, y se hará lo que diga yo, punto!
Empecé a temblar de furia, esa sensación de escupir fuego... Hasta sentía mi garganta arder...
A veces mi familia me quitaba el derecho a elegir, y ponían de excusa que era por mi bien... Pero la verdad, yo siempre pensaba que jugar con fuego es divertido, mientras que las quemaduras no fueran de tercer grado.
Yo solamente quería vivir mi vida... Toda persona tiene que ser libre de gozar la vida plenamente.
Después de unos minutos, mi hermano y yo llegamos a su casa. Me adentré a sus dominios...
—Hola, Scarlett. Me alegra que estés aquí —dijo mi cuñada sin expresión alguna.
No sé cómo ella pudo terminar casada con mi hermano, incluso está embarazada del segundo hijo.
—Ya estoy aquí —sonreí, pero mis ojos declaraban que estaba triste, apagada...
—Ven, te mostraré tu habitación —Erick dijo y me condujo hacia la habitación de mi pequeño sobrino.
—Dormirás en la habitación de Alister. Él dormirá con nosotros, pero todo sea por tenerte a salvo —mi hermano informó—. Y por cierto, no necesitarás esto. Mis padres me dieron la libertad de castigarte —comentó, mientras me mostraba mi celular, el cual lo había tomado sin que me diera cuenta.
—Eres un... —mascullé, pero Erick me cerró la puerta en la cara, así como le puso seguro a la puerta, prácticamente me dejó encerrada, puesto que también la ventana estaba con seguro—. ¡Esto parece un maldito secuestro! —Grité para que él me oyera detrás de aquella puerta.
—Es por tu bien. Ponte a jugar con los juguetes de Alister, ya que eres una niña pequeña —él respondió, para después irse, puesto que escuché a sus pasos alejándose.
Estaba harta, molesta, enojada, triste... Y por tal choque de emociones, caí de rodillas al piso, me llevé mis dos manos a la cara para tratar de controlar mis lágrimas, las cuales amenazaban con salir desde que hablé con mi hermano.
«Pobre Scarlett, debes de estar muy enojada» aquella voz otra vez estaba en mi cabeza.
«Deja de estar chingando, Azazel. Métete en tus propios asuntos, pendejo» contesté furiosa, ya estaba harta que él hablara cuando estaba vulnerable.
«Pronto te tendré de rodillas rogándome misericordia, maldita malagradecida» sentenció seriamente el ángel caído.
De pronto, sentí como una fuerza sobrenatural me oprimía todo mi cuerpo, lo cual hizo que me retorciera de dolor en el suelo, eso hizo que mi llanto se intensificara, así como mi respiración se estaba cortando...
« ¡¿Qué esperas para aniquilarme?! » Tomé valor para encarar al ser.
«Todavía no es el momento. Tú eres muy importante para mí» Azazel me respondió.
Aquella revelación me dejó perpleja... ¿Qué quiere de mí?
Pasaron unos largos segundos, aún seguía sintiendo dolor, pero aquella fuerza se iba desvaneciendo, dejándome dar un largo suspiro cuando todo parecía haber acabado.
Por consiguiente, me fui a una esquina de aquella habitación, y me puse a sollozar en posición fetal; me sentía vulnerable, solitaria, atrapada.
« ¡Alguien que me saque de este sufrimiento! » repetía una y otra vez en mi mente.
Debí dejar que Sariel estuviera a mi lado, no debí de bajar la guardia... Todo es mi culpa...
Cerré mis ojos, sólo quería dormir, olvidarme de todo.
De pronto percibo un viento, el cual inundó toda la habitación, y eso era prácticamente imposible, ya que la ventana y puerta estaban totalmente cerradas.
Y justamente al abrir mis ojos, lo veo... Veo a Sariel... Mi ángel....
—Gracias al cielo —él suspiró, acercándose a mí, poniéndose a mi altura—. ¿Estás bien? —Cuestionó cuando observó mis ojos rojos de tanto llanto.
—No... —dije cabizbaja—. Sólo sácame de aquí.
Ante mis palabras, él me extiende su mano para que yo la tomase... Tomé su mano, y él me levantó lentamente. Por consiguiente, Sariel me carga cuidadosamente entre sus brazos, y ante esa acción yo lo abrazo fuertemente porque él me ha salvado del encierro.
—Vámonos, ángel —Sariel extiende sus alas, para después irnos hacia el pent-house de Lucifer.
En el camino sólo hubo silencio, sus brazos me brindaban aquella conformidad que necesitaba, no había palabras, sólo sentía su corazón latir... un sonido agradable...
Al llegar a los dominios de Lucifer, él me colocó lentamente en el sofá...
— ¿Quieres hablar de lo que te pasó? —Sariel se sentó a mi lado, y me tomó la mano.
— ¿Cómo me encontraste? —Dije la incógnita que se me formuló al instante.
