𝑿𝑰𝑿. 𝑳𝑨 𝑺𝑬𝑪𝑻𝑨 𝑽𝑶𝑳. 𝟏: 𝑬𝑳 𝑺𝑨𝑪𝑹𝑰𝑭𝑰𝑪𝑰𝑶


Tres semanas aproximadamente habían pasado desde que Scarlett y Lucifer hicieron su pacto. Muchas cosas pasaron, tal vez hasta se había terminado el trato de castigar a las tóxicas... Desde que esas malditas vieron el rostro del Diablo, ellas nunca más volvieron a asistir a clases, o eso parecía, porque ellas muy en el fondo tenían un plan para acabar a su enemiga sea como sea, así como desterrar al genuino ángel caído.

Selina y Judith no iban a la escuela por el momento, ellas por una parte investigaron hechizos, rituales, entre otras cosas para mandar al Diablo al infierno. Hasta que ellas se toparon con una secta en particular, en donde sus integrantes no adoraban a Lucifer, sino que alababan a un demonio inferior a él, no se sabe por qué hacían eso, si el más poderoso del inframundo era ni más ni menos que Lucifer. Eso sí, gracias a esta cuestión, las tóxicas decidieron ingresar a esa secta, la cual se denominaba "la iglesia de los hijos rebeldes".

—Se lo juramos por nuestra vida —habló Selina. Las tóxicas estaban en una reunión con el ministro principal de dicha iglesia, era una especie de entrevista para ingresar al culto.

—Entonces, ustedes me dicen que han visto al Diablo aquí, en Los Ángeles, y que es el dueño del Lux... —el ministro dudó, pero su subconsciente le decía que había verdad en las palabras de aquellas chicas. Ya que por una parte, aquel sujeto siempre creyó en la existencia del Diablo, y de otros seres del bajo astral. Pero estaba expectante a que el rey del infierno dejara su reino para irse a vivir a una ciudad ordinaria. Además de que dicho ministro tenía contacto con un demonio rebelde, quien con anterioridad le había dicho sobre la vacante del infierno.

A este ser demoníaco le gustaba que lo adorasen, ya que siempre le tuvo envidia a su rey, ya que Lucifer siempre se reservaba la tierra y a los humanos vivos para sí, a lo que el demonio a sus espaldas se transportaba momentáneamente al mundo terrenal, a manera de visiones, de pensamientos y algunas veces por posesión, ya que así era la única manera de que dejara su vida aburrida en el infierno, así como de paso hacía que los humanos lo alabaran, al igual que los orillaba a cometer atrocidades, para que así el demonio se divirtiera con esas almas en el infierno. Traición y rebeldía son las palabras que definen a este demonio.

Pero no sólo actuar a espaldas de su rey, era su único secreto, algo hizo en la tierra, lo cual según él, aseguraría el apocalipsis en la Tierra.

«Déjalas entrar, ellas son una pieza clave para el plan» una voz distorsionada retumbó en la cabeza del ministro...

«Cómo ordene, señor» obedeció aquel humano, quien estaba sujeto a la voluntad del demonio, ya que una vez se le presentó a aquel sujeto y le mejoró su vida, como de si un milagro se tratase. Por ende el ministro se convirtió en la marioneta de carne y hueso de aquel ser negativo...

Era una gran coincidencia que aquel demonio se comunicara telepáticamente, justo como Dios, a él le gustaba jugar a ser una entidad todopoderosa, cuando no lo era...

—Necesitamos entrar, escuché que ustedes son la única iglesia, en donde practican la verdadera magia negra —dijo Judith, intentando convencer al sujeto.

—Está en lo correcto señorita —el ministro asintió—. Es por eso que ustedes son bienvenidas a nuestra secta.

«Bien hecho humano» nuevamente el demonio habló dentro del pensamiento del ministro.

—Muchas gracias —Selina y Judith dijeron al unísono, como si un rayo de esperanza se les asomara en su asquerosa vida.

—Pero sólo hay una cosa que deben de hacer para ser admitidas en definitivo a nuestro culto...

Esa cosa en específico que mencionó el ministro, era nada más ni nada menos que una iniciación. En donde para dicho ritual de iniciación, las tóxicas tenían que hacer un sacrificio, pero no cualquiera que involucrara animales, sino un sacrificio humano, y en particular debían de entregar el alma de un enemigo. Selina y Judith primeramente pensaron en Scarlett, pero como ella estaba resguardada por el Diablo, no tuvieron otra opción más que pensar en alguien más...

—No puede ser Scarlett, ella está bajo la protección de Lucifer. Si queremos la revancha, debemos de conspirar con sus súbditos. Un rey siempre cae cuando sus súbditos se revelan —Selina propuso. Faltaban horas para su iniciación, y aun no tenían a un alma para entregar.

—Puede ser Zara o Joy —sugirió Judith.

—Por supuesto. Pero sus casas quedan muy lejos, y nosotras necesitamos un enemigo de inmediato —Selina se cruzó de brazos, frustrada por no darle una solución a su problema—. A menos que... Nicole, es la solución... —una idea loca se le cruzó por su nefasta mente.

— ¿Nicole Thompson? ¿Mi ex mejor amiga?

—Esa misma. Es nuestra enemiga, recuerda que la odiamos.

—Ella siempre está sola, su madre trabaja. Además de que vive a unas cuadras de aquí... Vayamos por ella —finalizó Judith. Aunque fueron mejores amigas, ella siempre le tuvo envidia, la envidia siempre caracterizó a Judith...

Dicho esto las tóxicas se dirigieron a la casa de Nicole, se infiltraron en su cuarto, era de noche, por lo que esa acción sería muy fácil. Nicole estaba dándose una ducha, esta situación favoreció a las malditas, ya que se escondieron detrás de su puerta, para tomarla de sorpresa. Y justamente cuando Nicole salió de su cuarto de baño, con una ligera bata blanca, fue en ese momento que Selina con un objeto contundente golpeó la cabeza de Nicole, dejándola inconsciente.