—Pasaron varios minutos, y cómo vi que no llegabas, entonces fui a buscarte a la dirección, y al presenciar que no estabas, pregunté por tu paradero a la recepcionista de la dirección, a lo que ella me dijo que te llevó tu hermano... —Él explicó, y por ende otra pregunta se formó en mi cabeza.
— ¿Y cómo encontraste la dirección de la casa de mi hermano?
—Pues Joy me la dijo, ella me comentó un día ustedes fueron a la casa de tu hermano cuando tú mamá te envío ahí para que le trajeras algo... —No recordaba ese suceso...
—Como sea —le di un beso en la mejilla—. Me sacaste de ese lugar... Estoy bien aquí...
— ¿Él te hizo daño? —Cuestionó preocupado Sariel.
—Daño físico no, daño psicológico... pues sí —titubeé—. Él estaba molesto por irme de la casa, y mis padres lo dejaron a mi cuidado para que según con su actitud me enderezara... Pero en el fondo siento que me quería proteger, sin embargo esas no son las formas.
—Estás en lo correcto, ángel...
—Por cierto, tuve una visita de Azazel, me estaba asfixiando —informé, ya que por un momento se me había olvidado ese tema importante.
—Ese maldito —Sariel tensó su mandíbula, estaba molesto—. Otra vez lo hizo... Sigue libre...
—Me dijo que yo era importante para él...
—Hijo de.... —respiró profundamente para calmarse—. Te prometo que cuando lo capturemos, lo obligaremos a decir la verdad... Te lo prometo —me dio un beso en mi frente.
Toda esta situación me tenía abrumada, por un lado temía por Azazel, y por otro lado quería explicarle las cosas a mi familia... Quería que ellos entendieran que tengo libre albedrío, que los amigos verdaderos existen, que tengo un novio verdaderamente dulce, bondadoso, incluso quiero presentarlo ante mi familia. También quería decirles que Lucifer no es como todos lo pintan, de malvado, sino que es todo lo contrario.
—Ven, vamos al club —Sariel de repente se levantó y me tomó de la mano, haciendo que yo también me levantara—. Necesitas despejar tu mente.
—Está bien —asentí.
Y dicho y hecho bajamos al club, para después encontrarnos con Lucifer.
—Scarlett, creí que estabas en clases —Lucifer dijo al mirarme.
—Fue un día duro, así que vine a relajarme —respondí.
— ¿Quieres olvidarte de todo? —Preguntó Lucifer mientras tomaba un sorbo de su licor.
—Por supuesto —asentí.
— Entonces... ¿Quieres acompañarme a atrapar a mi madre? Pues creo que ya la localicé —Lucifer propuso.
—Suena interesante —sonreí—. Sí, ¿por qué no?
—Y antes de que digas algo Sariel, ella vendrá sólo conmigo, porque te tengo una tarea para ti —sonrió Lucifer burlonamente.
—No soy tu sirviente, Samael —Sariel frunció el ceño—. Además Azazel otra vez atacó a Scarlett —informó, a lo que Lucifer solamente se quedó callado, tratando de pensar en una solución.
—No te preocupes de eso, hermanito. Scarlett estará segura conmigo, porque yo soy el Diablo, y Azazel no se atrevería a lastimarla en mi guardia —Lucifer respondió.
— ¿Y qué hay de mamá? Pensaste que ella pueda atacar a Scarlett —Sariel dijo.
—Todo estará bien —Lucifer contestó—. Hasta ahora, todo ha resultado bien para mí. Y si no tienes algo que hacer, puedes buscar a Maze, tengo que hablar seriamente con ella.
—Ese no es asunto mío —Sariel se cruzó de brazos.
—Por favor, Sariel tú tienes alas, y puedes buscar de una forma más rápida a Maze, tal vez ella ayudó a Azazel o a mi madre, y así será más rápida la búsqueda —Lucifer expresó.
—Bueno, en parte tienes razón —Sariel lo pensó un poco.
—Anda ve, ella estará segura conmigo —Lucifer sonrió.
—La última vez que la dejé sola, su hermano se la llevó —Sariel comentó.
—Que se atreva ese tipo a llevársela, y se las verá conmigo —Lucifer dijo—. ¿En serio tienes un hermano? Nunca me lo mencionaste, no que yo recuerde —él se dirigió a mí.
—Tal vez te lo dije, pero sí, sí tengo un hermano mayor —respondí.
—Debe ser un tormento —bromeó Lucifer.
—Ni te lo imaginas —respondí.
—Yo no sé si dejarte, no otra vez —Sariel me miró a los ojos.
—Ve por ese hijo de perra —me referí a Azazel—. Atrápalo y sácale la verdad... Tú me lo prometiste.
Sariel se quedó pensando un poco... Pero al final asintió.
—Bien, no te despegues de Samael —Sariel me dio un ligero beso en los labios, y luego desplegó sus alas y se fue en busca de ese ángel caído.