—Buen trabajo —Selina sonrió—. Ahora ayúdame a llevarla al auto.

¿Cómo consiguieron las tóxicas un auto?... La respuesta, es nada más ni nada menos que Hans se los prestó, obviamente él ingenuamente aceptó su trato, ya que ellas lo engañaron...

Por consiguiente las tóxicas metieron a Nicole en la cajuela del mencionado auto, no sin antes amarrarla de las manos para evitar que se escapara... Finalizado su secuestro, las tóxicas se encaminaron hacia un terreno baldío, donde se llevaría a cabo su iniciación. Y al bajar del coche, ellas presenciaron el siniestro lugar, en donde sólo alumbraban tenuemente velas negras, y símbolos raros de todo tipo, además de que los seguidores de dicha secta vestían, sin excepción, con sólo una túnica negra, típico de los rituales.

—Bienvenidas —dijo el ministro, acercándose a las tóxicas, para así darles su túnica, a lo que ellas inmediatamente se colocaron dichas prendas.

—Ya tenemos el alma —habló firme Selina.

—Está en el auto —agregó Judith.

—Excelente —sonrió el ministro—. Muchachos, vayan por esa alma —ordenó, y después de ello, unos hombres corpulentos fueron por Nicole, luego la postraron en un círculo de piedras, adornadas con un sinfín de hierbas y velas...

Nicole estaba despertando, y al presenciar lo que le rodeaba, entró en pánico...

— ¡QUÉ SUDECE AQUÍ! —Exclamó, sentía el terror recorrer su cuerpo. Ver a un grupo de extraños con vestimentas extrañas, no era algo tan hermoso a la vista, y esto aunado con la oscuridad que emanaba aquella noche de luna nueva—. ¡¿DÓNDE ESTOY?! —Nicole gritó desesperada, ya que no podía correr porque estaba amarrada con cuerdas.

En un abrir y cerrar de ojos, unos tipos le taparon la vista a Nicole con una venda negra...

—Oh querida Nicole, eres nuestro pase a una venganza acumulada —soltó Selina.

Nicole estaba más que aterrada, por fortuna pudo usar su instinto de supervivencia, lo que le ayudó a percibir el calor de las velas, ella discretamente se acercó a una de las velas y puso su atadura ahí para romperla, un truco muy viejo pero efectivo...

De pronto, el ministro les extendió a las tóxicas unas dagas... Nicole no pudo visualizar aquel acto, sin embargo, justo en el tiempo exacto el fuego de una vela pudo liberarla, y en un instante ella se levantó, se quitó la venda de los ojos... Y todo pasó tan rápido...

Domme de chao libera nos quod anima inimicus —conjuraron los integrantes de la secta al unísono, lo cual parecía un canto siniestro.

Ante eso Selina y Judith se acercaron a Nicole con la intención de acabarla, por suerte, Nicole sin más preámbulos salió despavorida de aquel lugar, empujando con fuerza a los miembros del culto para salvar su vida, y corrió como nunca lo había hecho antes.

— ¡NO DEJEN QUE ESCAPE! —ordenó el ministro. A lo que todos los involucrados corrieron tras Nicole.

De pronto las tóxicas, quienes también se unieron en dicha cacería, le lanzaron las dagas a Nicole, una daga falló el objetivo, mientras que otra daga le dio en el brazo a Nicole, provocándole así un sangrado intenso... Aún con esto ella no desistió a salvar su vida...

— ¡AYUDÉNME, AYUDÉNME POR FAVOR! —Nicole gritó con todas sus fuerzas.

Mientras tanto, Scarlett se encontraba con Beelzebub y Astaroth, al parecer habían ido a una tienda de autoservicio, sea cual sea el propósito que los obligó a salir aquella noche, por fortuna se encontraban en el tiempo y lugar correcto para así evitar un homicidio.

Por ende Scarlett escuchó dichos gritos, los cuales le parecieron familiares...

— ¡NICOLE! —los ojos de Scarlett se abrieron de par en par.

Y repentinamente, Scarlett salió rápidamente de la tienda de autoservicio, dispuesta a ayudar a Nicole. Ante la acción de Scarlett, los demonios se quedaron expectantes, y después de unos segundos, ellos sin más que perder, corrieron tras su invocadora.

— ¡ESPERA! —Gritaron los demonios al unísono, a lo que Scarlett hizo caso omiso.

Entonces Scarlett se encontró con su amiga, quien había tropezado en la calle, ella estaba tirada en medio de una calle solitaria inundando su ropa en su propio charco de sangre.

— ¡NICOLE! —Scarlett gritó, aproximándose al cuerpo débil de su amiga, para así examinar brevemente sus heridas, en donde pudo observar una daga que atravesó el brazo de Nicole.

— ¿Scarlett? —Murmuró Nicole.

De pronto, Scarlett visualizó al conjunto de locos, quienes iban tras Nicole, no se les veía el rostro debido a la túnica, pero sin duda tenían un aspecto tenebroso. Y dentro de aquel grupo se encontraban las tóxicas, quienes al ver a Scarlett sonrieron con malicia, ya que matarían a dos pájaros de un tiro.

Aquel grupo en un santiamén rodearon a Scarlett y a Nicole... Parecía que no había escapatoria...

— ¡No den un paso más! —Amenazó Scarlett con firmeza, quien estaba lista para proteger a Nicole con su vida.

—Dos sacrificios no nos vendrían mal —dijo un miembro de la secta.

Scarlett de inmediato se puso en defensa para luchar... Por ende todo el grupo de psicópatas comenzaron a atacarla. Primeramente dos hombres se acercaron a ella, pretendían derribarla, pero Scarlett reaccionó, y con algunos golpes exactos pudo detenerlos por un breve momento. En eso todos se amontonaron, teniendo como objetivo someter a Scarlett, ella pensaba que esto sería su fin, ella sentía que iba a morir, sin embargo aun así decidió proteger a su amiga con su cuerpo, abrazándola fuertemente para resguardarla de aquella multitud.

—Todo estará bien —Scarlett le susurró a Nicole, quien por la pérdida de sangre quedó inconsciente.

Poco a poco, Scarlett sintió el peso y los golpes fuertes de aquellas personas, así como sintió un metal raspar su espalda, era Selina quien alcanzó a herir a su enemiga con su daga... Los gritos desgarradores de Scarlett inundaron aquella calle solitaria; a lo que Astaroth y Beelzebub, con furia acumulada por presenciar que su invocadora estaba siendo torturada, aceleraron su paso, llegando a utilizar su velocidad sobrenatural...

«Ahora sí, sufrirás Scarlett Knight» pensó Selina.

Scarlett ya no aguantaba el dolor, ya no podía soportarlo más...

Pero, gracias a Satán; Astaroth y Beelzebub aparecieron para resguardar a Scarlett.

En un abrir y cerrar de ojos, Beelzebub salió por detrás de aquel grupo y dejó noqueados a algunas personas, así como Astaroth, quien con unos golpes ágiles dejó en el suelo a varios hombres corpulentos.

— ¡ALÉJENSE DE ELLA! —Exclamó furioso Astaroth, con un tono de voz demoníaco, había sacado su lado oscuro.

Ambos demonios sacaron su lado infernal, logrando así asustar a una minoría de aquella secta.

Selina y Judith al ver a aquellos demonios, salieron corriendo, aterradas por toparse con ellos, sin duda no querían enfrentarse a ellos, no otra vez.

Y por un lado, Scarlett sentía que le pesaba el alma, aún tenía entre sus brazos a Nicole, quien afortunadamente logró salir casi ilesa ante semejante ataque de múltiples golpes.

Al ver a Beelzebub y Astaroth pelear ferozmente, algunos miembros huyeron para salvar su pellejo, mientras que otros siguieron dando más problemas...

—Ve por ella, As. Yo me encargo de estos pendejos —articuló Beelzebub, quien estaba luchando con unos tipos, y por consiguiente aquel demonio invocó a sus moscas para aturdirlos.

Ante las palabras de Beelzebub, As asintió, y con una velocidad voraz fue a socorrer a Scarlett.

— ¡¡SCARLETT!! —Astaroth gritó, acercándose al cuerpo de Scarlett, poniéndose de rodillas para llegar a su altura.

Astaroth pudo observar el daño mortal que Scarlett recibió, ella tenía moretones en su cara, cortadas graves en su espalda, y arañazos en sus brazos, sin duda en unos minutos su alma se iría para siempre de su cuerpo, y él no dejaría que eso pasara...

—No nos dejen morir... —murmuró débilmente Scarlett.

—No permitiré eso —Astaroth respondió para después cargar entre sus brazos a Scarlett, manchándose así su ropa de sangre—. Beelzebub llévate a la otra chica —ordenó, él empezó a entrar en pánico... No podía perder a Scarlett, simplemente no podía...

Beelzebub de inmediato obedeció, y en un segundo noqueó a los últimos tres sujetos restantes, para después ir por la chica rubia, y cargarla en sus brazos.

—Tenemos que ir al hospital —Beelzebub dijo firmemente, y con una velocidad sobrenatural corrió hacia el hospital más cercano, a lo que le siguió Astaroth sin pensarlo dos veces...

La velocidad de aquellos demonios era descomunal, tanto así que cuando pasaron al lado de unos transeúntes, éstos no los visualizaron sino que nada más sintieron una poderosa ráfaga de viento ardiente.

Y justo a tiempo, Beelzebub y Astaroth llegaron a un hospital...

— ¡AYUDA! —Los demonios gritaron al unísono, lo cual despertó la atención de todo el personal médico, quienes de inmediato trajeron camillas para Scarlett y Nicole. Luego Astaroth y Beelzebub recostaron a las chicas moribundas...

Inmediatamente las enfermeras comenzaron a mover las camillas para así llevar a Scarlett y Nicole al quirófano. Los demonios corrieron tras las camillas, ellos no querían separarse de Scarlett, pero no fue hasta que una enfermera los detuvo en la puerta del quirófano. Por consiguiente Astaroth y Beelzebub se fueron a la sala de espera, tenían los pelos de punta, caminando de un lado a otro, llevándose las manos a la cabeza por desesperación.

—Tenemos que decirle a nuestro rey —Beelzebub comentó.

—Lo haré en este instante —Astaroth sacó su espejo, y contactó a Mazikeen.

— ¿Qué pasa, As? —Contestó Maze desde la otra línea.

—Sucedió algo muy malo —dijo Astaroth con la voz temblorosa—. ¿Está Lucifer contigo?

—Sí está a mi lado —Maze habló con un tono de preocupación.

— ¡¿QUÉ SUCEDIÓ?! —Lucifer exclamó, él escuchó lo que había dicho Astaroth.

—Estamos en el hospital. Atacaron a Scarlett... —As murmuró.

— ¡¿Dónde están?! —Lucifer habló con firmeza, intentando no estallar de preocupación, o cualquier otro sentimiento negativo.

Los demonios no sabían en dónde estaban, pero para bien, Beelzebub fue a preguntar a la recepcionista la ubicación del hospital, y con esa información fue más que suficiente para que el Diablo junto con su hermano Sariel y Mazikeen, estuvieran en un abrir y cerrar de ojos en dicho hospital.

— ¿Cómo está, Scarlett? —Fue lo primero que dijo Lucifer al ver a sus demonios en la sala de espera.

—Todavía no lo sabemos —Beelzebub contestó.

— ¿Qué pasó exactamente? —Sariel cuestionó, le preocupaba mucho su novia, así como se arrepentía de no estar con ella cuando más lo necesitaba...