Ahora estábamos Lucifer y yo...
— ¿Y bien? ¿Qué estamos esperando? —Volteé a ver a Lucifer, quien se estaba sirviendo otro trago.
—Andando —él sonrió, no sin antes beberse su trago de una sola pasada.
Pasó unas horas, hasta que llegamos a los Warner Studios, Lucifer me condujo hasta un camerino, donde se encontraba supuestamente su madre. Parecía ser que Lucifer la encontró dentro de un caso.
—Aguarda aquí, vigila que nadie llegue. Necesito hablar con mi madre —Lucifer me dijo antes de colarse en aquel camerino.
—De acuerdo —asentí.
—Cualquier peligro, sólo di mi nombre —Lucifer sonrió soberbiamente.
Las ocurrencias de Lucifer son únicas, ya que siempre me sacan una sonrisa.
Estuve un buen rato, los alrededores parecían muy agitados, ya que había personas corriendo de un lado a otro, tal vez se les hacía tarde para una grabación, o incluso son los asistentes que miman a los actores. El medio del entretenimiento es muy tormentoso, por lo que presencio.
De pronto, veo a la detective Decker, quien se dirigía hacia mí...
— ¡Scarlett ayuda! —Escucho la voz de Lucifer, por lo que sin más preámbulos me adentro al camerino.
Y lo que vi fue algo típico de Lucifer...
— ¿Pero qué demonios? —Abro mis ojos de en par en par cuando vi que una chica tenía sometido a Lucifer, en una posición no tan... apropiada...
— ¿Amy Dodd? —La voz de Chloe dijo al ingresar al lugar—. ¿Qué estás haciendo? —Ella miró fijamente a Lucifer.
—Por primera vez, esto no es lo que parece —Lucifer explicó. Y por su tono de voz se veía que lo decía muy en serio.
Luego de que Lucifer se quitara de encima a esa niña cachonda, ella dijo puntos importantes sobre el caso de la detective Decker... Por lo que me comentó Lucifer antes de venir a este estudio, había una chica muerta a la cual le pusieron dos grandes varillas asimilando unos cuernos diabólicos, vaya muerte la que tuvo aquella chica, quien era doble de una importante actriz. Lucifer decía una y otra vez que era obra de su madre, en realidad estaba muy temeroso... Volviendo a aquella situación, yo observaba detenidamente a la tal Amy, una actriz del entretenimiento infantil; amable y dulce por fuera, pero con una oscuridad por dentro, aquella oscuridad la hizo caer al mundo de las drogas... Y en cuanto al caso, ella sólo nos dijo que tenía un nuevo distribuidor, que por cierto robaba la imagen del Diablo, lo cual molestó un poco a Lucifer. Lo bueno de interrogarla, es que Chloe sacó el teléfono de aquel distribuidor, en donde el departamento de policía se encargaría de rastrearlo. Este interrogatorio no fue nada interesante, en realidad el caso iba un poco lento... Además antes de irnos de aquel lugar, Lucifer y Chloe tuvieron una charla sobre la sangre que le sacaron a Lucifer cuando había estado momentáneamente muerto, ella quería analizarla para saber la verdad de Lucifer, y Lucifer la incitaba a ello, así como le pedía que analizara mi sangre para que él supiera por qué lo hago poderoso... ¿Qué? ¿Cómo puede ser eso posible?
—Tengo que ir con mi terapeuta, ella siempre tiene las respuestas a mis problemas —comentó Lucifer mientras recorríamos las calles de Los Ángeles dentro del increíble Corvette.
—Por supuesto —asentí—. ¿Estás seguro que tu madre es la causante de todo esto? —Pregunté ya que Lucifer no dejaba de estar preocupado.
—Totalmente —afirmó Lucifer—. Ella quiere jugar conmigo, torturarme básicamente, eso es muy claro ya que la mantuve encerrada por eones de años—. Cambiando de tema... ¿En dónde te atacó Azazel? —Me volteó a mirar de reojo, pero su mirada connotaba mucha preocupación por mi persona...
—En la casa de mi hermano, Azazel apareció dentro de mi mente, lo enfrenté y luego me estaba sometiendo... Pero luego todo se tranquilizó... —expliqué—. Además me dijo que yo soy importante para él... Aunque no sé en qué sentido... Todo esto es más extraño de lo que pensé...
—Ese hijo de puta, lo pagará muy caro cuando lo vea —Lucifer tornó sus ojos marrones a rojos, ya que al contarle aquellos detalles él se tensó demasiado.
—Hay algo que tengo atascado en mi mente. Y sólo tú puedes responder mi incógnita —hablé decidida, quería acabar de una vez esta gran duda.
—Adelante, dime —Lucifer asintió ante mi petición.
— ¿Por qué le estabas diciendo a la detective que revisara mi sangre para saber por qué te hago poderoso?
—Ahhh, este Scarlett —Lucifer respiró profundo para proseguir una larga explicación—. Hace unos días hice una prueba de cuchillos con Maze, y justo cuando tú estabas cerca, un cuchillo que me lanzó Maze rebotó el ataque justo como lo hizo tu daga de plata... Parece que sólo tú me otorgas protección, poder... No lo sé exactamente... No me vuelves vulnerable como lo hace Chloe, tú eres diferente, eres como un potenciador, podría decirse... Cuando estoy cerca de ti, parece que puedo quemar todo el universo con este incremento de poder... No sé si logro entenderme...
—Vaya, esto es un gran dato... —dije boquiabierta ante su revelación—. Debería averiguar más...
—Juntos lo haremos, pero primero hay que mandar al Infierno a los prófugos —Lucifer respondió.
—Azazel sólo aparece cuando estoy vulnerable —comenté.
— ¿En serio? —Cuestionó Lucifer—. ¿En qué momentos eres vulnerable?
—No lo sé —traté de pensar minuciosamente—. Tal vez cuando estoy lejos de ti —aquella respuesta fue la única que se me ocurrió.
— ¿Hablas de que esto es algo mutuo? —Lucifer dijo algo extrañado—. En serio, esto lo tenemos que discutir con Linda.
Cuando al fin llegamos con la doctora Martin, Lucifer y ella charlaron un poco sobre su madre y Azazel, él trataba de hallar en las palabras de Linda la respuesta a sus problemas celestiales. Mientras que yo era sólo un testigo, solamente presenciaba cómo ni siquiera el Diablo se escapaba de los problemas familiares, bueno tal vez él los creó, sin embargo cuando estaba cerca de Lucifer, Azazel no tocaba mi mente, y eso me tranquilizaba. No obstante, Linda parecía estar harta de que Lucifer no avanzara, puesto que siempre estaba estancado en el pasado...
En fin, acompañé a Lucifer a una reunión de AA, podría decirse, un lugar en donde las personas quieren cambiar, compartir sus sentimientos para ser comprendidos, un sitio donde desahogarse de su día a día. Sin embargo, a ese lugar oscuro, Lucifer le dio su toque, y es que hizo una táctica de atraer al presunto asesino. Y justo lo que hizo, fue fingir ser alguien que le encantaban las drogas, así como enseñó su fortuna a los presentes, dicha acción hizo que las personas se le quedaran mirando con mucha atención...
De un momento a otro, Lucifer suelta lo que siente... El abandono de su madre, su caída, todo eso fue un gran factor para sus crisis existenciales, para su carácter, para su conversión diabólica. Pero yo lo veo, como alguien que lucha por sus demonios, alguien que lucha por el pasado. A veces me identificaba con él, como si los dos estuviéramos lidiando constantemente con nuestro pasado, presente y futuro... Todo aquello nos ha hecho más fuertes, y por ende más vivos que nunca...
Gracias a aquella táctica de Lucifer, Chloe pudo encontrar al supuesto culpable, a aquel distribuidor de drogas con el sello de un emoji de diablito... Cabe de aclarar que no le agradaba del todo a Decker; siempre que estaba al lado de Lucifer, ella me veía directamente, como si quisiera leer mi mente... No obstante, ella me aceptaba en sus casos, ella sabía que podría ayudar.
En fin, parecía que el caso había terminado. Lucifer y yo salimos de aquella reunión, y directamente nos fuimos hacia el Lux.
—Ve a divertirte, te prometí diversión con buscar a mi madre, pero no hubo ninguna diversión —se disculpó Lucifer, mientras iba a la barra por su trago.
—No importa, Lucifer. De todos modos no tuve ningún ataque de Azazel —expliqué, mientras yo caminaba a su lado.
De un momento a otro, nos fuimos a la parte alta del club, veíamos a todas las personas que se divertían...
—Espero que Sariel haya encontrado a Maze, o a Azazel. Tengo muchas incógnitas en mi mente, y necesito que sean resueltas... Es un tormento ser atacada por un ángel caído —expresé, mientras me recargaba en la barandilla de las escaleras, aún seguía viendo a las personas bailar al ritmo de la música.
De pronto, por mi visión periférica, presencio una sombra observándonos... Y entonces siento una mano fuerte, la cual tomaba mi brazo, jalándome precipitadamente, haciendo que me estampará en el suelo. Luego aquella sombra, que ahora observé bien y se trataba de un tipo encapuchado, se dirigió a Lucifer, y por poco le clavaba una navaja... Afortunadamente Mazikeen salió al ataque, para detenerlo, y lo comenzó a golpear ferozmente, haciendo que se cayera de las escaleras, y antes de ello, la demonio le quitó el arma al sujeto. Mientras tanto, sentí la mano de Sariel, la cual me levantó inmediatamente.
— ¿Te encuentras bien, ángel? —Él cuestionó.
—Sí, ¿qué fue eso? —Respondí.