—Estábamos en una tienda de autoservicio —comenzó a decir Astaroth—. De pronto unos gritos inundaron el área, a lo que Scarlett pronunció el nombre de Nicole, y ella salió corriendo. Nosotros la perseguimos, y luego un grupo de satánicos la rodearon y la atacaron. Beelzebub y yo los detuvimos, pero desafortunadamente dañaron a Scarlett, provocándole heridas graves, como cortadas horribles en la espalda, y moretones por todo su cuerpo. Ella protegió a una chica de ser masacrada por esos idiotas. Y ahora no sabemos cómo está... —Astaroth comenzó a respirar fuerte, tenía impotencia por no proteger adecuadamente a su invocadora.

—Tranquilo, hermano —Maze intentó tranquilizar a Astaroth.

—Satánicos, hijos de puta. Cómo odio que quieran hacer atrocidades en mi nombre, por eso los detesto — Lucifer bufó indignado—. Tengo que castigarlos, esto no tiene que volver a suceder.

—Por primera vez en eones de años, estoy de acuerdo contigo, Samael —Sariel comentó—. Debemos de investigar a los culpables.

—Deberíamos llamar a Chloe —Maze sugirió.

—No hay que meter a la detective en esto —Lucifer dijo, y ciertamente no quería estar cerca de la detective, debido a que tenía un poco de miedo, por su vulnerabilidad—. Podemos con esto.

—Disculpen —una enfermera con un formulario en mano, captó la atención de todos—. Necesito saber los datos de las señoritas que hace unos momentos entraron a cirugía.

— ¿Cómo está, Scarlett? —Sariel le dijo a la enfermera, tenía una ansiedad que le inundó todo el cuerpo.

—Señor, tranquilícese, están atendiendo a la señorita. Pero por favor, necesito sus datos —la enfermera le respondió a Sariel, tratando así de que el ángel guardara la calma.

—Scarlett Knight. Así se llama la chica de cabello marrón —Sariel respondió.

—Ok —dijo la enfermera anotando los datos—. ¿Y la chica rubia?

—Creo que se llamaba Nicole —Beelzebub habló.

— ¿Apellido? —La enfermera cuestionó.

—No lo sabemos —Astaroth respondió.

—Bien —asintió la enfermera—. Me podrían decir qué sucedió, en detalle.

Entonces los demonios volvieron a decir lo que sucedió, como lo recordaban exactamente, ella se quedó confusa ante esto, un ataque de una secta, no era algo muy común, sin embargo era una cuestión para reportárselo a la policía. Y al terminar el relato, la enfermera sólo asintió, para después irse a su lugar de trabajo y hablar a la policía, ya que los ataques violentos y otro tipo de violencia es reportada de inmediato a las autoridades.

Desafortunadamente, el departamento de policía archivó el caso, ya que sonó un poco descabellado aquella denuncia.

Mientras esperaban respuesta por parte de los médicos, Lucifer llevó a sus demonios a un lugar privado para hablar seriamente con ellos.

—Tal vez no les he dicho esto... Pero Scarlett los invocó por una razón, y por eso les ordeno mis queridos súbditos, que le otorguen protección máxima. No quiero que se separen ni un solo segundo de ella. Lo que pasó fue muy grave —Lucifer dijo en un tono serio—. Siéntanse afortunados de que no los castigue por tal negligencia.

—Lamentamos este hecho, señor. No volverá a pasar —los demonios dijeron al mismo tiempo.

Mientras los seres infernales charlaban, Sariel estaba caminando de un lado a otro, sintiéndose culpable por no estar con Scarlett, él no la podía acompañar, ya que estaba con Lucifer averiguando sobre su mortalidad. Así como rezaba para que su amada estuviera estable, porque de lo contrario le exigiría a su padre que se la devolviera.

De pronto un doctor se acerca a Sariel...

— ¿Usted es familiar de la señorita Scarlett Knight? —Dijo el doctor.

—Sí, ¿cómo está? —Sariel volteó a ver al doctor, exasperado y ansioso por la respuesta.

—Ella está bien, así como la otra chica. Afortunadamente los cortes de la señorita no pasaron a órganos vitales, sólo que perdió mucha sangre, y por el momento necesita descanso.

—Gracias a Dios —Sariel suspiró, él estaba agradecido con el de arriba.

Mientras tanto Scarlett despertó abruptamente, al parecer la anestesia no duró mucho tiempo, ella miró a su alrededor, y se encontró en una habitación solitaria, además de que estaba conectada a un suero y a una transfusión de sangre. Scarlett necesitaba saber cómo estaba Nicole, por lo que se levantó de la camilla, y con pasos firmes logró avanzar un poco, le costaba mover su cuerpo. Pero de repente, ya no sintió dolor, es más ya no necesitaba la transfusión de sangre, hasta parecía que su cuerpo se curó rápidamente, como si de un milagro se tratara...

Scarlett rápidamente salió de la habitación de hospital, encontrándose cara a cara con Lucifer, quien vagaba por los pasillos de la clínica, ya que se encontraba en un estado de preocupación mezclado con aburrimiento.

— ¡Lucifer! —Scarlett corrió a abrazarlo.

— ¡Scarlett! —Él correspondió el abrazo, la abrazó muy fuerte, como si alguien se la quisiera arrebatar de sus brazos.

—Unos locos me atacaron, y dejaron herida a mi amiga —ella se desahogó.

—Ya estás a salvo —susurró el Diablo, con una voz muy relajante, tanto así que Scarlett se calmó, y así sus emociones negativas se apaciguaron.

—Necesito ver a Nicole —dijo Scarlett.

—Tienes que descansar —Lucifer respondió.

—Estoy muy bien, el dolor se ha ido, eso espero, porque me dieron muchas cortadas en mi espalda —declaró Scarlett, a lo que el Diablo se quedó pensativo, ya que él también tenía heridas en la espalda, producto de su rebeldía al quitarse sus alas, su pedazo de divinidad. A Lucifer le pareció una extraña coincidencia que ambos tuvieran heridas en la espalda.

— ¿Podría examinar tus heridas? —Lucifer quiso comprobar su tan alocada teoría.

—Seguro —Scarlett se volteó, dándole la espalda a Lucifer, para que así él viera sus heridas.

Pero Lucifer al ver la espalda de su protegida, no visualizó nada, ni una sola marca, hasta parecía que todo sanó rápido, y en realidad fue así, sin embargo el Diablo no estaba enterado de la sanación rápida de Scarlett, o al menos no sabía que lo causaba o quien...

—No hay nada —Lucifer dijo intrigado, volviendo a inspeccionar la espalda de Scarlett, una vez más.

— ¿Qué? —Scarlett quedó pasmada ante las palabras de Lucifer.

—No tienes nada... —Lucifer le confirmó de nuevo lo que había dicho anteriormente.

—Imposible —dijo boquiabierta Scarlett.

De repente, el doctor que atendió a Scarlett salió por una puerta, y al ver a su paciente en el pasillo como si nada, se quedó sorprendido, y de inmediato se dirigió hacia ella, la examinó de pies a cabeza, y visualizó que su cuerpo estaba en perfectas condiciones, los moretones de su rostro ya no estaban, así como otras heridas que a simple vista se veían. Por lo que el doctor dijo:

— ¡Usted se ve curada!

—Creo que fue un milagro —se escudó Scarlett, y sinceramente ella no sabía que había pasado, hace unos minutos ella estaba medio agonizando, y ahora estaba como si nada...

—Al parecer —dudó el doctor, quien era un hombre de ciencia, que a todo le quiere encontrar explicación—. Pero por lo pronto usted estará en observación, por si las dudas —dictaminó el doctor.

—Ok, pero antes que otra cosa, ¿cómo está Nicole? —Cuestionó Scarlett.

—Ella está estable —dijo el doctor, y gracias a eso Scarlett suspiró aliviada—. Si quiere puede verla, ella se encuentra en la habitación 147, en el piso 3.

Luego de las palabras del doctor, Scarlett y Lucifer agradecieron al doctor. Y después se fueron con el resto de los seres sobrenaturales.

— ¿Ángel? —sonrió Sariel al ver a su novia, además era la primera vez que Sariel le decía un apodo romántico a Scarlett, y justamente eligió un apodo celestial, ¡qué irónico! Por consiguiente el ser celestial se dirigió rápidamente hacia su amada, para estrecharla entre sus brazos, Scarlett correspondió a su abrazo, y por ende abrazó a su novio con todas sus fuerzas—. Lo siento, Scarlett. Lo siento por dejarte sola —dijo Sariel con una voz entrecortada.

—No fue tu culpa —lo consoló Scarlett, para después darle un beso suave en la mejilla—. Me gusta que me digas ángel, pero el ángel eres tú —bromeó.

—Tonterías, tú eres mi ángel —respondió Sariel.

Astaroth al ver la escena cursi, tosió no tan sutilmente para hacerse notar, así como connotar incomodidad, por lo que los novios se separaron de su abrazo, y vieron a los demás con un poco de sonrojo en sus rostros.

—Oigan, tortolitos —As bufó—. Disculpen la interrupción —se levantó de su asiento y miró a Scarlett profundamente—. Gracias al infierno qué estés bien —tomó a Scarlett sus hombros, sonriendo agradecido de que ella no muriera, para después darle un abrazo, ya que él casi la veía morir en sus brazos...

—Me alegro que estés sana —dijo Beelzebub, mirando con felicidad a su invocadora.

—Igual yo, eres fuerte, Scarlett —añadió Mazikeen, con una sonrisa ladeada.

—Bueno, bueno —se sonrojó Scarlett, porque todos se preocuparon por ella—. Gracias por sus palabras, pero en estos momentos tengo que ir a ver a mi amiga, necesito preguntarle algunas cosas.

—Yo voy contigo —Sariel se ofreció, ahora sí ya no la dejaría ni un segundo sola.

—Igual nosotros —Beelzebub y Astaroth dijeron al unísono.

—Al parecer iremos todos, Scarlett. Todos tenemos dudas, debido a que no es normal que satánicos estén por las calles hiriendo a civiles —Lucifer comentó, y en sus palabras tenía razón—. Por eso tenemos que castigarlos, tenemos que torturar a los que te hicieron daño. Ningún culto debe de lastimar a las personas.

—Lo sé —suspiró Scarlett, pero ella no quería que Nicole se sintiera incómoda, así como no quería decirle que ella realizó un pacto con el Diablo, o cualquier otra cosa relacionada con la magia, ya que al parecer a Nicole la querían sacrificar para un ritual—. Pero, tengo que ir yo, ya que Nicole no los conoce, y creo que en estos momentos se sentirá confundida y asustada...

—Entiendo —asintió Sariel.

—Como quieras —Maze se levantó del asiento de la sala de espera—. Tengo unas cosas que hacer, así que luego me avisas cuando esté la diversión —ella guiñó un ojo.

—Por supuesto —Scarlett respondió.

— ¿Vienes As? —ella se dirigió a su demonio favorito.

—No gracias, Maze —dijo Astaroth.

—Yo voy contigo, Mazikeen —dijo abruptamente Beelzebub, aproximándose a la demonio.

—Ok... —dudó Maze, ya que según ella, a Beelzebub no le gustaba la compañía de ella misma.

Dicho esto, los dos demonios se despidieron del resto, para después irse a una alocada aventura.

El comportamiento de Beelzebub se tornó extraño... Podría ser que estaba celoso por la relación de Scarlett y Sariel, como sea, eso no le quita que quiera proteger a su invocadora a toda costa, así como prefiere verla feliz que destrozada, al igual que si alguien le hacía daño, él sin duda saldría a ayudarla...