—Un chico... Bueno te lo explicará Mazikeen —Sariel respondió, y por ende nos volteamos a ver a Maze.
— ¿Qué tal Maze? Te extrañe —pronunció Lucifer, mientras la demonio clavaba aquella navaja en el barandal de madera de la escalera.
Ante eso, todos nos encaminamos hacia el pent-house, Sariel y Maze debían de dar explicaciones ante su llegada; sin embargo, antes de ello Mazikeen ató al tipo con cinta adhesiva, así como le tapó la boca, y lo llevó cargando hacia los aposentos del Diablo, donde ahí lo colgó en el techo... Ahora aquel chico rubio parecía una piñata. Y antes de empezar a hablar, Lucifer y Maze se sirvieron un trago para aminorar la pesada charla inminente.
— ¿Dónde diablos estabas, Maze? —Primero cuestionó Lucifer, rompiendo el minúsculo silencio.
—Fuera —respondió tajante la demonio.
—Maravilloso destino, pero tendrás que ser más específica. Te necesité —dijo Lucifer.
—Sabes, fue difícil hallar a Maze, es muy escurridiza —expresó Sariel, dirigiéndose hacia su hermano.
—Siempre lo he sido —sonrió la demonio—. Y Lucifer, ¿entonces debo de venir corriendo cuando llegues a necesitarme? —Maze caminó hacia la piñata humana, dándole la espalda a Lucifer.
—Sí, es exactamente lo que debes hacer —Lucifer respondió.
— Y ¿por qué? —Maze cuestionó.
—Porque desde el principio así son las cosas entre nosotros, pase lo que pase —Lucifer dijo en un tono serio—, Así que vamos, ¿dónde estabas?
—No deberías preocuparte más por el chico del que te salvé —Maze se cruzó de brazos.
—Ay por favor, sólo soy vulnerable cuando está la detective, y fuerte cuando estoy con Scarlett —Lucifer explicó.
— Y ¿quién es él? —Maze volteó a mirar al chico piñata.
—El entrometido novio de Amy Dodd. Ella es la actriz de... —Lucifer habló, pero lo interrumpió Mazikeen.
—Leslie investiga —canturreó Maze muy sonriente, lo cual hizo que Lucifer pusiera una cara de confusión—. ¿Qué? Me divierte —ella explicó.
—Debiste verme en su camerino, cuando pensaba que era mi mamá —el Diablo le habló al tipo—. Celoso, ¿verdad?... Querías demostrar que eras un niño grande, amenazándome con un cuchillo.
— ¿Cómo? ¿Tu mamá escapó? —Maze se alarmó.
—Sí, es curioso que se escapara justo al mismo tiempo en que tú estabas en... —Lucifer dijo—. Donde sea que estuvieras... Maze.
—Por eso te buscaba, intuyo que también ayudaste a escapar a Azazel —Sariel habló.
—Él ha estado torturándome a través de mi mente —agregué, mientras veía como Maze también se estaba alarmando cuando mencionamos a Azazel.
—No es cierto —la demonio ladeó su cabeza, mientras asimilaba todo lo revelado—. Esperen... ¿Creen que los estoy ayudando?... Ya olvidaron quién los torturó durante eones.
—Bueno la desesperación nos puede confundir —Sariel expresó un poco molesto, ante la explicación de Maze.
—Yo te imagine en la cama haciendo un trío con ellos —Lucifer dijo, mientras se iba a servir otro trago—. ¡Qué grave error!
—Así que la mamá y el hermano caído de Lucifer están en libertad —Maze dijo—. Nunca pude quebrantarlos, jamás los sometí... Parece que es mi oportunidad —ella agregó—. ¿Seguro que no sabe? —Maze cuestionó, aproximándose al chico para quitarle la cinta adhesiva de la boca.
— ¡¿Qué?! ¡Están mal de la cabeza! —Gritó aquel sujeto.
—Sí, estoy muy seguro —Lucifer le respondió a Maze, y nuevamente le tapó el hocico a aquel tipo, que por cierto debo de golpearlo porque él me lastimó.
—Creo que no opina lo mismo —Mazikeen comentó.
—Bien —Lucifer asintió, y ante aquella orden Maze le destapó la boca al chico.
—Sí sé algo sobre el homicidio —el rubio confesó.
—Encontramos al distribuidor de diablillos, caso cerrado —Lucifer enfatizó más las últimas dos palabras.
— ¿Creen que él la mató? No, él nunca lo haría —el chico explicó.
—Tal vez sí, tal vez no... No me interesa — Lucifer expresó.
—No espera... Ustedes son policías, ¿no? —El tipo dijo antes de que le cerraran el pico.
—Es mi trabajo diurno, así que por ahora estoy fuera de servicio —Lucifer respondió, para después cerrarle nuevamente la boca al chico—. Hablo en serio; si no ayudabas a mi mamá, ¿Dónde estabas? —Él volteó hacia Maze.
—Yo te respondería eso, hermanito —Sariel comentó.
—No, deja que ella lo explique —Lucifer respondió, parando en seco al ángel.
—Ahh, estaba con una amiga —Mazikeen finalmente confesó.
— ¿Amiga? Los demonios no tienen amigos —Lucifer dijo.
—Una persona que ha estado ayudándome... A encontrar almas —Maze prosiguió con su explicación.
—Como cazarlos, atraparlos y matarlos —Lucifer interrumpió a su fiel demonio.
—Ojalá —Maze expresó—. Sería mucho más fácil... No, ya que estamos atrapados aquí, tengo que averiguar cuál es mi lugar y ella me ayuda...
Por primera vez veía a Maze abrir sus sentimientos... Al parecer también un demonio puede sentir...
Y ante la explicación de Mazikeen, Lucifer rio... A él le parecía una broma lo que dijo su demonio.
—Gracias, sabía que no entenderías —Maze se enfadó un poco por la actitud de Lucifer—. Tampoco yo —agregó para después darle un sorbo a su licor.
De pronto, el chico comienza a balbucear fuertemente, para ser escuchado, y por ende Lucifer voltea a verlo.
— ¿Qué quieres? —Lucifer le arrancó la cinta de la boca.
—Amy, tenía otro distribuidor —confesó el tipo.
— ¿Qué dices? —Lucifer se extrañó por lo confesado.
—Le solía comprar mucho a otro sujeto antes de rehabilitarse, pero después le dejó de comprar y el sujeto se enojó mucho —prosiguió contando el rubio.
— ¿Y el otro distribuidor dónde está? —Cuestionó el Diablo.
—Ayy, no sé —el chico respondió, a lo que Lucifer lo amenazó con taparle de nuevo la boca—. No, no; te juro que no lo conocí, pero... Lo llaman Bobby B.
—Muy bien —asintió Lucifer, para después dirigirse al ascensor.
—Creí que habías dicho que este caso no tenía nada que ver con tu madre —Maze comentó.
—Así es —respondió Lucifer, apretando un botón para abrir el ascensor.
— ¿Y por qué te urge decirle a Chloe? —Maze se cruzó de brazos.
—Tampoco entenderías muchas cosas sobre mí —Lucifer le respondió a su demonio—. ¿Vienes Scarlett? —Lucifer dirigió su mirada hacía mí.
—En un momento Lucifer, debo de ocuparme de este pendejo, quien me tiró al suelo —miré con desprecio al tipo, a lo que él tragó saliva. Además de que ante mi respuesta el Diablo asintió, y luego de ello, se cerraron aquellas puertas del elevador.
—Supongo que ya me van a soltar, ¿verdad? —El chico rubio dijo.
—Claro —Maze caminó hacia él—. Pero antes nos divertiremos.
Por consiguiente, le di una patada al tipo en sus partes bajas, lo cual lo hizo retorcerse del dolor.
—Esto es por lastimarme, idiota —pronuncié, para después darle otro golpe al tipo.
Aquellos golpes me hicieron sentir mejor, ahora el chico en vez de parecerse a una piñata, ahora parecía un saco de boxeo. Todo eso sacó un poco la furia que tenía dentro...
—Vaya, tienes mucha fuerza, ángel —Sariel comentó mientras observaba todos los hechos.
—Gracias —sonreí—. Por cierto, ¿cómo encontraste a Maze? —Lo cuestioné, dejando descansar al tipo de los golpes.
—No fue fácil, la encontré por ahí, luego la llevé al Lux, y por fortuna golpeó a ese chico antes de que hiciera daño —él explicó.
—Por supuesto, debiste de ver nuestra persecución —Maze dijo—. Fue excitante —ella expresó abriendo los ojos de par en par, revelando así su fascinación.
—Se ve que estuvo potente el asunto —reí.
—Debería contarle a As —Maze dijo—. ¿Dónde está?
—Se encarga de buscar a Azazel junto con Beelzebub. Parece que están tardando —Sariel contestó.
—Como sea, lo contactaré luego por el espejo —Mazikeen habló—. ¿Ya terminaste con este sujeto? —Se dirigió hacia mí.
—Ya puedes divertirte con él —asentí, para después dirigirme al ascensor, ya que quería alcanzar a Lucifer para resolver el caso, al parecer ya se volvió interesante el caso, además de que no quería que Azazel otra vez me molestara.
Por ende, Sariel fue a mi lado, tomándome de la mano para demostrarme su afecto.
—Nunca te dejaría sola, ángel —dijo Sariel.
—Lo sé —me recargué en su hombro, haciendo que él se estremeciera.
Estando en el departamento de policía, busco a Lucifer con la mirada, pero no lo encuentro...
—Preguntaré por Samael en la recepción —Sariel habló—. Espera aquí.
—Claro —dije, pero una chica enérgica en el laboratorio de evidencias me llamó la atención.