—Bien, entonces iré con mi amiga —Scarlett sentenció, para después irse a la habitación 147.

Al llegar ahí, ella entra cuidadosamente, para no disipar la tranquilidad de aquel lugar. Y entonces ahí la vio, pensativa, en sus ojos se podía percibir la incertidumbre de su mente sobre aquel suceso desgarrador.

— ¿Nicole? —Scarlett llamó la atención de Nicole.

—Hola, Scarlett —sonrió Nicole, pero después sus ojos se hicieron agua.

— ¿Quieres desahogarte? —Scarlett se acercó a su amiga, y se sentó en el sillón al lado de aquella camilla.

—Sí, por favor —Nicole sollozó levemente, ella contenía el llanto para verse fuerte, pero en el fondo ella tenía miedo, mucho miedo.

—Bien —asintió Scarlett, tomándole la mano a su amiga, para así darle su apoyo incondicional.

—Todo pasó tan rápido. Hace unas horas estaba en mi casa, mi madre estaba en el trabajo, y por ende estaba sola, lo cual fue un error, luego me golpearon la cabeza. Después desperté en un lugar tenebroso, rodeado de locos con túnicas negras, estaba amarrada y luego me vendaron los ojos, tenía pánico mucho pánico... No me podía defender en ese momento... Y entonces escuché la voz de Selina, ella decía que yo era un pase para una venganza. Por suerte, me acerqué a una vela y con el fuego la corté, una gran hazaña —tomó un respiro para después continuar el relato—, en eso escuché unos metales. Después me liberé de mis ataduras, y antes de salirme despavorida, escuché varias voces cantando algo muy extraño, ¡era horrible! —Nicole empezó a hiperventilar, a lo que Scarlett la calmó—. Y luego presencié que Selina y Judith querían matarme con unas dagas, ¡dagas! —Ella se exasperó, pero de nuevo Scarlett le brindó su apoyo—. Y por eso salí corriendo, corriendo porque mi vida dependía de ello, eso me hizo sentir vulnerable... muy vulnerable a la maldad del mundo... —Nicole no pudo aguantar algunas lágrimas, y éstas se le salieron—. Esos psicópatas me perseguían, así como las tóxicas. No sabía a dónde ir, o con quién ir... Pero aun así seguí corriendo, tenía que luchar y sobrevivir, no quería ser una víctima más... —Scarlett secó las lágrimas de su amiga, sintiendo empatía y a la vez coraje por lo que ella sufrió—. Luego, luego sentí una daga atravesar mi brazo, un dolor muy insoportable, mi sangre cubrió mi bata blanca —Nicole respiró pesadamente, apretando el agarre de manos que tenía con Scarlett. Eso era su impotencia mezclado con su temor—. Grité, grité con todo el aire en mis pulmones, tenía esperanza que alguien me socorriera —Nicole miró a Scarlett profundamente, soltando un poco el agarre—. Y luego, ahí estabas, protegiéndome cuán buena amiga eres. Me salvaste Scarlett Knight, me salvaste —Nicole finalizó, para después terminar en un fuerte llanto de tristeza por lo pasado, y de felicidad por estar viva para contar su historia...

—No fue nada —a Scarlett también se le salieron unas lágrimas—. Haría cualquier cosa para proteger a los que amo.

—Gracias —Nicole respiró profundamente para calmar sus lágrimas, y por consiguiente le brindó una sonrisa pura...

Unos segundos de silencia transcurrieron, tiempo en donde las grandes amigas ocuparon para pensar...

—Esas malditas tóxicas tendrán su merecido —un sentimiento de venganza se apoderó de Scarlett—. Lo juro por Satán —dijo entre dientes.

— ¿No entiendo? —Nicole cuestionó.

—Te contaré todo lo que me ha sucedido... Pero primero debes de descansar —esa respuesta dejó a Nicole aún más confundida, aunque ella sólo asintió, eran muchas emociones fuertes presentadas en tan sólo una noche...

—No hay problema —Nicole abrazó a su amiga, una despedida significativa, pero Scarlett la visitaría en la mañana, y la acompañaría a su casa para que ella estuviera a salvo.

Luego de hablar con su amiga, Scarlett salió de la habitación de Nicole, estaba en shock, ¿ahora qué tramaban las tóxicas?, tenía un poco de miedo de lo que le llegara a suceder, aun con todo ese temor dentro de su mente, ella sabía que la resguardaban los mejores seres sobrenaturales... Y ahora la cuestión, era decirle toda la verdad a Lucifer, a Sariel, y por supuesto a los demás demonios, para así iniciar un plan de emergencia, porque lo que hacían las tóxicas, iba más allá de la maldad humana... Porque cuando Scarlett escuchó aquella historia, no pudo dejar de sentirse culpable, ella en el fondo de su ser sentía que Selina y Judith iban a hacer cosas peores con tal de acabarla, sin embargo Scarlett no desistiría de la venganza hacia la tóxicas, y más con lo que le hicieron a Nicole.

Scarlett llegó hacia donde estaban Lucifer, Sariel y Astaroth, ellos hablaban sobre asuntos infernales o celestiales...

—Esto es peor de lo que me imagine —Scarlett dijo—. Selina y Judith... No puedo creerlo.

Los seres sobrenaturales al escuchar las palabras de Scarlett se quedaron atentos y a la vez expectantes... Y cuando escucharon todo lo que sucedió con Nicole desde el principio, ellos sin más preámbulos ardieron, ardieron en furia pura... Incluso Sariel, quien cuando se enteró que Astaroth salvó a su novia, éste le agradeció, porque de no estar el demonio con ella, sin duda Scarlett estaría tres metros bajo tierra, o peor aún estaría cortada en mil pedazos...

—No permitiré eso —Lucifer habló—. Por eso a veces extraño el infierno para castigar a personas nefastas, para darles todo lo que se merecen...