Entonces me aproximé hacia aquel sitio...
—Hola —la chica sonrió al verme—. ¿Estás perdida?
—No realmente, busco a Lucifer —respondí.
—Ohh él... Es un tipo enigmático. Soy Ella López —ella me abrazó de la nada, a lo que yo respondí aquel abrazo, el cual te llenaba de energía positiva.
—Yo soy Scarlett Knight —contesté.
— ¡Qué lindo nombre! —Ella expresó sonrientemente.
—Nunca te había visto en el departamento de policía. Bueno de las pocas veces que he ido, no te he visto —aclaré lo último.
—Me mudé recientemente a Los Ángeles, me transfirieron hace un par de días —Ella dejó de abrazarme, para después proseguir la charla.
—Genial, ¿y te ha gustado estar aquí? —Quise alargar la conversación, su vibra me llenaba de felicidad, no sé cómo explicarlo.
—Me ha parecido todo muy bien; el paisaje es muy hermoso, el trabajo es amplio, todo resulta bien —ella respondió—. Oye, ¿eres consultor de la policía?
—No del todo, pero me parece interesante lo que haces —sonreí.
— ¿En serio? Wow, al fin encuentro a alguien que le agrade mi trabajo —ella me volvió a abrazar—. ¿Qué te interesa de este laboratorio?
—Pues, sería el microscopio. Son muy interesantes los microorganismos.
—Excelente, porque ahorita estoy observando algunos elementos químicos del reciente caso y... —Ella pareció recordar algo, y se dispuso a volver al microscopio.
De pronto, observo a mi hermano, el cual estaba merodeando la estación de policía. Luego él me vio, y se dirigió hacia mí...
— ¿Qué estás haciendo aquí? —Cuestionó hostilmente.
—Tengo asuntos —respondí tajantemente.
—Ven conmigo —me sujetó del brazo, y me encaminó hacia la salida—. Estaba por reportar tu desaparición, pero por suerte te encontré.
—No quiero ir contigo, Erick. Estoy bien aquí, no quiero estar encerrada —me zafé de su agarre. Por fin tuve el coraje de enfrentarlo, por fin.
—No sabes cuidarte sola, Scarlett. Te falta agallas para sobrevivir en la vida real —Erick habló, mirándome directamente a los ojos.
—Tengo las agallas suficientes para patearte el trasero —lo reté.
— ¿De verdad? —Erick dijo, a lo que yo solté una patada, la cual me bloqueó directamente—. No puedes ni siquiera defenderte —agregó volviéndome a sujetar del brazo.
Mi hermano nuevamente me llevaba hacia la salida, casi me arrastraba, me estaba lastimando el brazo.
Por suerte escuche una voz conocida, la cual detuvo a mi hermano.
—Oye, oye —Ella llamó la atención de Erick.
—Ahora no —Erick rodeó los ojos.
—Oye, tranquilo viejo. Scarlett está ayudándome en un proyecto —Ella explicó.
—Como te decía, estoy en algo importante —le comenté a Erick.
—Sí, claro —él respondió y nuevamente me quería arrastrar hacia la salida.
—Espera, no debes de llevártela. Scarlett me ha ayudado a concentrarme en un caso policiaco de suma importancia, así que por ende debe de permanecer aquí —explicó Ella.
—Por favor, Erick... —supliqué, era lo único que podía hacer para que me dejara en paz—. Esto es algo de vida o muerte. Te prometo que volveré a la casa, sólo déjame ser libre.
—Ahhh —bufó mi hermano, sin embargo soltó su agarre—. Está bien, confiaré en ti hermanita...
Por fin veo a mi hermano ceder ante mis peticiones...
— ¿Qué sucede aquí? —Sariel apareció detrás de Erick.
—Todo está bajo control, amor —le sonreí a mi ángel.
—Espera, ¿él es tu novio? —Erick frunció el ceño al ver a Sariel.
—Sí lo soy —Sariel respondió.
—Luego hablaré contigo, jovencito. Me aseguraré de que no te aproveches de mi hermana —Erick miró fijamente a Sariel, tratando de intimidarlo con la mirada, pero Sariel ni se inmutó.
A veces mi hermano demostraba que me quería, pero aquellas muestras de afecto eran muy raras y posesivas.
—Ufff, estuvo cerca. Te entiendo, Scarlett; yo tuve cuatro hermanos mayores y fue muy difícil sobrevivir, pero sobreviví... —Ella dijo, y luego volteó hacia Sariel—. Hola me llamo Ella —ella lo abrazó repentinamente.
—Mucho gusto, soy Sariel —él dijo también recibiéndole el abrazo.
—Tienes el nombre del ángel de los pecados, maravilloso —Ella comentó deshaciendo el abrazo.
—Así es, pequeña —Sariel sonrió.
—Y... Esperen, potasio —Ella dijo de repente, a lo que ella se encaminó de inmediato hacia su laboratorio, donde nuevamente se postró en su microscopio.
— ¿Qué tiene que ver el potasio? —Cuestioné siguiendo a Ella.
—Tiene que ver con nuestro caso, lo encontré con algunos restos de nitrógeno, apuesto que tiene que ver con fertilizante —Ella explicó detalladamente.
— ¿Lo encontraron en el arma homicida? —Sariel preguntó.
—Exacto —Ella asintió.
—De acuerdo, le informaré a la detective —me encaminé hacia el escritorio de Chloe, a lo que Sariel me siguió como si fuera un guardaespaldas—. Maldición, no está —dije al ver un escritorio vacío lleno de archivos del caso.
—Tal vez se adelantó al caso —Sariel comentó.
—No lo sé —bajé la mirada, pero en eso observo una foto de una señora, en donde su gafete decía el nombre de "Roberta Beliard"...—. Bobby B... Es ella, Sariel... Ella es la asesina —le mostré la fotografía a lo que él corroboró lo planteado.
—Debe de tener registros —agregó Sariel.
—Sí, tienes razón —hablé, para después teclear en la computadora de Decker el nombre de la sospechosa, en la base de datos de la policía. Todas las computadoras de la comisaría deben de tener aquella base de datos, o acaso los programas policiacos que me han tomado el pelo—. La encontré —dije al ver su dirección.
—Andando, mi ángel justiciero —Sariel dijo, para después dirigirnos hacia aquel destino.
El viento soplaba apaciblemente, ir por los aires es realmente increíble, nunca imaginé transportarme de esa manera tan gloriosa... No obstante, al ver a la detective Decker en la dirección de la asesina, Sariel y yo optamos por bajar sigilosamente...
— ¿Qué haces aquí, Chloe? —Dije al encaminarme a la puerta donde ella se encontraba.
—Asunto policial. ¿Y tú qué haces aquí? —Chloe se cruzó de brazos—. ¿Y tú quién eres? —Ella volteó a ver a Sariel.
De un momento a otro escucho fuertes golpes provenientes del interior de la vivienda, así como escucho la voz de Lucifer.
—Atrás —Chloe habló firmemente—. Derribaré la puerta.
Dicho esto, ella con sólo una patada tumbó la puerta, lo cual nos dio acceso a ver lo que sucedía. Y así nos topamos con una escena de lucha donde una mujer iba a lastimar a Lucifer.
— ¡Lucifer! —Exclamé, y luego de ello, solté un gran golpe en el trasero de la asesina, logrando así ponerla de rodillas.
Inmediatamente ante esa acción, Decker saca su paralizador, y sin dudarlo apunta hacia la señora y le dispara, haciendo que ésta se electrocutara ferozmente, dejándola por fin el piso.
—Casi la tenía —Lucifer dijo entre jadeos, para después encaminarse hacia la detective, y activar nuevamente el paralizador, logrando así que la señora se electrocutara más, lo cual al parecer desquitó el coraje de Lucifer.
Entonces el Diablo sale de aquella casa, ya que necesitaba un poco de aire.
—Te estuve buscando —le comenté a Lucifer.
—Te perdiste la parte más divertida —él bromeó.
—Parece que te hizo mucho daño —le examiné la cara a Lucifer, y por lo que vi, él tenía un ligero corte en la frente, el cual comenzó a sanar rápidamente.
—Estoy mejor cuando estás de mi lado —Lucifer sonrió.
Una minúscula tensión comenzó a invadirnos...
—Ella no era tu madre, por lo visto —hablé para calmar el asunto.
—No, y no sé lo que quiere... Pero debes de estar lejos de mí, para que no te haga daño, mi Scarlett. Ella me asusta, al igual que Azazel —Lucifer por un breve momento me acarició la mejilla.
—Estaré bien, en tanto tú estés conmigo —respondí, sintiendo su fino tacto.
—Hmm —Sariel tosió para hacerse presente—. Debemos de irnos, ángel. Tengo en mente el lugar adecuado para resguardarte.
—Ve con él —Lucifer dijo, quitando su tacto de mi mejilla.
—Sí —asentí, dirigiéndome al lado de Sariel, dónde él me envolvió en sus brazos.
—Protégela con tu vida, hermano —Lucifer habló con un tono de voz un poco amenazante, a lo que Sariel sólo asintió, desplegó rápidamente sus alas y me llevó lejos de Lucifer....
El Diablo tiene problemas familiares, lo he presenciado desde cerca... Y ahora estoy en medio entre esa batalla familiar, en donde no puedo zafarme, mi pacto con Lucifer iba a perdurar por mucho más tiempo... Sin embargo lo que hice me ayudó en mucho, ahora soy más fuerte, cerca de él lo soy, me siento poderosa, y no cambaría eso, puesto que me da la vitalidad para seguir adelante, para luchar contra mi pasado, contra los que me lastimaron...
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