—Investigaremos esto. No podemos quedarnos con los brazos cruzados, Samael tiene razón —Sariel dijo.

—Investigaremos en este instante —Scarlett sentenció, a lo que los demás asintieron.

—Samael... —Sariel se dirigió a su hermano—. No es por interrumpir tu castigo, pero debes de averiguar más sobre lo que te causa mortal.

— ¿Por qué quieres hacerme a un lado? —Cuestionó el Diablo indignado.

—Porque no quiero que unos locos que dicen ser tus seguidores te asesinen —respondió el ángel, y al escuchar sus palabras, Lucifer se quedó pensativo, en realidad sí tenía razón...

—Podría ser, pero yo tengo una herramienta que nos ayudará en esto —Lucifer omitió la advertencia de su hermano.

—Bien, entonces... ¿qué les parece si en la mañana resolvemos este misterio que nos deja perplejos? —Sugirió Scarlett, y por ende todos aceptaron aquella sugerencia—. Además debemos de comenzar por la escena del crimen... ¿no?

—Exactamente —dijo Lucifer, quien ya sabía de estos temas sobre los crímenes de la humanidad y las investigaciones policiacas, cortesía de su trabajo con la detective.

Al día siguiente, Lucifer se encontraba haciendo una prueba de cuchillos con Mazikeen, esto debido a su mortalidad inesperada...

Maze lanzó un cuchillo de hierro al pecho de Lucifer, y por ende éste cayó al suelo, más no rebotó el ataque como lo hizo anteriormente con la daga de Scarlett.

— ¿Y bien? —Dijo Mazikeen.

—No —examinó Lucifer su pecho—. Ni un rasguño. Con eso descartamos el hierro. Intenta el cobre.

Dicha aquella orden del rey del infierno, Mazikeen lanzó un cuchillo de cobre, aunque no apuntaba a Lucifer, sino que estaba fastidiada de que Lucifer no se diera cuenta de que Chloe Decker lo volvía mortal.

—Ups —comentó irónicamente la demonio—. Tú sabes exactamente lo que causa tu vulnerabilidad, es a Chloe Decker a quien le debería lanzarle cuchillos, quien sabe lo que ella oculta.

—Sí, ella parece ser la única que puede lastimarme, porque tal vez haya otras cosas, Chloe podría ser un engrane de una máquina más grande, yo intento ser meticuloso —explicó Lucifer, ya que al parecer nadie entendía que todo esto podría ser obra de su padre...

—Más bien lo estas negando, porque sí en verdad pensaras que podría lastimarte con esto, no me pedirías que te los lanzara —bufó Maze molesta, para después lanzarle uno de sus cuchillos infernales a Lucifer, quien por un reflejo ágil, el Diablo logró detener el arma.

—Muy graciosa —dijo Lucifer—. Las dagas forjadas en el infierno no cuentan, todos lo sabemos, maldita —lo último Lucifer lo dijo más por reproche, ya que por poco y su leal demonio lo iba a mandar al infierno.

Pero lo que no contó el Diablo, es que Maze le lanzó un cuchillo de plata al Diablo, y éste sorpresivamente rebotó el ataque, justo como lo hizo antes...

— ¡¿Qué carajos?! —Expresó Lucifer.

De repente las puertas del Lux se abrieron, revelando así a Scarlett quien se acercó al Diablo. Este hecho dejó más que asombrado a los seres infernales.

—Hola, Lucifer —Scarlett rompió el silencio, el cual se postró unos segundos en aquel lugar—. ¿Qué sucede? —Ella añadió al ver la larga fila de cuchillos de Maze.

—Sólo es una prueba de mortalidad —respondió Lucifer.

—Ok —dijo Scarlett—. Sólo quería decirles que Astaroth, Beelzebub y Sariel iremos a la escena del crimen —ella añadió dirigiéndose hacia Maze y Lucifer.

—Al rato te alcanzamos —Mazikeen respondió a lo que la humana Scarlett asintió.

En sólo un abrir y cerrar de ojos Sariel apareció en el balcón del Lux...

—Lamento la demora, ángel —dijo Sariel—. Los demonios ya nos están esperando en la escena.

— ¿Se adelantaron? —Preguntó Scarlett.

—Sí, ya sabes querían verificar la zona y todo eso —dijo Sariel.

—Lo alcanzaremos en un momento, luego de verificar algunas cosas —comentó Lucifer.

—Allá te vemos —dijo finalmente Scarlett, para después dirigirse a los brazos del ángel, e irse volando hacia el lugar mencionado.

Luego de que se fueran los tortolitos, Lucifer y Maze se quedaron aún asombrados por el hecho de que cuando Scarlett apareció, el cuchillo rebotó el ataque como si un escudo invisible cubriera al Diablo, esto sumado a su inmortalidad.

—Maldición —habló Lucifer, con la boca abierta, llenándose de un sinfín de pensamientos sobre Scarlett.

« ¿Qué oculta, Scarlett? »

« ¿Por qué ella me vuelve poderoso? »

«Tengo que saber la verdad»

—Esto no lo vi venir. ¿Scarlett hace la reacción inversa a lo que te hace Chloe? —dijo Mazikeen.

—Tenemos que averiguar este hecho —Lucifer sentenció—. Y hablando de malditos —él cambió el tema—. ¿Cómo está mi hermano? —Preguntó Lucifer, refiriéndose a Amenadiel.

—Después de tres semanas de todo esto, ¿tú cómo crees que esté? —mencionó Maze, haciendo su cabello hacia un lado.

—Ahh, no son pareja, Maze. Te acercaste a él por una razón, no lo olvides.

—No lo he olvidado. Y no creo que Amenadiel sea quien use a Chloe como un arma.

— ¿No lo crees?, este juego es muy peligroso para estar creyendo, yo creo que ya es momento de llevar a mi hermano devuelta al paraíso. Por la fuerza si es necesario —Lucifer ordenó dándole a la demonio su cuchillo forjado en el infierno, el cual ella tomó pensativa, ya que Maze tenía sentimientos encontrados por el ángel.

Luego de esta orden, Lucifer, sin más que hacer, se dirige hacia su habitación, pero de pronto su pie derecho choca con la escalera de mármol, y por ende su dedo gordo sangró levemente...

—Ayyy —gritó el Diablo de dolor—. Lo ves, si hay algo más, el mármol italiano también es una amenaza, así que... —añadió al ver su dedo sangrando.

Pero, antes de que Lucifer pudiera completar su frase, las puertas del ascensor se abrieron, dando paso así a la detective Chloe Decker.

Maze al ver a la detective le hace una cara a Lucifer de "te lo dije", a lo que el Diablo se queda pensativo...

— ¿Detective? —Lucifer dijo al ver a la rubia entrar—. ¡Qué sorpresa!

— ¿Dónde has estado? —Cuestionó Chloe al ver a su compañero, ya que hace días no lo veía, así como muy en el fondo lo extrañaba.

—Ah, ya sabes, muy ocupado, nunca descanso —se escudó Lucifer, cuando en realidad estaba evitando la vulnerabilidad.

—Claro y los juegos sexuales desviados, quitan mucho tiempo —comentó Chloe con sarcasmo.

— ¿Quieres ver? —le dijo Maze a Chloe, para después lamer muy provocativamente su cuchillo infernal.

—He estado llamándote por tres semanas. ¿Por qué estás evitándome? —se quejó la detective.

—Porque soy empresario, detective. No puedo jugar al policía bueno y al policía atractivo todo el tiempo —contestó Lucifer.

—Tengo un caso... —comenzó a decir Chloe, estaba un poco consternada por lo que había visto hacia minutos atrás—, que no puedo hacer sin ti.

— ¿Enserio? —Sonrió Lucifer, pensando en lo esencial que es él para la vida de la detective—. ¿Y qué es lo que tiene de especial?

—Tendrás que verlo por ti mismo —la detective sentenció.

—Bien —el Diablo asintió, aceptando el caso, hacía mucho tiempo que no trabajaba a castigar humanos, a excepción de las tóxicas, claro.

Minutos pasaron para que Lucifer se encontrara en la entrada de la escena del crimen, la cual se hallaba en un teatro, vaya lugar para asesinar o esconder un cuerpo.

—No sabemos mucho, pero el bolso de la víctima estaba en el basurero detrás del teatro. Se llamaba Rose Davis, 19 años. Era una... —informó la detective, pero al ver que Lucifer no la seguía de cerca, ella interrumpe su informe—. ¿Por qué te quedas atrás? —Preguntó la detective al ver a Lucifer a sus espaldas.

—Escucho tus cosas aburridas —dijo Lucifer.

—Ahh —suspiró la detective, un poco fastidiada por el extraño comportamiento de Lucifer—. Era una estudiante de la Universidad de Pasadena, y su casa...

—Detective no me has dicho ninguna razón por la que me necesitas en este caso —interrumpió Lucifer.

—Y no podrás oír nada estando a dos metros detrás de mí —replicó la rubia—. Ven acá —ordenó.

—Te oyes con flemas, no me quiero contagiar —se escudó Lucifer.

— ¿Enserio? —La detective dijo irónicamente—. Camina —volvió a ordenar.

Ante al orden de la detective Decker, Lucifer sólo bufó, y la siguió sin más que hacer.

Pero Lucifer al dirigirse a la escena del crimen, presencia que la entrada teatro estaba atiborrada por una muchedumbre de religiosos, en donde especialmente se encontraba el reverendo falso, al que el Diablo le mostró su rostro para darle una lección.

—Tú —replicó el reverendo al ver a Lucifer, a lo que éste se detuvo en seco—. Aquí está el Diablo —añadió—. El Diablo está aquí —aquel tipo se dio la medio vuelta para comunicarle a sus seguidores que el "mal" estaba entre ellos.

Cuando nuestro querido Diablo observó la actitud de aquel sujeto, él se queda pensativo...

« ¿Qué pasa con este tipo? » pensó Lucifer.

— ¿Un amigo? —Comentó la detective.

—Tengo amigos por todas partes —él respondió para después entrar al teatro.

—Quiten la manta —ordenó Chloe al llegar a la escena del crimen.

Justo cuando quitaron dicha manta, Lucifer aún estaba confundido, y a la vez aburrido, ya que este caso no le llamaba mucho la atención, además de que quería irse de ahí, para ayudar en un caso que sí era importante... ¿Quiénes fueron los que atacaron a Scarlett y Nicole?

—Ahh, vaya. Esto es muy infortunado —Lucifer dijo al ver el cadáver de una chica rubia—. Pero, aun no entiendo por qué me necesitas en este caso —añadió Lucifer un poco molesto, ya que quería irse con Scarlett.

—Gírenla —ordenó Decker, para que así se le revelara la tan esperada respuesta que el Diablo buscaba.

Al voltear aquel cadáver, Lucifer pudo visualizar unas cortadas, llenas de sangre seca, en la espalda de la chica, que formaba un texto, lo cual decía lo siguiente: "Viva Lucifer".

—Es por eso —explicó Chloe.

—Viva Lucifer —bufó el Diablo al presenciar el desagradable suceso.

Ahora sí, este caso se puso interesante, y no sólo por el hecho de que el caso tuviera que ver con los satánicos o por él, sino porque se relacionaba con el ataque que Scarlett había sufrido unas horas.

Lucifer estaba atónito, y en su cabeza se formaron miles de locas teorías, y una de ellas era de que la secta al no completar su ritual, ellos asesinaron a otra chica inocente. Por ende el Diablo se encontraba muy molesto por toda esta situación... Y no la iba a dejar así... Tenía que resolver el caso para salvaguardar a Scarlett, y de paso castigar dolorosamente a los responsables... 

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